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SALÓN NÁUTICO DE BARCELONA

Innovación y sostenibilidad

01/11/2022

Marina mercante

Borja Barrera
Felipe VI en el salón náutico de Barcelona

Era la segunda edición que se celebraba tras la pandemia, de ahí la gran expectación desatada entre expositores y visitantes al Salón Náutico de Barcelona. Prueba de ello es que, semanas antes del evento, ya se habían agotado todas sus plazas. Tras un 2021 con datos de asistencia más bajos de lo habitual, en 2022 se han recuperado las cifras de los años prepandemia, superándose en este 60º aniversario los 50.000 asistentes, un 8% de ellos visitantes internacionales y un 19% profesionales.  El rey Felipe VI inauguró el certamen y, como gran aficionado, se interesó por el futuro desarrollo de la Copa América en la Ciudad Condal. 

Las novedades incluidas este año se mantendrán en el tiempo. Uno de los mayores cambios ha sido la inclusión de la marina Port Vell, que permite crecer y aumentar la oferta expositiva de cara al futuro.

En esta ocasión, el espacio de 21.000 metros cuadrados netos alojó a 221 expositores y dispuso de un total de 700 embarcaciones, de las que 186 se encontraban en el agua. 

El área expositiva se dividió en tres zonas: el Moll de la Fusta, ocupado en su totalidad, donde se exhibieron pequeñas embarcaciones y veleros. El Muelle España donde se ubicaron los yates a motor de media y gran eslora. Y el Port Vell que alojó a los catamaranes. En esta ocasión, un total de 26, la cifra más alta de todas las ediciones, lo que demuestra la gran apuesta del Salón por este tipo de embarcaciones.

Otra de las grandes novedades fue el espacio “Innovation Dock”, dedicado a la sostenibilidad y la transición ecológica dentro del sector náutico, donde 15 startups expusieron sus ideas para que la náutica sea más ecológica. Entre ellas, dos embarcaciones sostenibles. Una, de cuatro metros y medio de eslora, con propulsión 100% eléctrica, y otra, de nueve metros, y propulsión híbrida entre energía eléctrica e hidrógeno.inn

En España hay cerca de 200.000 embarcaciones de recreo registradas. De ellas, el 90% son de menos de nueve metros, lo que refleja una tendencia a la compra de este tipo de naves. Las de mayor eslora se encuentran mayoritariamente en Baleares, debido al gran número de turistas que reciben y pertenecen, sobre todo, a ciudadanos europeos que residen o visitan el archipiélago. Tan sólo el 1% de las embarcaciones registradas puede calificarse de lujo. 

imagen de los yates del Salón Náutico de Barcelona
 

PROBLEMAS EN EL SECTOR

Durante la presentación del Salón Náutico en Madrid, Carlos Sanlorenzo, secretario general de la Asociación Nacional de Empresas Náuticas (ANEN) explicó las dificultades a las que se enfrenta el sector. Una de ellas, el impuesto del 12% que grava la matriculación de embarcaciones y no existe en otros países de nuestro entorno, lo que nos hace ser menos competitivos a nivel europeo. Otra, el bajo número de amarres disponibles en nuestro litoral; de ahí que las marinas secas se vean como opción de futuro, tal como ocurre en Estados Unidos o en algunos países nórdicos donde ya son casi mayoritarias.

También destacó el problema de los exámenes para sacarse el título de patrón. “Pese a las 100.000 titulaciones de 2021, cifra bastante alta, las convocatorias de exámenes no son suficientes. En muchas comunidades autónomas apenas hay dos o tres al año, lo que afecta al sector”, aseguró.

Por último, Carlos Sanlorenzo señaló el descenso registrado en el número de matriculaciones, mil menos que en 2021. “Hasta septiembre se han matriculado 5.200 embarcaciones de recreo. Son un 17% menos que las 6.258 registradas en el mismo período del año pasado”, dijo. La crisis logística, que ha reducido el suministro y encarecido los materiales, así como el auge del alquiler de barcos y motos náuticas, están detrás de ello. 

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