Derrame de hidrocarburos - Revista Mar
Incidentes Marítimos
Nuevo reto
27/05/2025
Marina mercante
Graciela González Gutiérrez (*)

El aumento del transporte marítimo de estas sustancias ha elevado el riesgo de incidentes, cuyas consecuencias varían dependiendo de la naturaleza química del compuesto, las condiciones ambientales y la capacidad de respuesta ante estas emergencias. La complejidad de estos incidentes reside en las especiales características de las SNPP, que incluyen químicos industriales, pesticidas, metales pesados, etc., presentando desafíos únicos para la seguridad de la tripulación y la respuesta ante emergencias en alta mar. Comprometiendo a veces, la única salida, el abandono del buque.
CÓMO SE COMPORTAN
El comportamiento de las SNPP en el entorno marino depende de sus propiedades fisicoquímicas y de las condiciones ambientales. Propiedades determinantes a la hora de hacer frente a una emergencia: una contaminación, derrame o incendio en el que se encuentran presentes productos químicos supone que las técnicas de respuesta tienen que ser analizadas detenidamente, tomando decisiones complejas y difíciles para no poner en riesgo las vidas de los intervinientes en la respuesta.
La solubilidad de las sustancias en el agua o la densidad determinaran si la sustancia flota o desaparece en la columna de agua hundiéndose en el fondo. Su reactividad con otras sustancias, como por ejemplo la propia agua de mar, o su volatilidad, propiedad que provocará que se evapore rápidamente o que forme una densa nube tóxica. Propiedades que se verán afectadas, además, por el viento, la humedad o la temperatura, mejorando o empeorando las condiciones; bien porque el viento arrastra la nube o la sustancia lejos del barco o bien porque la niebla y la humedad hacen que la nube de vapor permanezca encima del mismo evitando que la tripulación salga de la zona segura, si es que la sustancia y las propiedades del barco permiten que exista.
Otro riesgo a tener en cuenta es que dependiendo de su persistencia pueden acumularse en la cadena trófica, afectando la biodiversidad marina y la salud humana, como la acumulación de mercurio u otros metales pesados en el pescado.
RIESGOS Y DESAFÍOS
Un análisis previo de los riesgos de esta sustancia nos dará las bases para atajar cualquier emergencia en la mar, teniendo en cuenta que nos encontramos en un medio difícil tanto para responder desde a bordo, como para recibir respuesta exterior.
Las condiciones meteorológicas y oceanográficas juegan un papel principal en un evento de este tipo, tanto en las técnicas de respuesta como en la toma de decisiones: corrientes, mareas y oleaje pueden ser nuestros aliados dispersando el producto o nuestros enemigos dificultando dichas operaciones.
Las especiales características de estas sustancias, muchas veces tóxicas, condicionarán al personal de respuesta a llevar trajes de protección con características y procedimientos especiales de uso. Trajes que dificultan el movimiento por el buque para batallar con sustancias, que a diferencia de los hidrocarburos no pueden ser contenidas con barreras o técnicas convencionales y cuyas intervenciones de lucha contra incendios requieren de medidas, conocimientos y entrenamientos específicos. Técnicas que limitan a los medios de respuesta debido a la falta de equipamiento especializado o a la distancia entre buques afectados y la ayuda exterior. Intervenciones limitadas incluso en el tiempo de reacción, las reacciones de estas sustancias a veces son tan rápidas que no permiten desplegar medios, con lo que en este tipo de incidentes la respuesta más común es tratar de mitigar sus efectos, su gran impacto en los ecosistemas y la economía de las zonas costeras.
ESTRATEGIAS
Minimizar los efectos causados por una SNPP puede pasar de ser una tarea ardua y difícil a imposible, pero esto no impide tomar medidas. Monitorizar las consecuencias o incluso el uso de modelos de dispersión permiten prever y seguir la trayectoria del derrame tomando decisiones en base al comportamiento y el alcance de la sustancia.
