Aranceles - Revista Mar
Acuerdo comercial UE/EEUU
Preferible a una guerra abierta
18/09/2025
Marina mercante
José Rafael Díez (*)

El acuerdo comercial firmado en julio de 2025 entre EEUU y la Unión Europea, tras la cumbre en Escocia entre Donald Trump y Ursula von der Leyen, fija un arancel del 15% sobre la mayoría de exportaciones europeas. Aunque evita una guerra comercial abierta, el pacto -“sólido pero imperfecto”, según Von der Leyen-, plantea serios desafíos para sectores clave como el marítimo, agroalimentario e industrial, y obliga a redibujar rutas logísticas y estrategias comerciales en Europa.
A finales de julio de 2025, tras una cumbre en Escocia entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y el presidente de EEUU, Donald Trump, se firmó un acuerdo comercial, que ajustaba los aranceles fijados para los productos europeos en un tipo fijo del 15% sobre la mayoría de sus exportaciones, reemplazando la propuesta inicial del 30%. Con la aplicación definitiva a partir el 7 de agosto, la medida supone un contexto verdaderamente desafiante para el transporte marítimo.
Como parte del acuerdo, se firmaron exenciones mutuas, (“zero for zero”), para productos estratégicos como aeronaves, semiconductores, productos farmacéuticos genéricos y químicos críticos. Los aranceles sobre el acero y el aluminio, sin embargo, se mantenían en el 50%, lo que genera una gran incertidumbre para el sector metalúrgico español.
Este acuerdo ha evitado una escalada comercial severa, pero también ha generado el rechazo de determinados sectores productivos europeos, sobre todo en algunos estados miembros como Alemania y Francia.
París calificó el pacto de un “día oscuro para Europa”, mientras las compañías logísticas españolas alertaban del retroceso en el libre comercio y la fragmentación de las cadenas de suministro. El FMI, por su parte, valoró positivamente que el acuerdo redujera la tensión arancelaria y mejorara las previsiones económicas. Según declaraciones de Von der Leyen, el acuerdo es “sólido pero imperfecto”, preferible a una guerra comercial abierta.
FENÓMENO NEARSHORING
Las asociaciones profesionales proponen diversificar los mercados, mediante nuevas relaciones con países como India o Vietnam usando las embajadas como herramientas de apoyo comercial. España podría beneficiarse del fenómeno nearshoring, si posiciona su red logística de manera proactiva. La presión de EEUU para que sus socios inviertan directamente en su territorio, a cambio de ventajas arancelarias, transforma el modelo de relaciones comerciales clásicas, como se conocían hasta ahora.
En el primer semestre de 2025, las exportaciones españolas a EEUU, han caído un 5,1%, mientras que las importaciones han subido un 10,1%, siendo el déficit comercial con ese país de 7.083 millones de euros, un 37% superior que en 2024. España ha compensado estas cifras incrementando el comercio con China, exportando un 13,7% mas que en 2024 y también abriendo mercados con países emergentes en Asia y África.
En la UE, el impacto se ha dejado notar más. Durante el primer semestre de 2025, el superávit comercial con EEUU descendió en un 48%, de 18.500 millones de euros a 9.600 millones. Las exportaciones bajaron en un 10,3%, mientras que las importaciones se incrementaron en un 16,4%. Los mercados alternativos podrían ser el chino, los países integrantes del Mercosur, México e India.
SECTOR MARÍTIMO
Para hacer frente a la situación arancelaria, las compañías españolas están optando por diversificar mercados, reforzado especialmente los del sudeste asiático. Aunque el sector mantiene superávit y liderazgo, los aranceles tensionan la competitividad de las empresas y obligan a acelerar la innovación, la digitalización y acuerdos comerciales, para tratar de sostener las ventas. El mayor riesgo radica en la pérdida de competitividad, frente a terceros países con aranceles más bajos.
