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Lágrimas de plástico por Galicia
01/02/2024
Medio Ambiente
Patricia Romero Alonso
El pasado 8 diciembre, el portacontenedores Toconao, de armador alemán pero bandera de Liberia, perdió seis contenedores frente a las costas portuguesas. Uno de esos contenedores llevaba 25.000 kilos de pélets de plástico que comenzaron a aparecer en las playas gallegas pocos días después.
El Toconao es un buque mercante de tamaño medio con capacidad para 8.700 contenedores. Salió de Algeciras el 5 de diciembre con destino a Rotterdam contratado por un empresario indio. A 50 millas de la localidad portuguesa de Viana de Castelo y tras ser golpeado por una ola, perdió seis contenedores.
El capitán emitió una alerta de seguridad marítima para que otros barcos no colisionasen con los contenedores a la deriva, indicando que no se trataba de mercancías peligrosas. Los contenedores transportaban neumáticos, latas de tomate, rollos de papel aluminio y plástico y sacos de pélets, unas esferas de plástico del tamaño de una lenteja.
Cinco días después aparecieron los primeros sacos en las playas de Corrubedo y Espiñeirido (A Coruña), a casi 200 kilómetros de Viana de Castelo. Después, se han localizado en otros 58 arenales gallegos y algunas playas de Asturias.
Los 1.050 sacos, de 25 kilos cada uno, pertenecen a la empresa polaca Bedeko Europe, dedicada a la fabricación y distribución de polímeros. La firma asegura que los pélets no son tóxicos, ya que se emplean como materia prima para la fabricación de envases de plástico para la industria alimentaria.
Por el momento las comunidades gallega y asturiana son las más afectadas. Las corrientes han llevado el vertido hacia el norte y este pero esta circunstancia cambia en verano, por lo que al invertirse el sentido, en un año, estos pélets podrían arribar a costas canarias, según informa el instituto Ecoaqua de la Universidad de Las Palmas. Al cierre de esta edición todavía no se había informado de la llegada de los pélets a Cantabria o Euskadi.
Cientos de voluntarios y un dispositivo de limpieza de playas de más de 400 efectivos, dispuestos por la Xunta, trabajan sin descanso. A finales de enero se habían recogido estimativamente el equivalente a 112 sacos, poco más de un 10% del vertido. La Xunta afirma haber retirado 2.800 kilos de pélets y más de 6.000 kilos de otros plásticos. Las autorizades asturianas reportan haber recogido cerca de 10 kilos. La aseguradora del Toconao ha enviado técnicos a la zona para la recogida y ha firmado convenios de limpieza con algunos municipios gallegos.
NO SON TÓXICOS
Diversos informes técnicos descartan la toxicidad para el ser humano de los pélets, compuestos en un 90% de polietileno y por el aditivo UV622, aunque se desconocen las sustancias que podrían desprender en su descomposición.
Estas pequeñas esferas tienen entre 2 y 5 mm de diámetro, el polímero del que están compuestas es un material con una densidad inferior al agua por lo que flota y es arrastrado por las corrientes pudiendo viajar a grandes distancias. Cuando llega a las costas se mezcla con otros residuos y en las playas puede enterrarse en la arena.
Se trata de un material no biodegradable pero con el paso del tiempo se puede ir rompiendo y al ser ingerido por peces y otra fauna marina llegar a obstruir su aparato digestivo por acumulación. La localización del contenedor y el análisis de su interior sería imprescindible para conocer el alcance real del vertido.
La Unidad Especializada en Medio Ambiente de la Fiscalía General del Estado ha encargado ya las primeras diligencias de investigación. El fiscal Antonio Vercher, ha solicitado informes al Seprona. Científicos del CSIC también están investigando. Ecologistas en Acción ha interpuesto demanda penal ante el Juzgado de Noia contra la empresa propietaria del navío Toconao por un delito contra el medioambiente y los recursos naturales.
EL ENTRAMADO EMPRESARIAL
Una de las partes más complejas de la investigación será seguir el rastro patrimonial del portacontenedores. Su armador, nacional de Alemania, es propietario de Polar 3 LTD, una empresa de servicios marítimos con base en Chipre que a su vez pertenece a una compañía radicada en el paraíso fiscal de Islas Bermudas pero navega bajo pabellón liberiano. Para complicarlo más aún, fue la naviera Maersk la que subcontrató los servicios del armador del Toconao, tras recibir el encargo del empresario indio.
Desde la Comisión de Medioambiente de la Eurocámara, el socialdemócrata portugués Joao Albuquerque lanzó un aviso para instar a la aprobación de una ley que provea de mayor seguridad en el mar y que evite accidentes como el del Toconao. Alburquerque fue el ponente de una propuesta legislativa presentada el pasado octubre para que las empresas puedan prevenir la pérdida accidental de pélets, y su obligación de limpiar estos microplásticos, en caso de vertido.
Por su parte, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, aseguraba que estos pélets no afectan al consumo de pescado y marisco capturado en la zona. En la misma línea, la patronal pesquera Cepesca tranquilizaba a los consumidores recordando que el sector pesquero español permanece alerta para garantizar que los pescados y mariscos lleguen a los consumidores con los mayores estándares de calidad y seguridad.
