MALA COLOCACIÓN

El talón de aquiles de la seguridad

19/06/2025

Marina mercante

Raúl Villa Caro (*). Foto principal: Portacontenedores en el puerto de Cádiz. / © Óscar Cárdenas.APBC
carga y descarga
El objetivo de las operaciones de carga en los buques consiste en trasladar las mercancías de los muelles a los barcos, mientras que el término de estiba se reserva para aquellos otros movimientos llevados a cabo para la colocación “adecuada” de la carga dentro del buque. Por desgracia, muchos accidentes marítimos se producen por errores en la planificación de la estiba, provocados a su vez por el mal control de los pesos embarcados, los cuales a veces se declaran de manera incorrecta.

Una mala carga y estiba en los buques puede convertirse en un problema de graves consecuencias, que pone en riesgo la seguridad de la nave y la tripulación. Por ello es fundamental seguir procedimientos adecuados, minimizando los riesgos, y asegurando la integridad de las personas y de la carga.

LA ESTIBA, UN ARTE

La estiba no es una ciencia exacta, y tampoco es predecible matemáticamente. Cada vez que se carga un buque entran en juego diversas variables, por lo que esta operación nunca se efectúa de la misma manera. Aunque hay algunos tipos de cargas bastante estandarizadas en los buques (transporte rodado, portacontenedores, graneles secos o petroleros), los oficiales encargados de la carga y estiba deben poseer buena preparación, gran conocimiento de las características de su buque, y mucha experiencia.

La estiba consiste en distribuir y colocar la carga de modo que ocupe el menor espacio posible en el buque, y sea segura para la tripulación, el medio ambiente, y el propio barco. Además, debe estar colocada de manera equilibrada, bien trincada, y de forma idónea para su descarga. Esto implica que se debe conocer perfectamente su peso y la naturaleza del viaje, entre otras variables.
 
Embarcando contenedor en terminal marítima de Vigo. / © TERMAVI
Embarcando contenedor en terminal marítima de Vigo. / © TERMAVI

La desestiba es la maniobra inversa a la estiba, y consiste en colocar la carga en el punto de descarga, es decir, consiste en “romper la estiba”. Tanto en la estiba como en la desestiba se lleva a cabo una manipulación de la mercancía y su traslado, generalmente mediante el uso de medios mecánicos.

UN ALTO RIESGO 

La mala estiba en los buques, como ya se ha indicado, puede provocar graves problemas. Entre otros se podrían destacar los siguientes: daños a la carga, accidentes (que afecten al buque, la tripulación o el medio ambiente) y, en definitiva, situaciones con impacto económico negativo.

Por ello es necesario que, durante las operaciones de carga, esta quede bien estibada y trincada, para evitar que pueda moverse durante la navegación, lo que a su vez podría desembocar en daños a la mercancía. Este hecho será de mayor importancia, cuanto más frágil y costosa sea la mercancía. Además, el corrimiento de la carga podría reducir la estabilidad en el buque, y provocar accidentes. Estos abarcarán desde caídas de contenedores al mar (si es el caso), hasta la pérdida de la nave, en el peor de los casos.

La carga mal estibada podría suponer un riesgo de seguridad hacia la tripulación, ya que los objetos sueltos podrían causar lesiones por impacto. Y además si se tratara de mercancías peligrosas, tales como productos químicos o materiales tóxicos, el riesgo todavía es mayor. 

SEGUIR UN PLAN 

Para evitar las consecuencias anteriores, es esencial que la estiba de la carga en buques se realice de manera satisfactoria, tanto para trincarla como para protegerla. Una estiba correcta garantiza la seguridad del buque y de la tripulación, minimizando el riesgo de accidentes y lesiones. Y al estibar la carga correctamente, se garantiza que los productos lleguen a su destino en buenas condiciones, sin daños, facilitando las operaciones de carga y descarga, y haciendo que el proceso se lleve a cabo de la manera más rápida y eficiente. Una estiba adecuada exige que se cumplan una serie de principios básicos que garanticen que la carga se mantendrá segura y estable durante la navegación. 

La palabra “estiba” es un vocablo muy marinero que hace referencia a la ubicación satisfactoria de la carga de un buque durante un viaje. El plan de carga y estiba de las mercancías del barco es uno de los cálculos más importantes que debe llevarse a cabo antes de salir a navegar. A primera vista, parece un ejercicio simple, pero la realidad es que no lo es tanto, ya que tenemos la necesidad de que el buque sea estable antes de hacerse a la mar.  Hay que pensar que este plan de carga y estiba además debe estar diseñado para que sea compatible con las cargas y descargas en los siguientes puertos, si es el caso.

Por lo tanto, desde un punto de vista jurídico, la estiba y desestiba son las operaciones vinculadas a la carga y descarga de mercancías en los buques, que adicionalmente suponen una adecuada colocación y retirada de las mismas, de manera que no se ponga en peligro la seguridad de la nave. Por lo tanto, una mala estiba implica una carga del buque de manera insegura.

Desde el punto de vista del destino cargaremos primero la mercancía que se vaya a descargar en el último puerto, por lo que deberemos disponer del plano de estiba. En la definición de estiba están incluidos los tres aspectos fundamentales de la misma: la seguridad y estabilidad del buque, el cuidado de las mercancías que se cargan, y el estado del resto de mercancías ya existentes en el mismo buque. 

CÓMO HACERLO BIEN 

Durante la estiba se deben cumplir las normas relacionadas con la navegabilidad del buque, al tiempo que se debe llevar a cabo la colocación de las mercancías en los lugares adecuados pensando en: su posterior descarga, las temperaturas que deben soportar en el viaje, posibles daños que pudieran provocar a otros productos, etcétera.
 
Contenedor destrozado por una mala estiba. / © Francisco Fernández Sasiaín
Contenedor destrozado por una mala estiba. / © Francisco Fernández Sasiaín
Los buques deben cargarse de manera que salgan del puerto adrizados, es decir, sin escora. Por ello, antes de comenzar la carga es conveniente conocer el estado de los tanques de lastre, porque en la carga no siempre se puede comenzar por cargar pesos bajos, por lo que a medida que se vaya cargando, se podrá ir deslastrando el buque, si es necesario. Además, dichos tanques permitirían adrizar el buque al finalizar operación, siempre que la carga realizada no alcance la carga máxima admitida (se debe estudiar el plano de situaciones de carga). En ciertos tipos de buques, como los graneleros y los que transportan minerales, esto no suele suponer un problema ya que llevan mucho peso bajo en el plan de la bodega, lo que les ayuda a navegar con tanques deslastrados. La correcta estiba y carga en buques es un aspecto esencial del transporte marítimo que siempre debe ser estudiado en profundidad. Las consecuencias de una mala estiba pueden ser graves, tanto en términos de seguridad como de impacto económico y ambiental. Por ello, es crucial seguir principios y prácticas adecuadas, así como cumplir con las regulaciones y normativas vigentes. De esta manera se podrá garantizar la seguridad de la carga, del buque, de la tripulación, y del medio ambiente.

Adicionalmente, las inspecciones ayudan a identificar y corregir posibles problemas antes de que se conviertan en riesgos graves. En la actualidad existe la posibilidad de instalar sistemas “anti-escora” automáticos en los buques, para la supervisión de la estiba, y reducir así un poco la posibilidad de error humano. 

(*)  Raúl Villa Caro, Doctor Ingeniero Naval y Océnico y secretario de la Fundación Exponav 

Leer más contenidos en el número 657 de la revista Mar. 

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