Es indudable que estos nuevos acuerdos arancelarios obligarán a las empresas a redimensionar sus rutas marítimas y replantear operativas en escenarios muy tensionados por la constante incertidumbre y la subida de los precios del transporte. Otra posible consecuencia es la reducción de los servicios regulares o supresión de escalas por parte de las compañías navieras, los denominados blank sailings.
Dada la sobreexplotación existente y la débil demanda actual de transporte, las líneas navieras se han visto obligadas a aumentar estas cancelaciones. A esto se suma que las tarifas spot seguirán cayendo en el segundo semestre de 2025, debido a la presión que ejerce la llegada de nuevos buques y a un entorno macroeconómico en retroceso. Bajo estas circunstancias, algunas grandes empresas han considerado producir en suelo norteamericano, como medida para evitar la nueva carga arancelaria, lo que plantea un importante reto para la industria española a medio plazo. En cualquier caso, las compañías que ya cuentan con presencia en territorio norteamericano, están reforzando a través de grandes inversiones, sus plantas de fabricación en EEUU, en detrimento de otras localizaciones.
Ahora el acuerdo entre EEUU y la UE fija un marco predecible, que podría estabilizar calendarios de carga y descarga, pero con sobrecostes de despacho.
Las triangulaciones entre fabricante, proveedor y cliente se incrementarán. Esto quiere decir, que una empresa española podría adquirir productos y suministrarlos a su cliente en un país tercero, sin que este pase por territorio nacional, ni por el despacho aduanero correspondiente, tratando de eludir o de reducir aranceles sobre estos, todo ello repercutiría indudablemente sobre los movimientos portuarios.
Los principales instalaciones portuarias enfrentarán, por tanto, un mayor control documental y una potencial reducción de escalas directas, si las navieras optan por usar hubs alternativos para eludir aranceles en su carga. El explorar nuevos destinos como las conexiones del acuerdo Mercosur, Medio Oriente, Asia y Sudeste Asiático, obliga a replantear nuevos corredores marítimos y alianzas portuarias.
Sin duda, la imposición de aranceles, a las hasta ahora importantes exportaciones de la Unión Europea con destino el mercado norteamericano, ha revitalizado el proyecto comercial de la Unión con los países latinoamericanos. Brasil ha sido lastrada con un arancel de carácter geopolítico del 50% por parte de Washington, lo que ha fortalecido los lazos comerciales con Europa a través del reciente tratado Mercosur, (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay).
El papel de los puertos canarios y su posición estratégica intercontinental, sin duda representa un plus, para afianzar un intercambio de mercancías en un contexto triangulado entre continentes, ahora al amparo de una nueva alianza comercial con Latinoamérica.
IMPACTO EN SECTORES CLAVE
La nueva tarifa del 15 % implica un encarecimiento directo de los productos exportados por vía marítima desde España, afectando a industrias como la agroalimentaria, la del vino, aceite, aceituna, quesos, embutidos, algunos bienes industriales, la maquinaria, y componentes eléctricos.
SECTOR AGROALIMENTARIO: Otros países con producción similar a la española, sobre todo en el sector primario, agroalimentario y pesquero, pero con condiciones arancelarias más ventajosas, como Chile y Marruecos, se verían favorecidos e incrementarían su competitividad. La salida a esta situación pasa por firmar acuerdos con nuevos importadores como Canadá, Japón y Corea del Sur, mercados que valoran la alta calidad del producto español. El sector de la aceituna, especialmente en Andalucía, ya había sufrido una caída del 30% en su cuota de mercado con EEUU tras las sanciones anteriores.
SECTOR INDUSTRIAL: En el sector industrial, de componentes eléctricos y de automoción, España exportó más de 1.000 millones de euros en 2024. La automoción y sobre todo su mercado de producción de piezas y componentes, si se verá afectado, repercutiendo directamente en la logística de exportación de algunos puertos. Se mantendrá el gravamen del 50% para el acero y aluminio. La producción naval quedará en clara desventaja con estas condiciones, así como la del sector metalúrgico español.