La investigación tendrá que determinar al completo la cadena de responsabilidades, desde los avisos y las decisiones tomadas, hasta el rastro patrimonial del buque y las empresas implicadas.
MAR 642
El Toconao es un buque mercante de tamaño medio con capacidad para 8.700 contenedores. Salió de Algeciras el 5 de diciembre con destino a Rotterdam contratado por un empresario indio. A 50 millas de la localidad portuguesa de Viana de Castelo y tras ser golpeado por una ola, perdió seis contenedores.
El capitán emitió una alerta de seguridad marítima para que otros barcos no colisionasen con los contenedores a la deriva, indicando que no se trataba de mercancías peligrosas. Los contenedores transportaban neumáticos, latas de tomate, rollos de papel aluminio y plástico y sacos de pélets, unas esferas de plástico del tamaño de una lenteja.
Cinco días después aparecieron los primeros sacos en las playas de Corrubedo y Espiñeirido (A Coruña), a casi 200 kilómetros de Viana de Castelo. Después, se han localizado en otros 58 arenales gallegos y algunas playas de Asturias.
Los 1.050 sacos, de 25 kilos cada uno, pertenecen a la empresa polaca Bedeko Europe, dedicada a la fabricación y distribución de polímeros. La firma asegura que los pélets no son tóxicos, ya que se emplean como materia prima para la fabricación de envases de plástico para la industria alimentaria.
Por el momento las comunidades gallega y asturiana son las más afectadas. Las corrientes han llevado el vertido hacia el norte y este pero esta circunstancia cambia en verano, por lo que al invertirse el sentido, en un año, estos pélets podrían arribar a costas canarias, según informa el instituto Ecoaqua de la Universidad de Las Palmas. Al cierre de esta edición todavía no se había informado de la llegada de los pélets a Cantabria o Euskadi.
Cientos de voluntarios y un dispositivo de limpieza de playas de más de 400 efectivos, dispuestos por la Xunta, trabajan sin descanso. A finales de enero se habían recogido estimativamente el equivalente a 112 sacos, poco más de un 10% del vertido. La Xunta afirma haber retirado 2.800 kilos de pélets y más de 6.000 kilos de otros plásticos. Las autorizades asturianas reportan haber recogido cerca de 10 kilos. La aseguradora del Toconao ha enviado técnicos a la zona para la recogida y ha firmado convenios de limpieza con algunos municipios gallegos.
NO SON TÓXICOS
Diversos informes técnicos descartan la toxicidad para el ser humano de los pélets, compuestos en un 90% de polietileno y por el aditivo UV622, aunque se desconocen las sustancias que podrían desprender en su descomposición.
Estas pequeñas esferas tienen entre 2 y 5 mm de diámetro, el polímero del que están compuestas es un material con una densidad inferior al agua por lo que flota y es arrastrado por las corrientes pudiendo viajar a grandes distancias. Cuando llega a las costas se mezcla con otros residuos y en las playas puede enterrarse en la arena.
Se trata de un material no biodegradable pero con el paso del tiempo se puede ir rompiendo y al ser ingerido por peces y otra fauna marina llegar a obstruir su aparato digestivo por acumulación. La localización del contenedor y el análisis de su interior sería imprescindible para conocer el alcance real del vertido.
La Unidad Especializada en Medio Ambiente de la Fiscalía General del Estado ha encargado ya las primeras diligencias de investigación. El fiscal Antonio Vercher, ha solicitado informes al Seprona. Científicos del CSIC también están investigando. Ecologistas en Acción ha interpuesto demanda penal ante el Juzgado de Noia contra la empresa propietaria del navío Toconao por un delito contra el medioambiente y los recursos naturales.
EL ENTRAMADO EMPRESARIAL
Una de las partes más complejas de la investigación será seguir el rastro patrimonial del portacontenedores. Su armador, nacional de Alemania, es propietario de Polar 3 LTD, una empresa de servicios marítimos con base en Chipre que a su vez pertenece a una compañía radicada en el paraíso fiscal de Islas Bermudas pero navega bajo pabellón liberiano. Para complicarlo más aún, fue la naviera Maersk la que subcontrató los servicios del armador del Toconao, tras recibir el encargo del empresario indio.
Desde la Comisión de Medioambiente de la Eurocámara, el socialdemócrata portugués Joao Albuquerque lanzó un aviso para instar a la aprobación de una ley que provea de mayor seguridad en el mar y que evite accidentes como el del Toconao. Alburquerque fue el ponente de una propuesta legislativa presentada el pasado octubre para que las empresas puedan prevenir la pérdida accidental de pélets, y su obligación de limpiar estos microplásticos, en caso de vertido.
Por su parte, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, aseguraba que estos pélets no afectan al consumo de pescado y marisco capturado en la zona. En la misma línea, la patronal pesquera Cepesca tranquilizaba a los consumidores recordando que el sector pesquero español permanece alerta para garantizar que los pescados y mariscos lleguen a los consumidores con los mayores estándares de calidad y seguridad.
La investigación tendrá que determinar al completo la cadena de responsabilidades, desde los avisos y las decisiones tomadas, hasta el rastro patrimonial del buque y las empresas implicadas.
MAR 642