Seguridad a bordo en los petroleros - Revista Mar
Prevención laboral en la maniobra de Bunkering
Seguridad a bordo en los petroleros
01/02/2024
Marina mercante
José María Núñez de Castro
Las operaciones de buques petroleros están sujetas a una serie de normativas y regulaciones internacionales destinadas a garantizar la seguridad, la protección del medio ambiente y el bienestar de la tripulación. La Organización Marítima Internacional (OMI) establece normas para la seguridad marítima. El Código Internacional para la Protección de los Buques y de las Instalaciones Portuarias (Código PBIP) y el Convenio Internacional para la Seguridad de la Vida Humana en el Mar (SOLAS) son ejemplos de regulaciones obligadas.
El Código Internacional de la Gestión de la Seguridad (ISM) establece estándares para la gestión segura y la operación de los buques. Requiere que las empresas navieras desarrollen, implementen y mantengan procedimientos de seguridad y protección del medio ambiente. El Convenio Internacional sobre Estándares de Formación, Titulación y Guardia para las gentes del mar (STCW), establece estándares para la formación y titulación del personal marítimo, incluida la tripulación de buques petroleros, garantizando competencias y habilidades adecuadas. El código IBC establece la seguridad del transporte en el mar de mercancías peligrosas y nocivas a granel. El OCIN es un foro marítimo internacional de gaseros y petroleros con la intención de aunar una normativa no vinculante a nivel de recomendaciones para el transporte y el suministro.
SEGURIDAD PERSONAL
El equipo de protección para la tripulación a bordo de buques petroleros debe estar diseñado para garantizar la seguridad de los trabajadores en entornos marítimos específicos y protegerlos de posibles riesgos, como incendios, derrames de productos químicos, exposición a elementos climáticos adversos y otros peligros.
Los EPI a bordo de los petroleros son: trajes ignífugos resistentes al fuego que protegen contra las altas temperaturas y llamas; guantes ignífugos que están diseñados para proteger las manos contra el calor y las llamas; guantes de trabajo que protegen contra abrasiones, cortaduras y productos químicos; botas de seguridad antideslizantes y resistentes al agua y a productos químicos, con puntera de acero para la protección contra las caídas de objetos pesados; casco de bombero equipado con visor y protector facial, que protegen la cabeza y la cara durante los incendios; máscaras y respiradores contra vapores tóxicos o partículas en el aire, en caso de necesidad; y gafas de seguridad que protegen los ojos contra proyecciones de partículas, productos químicos y salpicaduras.
BUNKERING
El bunkering es la operación de abastecimiento de combustible a una embarcación, y la protección personal durante estas operaciones es decisiva.
Los trabajadores que participan en esta maniobra deben de usar ropa de protección adecuada, que incluya overoles resistentes al fuego para protegerse de posibles salpicaduras de combustible. Se deben utilizar guantes resistentes a productos químicos y calzado de seguridad para proteger las manos y los pies durante el manejo de las mangueras y las conexiones. Las gafas de seguridad y, en algunos casos, pantallas faciales, son esenciales para proteger los ojos y la cara. Si las operaciones de bunkering involucran trabajar en alturas, se deben utilizar arneses de seguridad y otros equipos de protección contra caídas.
Es importante que la tripulación y los trabajadores estén visibles durante las operaciones, por lo que el uso de ropa o equipos reflectantes puede ser necesario, sobre todo en las maniobras nocturnas. Alfonso Bericua, ingeniero naval: “Los buques tienen que disponer de focos para iluminar con un mínimo de quinientos lux”.
Cualquier trabajo que no sea habitual a bordo implica hacer una evaluación para minimizar los riesgos y tomar medidas correctoras.
La formación adecuada sobre los procedimientos seguros de bunkering y la conciencia sobre los peligros asociados, son componentes clave de la protección personal.
La tripulación debe de estar familiarizada de los riesgos y saber cómo actuar en caso de emergencia, lo que es muy importante para los tripulantes de nueva incorporación. Es fundamental destacar que las medidas de protección personal específicas pueden variar según las condiciones operativas y las regulaciones locales e internacionales. Además, la coordinación efectiva entre el personal de la embarcación y el proveedor de combustible es determinante para garantizar la seguridad durante el suministro.
SIMULACROS A BORDO
Julen Alberdi es el primer oficial del petrolero “Bahía Levante”, responsable de la carga y seguridad del buque: “Los simulacros de accidentes son ejercicios que hacemos de forma habitual. Si vemos que hay necesidad de algún requerimiento de repaso de formación en la tripulación, se da una charla al respecto, lo que hacemos de forma continua. Este es nuestro día a día a bordo. También cronometramos los tiempos de actuación, siempre en base a que el ejercicio se haga de forma totalmente correcta.”
ENTREVISTA
Alfonso Bericua Sierpe
“Nuestra premisa es cero accidentes a bordo”
Alfonso Bericua Sierpe es ingeniero naval, responsable de riesgos laborales en Mureloil S.A.U.
