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Las lluvias caídas en febrero y marzo en Galicia han provocado un descenso de la salinidad de las aguas en las rías, afectando a los bancos de marisqueo de distintas zonas. También lo ha hecho la aparición de una toxina que ha obligado a la Xunta a forzar el cierre de la actividad. Almeja y berberecho son los productos más afectados por la situación. Las direcciones provinciales del ISM de Vigo, Vilagarcía de Arousa y A Coruña están realizando los trámites para que los mariscadores obligados al cese forzoso de la actividad reciban las ayudas correspondientes que, en la mayoría de los casos, se cobrarán a mediados de julio. Por otra parte, las altas temperaturas del agua en las rías gallegas están produciendo una acumulación de alga en los bancos marisqueros. Esta situación obliga a las mariscadoras a retirar el limo que los tapona para evitar que los bivalvos mueran por falta de oxígeno.