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Apuntes quirúrgicos
Dolor de abdomen agudo
28/05/2025
ISM
Sanidad marítima
Almudena Martínez Vieira (*)

El dolor de abdomen agudo es un dolor abdominal de inicio súbito, reciente, cuya resolución requiere de una intervención quirúrgica urgente.
A diferencia de lo que ocurre con el dolor súbito en el área del corazón o las punzadas fuertes en la cabeza, que son interpretados por la mayoría de la población como procesos de una cierta gravedad vital y para los que se suelen tomar medidas rápidas, no ocurre lo mismo cuando un dolor brusco se presenta a nivel del vientre.
El dolor en el abdomen es un síntoma muy habitual y su origen muy diverso, dada la cantidad de órganos y tejidos que constituyen la porción del cuerpo comprendida entre el diafragma y el esqueleto de la pelvis: musculos y fascias, grasa, piel, sistema digestivo, urinario, reproductivo, grandes vasos del sistema vascular, ganglios del sistema inmunológico y fibras nerviosas, órganos endocrinos y estructuras oseas como vértebras dorsolumbares.
En la mayoria de las ocasiones, el dolor procede del daño crónico o fluctuante, más o menos intenso, ocasionado en alguna de estas estructuras, como ocurre con la acidez de estómago, el colon irritable, los diverticulos intestinales, la inflamación crónica del páncreas o hígado por alcohol o las infecciones, el dolor menstrual, las litiasis o arenilla al pasar por uréteres, vejiga o vesícula biliar, la deficiencia crónica de sangre en caso de arteriosclerosis avanzada, el dolor reflejado hacia delante secundario a procesos vertebrales, neurológicos o cutáneos como el caso del herpes zóster, o por irritación de focos infecciosos de la vecindad como ocurre en las neumonías localizadas en la parte inferior de los pulmones. En todos estos casos, el dolor es usualmente reconocido por la persona que lo sufre, y su manejo o tratamiento, a no ser que existan complicaciones, suele ser a base de dieta, medicinas y reposo.
Sin embargo, cuando el dolor se presenta de manera súbita o reciente (horas o pocos días), sobre todo en personas exentas de enfermedades crónicas, generando un tipo de dolor “nuevo” para la persona, que va intensificandose por momentos, afectando su estado general y que, a la exploración por el responsable sanitario de los buques presenta unas determinadas características, hay que estar muy alerta ya que, en la mayoría de las ocasiones, su resolución precisa de alguna intervención médica con mayor o menor urgencia en quirófano. A este tipo de cuadro, se conoce en términos médicos como “abdomen agudo”.
SOBRE LA CAUSA
Con frecuencia, el cuadro está originado por un proceso inflamatorio que puede derivar hacia una infección grave y generalizada (sepsis) o hacia la perforación de un órgano. Las vísceras que conforman el tubo digestivo, a diferencia de otros órganos del cuerpo, tienen una serie de características particulares: producen y almacenan en su luz sustancias (jugos gástricos, pancreáticos, bilis, orina) que degradan los nutrientes y que, vertidos sobre los tejidos externos, los inflaman y erosionan. Además, el interior del tubo digestivo esta colonizado por innumerables cepas de bacterias que participan en los procesos fisiológicos, estas al verse alteradas las condiciones del ambiente como puede ser el caso de una obstrucción del intestino, abandonan la luz e invaden la cavidad abominal generando infecciones generalizadas (peritonitis), abscesos de pus, comunicaciones anormales entre tejidos (fístulas) o perforaciones francas con salida y vertido de las heces y jugos hacia la cavidad libre.
Por otra parte, el abdomen contiene vísceras y grandes vasos sanguíneos que almacenan un gran porcentaje del voumen total de sangre del organismo, por lo que, una lesión de los mismos, ya sea por un problema vascular o un traumatismo a bordo, podría originar una importante hemorragia de consecuencias fatales en pocos minutos, si no se actúa con la premura requerida en esos momentos.
CUÁNDO SOSPECHAR
En la inmensa mayoría de los casos, el cuadro se presenta como un dolor brusco, agudo de horas o a lo más un par de días de evolución. A veces se acompaña de nauseas y vómitos, pérdida de apetito, sensación febril, y puede aliviar o agravarse con determinadas posturas, como sucede con el empeoramiento con la tos, esfuerzos musculares con el vientre, las piernas estiradas, y la mejora con la flexión de las mismas o la posición de decúbito.
El dato clave es la aparición de una dolorosa contractura en la musculatura del abdomen, llegando a presentar el vientre a la palpación la rigidez de una tabla, sobre todo en casos de perforación del tubo digestivo. En la mayoría de los casos, además, la persona presenta una intensificación del dolor al realizarle la maniobra de compresión y descompresión sobre la pared de su abdomen, debido a la irritación de las fibras de las capas internas de la misma por el proceso inflamatorio o por el efecto irritativo del aire, los jugos o la sangre vertida dentro de la cavidad.
CÓMO ACTUAR
La sospecha de un cuadro de abdomen agudo requiere de valoración médica urgente, ya que la solución al problema es la intervención quirúrgica para la extirpación del órgano afectado en la gran mayoría de los casos. Es recomendable mantener a la persona a dieta, si es posible,sin administrar medicación alguna. Si se encuentra embarcado, es imprescindible requerir consejo al Centro Radio Médico por el responsable sanitario a bordo, En este contexto, la lámina de síntomas es de gran ayuda para explicar la topografía del dolor. Dicha información acompañada de la descripción de los síntomas servirá para obtener instrucciones acerca de cómo proceder y lograr que el enfermo sea lo más rápidamente posible atendido en tierra.
