Pequeños astilleros - Revista Mar
Fundación y Centro Tecnológico Soermar
A la vanguardia de la tecnología y la sostenibilidad
02/12/2024
Marina mercante
Lorena Gándara
El Centro Tecnológico Soermar lleva más de dos décadas apoyando a pequeños y medianos astilleros a través de proyectos I+D+i. La entidad surgió para responder a la necesidad de incorporar la tecnología más avanzada en el diseño y construcción de los buques. En 2002, se expandieron y crearon la Fundación Centro Tecnológico Soermar, que introduce nuevas vías de actuación para fomentar la innovación y mejorar la competitividad del sector.
En un contexto de constantes cambios y demandas, en el que la Unión Europea quiere reducir las emisiones y el impacto ambiental en más de un 50% de cara a 2030, y la Organización Marítima Internacional (OMI) conseguir las emisiones netas nulas en 2050, se hace fundamental la labor de Soermar. La entidad ayuda a empresas del sector marítimo-naval a poner en marcha y gestionar diferentes proyectos de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i), desde la idea inicial, la búsqueda de socios y la consecución de los objetivos marcados, hasta el desarrollo tecnológico y la obtención de las ayudas e incentivos fiscales aplicables al proyecto. Entre sus competencias también se incluye realizar estudios de viabilidad, programas formativos en tecnologías sostenibles y la representación de los astilleros ante las instituciones públicas nacionales y europeas.
La sostenibilidad y protección del medioambiente no es el único desafío que afronta el transporte marítimo y, por extensión, Soermar. Eva Novoa, directora general de la plataforma, confiesa que el mayor reto que enfrentan es disponer de “profesionales que nos ayuden a afrontar los retos que la sociedad y el futuro demandarán al transporte marítimo”, así como “conseguir la autonomía estratégica industrial, tanto para contribuir al desarrollo económico del país, como para hacer frente a las crisis que puedan sobrevenir”.
En la actualidad, la plataforma está conformada por 18 pequeños y medianos astilleros privados de España con los que trabajan mano a mano en el desarrollo y aplicación de cada proyecto.
IA EN EL MAR
Los astilleros pueden mejorar su competitividad y actividad profesional con la aplicación de tecnologías como la industria 4.0, computación en la nube, big data, robotización o el uso de la inteligencia artificial (IA). En el caso de la última, Novoa explica que su uso en el sector naval aún es incipiente, pero que ya la están aplicando en algunas fases de sus proyectos: “Es una herramienta que nos permite optimizar el diseño y la creación de soluciones, el análisis de grandes volúmenes de datos, la automatización de los procesos experimentales, reducir costos a través de la simulación y crear modelos predictivos”. No obstante, reconoce que esta inteligencia no solo tiene ventajas, también implica desafíos como el riesgo de que se produzca un sesgo en los datos, la transparencia de los algoritmos empleados o la vulnerabilidad de la seguridad de los sistemas.
PROYECTOS
A lo largo de estos años han llevado a cabo cientos de proyectos, en números se traduce en un total de 401 proyectos y 45 estudios en 20 años. De todos estos proyectos se pueden destacar algunos como HIDRAM, que está a punto de finalizar y podría ayudar a la descarbonización del transporte marítimo a través de un modelo pionero que permite almacenar hidrógeno en forma de amoníaco verde y convertirlo en electricidad. Sobre este proyecto, la directora de Soermar asegura que “los logros conseguidos, ya superan a los objetivos”. El proyecto terminará su desarrollo en el mes de diciembre, al igual que SEABAT, en el que se ha desarrollado una batería marítima totalmente eléctrica y que reducirá el alto coste que suponen otros sistemas de baterías acuáticas. Otro proyecto destacado es AENEAS, que permitirá reducir las emisiones de los buques marinos mediante un innovador sistema de almacenamiento de electricidad que mejorará la eficiencia energética y el consumo.
COMPETENCIA ASIÁTICA
La inminente entrada de países como China en la industria tecnológica naval es un desafío. Sobre la dificultad que plantea la competencia asiática y sus avances tecnológicos, Novoa se pronuncia: “No se ven sometidos a la estricta normativa europea en el ámbito de la competencia. Además, cuentan con líneas de ayudas y apoyos que, en Europa, serían impensables, lo que nos sitúa en una clara posición de desventaja”.
Ante esta realidad asegura que solo les queda seguir apostando por lo que están haciendo en materia de innovación y tecnología para mantener la competitividad, pero también es importante establecer sinergias colaborativas y alianzas estratégicas con potencias tecnológicas y países con industrias avanzadas del sector naval. No obstante, Novoa explica cómo esa competencia con China y su influencia puede verse desde un punto de vista positivo, ya que es “una oportunidad para diversificar los mercados y concentrarse en nichos donde no puede competir directamente con nuestra industria”.