¿De cuántos buques dispone la naviera?
Actualmente operamos con cinco buques, cuatro petroleros de productos, y un buque tanque de suministro. El petrolero “Bahía Levante”, botado en 2022 y construido por las instalaciones de Murueta en Erandio (Vizcaya), combina el diésel eléctrico y la propulsión híbrida que garantiza cero emisiones en puerto.
¿A qué riesgos se ven sometidos los tripulantes de un petrolero?
La seguridad a bordo de estos buques debe de ser extrema. El mayor accidente al que nos podemos enfrentar es la atmósfera explosiva. En un petrolero el riesgo de inflamación se produce por encima de los 60 grados, que es menos peligroso que los quimiqueros que están por debajo de esta temperatura.
En todas las maniobras a bordo de los petroleros es muy difícil que se lleguen a producir accidentes específicos en este tipo de buques. Los barcos están diseñados y adecuados para minimizar al máximo los percances. En todo caso, como mucho, puede producirse algún accidente aislado, habitual de cualquier tipo de buques. Los operarios que realizan la maniobra, tienen que actuar de forma correcta para, por ejemplo, evitar el tirón de espalda, que pudiera producirse en los desplazamientos de mangueras de menor sección, ya que para las más grandes se utilizan grúas.
En cubierta se debe de tener un cuidado especial para no resbalar por la humedad que se pueda formar.
¿Es importante la transformación digital?
La digitalización de datos es clave porque se pueden hacer rápidamente las estadísticas, para identificar los problemas, lo que facilita la seguridad en la prevención de los buques de nuestra flota.
La carga, la temperatura y las presiones, se controlan a través de las pantallas. Cada vez estamos más automatizados. Los sensores, que son muy fiables, te van dando lecturas en todo momento, lo que te permite tener la información global del buque en tiempo real. Es imprescindible la información instantánea, que ayuda a que no llegue el momento crítico en el que pueda surgir un accidente, y poder actuar de forma inmediata, rápida y segura con un margen de antelación satisfactorio.
¿Para embarcar en un petrolero se exige un curso especial?
Efectivamente, los tripulantes deben tener el Certificado de Especialidad Marítima STCW, que obtienen realizando el curso: “Formación Avanzada para Operaciones de Carga en Buques Petroleros”, que se realiza a través de la Dirección General de la Marina Mercante en sus entidades colaboradoras.
Este curso va dirigido al capitán, los oficiales y todos los tripulantes que participan en las maniobras.
Por normativa estamos obligados a hacer ejercicios de simulacros tanto de incendios, como de derrame, de abandono de buque, ataques de piratas, ataques cibernéticos etc.
Todos están normalizados y hay que llevar un registro a bordo de los mismos.
Los ejercicios de simulacro a bordo, la formación continua y la profesionalidad persigue el objetivo de nuestra premisa que es cero accidentes a bordo.
Ver número 642 de febrero
El Código Internacional de la Gestión de la Seguridad (ISM) establece estándares para la gestión segura y la operación de los buques. Requiere que las empresas navieras desarrollen, implementen y mantengan procedimientos de seguridad y protección del medio ambiente. El Convenio Internacional sobre Estándares de Formación, Titulación y Guardia para las gentes del mar (STCW), establece estándares para la formación y titulación del personal marítimo, incluida la tripulación de buques petroleros, garantizando competencias y habilidades adecuadas. El código IBC establece la seguridad del transporte en el mar de mercancías peligrosas y nocivas a granel. El OCIN es un foro marítimo internacional de gaseros y petroleros con la intención de aunar una normativa no vinculante a nivel de recomendaciones para el transporte y el suministro.
SEGURIDAD PERSONAL
El equipo de protección para la tripulación a bordo de buques petroleros debe estar diseñado para garantizar la seguridad de los trabajadores en entornos marítimos específicos y protegerlos de posibles riesgos, como incendios, derrames de productos químicos, exposición a elementos climáticos adversos y otros peligros.
Los EPI a bordo de los petroleros son: trajes ignífugos resistentes al fuego que protegen contra las altas temperaturas y llamas; guantes ignífugos que están diseñados para proteger las manos contra el calor y las llamas; guantes de trabajo que protegen contra abrasiones, cortaduras y productos químicos; botas de seguridad antideslizantes y resistentes al agua y a productos químicos, con puntera de acero para la protección contra las caídas de objetos pesados; casco de bombero equipado con visor y protector facial, que protegen la cabeza y la cara durante los incendios; máscaras y respiradores contra vapores tóxicos o partículas en el aire, en caso de necesidad; y gafas de seguridad que protegen los ojos contra proyecciones de partículas, productos químicos y salpicaduras.
BUNKERING
El bunkering es la operación de abastecimiento de combustible a una embarcación, y la protección personal durante estas operaciones es decisiva.
