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EN VELERO Y AGUAS POCOS PROFUNDAS, AUMENTA EL RIESGO

Tormentas en el mar

01/09/2022

Marina mercante

Anabel Gutiérrez
Velero en el mar

La náutica de recreo es un sector en alza. El año pasado creció un 17% respecto al año anterior, superándose la barrera de las 7.000 matriculaciones, algo que no se producía desde 2008, según datos de la Dirección General de la Marina Mercante (DGMM) del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana. Proporcional a este crecimiento ha sido también el de accidentes. Durante 2021 se concentró el 53% de las emergencias atendidas entre junio y septiembre por Salvamento Marítimo. En total, durante esos 4 meses se asistieron a 5.556 personas, en más de 2.100 emergencias.

En cualquier temporada, pero especialmente en verano, las tormentas pueden suponer un riesgo. Suelen ser de corta duración -aproximadamente dos horas-; pueden producirse de forma repentina y alcanzar una gran virulencia, con vientos de gran intensidad y oleaje incómodo; y pueden llegar acompañadas de granizo. Desde la escuela náutica de Valencia, Oceánica, consideran que es posible evitarlas haciendo un seguimiento frecuente de los canales meteo o también con una normal observación del cielo. Para que éstas puedan formarse es imprescindible que “la atmósfera esté llena de humedad, que haya una masa fría en altura y que la elevada radiación del día posibilite la formación de nubes de desarrollo vertical, con un tono muy oscuro y en forma de yunque, los “cumulonimbos congestus”, que llegan a la troposfera con más de 10 km de desarrollo vertical”.

Sergio W. Smit, consultor experto en Turismo Náutico y deportes de agua, cree que una radio AM podría ayudar a determinar si estamos en una zona de influencia de una tormenta eléctrica: “La energía estática de la tormenta generará una especie de estallidos o chisporroteo a través de los altavoces de la radio que nos indicarán claramente que estamos en una zona de alta probabilidad de tormenta eléctrica”. Esto no funciona con una radio de frecuencia modulada, FM, debido a que no capta de manera tan efectiva la energía estática.

ESCUDO PROTECTOR

Las embarcaciones que tienen el casco metálico funcionan como una Jaula de Faraday, es decir, que tienen la propiedad de aislar su interior de la influencia de campos electromagnéticos que provengan del exterior. Por tanto, siempre que la tripulación se mantenga dentro del entorno del casco estará segura. El problema está en las embarcaciones realizadas de madera o material plástico, en cuyo caso nos veremos obligados a crear una especie de “paso” para el rayo con el que consigamos que la energía llegue al agua sin provocar mayores problemas a la embarcación. Pese a que es una recomendación muy popular, Sergio W. Smit no cree que deba unirse el mástil al agua con una cadena para reconducir el rayo, ya que podría causar daños en el casco.


QUÉ DEBEMOS HACER

Ya sabemos que, si la embarcación es metálica, permaneceremos en el interior, tratando de no tocar los elementos metálicos del casco. En caso de una embarcación no metálica, permaneceremos alejados de todos los componentes capaces de ser conductores del rayo. Evite permanecer en el centro del barco y, por supuesto, aléjese de los instrumentos y cuadros eléctricos. Mientras nos encontremos en plena tormenta no realizaremos ninguna maniobra que conlleve el contacto con cuerpos metálicos (incluso levar el ancla puede ser muy peligroso). Trate de no usar ningún aparato eléctrico y desconecte las líneas si éstas no son totalmente necesarias. Aunque pensemos que la madera no es conductora de la electricidad sí puede serlo si se encuentra humedecida. Igualmente ocurre con las velas. Asegúrese de tener en su barco un buen calzado aislante.

Según científicos de la NASA, es mucho más probable que caiga un rayo en tierra que en el mar. Y si cae en el mar, las probabilidades son potencialmente mayores en zonas de poca profundidad, cerca de la costa, que en mar abierto donde la profundidad es mucho mayor. A la hora de caer, el rayo buscará siempre las zonas que más sobresalgan de la superficie (las más altas) y aquellas que resulten mejores conductoras de electricidad. Diariamente en el mundo se producen unas 44.000 tormentas y se generan más de ocho millones de rayos, según el sistema de detección mundial de meteorología. 

PROTEGERNOS DE LOS RAYOS

El pararrayos es una punta de metal que se coloca en el punto más alto y se conecta por un conductor al suelo. En el caso de los barcos, el conductor suele ser un cable metálico que comunica con una masa metálica situada en la obra viva del barco. Esta parece la solución más adecuada para los veleros, pero no para las embarcaciones a motor, que no suelen contar con un punto lo suficientemente alto para cubrir toda la superficie. Los disipadores estáticos es una alternativa más actual al pararrayos convencional. El disipador está formado por una serie de puntas dispuestas de manera radial alrededor de un punto. De estas puntas y de manera constante salen iones a baja intensidad con lo que se evita la formación de cargas estáticas a bordo, evitando que el rayo descargue sobre el barco. Aunque no evitan por completo la caída de rayos, sí pueden disminuir de manera muy notable sus consecuencias.

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