Por otro lado, existen otro tipo de sustancias químicas que pueden contrarrestar los efectos de las causantes del incidente, sustancias que pueden ayudar, por ejemplo, a disminuir la tensión superficial, la dispersión o facilitar la biodegradación. Huelga decir que se trata de elementos químicos cuyo uso dependerá de la toxicidad, de la normativa ambiental y del conjunto de sus efectos. Contamos también con sustancias neutralizadoras, reactivos químicos o microorganismos para parar o paliar los efectos adversos del incidente, como es el caso de elementos que actúan como base para contrarrestar a los ácidos, o los transforman en sustancias menos agresivas.
Existen también algún tipo de barreras o elementos de recuperación mecánica compatibles con determinadas sustancias y especializados para ellas, puesto que su efectividad dependerá de las características y el comportamiento de la sustancia derramada.
Nos encontramos ante un nuevo reto para el cual necesitamos una preparación previa, capacitación y simulacros que nos ayuden para responder de una manera eficiente.
Los incidentes marítimos causados por sustancias nocivas y potencialmente peligrosas representan un complejo marco que requiere de un enfoque multidisciplinario. La implementación de la normativa internacional actual proporciona el marco para la regulación del transporte y la respuesta a las emergencias, pero ésta depende de la interpretación del comportamiento químico de las sustancias y de la implementación de estrategias adaptadas a las condiciones marinas, de la preparación de las tripulaciones para tomar las decisiones iniciales y de los equipos de intervención inmediata. Y sobre todo de las sustancias protagonistas cuyas propiedades deben permitirnos actuar o dejarnos cancha para escapar, porque, ¿quién contiene una nube de gas?
ACCIDENTES MARÍTIMOS
MSC FLAMINIA (2012)
Portacontenedores alemán que sufrió una explosión en el Atlántico con resultado de incendio y liberación de productos químicos peligrosos (entre las sustancias transportadas había peróxidos orgánicos que agravaron el incidente). Resultaron tres tripulantes muertos y graves daños al medio ambiente.
ECE (2006)
Este buque cisterna transportaba ácido fosfórico, colisionó con el carguero General Grot-Rowecki en el Mar del Norte. A causa de este incidente se liberaron grandes cantidades de ácido al agua, lo que generó preocupación sobre la contaminación marina y la acidificación del entorno.
CHESHIRE (2017)
Buque granelero que sufre un incendio cerca de las Islas Canarias en su carga de fertilizantes, aunque no generó contaminación marina significativa provocó gran controversia y preocupación ante los posibles impactos ambientales.
KIM JACOB (2017)
El buque transportaba ácido sulfúrico en el Golfo de Finlandia. El accidente destacó los riesgos asociados a la contaminación de sustancias químicas altamente corrosivas en zona de tráfico denso, lo que complico los esfuerzos de limpieza.
MAERKS HONAN (2018)
Sufrió un incendio mientras transportaba por el Gofo de Omán 7860 contenedores, causó la muerte de 5 tripulantes y daños severos en la estructura del buque. Se sospecha que el origen fue la autoinflamación de productos químicos de la carga. Resaltó la necesidad de mejorar las medidas de seguridad en el transporte marítimo de mercancías peligrosas.
MV WASKIO (2020)
Aunque fue conocido principalmente por el derrame de petróleo en las costas de Mauricio también transportaba bauxita, que puede tener efectos químicos adversos cuando entra en contacto con el ecosistema marino.
MARCO REGULATORIO
Diversos convenios internacionales establecen normativas específicas para la prevención y respuesta ante la contaminación por SNPP:
Convenio MARPOL 73/78: El Anexo II regula el transporte y manejo de sustancias líquidas nocivas a granel. El Anexo III da lugar al Código IMDG (Código Marítimo Internacional para el transporte de Mercancías Peligrosas) que se encarga del transporte, etiquetado y empaquetado, así como de las situaciones de emergencia y médicas en sus anexos.
Código Internacional de Sustancias Químicas Peligrosas (Código IBC): Establece los estándares para la construcción y operación de buques transportadores de sustancias peligrosas.
Convenio OPRC 1990 y Protocolo HNS-OPRC 2000: Amplía los requisitos de respuesta ante derrames de sustancias nocivas.