INDUSTRIA FARMACÉUTICA: En la actividad farmacéutica, los aranceles aplican sobre todo a los medicamentos no genéricos. Los genéricos y los semiconductores, entran dentro de la categoría de arancel cero, por el acuerdo expreso alcanzado entre las partes.
PÉRDIDA DE COMPETITIVIDAD E IMPACTO ECONÓMICO
El impacto económico estimado sobre el PIB español, podría cifrarse en el 0,15% a medio plazo, según cálculos del FMI y del Banco de España, si se mantiene el arancel del 15%. En términos de liquidez, España puede dejar de ingresar aproximadamente 20.000 millones de euros (en adelante, M€).
Poniendo algunos ejemplos por autonomías, en el País Vasco, se proyecta un impacto económico directo de unos 400 M€, afectando particularmente a la producción industrial de maquinaria, sector siderúrgico y producción vinícola. Andalucía estima una pérdida de unos 9.300 empleos y una caída del PIB de 509 M€, tras la entrada en vigor del arancel del 15%, especialmente en el sector agroalimentario y manufacturero. Solo el sector olivarero, ha perdido en torno a 240 M€ desde 2017, por sanciones sucesivas, reduciendo un 70% sus ventas a EEUU en su peor año. La geopolítica y la seguridad de la cadena de suministro, están dando lugar a decisiones económicas más allá de lo habitual. El coste de las operaciones ya no es lo único que se valora y empiezan a valorarse las cadenas de suministro con menores riesgos.
Esto también implica que las inversiones que hagan las empresas a partir de ahora se estudiarán de otra manera, considerando los imprevistos geopolíticos, los cibernéticos, las posibles interrupciones de los suministros y la exposición a fuertes alteraciones comerciales y aduaneras. Con la incertidumbre regulatoria las conexiones globales no se eliminan, se reconvierten para hacer frente a la interdependencia estratégica global. Posiblemente, la salida al problema está en las grandes alianzas alternativas y sólidas con mercados consolidados.
(*) José Rafael Díaz es ingeniero especializado en gestión marítimo-portuaria y planificación estratégica.
Leer más contenidos en el número 659 de la revista Mar del mes de octubre.
A finales de julio de 2025, tras una cumbre en Escocia entre la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen y el presidente de EEUU, Donald Trump, se firmó un acuerdo comercial, que ajustaba los aranceles fijados para los productos europeos en un tipo fijo del 15% sobre la mayoría de sus exportaciones, reemplazando la propuesta inicial del 30%. Con la aplicación definitiva a partir el 7 de agosto, la medida supone un contexto verdaderamente desafiante para el transporte marítimo.
Como parte del acuerdo, se firmaron exenciones mutuas, (“zero for zero”), para productos estratégicos como aeronaves, semiconductores, productos farmacéuticos genéricos y químicos críticos. Los aranceles sobre el acero y el aluminio, sin embargo, se mantenían en el 50%, lo que genera una gran incertidumbre para el sector metalúrgico español.
Este acuerdo ha evitado una escalada comercial severa, pero también ha generado el rechazo de determinados sectores productivos europeos, sobre todo en algunos estados miembros como Alemania y Francia.
París calificó el pacto de un “día oscuro para Europa”, mientras las compañías logísticas españolas alertaban del retroceso en el libre comercio y la fragmentación de las cadenas de suministro. El FMI, por su parte, valoró positivamente que el acuerdo redujera la tensión arancelaria y mejorara las previsiones económicas. Según declaraciones de Von der Leyen, el acuerdo es “sólido pero imperfecto”, preferible a una guerra comercial abierta.
