PROYECTOS "SICAPTOR 2.0" Y "GEOCAP"

Datos para gestionar mejor

01/02/2022

Pesca

Ana Díaz
Trabajadores con cajas de pescados

Regular la pesca es esencial para explotar los recursos de manera eficiente y garantizar la sostenibilidad ambiental, económica y social en la gestión pesquera. Una explotación excesiva podría reducir la productividad y causar daños irreversibles en las pesquerías. En base a las informaciones sobre el estado de los stocks y el comportamiento de las especies, las Administraciones toman decisiones para gestionar sus políticas en materia de pesca y protección de los océanos. En este sentido, los datos científicos “son la herramienta que garantiza la sostenibilidad de la actividad pesquera”, dice Eva Velasco, investigadora del Centro Oceanográfico de Vigo (IEO-CSIC).

España cuenta desde el año 2002 con el Programa Nacional de Datos Básicos del Sector Pesquero, que se coordina desde la Secretaría General de Pesca del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) y a donde llega tanto información propia como la proporcionada por la Unidad de Estadísticas del Ministerio, el Instituto Español de Oceanografía (IEO) o el Instituto Nacional de Estadística (INE). “Para poder establecer unas políticas pesqueras adecuadas y eficaces, necesitamos contar con datos armonizados, fiables y exactos en los ámbitos biológicos, medioambientales, técnicos y socioeconómicos. A medida que sea mayor y mejor la información de partida posible, mejores serán las evaluaciones finales”, afirma la secretaria general de Pesca, Alicia Villauriz.


Cámara del proyecto "Sicaptor 2.0".

La evaluación científica es el proceso por el que se estudian los recursos pesqueros y se aconseja a los gestores. Se basa en los mejores datos disponibles de cada stock y ofrece referencias biológicas y pesqueras. Sirve para calcular la biomasa histórica, actual y futura de las especies y sus tasas de mortalidad por pesca en base a tres factores que, según Eva Velasco, son “el ABC de la evaluación”.

Estos son, abundancia (tamaño de la población y tendencias del stock), biología (crecimiento, mortalidad, reproducción) y captura (tanto los desembarques como los descartes, algo especialmente importante para especies gestionadas con TAC´s, cuotas o tallas mínimas de desembarque).

Los barcos mayores de 10 metros de eslora están obligados a registrar las capturas en los Diarios de Pesca electrónicos (Logbooks) algo que, junto a las hojas de venta (datos de captura desembarcada en puerto), las cajas azules del sistema de monitorización por satélite de buques (VMS) para conocer el posicionamiento de nuestros pesqueros en los caladeros donde faenan, el censo de buques activos (la lista de la Administración para conocer las características técnicas de cada barco) y los muestreos (en los que se toma una muestra de una población para estimar las características de toda ella) constituyen las fuentes de datos dependientes de la pesquería mientras que campañas científicas como las reaiizadas por el IEO aportan datos independientes, sin estar sujetos a la actividad comercial. También son de gran interés los datos recogidos mediante encuestas específicas que, con grado de representatividad suficiente, permiten analizar la realidad socioeconómica de nuestros pescadores.


Los estudios científicos sirven para investigar la pesca.

DIGITALIZACIÓN DEL SECTOR

Administraciones, científicos y sector deben entenderse para que la recogida de datos beneficie a todas las partes. En la Secretaría General de Pesca y en el Museo Marco de Vigo se presentaron hace unas semanas los resultados de los proyectos "Geocap" y "Sicaptor 2.0" que ayudan a digitalizar la información en el sector pesquero. El Instituto de Investigaciones Marinas (IIM-CSIC) ha sido la institución encargada de desarrollarlos. En el futuro, se espera que tecnologías emergentes como las cámaras a bordo, la visión artificial o los smartphones ofrezcan mejores datos que servirán para que se tomen mejores decisiones y, por consiguiente, realizar una mejor pesca.

En este sentido, Alicia Villauriz asegura que “nuestro reto es lograr la máxima digitalización posible en el sector para mejorar la gestión sostenible de los recursos marinos y mostrar el valor añadido de todas estas tecnologías".

"Geocap" (“Integración de bases de datos de capturas totales en una infraestructura espacial para la gestión sostenible de la pesca”) partía de  proyectos previos como Life Faros, Life iSeas o Sicaptor que han servido para implementar la Política Pesquera Común. Tras un año de investigación y la participación del IEO, la Organización de Productores Pesqueros de Lugo (OPP-7), la Organización de Productores Pesqueros de Carboneras (Carbopesca) y la Cofradía de Pescadores de Sanlúcar de Barrameda, se ha desarrollado un software de extracción de los datos del Diario Electrónico a bordo. También se ha definido un protocolo que sistematiza la transmisión de los datos generados por cada barco. Se ha construido un Geoportal generador de mapas e informes, en función del porcentaje de capturas no deseadas y descartes, así como un visor de mapas que ayuda al desarrollo de una actividad sostenible minimizando las capturas no deseadas. José Carlos Macías, secretario técnico de la Cofradía de  Sanlúcar, explica que la herramienta “puede ser útil para conocer mejor las áreas de actividad de la flota y tener información sobre los descartes que se producen para gestionarlos mejor”. 