Convenio de Londres (1972) y su Protocolo (1996): Regula el vertido de desechos al mar.
GRACIELA GONZÁLEZ GUTIÉRREZ
Técnico Superior de Formación
en el Centro Jovellanos de Salvamento Marítimo
Leer más en el número 656 de la revista Mar.
CÓMO SE COMPORTAN
El comportamiento de las SNPP en el entorno marino depende de sus propiedades fisicoquímicas y de las condiciones ambientales. Propiedades determinantes a la hora de hacer frente a una emergencia: una contaminación, derrame o incendio en el que se encuentran presentes productos químicos supone que las técnicas de respuesta tienen que ser analizadas detenidamente, tomando decisiones complejas y difíciles para no poner en riesgo las vidas de los intervinientes en la respuesta.
La solubilidad de las sustancias en el agua o la densidad determinaran si la sustancia flota o desaparece en la columna de agua hundiéndose en el fondo. Su reactividad con otras sustancias, como por ejemplo la propia agua de mar, o su volatilidad, propiedad que provocará que se evapore rápidamente o que forme una densa nube tóxica. Propiedades que se verán afectadas, además, por el viento, la humedad o la temperatura, mejorando o empeorando las condiciones; bien porque el viento arrastra la nube o la sustancia lejos del barco o bien porque la niebla y la humedad hacen que la nube de vapor permanezca encima del mismo evitando que la tripulación salga de la zona segura, si es que la sustancia y las propiedades del barco permiten que exista.
Otro riesgo a tener en cuenta es que dependiendo de su persistencia pueden acumularse en la cadena trófica, afectando la biodiversidad marina y la salud humana, como la acumulación de mercurio u otros metales pesados en el pescado.
RIESGOS Y DESAFÍOS
Un análisis previo de los riesgos de esta sustancia nos dará las bases para atajar cualquier emergencia en la mar, teniendo en cuenta que nos encontramos en un medio difícil tanto para responder desde a bordo, como para recibir respuesta exterior.
Las condiciones meteorológicas y oceanográficas juegan un papel principal en un evento de este tipo, tanto en las técnicas de respuesta como en la toma de decisiones: corrientes, mareas y oleaje pueden ser nuestros aliados dispersando el producto o nuestros enemigos dificultando dichas operaciones.
Las especiales características de estas sustancias, muchas veces tóxicas, condicionarán al personal de respuesta a llevar trajes de protección con características y procedimientos especiales de uso. Trajes que dificultan el movimiento por el buque para batallar con sustancias, que a diferencia de los hidrocarburos no pueden ser contenidas con barreras o técnicas convencionales y cuyas intervenciones de lucha contra incendios requieren de medidas, conocimientos y entrenamientos específicos. Técnicas que limitan a los medios de respuesta debido a la falta de equipamiento especializado o a la distancia entre buques afectados y la ayuda exterior. Intervenciones limitadas incluso en el tiempo de reacción, las reacciones de estas sustancias a veces son tan rápidas que no permiten desplegar medios, con lo que en este tipo de incidentes la respuesta más común es tratar de mitigar sus efectos, su gran impacto en los ecosistemas y la economía de las zonas costeras.
ESTRATEGIAS
Minimizar los efectos causados por una SNPP puede pasar de ser una tarea ardua y difícil a imposible, pero esto no impide tomar medidas. Monitorizar las consecuencias o incluso el uso de modelos de dispersión permiten prever y seguir la trayectoria del derrame tomando decisiones en base al comportamiento y el alcance de la sustancia.
Por otro lado, existen otro tipo de sustancias químicas que pueden contrarrestar los efectos de las causantes del incidente, sustancias que pueden ayudar, por ejemplo, a disminuir la tensión superficial, la dispersión o facilitar la biodegradación. Huelga decir que se trata de elementos químicos cuyo uso dependerá de la toxicidad, de la normativa ambiental y del conjunto de sus efectos. Contamos también con sustancias neutralizadoras, reactivos químicos o microorganismos para parar o paliar los efectos adversos del incidente, como es el caso de elementos que actúan como base para contrarrestar a los ácidos, o los transforman en sustancias menos agresivas.