Por otra parte, en los proyectos mencionados, que están financiados con programas de la Unión Europea como HORIZON EUROPE Y HORIZON 2020, están muy presentes las aportaciones de países como Francia, Alemania, Países Bajos, Noruega, Bélgica, Italia, Grecia y Turquía. Socios con los que colaboran y trabajan habitualmente en planes de I+D+i.
HACIA LA DESCARBONIZACIÓN
Reducir la huella de carbono y fomentar el reciclaje al final del ciclo de vida de los buques son objetivos que debe cumplir el transporte marítimo. En esta línea trabaja Soermar, aunque aseguran que se trata de planes ambiciosos que depende de muchos factores como el desarrollo de nuevas tecnologías, la adopción de políticas globales y la viabilidad económica. Novoa se sincera sobre la cuestión asegurando que “es imposible establecer una fecha, pero sí podemos hablar de plazos”.
El primer plazo para la consolidación del transporte verde sería a corto-medio plazo (2024-2035). En este período se materializarán las tecnologías híbridas que combinan la combustión tradicional con la propulsión eléctrica o de hidrógeno. También se incrementará el uso de biocombustibles y gases que reduzcan el carbono y se tendrán en cuenta regulaciones como el Reglamento MARPOL de la OMI para la reducción de emisiones de dióxido de azufre y otros agentes contaminantes.
El segundo plazo que manejan para la aplicación es a medio-largo plazo (2035-2050), en el que serán necesarias medidas más drásticas como la electrificación de algunas flotas y la creación de estaciones de recarga en puertos o la propulsión por hidrógeno verde para alcanzar la sostenibilidad plena.
Una reducción drástica de las emisiones a la atmósfera y al medio marino conllevaría un avance significativo en materia medioambiental, ya que la OMI estima que “actualmente alrededor del 90% del comercio mundial se transporta a través del transporte marítimo internacional”.
OPINIÓN:
Eva Novoa, Directora General de Soermar
Apostamos por la tecnología naval como palanca de transformación de la seguridad de los trabajadores del mar mediante el uso de sistemas avanzados de navegación, monitoreo de la salud, automatización, comunicación y detección de riesgos. Estos avances no solo minimizan los riesgos y mejoran las condiciones laborales, también permiten una reacción más rápida y efectiva en situaciones de emergencia, contribuyendo a la reducción de accidentes y muertes en el mar. Sin embargo, es importante continuar invirtiendo en innovación tecnológica y capacitación para maximizar su efectividad, porque, si hay algo importante en lo que invertir, es en seguridad.
Leer más en el número 650 de la revista Mar
En un contexto de constantes cambios y demandas, en el que la Unión Europea quiere reducir las emisiones y el impacto ambiental en más de un 50% de cara a 2030, y la Organización Marítima Internacional (OMI) conseguir las emisiones netas nulas en 2050, se hace fundamental la labor de Soermar. La entidad ayuda a empresas del sector marítimo-naval a poner en marcha y gestionar diferentes proyectos de Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i), desde la idea inicial, la búsqueda de socios y la consecución de los objetivos marcados, hasta el desarrollo tecnológico y la obtención de las ayudas e incentivos fiscales aplicables al proyecto. Entre sus competencias también se incluye realizar estudios de viabilidad, programas formativos en tecnologías sostenibles y la representación de los astilleros ante las instituciones públicas nacionales y europeas.
La sostenibilidad y protección del medioambiente no es el único desafío que afronta el transporte marítimo y, por extensión, Soermar. Eva Novoa, directora general de la plataforma, confiesa que el mayor reto que enfrentan es disponer de “profesionales que nos ayuden a afrontar los retos que la sociedad y el futuro demandarán al transporte marítimo”, así como “conseguir la autonomía estratégica industrial, tanto para contribuir al desarrollo económico del país, como para hacer frente a las crisis que puedan sobrevenir”.
En la actualidad, la plataforma está conformada por 18 pequeños y medianos astilleros privados de España con los que trabajan mano a mano en el desarrollo y aplicación de cada proyecto.
IA EN EL MAR
Los astilleros pueden mejorar su competitividad y actividad profesional con la aplicación de tecnologías como la industria 4.0, computación en la nube, big data, robotización o el uso de la inteligencia artificial (IA). En el caso de la última, Novoa explica que su uso en el sector naval aún es incipiente, pero que ya la están aplicando en algunas fases de sus proyectos: “Es una herramienta que nos permite optimizar el diseño y la creación de soluciones, el análisis de grandes volúmenes de datos, la automatización de los procesos experimentales, reducir costos a través de la simulación y crear modelos predictivos”. No obstante, reconoce que esta inteligencia no solo tiene ventajas, también implica desafíos como el riesgo de que se produzca un sesgo en los datos, la transparencia de los algoritmos empleados o la vulnerabilidad de la seguridad de los sistemas.