Los trabajadores que participan en esta maniobra deben de usar ropa de protección adecuada, que incluya overoles resistentes al fuego para protegerse de posibles salpicaduras de combustible. Se deben utilizar guantes resistentes a productos químicos y calzado de seguridad para proteger las manos y los pies durante el manejo de las mangueras y las conexiones. Las gafas de seguridad y, en algunos casos, pantallas faciales, son esenciales para proteger los ojos y la cara. Si las operaciones de bunkering involucran trabajar en alturas, se deben utilizar arneses de seguridad y otros equipos de protección contra caídas.
Es importante que la tripulación y los trabajadores estén visibles durante las operaciones, por lo que el uso de ropa o equipos reflectantes puede ser necesario, sobre todo en las maniobras nocturnas. Alfonso Bericua, ingeniero naval: “Los buques tienen que disponer de focos para iluminar con un mínimo de quinientos lux”.
Cualquier trabajo que no sea habitual a bordo implica hacer una evaluación para minimizar los riesgos y tomar medidas correctoras.
La formación adecuada sobre los procedimientos seguros de bunkering y la conciencia sobre los peligros asociados, son componentes clave de la protección personal.
La tripulación debe de estar familiarizada de los riesgos y saber cómo actuar en caso de emergencia, lo que es muy importante para los tripulantes de nueva incorporación. Es fundamental destacar que las medidas de protección personal específicas pueden variar según las condiciones operativas y las regulaciones locales e internacionales. Además, la coordinación efectiva entre el personal de la embarcación y el proveedor de combustible es determinante para garantizar la seguridad durante el suministro.
SIMULACROS A BORDO
Julen Alberdi es el primer oficial del petrolero “Bahía Levante”, responsable de la carga y seguridad del buque: “Los simulacros de accidentes son ejercicios que hacemos de forma habitual. Si vemos que hay necesidad de algún requerimiento de repaso de formación en la tripulación, se da una charla al respecto, lo que hacemos de forma continua. Este es nuestro día a día a bordo. También cronometramos los tiempos de actuación, siempre en base a que el ejercicio se haga de forma totalmente correcta.”
ENTREVISTA
Alfonso Bericua Sierpe
“Nuestra premisa es cero accidentes a bordo”
Alfonso Bericua Sierpe es ingeniero naval, responsable de riesgos laborales en Mureloil S.A.U.
¿De cuántos buques dispone la naviera?
Actualmente operamos con cinco buques, cuatro petroleros de productos, y un buque tanque de suministro. El petrolero “Bahía Levante”, botado en 2022 y construido por las instalaciones de Murueta en Erandio (Vizcaya), combina el diésel eléctrico y la propulsión híbrida que garantiza cero emisiones en puerto.
¿A qué riesgos se ven sometidos los tripulantes de un petrolero?
La seguridad a bordo de estos buques debe de ser extrema. El mayor accidente al que nos podemos enfrentar es la atmósfera explosiva. En un petrolero el riesgo de inflamación se produce por encima de los 60 grados, que es menos peligroso que los quimiqueros que están por debajo de esta temperatura.
En todas las maniobras a bordo de los petroleros es muy difícil que se lleguen a producir accidentes específicos en este tipo de buques. Los barcos están diseñados y adecuados para minimizar al máximo los percances. En todo caso, como mucho, puede producirse algún accidente aislado, habitual de cualquier tipo de buques. Los operarios que realizan la maniobra, tienen que actuar de forma correcta para, por ejemplo, evitar el tirón de espalda, que pudiera producirse en los desplazamientos de mangueras de menor sección, ya que para las más grandes se utilizan grúas.
En cubierta se debe de tener un cuidado especial para no resbalar por la humedad que se pueda formar.
¿Es importante la transformación digital?
La digitalización de datos es clave porque se pueden hacer rápidamente las estadísticas, para identificar los problemas, lo que facilita la seguridad en la prevención de los buques de nuestra flota.
La carga, la temperatura y las presiones, se controlan a través de las pantallas. Cada vez estamos más automatizados. Los sensores, que son muy fiables, te van dando lecturas en todo momento, lo que te permite tener la información global del buque en tiempo real. Es imprescindible la información instantánea, que ayuda a que no llegue el momento crítico en el que pueda surgir un accidente, y poder actuar de forma inmediata, rápida y segura con un margen de antelación satisfactorio.
¿Para embarcar en un petrolero se exige un curso especial?
Efectivamente, los tripulantes deben tener el Certificado de Especialidad Marítima STCW, que obtienen realizando el curso: “Formación Avanzada para Operaciones de Carga en Buques Petroleros”, que se realiza a través de la Dirección General de la Marina Mercante en sus entidades colaboradoras.
Este curso va dirigido al capitán, los oficiales y todos los tripulantes que participan en las maniobras.
Por normativa estamos obligados a hacer ejercicios de simulacros tanto de incendios, como de derrame, de abandono de buque, ataques de piratas, ataques cibernéticos etc.
Todos están normalizados y hay que llevar un registro a bordo de los mismos.
Los ejercicios de simulacro a bordo, la formación continua y la profesionalidad persigue el objetivo de nuestra premisa que es cero accidentes a bordo.
Ver número 642 de febrero