Existen también algún tipo de barreras o elementos de recuperación mecánica compatibles con determinadas sustancias y especializados para ellas, puesto que su efectividad dependerá de las características y el comportamiento de la sustancia derramada.
Nos encontramos ante un nuevo reto para el cual necesitamos una preparación previa, capacitación y simulacros que nos ayuden para responder de una manera eficiente.
Los incidentes marítimos causados por sustancias nocivas y potencialmente peligrosas representan un complejo marco que requiere de un enfoque multidisciplinario. La implementación de la normativa internacional actual proporciona el marco para la regulación del transporte y la respuesta a las emergencias, pero ésta depende de la interpretación del comportamiento químico de las sustancias y de la implementación de estrategias adaptadas a las condiciones marinas, de la preparación de las tripulaciones para tomar las decisiones iniciales y de los equipos de intervención inmediata. Y sobre todo de las sustancias protagonistas cuyas propiedades deben permitirnos actuar o dejarnos cancha para escapar, porque, ¿quién contiene una nube de gas?
ACCIDENTES MARÍTIMOS
MSC FLAMINIA (2012)
Portacontenedores alemán que sufrió una explosión en el Atlántico con resultado de incendio y liberación de productos químicos peligrosos (entre las sustancias transportadas había peróxidos orgánicos que agravaron el incidente). Resultaron tres tripulantes muertos y graves daños al medio ambiente.
ECE (2006)
Este buque cisterna transportaba ácido fosfórico, colisionó con el carguero General Grot-Rowecki en el Mar del Norte. A causa de este incidente se liberaron grandes cantidades de ácido al agua, lo que generó preocupación sobre la contaminación marina y la acidificación del entorno.
CHESHIRE (2017)
Buque granelero que sufre un incendio cerca de las Islas Canarias en su carga de fertilizantes, aunque no generó contaminación marina significativa provocó gran controversia y preocupación ante los posibles impactos ambientales.
KIM JACOB (2017)
El buque transportaba ácido sulfúrico en el Golfo de Finlandia. El accidente destacó los riesgos asociados a la contaminación de sustancias químicas altamente corrosivas en zona de tráfico denso, lo que complico los esfuerzos de limpieza.
MAERKS HONAN (2018)
Sufrió un incendio mientras transportaba por el Gofo de Omán 7860 contenedores, causó la muerte de 5 tripulantes y daños severos en la estructura del buque. Se sospecha que el origen fue la autoinflamación de productos químicos de la carga. Resaltó la necesidad de mejorar las medidas de seguridad en el transporte marítimo de mercancías peligrosas.
MV WASKIO (2020)
Aunque fue conocido principalmente por el derrame de petróleo en las costas de Mauricio también transportaba bauxita, que puede tener efectos químicos adversos cuando entra en contacto con el ecosistema marino.
MARCO REGULATORIO
Diversos convenios internacionales establecen normativas específicas para la prevención y respuesta ante la contaminación por SNPP:
Convenio MARPOL 73/78: El Anexo II regula el transporte y manejo de sustancias líquidas nocivas a granel. El Anexo III da lugar al Código IMDG (Código Marítimo Internacional para el transporte de Mercancías Peligrosas) que se encarga del transporte, etiquetado y empaquetado, así como de las situaciones de emergencia y médicas en sus anexos.
Código Internacional de Sustancias Químicas Peligrosas (Código IBC): Establece los estándares para la construcción y operación de buques transportadores de sustancias peligrosas.
Convenio OPRC 1990 y Protocolo HNS-OPRC 2000: Amplía los requisitos de respuesta ante derrames de sustancias nocivas.
Convenio de Londres (1972) y su Protocolo (1996): Regula el vertido de desechos al mar.
GRACIELA GONZÁLEZ GUTIÉRREZ
Técnico Superior de Formación
en el Centro Jovellanos de Salvamento Marítimo
Leer más en el número 656 de la revista Mar.