PROYECTOS
A lo largo de estos años han llevado a cabo cientos de proyectos, en números se traduce en un total de 401 proyectos y 45 estudios en 20 años. De todos estos proyectos se pueden destacar algunos como HIDRAM, que está a punto de finalizar y podría ayudar a la descarbonización del transporte marítimo a través de un modelo pionero que permite almacenar hidrógeno en forma de amoníaco verde y convertirlo en electricidad. Sobre este proyecto, la directora de Soermar asegura que “los logros conseguidos, ya superan a los objetivos”. El proyecto terminará su desarrollo en el mes de diciembre, al igual que SEABAT, en el que se ha desarrollado una batería marítima totalmente eléctrica y que reducirá el alto coste que suponen otros sistemas de baterías acuáticas. Otro proyecto destacado es AENEAS, que permitirá reducir las emisiones de los buques marinos mediante un innovador sistema de almacenamiento de electricidad que mejorará la eficiencia energética y el consumo.
COMPETENCIA ASIÁTICA
La inminente entrada de países como China en la industria tecnológica naval es un desafío. Sobre la dificultad que plantea la competencia asiática y sus avances tecnológicos, Novoa se pronuncia: “No se ven sometidos a la estricta normativa europea en el ámbito de la competencia. Además, cuentan con líneas de ayudas y apoyos que, en Europa, serían impensables, lo que nos sitúa en una clara posición de desventaja”.
Ante esta realidad asegura que solo les queda seguir apostando por lo que están haciendo en materia de innovación y tecnología para mantener la competitividad, pero también es importante establecer sinergias colaborativas y alianzas estratégicas con potencias tecnológicas y países con industrias avanzadas del sector naval. No obstante, Novoa explica cómo esa competencia con China y su influencia puede verse desde un punto de vista positivo, ya que es “una oportunidad para diversificar los mercados y concentrarse en nichos donde no puede competir directamente con nuestra industria”.
Por otra parte, en los proyectos mencionados, que están financiados con programas de la Unión Europea como HORIZON EUROPE Y HORIZON 2020, están muy presentes las aportaciones de países como Francia, Alemania, Países Bajos, Noruega, Bélgica, Italia, Grecia y Turquía. Socios con los que colaboran y trabajan habitualmente en planes de I+D+i.
HACIA LA DESCARBONIZACIÓN
Reducir la huella de carbono y fomentar el reciclaje al final del ciclo de vida de los buques son objetivos que debe cumplir el transporte marítimo. En esta línea trabaja Soermar, aunque aseguran que se trata de planes ambiciosos que depende de muchos factores como el desarrollo de nuevas tecnologías, la adopción de políticas globales y la viabilidad económica. Novoa se sincera sobre la cuestión asegurando que “es imposible establecer una fecha, pero sí podemos hablar de plazos”.
El primer plazo para la consolidación del transporte verde sería a corto-medio plazo (2024-2035). En este período se materializarán las tecnologías híbridas que combinan la combustión tradicional con la propulsión eléctrica o de hidrógeno. También se incrementará el uso de biocombustibles y gases que reduzcan el carbono y se tendrán en cuenta regulaciones como el Reglamento MARPOL de la OMI para la reducción de emisiones de dióxido de azufre y otros agentes contaminantes.
El segundo plazo que manejan para la aplicación es a medio-largo plazo (2035-2050), en el que serán necesarias medidas más drásticas como la electrificación de algunas flotas y la creación de estaciones de recarga en puertos o la propulsión por hidrógeno verde para alcanzar la sostenibilidad plena.
Una reducción drástica de las emisiones a la atmósfera y al medio marino conllevaría un avance significativo en materia medioambiental, ya que la OMI estima que “actualmente alrededor del 90% del comercio mundial se transporta a través del transporte marítimo internacional”.
OPINIÓN:
Eva Novoa, Directora General de Soermar
Apostamos por la tecnología naval como palanca de transformación de la seguridad de los trabajadores del mar mediante el uso de sistemas avanzados de navegación, monitoreo de la salud, automatización, comunicación y detección de riesgos. Estos avances no solo minimizan los riesgos y mejoran las condiciones laborales, también permiten una reacción más rápida y efectiva en situaciones de emergencia, contribuyendo a la reducción de accidentes y muertes en el mar. Sin embargo, es importante continuar invirtiendo en innovación tecnológica y capacitación para maximizar su efectividad, porque, si hay algo importante en lo que invertir, es en seguridad.
Leer más en el número 650 de la revista Mar