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El inventor del "patín"
05/04/2024
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Historia
Raúl Villa Caro (*)
En los años 70 a nivel mundial apenas existía experiencia en botaduras, en grada inclinada, de buques superpetroleros de gran desplazamiento. Por ello la lógica aconsejó que en Fene (A Coruña) en aquel momento se efectuaran numerosos cálculos, con el objetivo de poder estimar con suficiente exactitud la influencia de todas las variables que intervenían en el proceso de la botadura, de manera que ésta se pudiera comprobar para que el día señalado, cuando un buque superpetrolero deslizara por las imadas, lo hiciera sin ningún contratiempo. Para contrarrestar las presiones en el giro y en el extremo de la grada (instante “delicado” en el que el buque abandona la grada durante el deslizamiento el día de la botadura, y en el que el buque alcanza las mayores presiones), fue necesario disponer de una “cuna” y de un perfil adecuado de las imadas, al objeto de que las presiones se redujeran al mínimo. La cuna fue diseñada de manera que no se superaran las cargas máximas admisibles en la grada en ningún momento, y además iba provista de un ingenioso dispositivo a proa, “el patín”, que facilitaba el giro del buque al entrar en contacto con el agua, evitando así los brutales rozamientos que se producían y que podrían llegar a partir el buque.
Entre los años 1967 y 1983, la empresa “Astilleros y Talleres del Noroeste, S.A. (ASTANO)” construyó 38 buques petroleros. Aquellas naves incluyeron un amplio espectro de tipologías de barcos, abarcando desde los pequeños petroleros de distribución de 500 toneladas de peso muerto (TPM), para CAMPSA, hasta los mayores buques construidos en grada inclinada, de más de 363.000 TPM, para armadores como Gulf Oil Corporation.
EL PETROLERO ARTEAGA
En aquellos años se produjo un hito histórico, la botadura del petrolero Arteaga en el año 1972, el mayor buque de la historia construido en grada inclinada hasta aquel momento. Se debe destacar que, a petición de los armadores, el escantillonado (grosor del casco) del Arteaga superó los requerimientos exigidos por la Sociedad de Clasificación en aquellos momentos. Aquella botadura supuso un hito insuperable que convirtió a Ferrol, a su comarca, y a sus astilleros, en iconos de la ría y de la ciudad. ASTANO, junto a la Empresa Nacional Bazán, convirtieron a la ciudad departamental en aquellos años en el mayor emporio técnico naval de nuestro país. Aquel año de 1972 el Arteaga se convertiría en el mayor buque construido hasta entonces en una grada, ya que los petroleros de esa época se construían en dique seco. Aquel 15 de abril de 1972 todos los ojos del mundo estaban puestos en un astillero de Ferrol, ASTANO. Aquel hito, que sigue formando parte del orgullo ferrolano, evidenció el talento de una ciudad y de sus ingenieros navales, que fueron capaces de desarrollar los dispositivos necesarios para poder realizar la botadura desde la grada inclinada, y de forma satisfactoria. Y no debemos olvidar que los cálculos de aquella botadura se llevaron a cabo con un simple ordenador de 256 kb, algo impensable en nuestros días. Pero además aquellos ingenieros no estaban solos, sino que estaban acompañados del buen hacer de los 5.000 trabajadores de la factoría, y de varios cientos más, de empresas auxiliares de la comarca.
desafío técnico superado En aquella fecha histórica de 1972, los técnicos japoneses, y algunos europeos, que construían hasta aquel momento los petroleros de mayor porte del mundo, no quisieron perderse el acto. Y no fueron los únicos. Profesionales del mundo entero se dieron cita en el astillero de Fene aquel célebre 15 de abril, y probablemente muchos pensando que iban a ver cómo se partiría un superpetrolero en el momento de entrar en contacto con la mar. Pero eso no ocurrió, más bien todo lo contrario, el patín cumplió su labor, y el buque entraba suavemente en el agua, al tiempo que se tensaban los cables de las enormes rastras de cadenas que fueron frenando su arrancada y lo dejaron flotando libremente en la ría. Ferrol había defendido su tesis doctoral obteniendo una calificación de “sobresaliente cum laude”, gracias a que había superado un desafío técnico de gran envergadura, irrepetible, y además de manera muy notable.
el día del lanzamiento
Los problemas más importantes que surgieron a la hora de estudiar el lanzamiento del día señalado estuvieron relacionados con las altas presiones esperadas en el deslizamiento y con la resistencia necesaria en la grada.