FENÓMENO NEARSHORING
Las asociaciones profesionales proponen diversificar los mercados, mediante nuevas relaciones con países como India o Vietnam usando las embajadas como herramientas de apoyo comercial. España podría beneficiarse del fenómeno nearshoring, si posiciona su red logística de manera proactiva. La presión de EEUU para que sus socios inviertan directamente en su territorio, a cambio de ventajas arancelarias, transforma el modelo de relaciones comerciales clásicas, como se conocían hasta ahora.
En el primer semestre de 2025, las exportaciones españolas a EEUU, han caído un 5,1%, mientras que las importaciones han subido un 10,1%, siendo el déficit comercial con ese país de 7.083 millones de euros, un 37% superior que en 2024. España ha compensado estas cifras incrementando el comercio con China, exportando un 13,7% mas que en 2024 y también abriendo mercados con países emergentes en Asia y África.
En la UE, el impacto se ha dejado notar más. Durante el primer semestre de 2025, el superávit comercial con EEUU descendió en un 48%, de 18.500 millones de euros a 9.600 millones. Las exportaciones bajaron en un 10,3%, mientras que las importaciones se incrementaron en un 16,4%. Los mercados alternativos podrían ser el chino, los países integrantes del Mercosur, México e India.
SECTOR MARÍTIMO
Para hacer frente a la situación arancelaria, las compañías españolas están optando por diversificar mercados, reforzado especialmente los del sudeste asiático. Aunque el sector mantiene superávit y liderazgo, los aranceles tensionan la competitividad de las empresas y obligan a acelerar la innovación, la digitalización y acuerdos comerciales, para tratar de sostener las ventas. El mayor riesgo radica en la pérdida de competitividad, frente a terceros países con aranceles más bajos.
Es indudable que estos nuevos acuerdos arancelarios obligarán a las empresas a redimensionar sus rutas marítimas y replantear operativas en escenarios muy tensionados por la constante incertidumbre y la subida de los precios del transporte. Otra posible consecuencia es la reducción de los servicios regulares o supresión de escalas por parte de las compañías navieras, los denominados blank sailings.
Dada la sobreexplotación existente y la débil demanda actual de transporte, las líneas navieras se han visto obligadas a aumentar estas cancelaciones. A esto se suma que las tarifas spot seguirán cayendo en el segundo semestre de 2025, debido a la presión que ejerce la llegada de nuevos buques y a un entorno macroeconómico en retroceso. Bajo estas circunstancias, algunas grandes empresas han considerado producir en suelo norteamericano, como medida para evitar la nueva carga arancelaria, lo que plantea un importante reto para la industria española a medio plazo. En cualquier caso, las compañías que ya cuentan con presencia en territorio norteamericano, están reforzando a través de grandes inversiones, sus plantas de fabricación en EEUU, en detrimento de otras localizaciones.
Ahora el acuerdo entre EEUU y la UE fija un marco predecible, que podría estabilizar calendarios de carga y descarga, pero con sobrecostes de despacho.
Las triangulaciones entre fabricante, proveedor y cliente se incrementarán. Esto quiere decir, que una empresa española podría adquirir productos y suministrarlos a su cliente en un país tercero, sin que este pase por territorio nacional, ni por el despacho aduanero correspondiente, tratando de eludir o de reducir aranceles sobre estos, todo ello repercutiría indudablemente sobre los movimientos portuarios.
Los principales instalaciones portuarias enfrentarán, por tanto, un mayor control documental y una potencial reducción de escalas directas, si las navieras optan por usar hubs alternativos para eludir aranceles en su carga. El explorar nuevos destinos como las conexiones del acuerdo Mercosur, Medio Oriente, Asia y Sudeste Asiático, obliga a replantear nuevos corredores marítimos y alianzas portuarias.
Sin duda, la imposición de aranceles, a las hasta ahora importantes exportaciones de la Unión Europea con destino el mercado norteamericano, ha revitalizado el proyecto comercial de la Unión con los países latinoamericanos. Brasil ha sido lastrada con un arancel de carácter geopolítico del 50% por parte de Washington, lo que ha fortalecido los lazos comerciales con Europa a través del reciente tratado Mercosur, (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay).
