El pasado 4 de febrero de 2025, España dio un paso importante en la conservación de los océanos al ratificar el Tratado sobre Diversidad Biológica Marina en Áreas Fuera de la Jurisdicción Nacional (BBNJ). Este acuerdo, conocido como el Tratado Global de los Océanos, busca establecer medidas para la protección y gestión sostenible de los ecosistemas marinos en alta mar.Lo que supone un avance clave en la conservación marina.
Con esta ratificación, España se convierte en el primer país de la Unión Europea en formalizar su adhesión a este tratado, reafirmando su compromiso con la preservación de la biodiversidad oceánica y el uso sostenible de los recursos marinos. La decisión ha sido celebrada por diversas organizaciones ecologistas, quienes consideran este paso un hito en la política ambiental del país y un ejemplo a seguir para otras naciones.
BIODIVERSIDAD MARINA
El acuerdo establece la meta de proteger al menos el 30% de las aguas internacionales para 2030, en línea con los objetivos globales de conservación fijados en el Marco Mundial de Biodiversidad de Kunming-Montreal. Además, promueve la creación de áreas marinas protegidas y regula la explotación de los recursos genéticos marinos, asegurando una distribución equitativa de sus beneficios.
Los océanos cubren más del 70% del planeta y albergan una gran diversidad de especies, muchas de ellas aún desconocidas para la ciencia. Sin embargo, la actividad humana ha puesto en riesgo estos ecosistemas debido a la sobreexplotación de recursos, la contaminación y los efectos del cambio climático. La implementación del Tratado Global de los Océanos pretende revertir esta situación a través de un marco regulador que garantice la protección y recuperación de los hábitats marinos más vulnerables.
Uno de los aspectos fundamentales del tratado es su capacidad para regular actividades emergentes en alta mar, como la bioprospección y la minería submarina, asegurando que estas prácticas no generen un impacto irreversible en los ecosistemas marinos. Las organizaciones ecologistas han subrayado la necesidad de que los países implementen mecanismos efectivos para monitorear y hacer cumplir las disposiciones del tratado, evitando así lagunas legales que puedan poner en peligro su eficacia.
REACCIONES Y DEMANDAS
Diversas organizaciones defensoras del medioambiente han acogido con satisfacción la ratificación de España, destacando su liderazgo en la protección de los océanos. Amigas de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF han coincidido en señalar que este paso representa un avance significativo, pero insisten en la necesidad de adoptar medidas adicionales para garantizar una protección efectiva de los mares.
Entre las principales demandas de estas organizaciones se encuentran la aceleración de la hoja de ruta para la protección del 30% de las aguas jurisdiccionales españolas antes de 2030 y la salvaguarda del 25% de los mares nacionales para 2025. Asimismo, piden fortalecer la gestión de los espacios marinos protegidos mediante planes específicos con recursos adecuados, así como prohibir la minería submarina en aguas nacionales, replicando la prohibición existente sobre la exploración de gas y petróleo.
Para que el Tratado Global de los Océanos entre en vigor, es necesario que al menos 60 países lo ratifiquen. Hasta la fecha, solo 16 lo han hecho, incluyendo Chile, que fue el primero en 2024.
DESAFÍOS
La participación activa de España en la promoción de este acuerdo podría incentivar a más naciones a sumarse a la iniciativa, acelerando su implementación global. El éxito del tratado dependerá no solo del número de países que lo ratifiquen, sino también de la efectividad con la que se apliquen sus medidas. Será crucial desarrollar estrategias de monitoreo, establecer mecanismos de financiación para la conservación marina y garantizar la cooperación internacional en la gestión de los océanos. Además, la educación ambiental y la concienciación de la sociedad jugarán un papel clave en la protección de estos ecosistemas esenciales para el equilibrio del planeta.
Leer más en el
número 653 de la revista Mar