Las altas presiones que se podrían llegar a alcanzar eran particularmente preocupantes en el momento en que el buque llegara al extremo de la basada (instante en el que se produce el giro final del buque), ya que durante ese momento es necesaria una gran resistencia en la zona de proa del buque.
Para la distribución de las reacciones, no se consideró válida la hipótesis clásica de una distribución trapezoidal de pesos, sino que se tuvo en cuenta la elasticidad de la cuna e imadas, así como la flexibilidad del buque como viga, de la cual ya había dado cuenta antes, y entre otros, el ingeniero naval Ignacio Espinosa de los Monteros y Bermejillo.
EL CEREBRO DEL PATÍN
A sus 94 años José Deus López nos abandonó de manera tranquila, tal como él era, el 20 de junio de 2023. Deus tuvo una vida llena de éxitos e historias trepidantes que bien se merecerían todo un largometraje. Fue dado por desaparecido en dos ocasiones, buceando a la superficie salvó a la tripulación de su submarino, y contribuyó a la creación y éxito del astillero de ASTANO. Deus era doctor ingeniero naval, pero en sus orígenes perteneció al Cuerpo de Máquinas de la Armada. Posteriormente, en 1959, realizó los cursos de Estudios Superiores en el Instituto y Observatorio de la Marina de San Fernando, y a continuación siguió con los cursos de la Escuela Superior de Ingenieros Navales de Madrid, que le sirvieron para poder ingresar en el Cuerpo de Ingenieros de la Armada. Ya destinado en el Arsenal Militar de Ferrol fue jefe de los Servicios Técnicos de Casco y Máquinas, y también Segundo jefe de la Inspección de Construcciones y Obras del Arsenal de Ferrol (ICOFER), hoy denominada Ingeniería de Construcciones y Obras.
Deus comenzó a trabajar en ASTANO en el año 1963, donde se jubiló siendo el director del Departamento de Ingeniería y Estudios, y es considerado uno de los mayores expertos mundiales en el proceso de botadura, por lo que viajó por todo el mundo enseñando sus conocimientos. Deus inventó el “patín” y perfeccionó el procedimiento de soportado del buque en grada inclinada sobre “cama elástica”, que permitió la botadura de los mayores buques del mundo construidos en ASTANO, la serie del Arteaga y Al Ándalus, de 323.000 y 363.000 TPM respectivamente.
Asimismo, también desarrolló procedimientos de alineación de líneas de ejes de grandes buques, mediante la utilización de extensómetros, y llevó a cabo un novedoso estudio para aplicar el concepto de construcción en serie a los grandes petroleros en ASTANO, mediante la transferencia de popas entre gradas.
Raúl Villa Caro
Doctor ingeniero naval y oceánico, Capitán de la Marina Mercante, Oficial de la Armada, y secretario de
la Fundación EXPONAV
Leer más contenidos en la revista 644 del número de abril
Entre los años 1967 y 1983, la empresa “Astilleros y Talleres del Noroeste, S.A. (ASTANO)” construyó 38 buques petroleros. Aquellas naves incluyeron un amplio espectro de tipologías de barcos, abarcando desde los pequeños petroleros de distribución de 500 toneladas de peso muerto (TPM), para CAMPSA, hasta los mayores buques construidos en grada inclinada, de más de 363.000 TPM, para armadores como Gulf Oil Corporation.
EL PETROLERO ARTEAGA
En aquellos años se produjo un hito histórico, la botadura del petrolero Arteaga en el año 1972, el mayor buque de la historia construido en grada inclinada hasta aquel momento. Se debe destacar que, a petición de los armadores, el escantillonado (grosor del casco) del Arteaga superó los requerimientos exigidos por la Sociedad de Clasificación en aquellos momentos. Aquella botadura supuso un hito insuperable que convirtió a Ferrol, a su comarca, y a sus astilleros, en iconos de la ría y de la ciudad. ASTANO, junto a la Empresa Nacional Bazán, convirtieron a la ciudad departamental en aquellos años en el mayor emporio técnico naval de nuestro país. Aquel año de 1972 el Arteaga se convertiría en el mayor buque construido hasta entonces en una grada, ya que los petroleros de esa época se construían en dique seco. Aquel 15 de abril de 1972 todos los ojos del mundo estaban puestos en un astillero de Ferrol, ASTANO. Aquel hito, que sigue formando parte del orgullo ferrolano, evidenció el talento de una ciudad y de sus ingenieros navales, que fueron capaces de desarrollar los dispositivos necesarios para poder realizar la botadura desde la grada inclinada, y de forma satisfactoria. Y no debemos olvidar que los cálculos de aquella botadura se llevaron a cabo con un simple ordenador de 256 kb, algo impensable en nuestros días. Pero además aquellos ingenieros no estaban solos, sino que estaban acompañados del buen hacer de los 5.000 trabajadores de la factoría, y de varios cientos más, de empresas auxiliares de la comarca.