El papel de los puertos canarios y su posición estratégica intercontinental, sin duda representa un plus, para afianzar un intercambio de mercancías en un contexto triangulado entre continentes, ahora al amparo de una nueva alianza comercial con Latinoamérica.
IMPACTO EN SECTORES CLAVE
La nueva tarifa del 15 % implica un encarecimiento directo de los productos exportados por vía marítima desde España, afectando a industrias como la agroalimentaria, la del vino, aceite, aceituna, quesos, embutidos, algunos bienes industriales, la maquinaria, y componentes eléctricos.
SECTOR AGROALIMENTARIO: Otros países con producción similar a la española, sobre todo en el sector primario, agroalimentario y pesquero, pero con condiciones arancelarias más ventajosas, como Chile y Marruecos, se verían favorecidos e incrementarían su competitividad. La salida a esta situación pasa por firmar acuerdos con nuevos importadores como Canadá, Japón y Corea del Sur, mercados que valoran la alta calidad del producto español. El sector de la aceituna, especialmente en Andalucía, ya había sufrido una caída del 30% en su cuota de mercado con EEUU tras las sanciones anteriores.
SECTOR INDUSTRIAL: En el sector industrial, de componentes eléctricos y de automoción, España exportó más de 1.000 millones de euros en 2024. La automoción y sobre todo su mercado de producción de piezas y componentes, si se verá afectado, repercutiendo directamente en la logística de exportación de algunos puertos. Se mantendrá el gravamen del 50% para el acero y aluminio. La producción naval quedará en clara desventaja con estas condiciones, así como la del sector metalúrgico español.
INDUSTRIA FARMACÉUTICA: En la actividad farmacéutica, los aranceles aplican sobre todo a los medicamentos no genéricos. Los genéricos y los semiconductores, entran dentro de la categoría de arancel cero, por el acuerdo expreso alcanzado entre las partes.
PÉRDIDA DE COMPETITIVIDAD E IMPACTO ECONÓMICO
El impacto económico estimado sobre el PIB español, podría cifrarse en el 0,15% a medio plazo, según cálculos del FMI y del Banco de España, si se mantiene el arancel del 15%. En términos de liquidez, España puede dejar de ingresar aproximadamente 20.000 millones de euros (en adelante, M€).
Poniendo algunos ejemplos por autonomías, en el País Vasco, se proyecta un impacto económico directo de unos 400 M€, afectando particularmente a la producción industrial de maquinaria, sector siderúrgico y producción vinícola. Andalucía estima una pérdida de unos 9.300 empleos y una caída del PIB de 509 M€, tras la entrada en vigor del arancel del 15%, especialmente en el sector agroalimentario y manufacturero. Solo el sector olivarero, ha perdido en torno a 240 M€ desde 2017, por sanciones sucesivas, reduciendo un 70% sus ventas a EEUU en su peor año. La geopolítica y la seguridad de la cadena de suministro, están dando lugar a decisiones económicas más allá de lo habitual. El coste de las operaciones ya no es lo único que se valora y empiezan a valorarse las cadenas de suministro con menores riesgos.
Esto también implica que las inversiones que hagan las empresas a partir de ahora se estudiarán de otra manera, considerando los imprevistos geopolíticos, los cibernéticos, las posibles interrupciones de los suministros y la exposición a fuertes alteraciones comerciales y aduaneras. Con la incertidumbre regulatoria las conexiones globales no se eliminan, se reconvierten para hacer frente a la interdependencia estratégica global. Posiblemente, la salida al problema está en las grandes alianzas alternativas y sólidas con mercados consolidados.
(*) José Rafael Díaz es ingeniero especializado en gestión marítimo-portuaria y planificación estratégica.
Leer más contenidos en el número 659 de la revista Mar del mes de octubre.