(*) Doctora Almudena Martínez Vieira, médico de Sanidad Marítima
Leer más contenidos en el número 656 del mes de junio
A diferencia de lo que ocurre con el dolor súbito en el área del corazón o las punzadas fuertes en la cabeza, que son interpretados por la mayoría de la población como procesos de una cierta gravedad vital y para los que se suelen tomar medidas rápidas, no ocurre lo mismo cuando un dolor brusco se presenta a nivel del vientre.
El dolor en el abdomen es un síntoma muy habitual y su origen muy diverso, dada la cantidad de órganos y tejidos que constituyen la porción del cuerpo comprendida entre el diafragma y el esqueleto de la pelvis: musculos y fascias, grasa, piel, sistema digestivo, urinario, reproductivo, grandes vasos del sistema vascular, ganglios del sistema inmunológico y fibras nerviosas, órganos endocrinos y estructuras oseas como vértebras dorsolumbares.
En la mayoria de las ocasiones, el dolor procede del daño crónico o fluctuante, más o menos intenso, ocasionado en alguna de estas estructuras, como ocurre con la acidez de estómago, el colon irritable, los diverticulos intestinales, la inflamación crónica del páncreas o hígado por alcohol o las infecciones, el dolor menstrual, las litiasis o arenilla al pasar por uréteres, vejiga o vesícula biliar, la deficiencia crónica de sangre en caso de arteriosclerosis avanzada, el dolor reflejado hacia delante secundario a procesos vertebrales, neurológicos o cutáneos como el caso del herpes zóster, o por irritación de focos infecciosos de la vecindad como ocurre en las neumonías localizadas en la parte inferior de los pulmones. En todos estos casos, el dolor es usualmente reconocido por la persona que lo sufre, y su manejo o tratamiento, a no ser que existan complicaciones, suele ser a base de dieta, medicinas y reposo.
Sin embargo, cuando el dolor se presenta de manera súbita o reciente (horas o pocos días), sobre todo en personas exentas de enfermedades crónicas, generando un tipo de dolor “nuevo” para la persona, que va intensificandose por momentos, afectando su estado general y que, a la exploración por el responsable sanitario de los buques presenta unas determinadas características, hay que estar muy alerta ya que, en la mayoría de las ocasiones, su resolución precisa de alguna intervención médica con mayor o menor urgencia en quirófano. A este tipo de cuadro, se conoce en términos médicos como “abdomen agudo”.
SOBRE LA CAUSA
Con frecuencia, el cuadro está originado por un proceso inflamatorio que puede derivar hacia una infección grave y generalizada (sepsis) o hacia la perforación de un órgano. Las vísceras que conforman el tubo digestivo, a diferencia de otros órganos del cuerpo, tienen una serie de características particulares: producen y almacenan en su luz sustancias (jugos gástricos, pancreáticos, bilis, orina) que degradan los nutrientes y que, vertidos sobre los tejidos externos, los inflaman y erosionan. Además, el interior del tubo digestivo esta colonizado por innumerables cepas de bacterias que participan en los procesos fisiológicos, estas al verse alteradas las condiciones del ambiente como puede ser el caso de una obstrucción del intestino, abandonan la luz e invaden la cavidad abominal generando infecciones generalizadas (peritonitis), abscesos de pus, comunicaciones anormales entre tejidos (fístulas) o perforaciones francas con salida y vertido de las heces y jugos hacia la cavidad libre.
Por otra parte, el abdomen contiene vísceras y grandes vasos sanguíneos que almacenan un gran porcentaje del voumen total de sangre del organismo, por lo que, una lesión de los mismos, ya sea por un problema vascular o un traumatismo a bordo, podría originar una importante hemorragia de consecuencias fatales en pocos minutos, si no se actúa con la premura requerida en esos momentos.
CUÁNDO SOSPECHAR
En la inmensa mayoría de los casos, el cuadro se presenta como un dolor brusco, agudo de horas o a lo más un par de días de evolución. A veces se acompaña de nauseas y vómitos, pérdida de apetito, sensación febril, y puede aliviar o agravarse con determinadas posturas, como sucede con el empeoramiento con la tos, esfuerzos musculares con el vientre, las piernas estiradas, y la mejora con la flexión de las mismas o la posición de decúbito.
El dato clave es la aparición de una dolorosa contractura en la musculatura del abdomen, llegando a presentar el vientre a la palpación la rigidez de una tabla, sobre todo en casos de perforación del tubo digestivo. En la mayoría de los casos, además, la persona presenta una intensificación del dolor al realizarle la maniobra de compresión y descompresión sobre la pared de su abdomen, debido a la irritación de las fibras de las capas internas de la misma por el proceso inflamatorio o por el efecto irritativo del aire, los jugos o la sangre vertida dentro de la cavidad.
CÓMO ACTUAR
La sospecha de un cuadro de abdomen agudo requiere de valoración médica urgente, ya que la solución al problema es la intervención quirúrgica para la extirpación del órgano afectado en la gran mayoría de los casos. Es recomendable mantener a la persona a dieta, si es posible,sin administrar medicación alguna. Si se encuentra embarcado, es imprescindible requerir consejo al Centro Radio Médico por el responsable sanitario a bordo, En este contexto, la lámina de síntomas es de gran ayuda para explicar la topografía del dolor. Dicha información acompañada de la descripción de los síntomas servirá para obtener instrucciones acerca de cómo proceder y lograr que el enfermo sea lo más rápidamente posible atendido en tierra.
(*) Doctora Almudena Martínez Vieira, médico de Sanidad Marítima
Leer más contenidos en el número 656 del mes de junio