"Sicaptor 2.0" (“Nuevas tecnologías de visión aplicadas al desarrollo de sistemas estandarizados de monitorización electrónica de la captura total más compactos y flexibles”) partía también de los mismos proyectos con el objetivo de generalizar el uso de sistemas de monitorización electrónica centrados exclusivamente en cuantificar la captura total en el parque de pesca y no en grabar la actividad de los pescadores en otras zonas del barco. Para ello se rediseñó el sistema iObserver –dispositivo que permite cuantificar automáticamente la captura total a bordo de buques comerciales- para minimizar su trabajo, maximizando las prestaciones de funcionamiento y aumentando la viabilidad de la instalación generalizada a bordo así como  su aceptación por parte de los armadores y tripulantes de la flota de arrastre. 


Las campañas del IOE analizan datos al margen de la actividad comercial.

El proyecto contó con la participación del IEO y de la Organización de Productores de Pesca del Puerto y la Ría de Marín (Opromar) que colaboró instalando y validando este sistema en varios de sus buques. Juan Carlos Martín Fragueiro, director gerente de la organización, asegura que el sistema “cuantifica la captura de manera automática, lo que ayuda a cumplimentar el Diario Electrónico, ofreciendo mayor cobertura y a menor coste de lo que suponen los observadores físicos. Sin embargo, no ha sido fácil implantarlo en los barcos ya que se ha tenido que adaptar el dispositivo a cada parque de pesca, algo que no ha sido siempre posible, y se han producido problemas de habitabilidad debido a la falta de espacio. También se han  encontrado algunos problemas técnicos como el solapamiento de especies y la excesiva velocidad de la cinta de triado”.

ACCIONES IMPRESCINDIBLES

A pesar de las dificultades, el sector es “consciente de la necesidad de mejorar el control de las pesquerías para garantizar su sostenibilidad a largo plazo y que se den unas condiciones más igualitarias para la actividad pesquera”, dice Villauriz. 
Para el secretario general de Cepesca, Javier Garat, los datos son “imprescindibles para que los científicos realicen sus evaluaciones, presentando las mejores recomendaciones para que los gestores acierten en sus decisiones sin recurrir al principio de precaución”. A su juicio, es fundamental que los pescadores cuenten con institutos científicos que tengan los medios para realizar su labor con garantías y motivación. 



Tanto en la legislación española, como en la europea y en la de las organizaciones regionales de pesca se regula la obligación de llevar observadores a bordo en un porcentaje determinado de pesqueros. Su presencia es habitual en determinadas pesquerías, como las de los buques atuneros congeladores españoles en la que “todos los llevan. Muchos de ellos, además, tienen como complemento el observador electrónico”, afirma Garat.

Para el secretario general de Cepesca, las actividades de inspección y control también son imprescindibles para garantizar el cumplimiento de las nomas y la buena gestión. Pero éstas deben ser “proporcionadas y no tratar a los pescadores como presuntos delincuentes, sentimiento que tienen hoy en día la mayoría de los pescadores de la Unión Europea”, dice. Según Garat, lo que no debe ocurrir es que “se intenten tapar los problemas de gestión con el incremento desproporcionado de las medidas de control, cosa que pasa en la actualidad”.

Juan Carlos Martín Fragueiro asegura que tanto armadores como tripulantes tienen una “percepción negativa” de la obligación de desembarque debido a la incertidumbre en su aplicación. Además, se “sienten vigilados”. Para mejorar esta percepción, el presidente de Opromar propone incentivar al sector con días adicionales de pesca o cuotas complementarias para que voluntariamente se adhieran a los sistemas de monitorización electrónica ya que, según opina, “una participación colaborativa puede contribuir a una mejor gestión pesquera”.

Por su parte, José Carlos Macías, técnico de la Cofradía de Sanlúcar, afirma que la recogida de datos científicos interesa a todos porque a mayor información, mejor será la gestión”. A su juicio, lo que el sector quiere es colaborar más con la ciencia, “que se nos consulte más y se nos haga partícipes en la investigación pesquera. No solo para buscar y facilitar los embarques sino también para compartir los datos”. Para Macías es necesaria la coordinación entre investigadores, proyectos y organismos porque a veces “se producen solapamientos en los embarques y se toman datos similares para distintos proyectos cuando, a lo mejor, con un solo observador bastaba para recoger los datos útiles para varias investigaciones”. 

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