desafío técnico superado En aquella fecha histórica de 1972, los técnicos japoneses, y algunos europeos, que construían hasta aquel momento los petroleros de mayor porte del mundo, no quisieron perderse el acto. Y no fueron los únicos. Profesionales del mundo entero se dieron cita en el astillero de Fene aquel célebre 15 de abril, y probablemente muchos pensando que iban a ver cómo se partiría un superpetrolero en el momento de entrar en contacto con la mar. Pero eso no ocurrió, más bien todo lo contrario, el patín cumplió su labor, y el buque entraba suavemente en el agua, al tiempo que se tensaban los cables de las enormes rastras de cadenas que fueron frenando su arrancada y lo dejaron flotando libremente en la ría. Ferrol había defendido su tesis doctoral obteniendo una calificación de “sobresaliente cum laude”, gracias a que había superado un desafío técnico de gran envergadura, irrepetible, y además de manera muy notable.
el día del lanzamiento
Los problemas más importantes que surgieron a la hora de estudiar el lanzamiento del día señalado estuvieron relacionados con las altas presiones esperadas en el deslizamiento y con la resistencia necesaria en la grada.
Las altas presiones que se podrían llegar a alcanzar eran particularmente preocupantes en el momento en que el buque llegara al extremo de la basada (instante en el que se produce el giro final del buque), ya que durante ese momento es necesaria una gran resistencia en la zona de proa del buque.
Para la distribución de las reacciones, no se consideró válida la hipótesis clásica de una distribución trapezoidal de pesos, sino que se tuvo en cuenta la elasticidad de la cuna e imadas, así como la flexibilidad del buque como viga, de la cual ya había dado cuenta antes, y entre otros, el ingeniero naval Ignacio Espinosa de los Monteros y Bermejillo.
EL CEREBRO DEL PATÍN
A sus 94 años José Deus López nos abandonó de manera tranquila, tal como él era, el 20 de junio de 2023. Deus tuvo una vida llena de éxitos e historias trepidantes que bien se merecerían todo un largometraje. Fue dado por desaparecido en dos ocasiones, buceando a la superficie salvó a la tripulación de su submarino, y contribuyó a la creación y éxito del astillero de ASTANO. Deus era doctor ingeniero naval, pero en sus orígenes perteneció al Cuerpo de Máquinas de la Armada. Posteriormente, en 1959, realizó los cursos de Estudios Superiores en el Instituto y Observatorio de la Marina de San Fernando, y a continuación siguió con los cursos de la Escuela Superior de Ingenieros Navales de Madrid, que le sirvieron para poder ingresar en el Cuerpo de Ingenieros de la Armada. Ya destinado en el Arsenal Militar de Ferrol fue jefe de los Servicios Técnicos de Casco y Máquinas, y también Segundo jefe de la Inspección de Construcciones y Obras del Arsenal de Ferrol (ICOFER), hoy denominada Ingeniería de Construcciones y Obras.
Deus comenzó a trabajar en ASTANO en el año 1963, donde se jubiló siendo el director del Departamento de Ingeniería y Estudios, y es considerado uno de los mayores expertos mundiales en el proceso de botadura, por lo que viajó por todo el mundo enseñando sus conocimientos. Deus inventó el “patín” y perfeccionó el procedimiento de soportado del buque en grada inclinada sobre “cama elástica”, que permitió la botadura de los mayores buques del mundo construidos en ASTANO, la serie del Arteaga y Al Ándalus, de 323.000 y 363.000 TPM respectivamente.
Asimismo, también desarrolló procedimientos de alineación de líneas de ejes de grandes buques, mediante la utilización de extensómetros, y llevó a cabo un novedoso estudio para aplicar el concepto de construcción en serie a los grandes petroleros en ASTANO, mediante la transferencia de popas entre gradas.
Raúl Villa Caro
Doctor ingeniero naval y oceánico, Capitán de la Marina Mercante, Oficial de la Armada, y secretario de
la Fundación EXPONAV
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