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El mejor servicio público que se puede prestar como apoyo al desarrollo de la acuicultura sostenible en Andalucía son la financiación, la investigación e innovación, la comunicación eficaz a la sociedad, el desarrollo de las capacidades de las personas y organizaciones, y fundamentalmente la buena gobernanza.
La acuicultura en Andalucía tiene sus raíces en las marismas transformadas en salinas de la Bahía de Cádiz y la costa occidental de Huelva. A partir de los años 30, la caída de la rentabilidad de las salinas llevó al abandono de muchas de estas instalaciones. Sin embargo, los esteros —reservorios de agua utilizados en la producción de sal— comenzaron a aprovecharse como criaderos naturales de especies autóctonas, generando una producción accesoria que servía de alimento para los trabajadores. Ya en los años 70, estas extensas superficies inundables, abastecidas por entradas naturales de agua y ricas en peces, crustáceos y moluscos, iniciaron su reconversión en granjas marinas.
Este método tradicional y artesanal, único en Europa, se desarrolla en los llamados Esteros Andaluces, que representan el 80% de los establecimientos en tierra firme, muchos de ellos ubicados en espacios naturales protegidos, lo que refuerza el carácter sostenible de esta actividad. El cultivo se realiza en balsas excavadas en zonas de marisma, aprovechando el ecosistema singular de canales y estanques de evaporación heredado de las antiguas salinas. La circulación de agua por acción mareal, además de la entrada natural de alimento y un medio de cultivo propicio, da lugar a cultivos marinos sostenibles en estas áreas.
La singularidad de los esteros, en cuanto a su biodiversidad y diversidad cultural, se refleja en paisajes caracterizados por estas estructuras mareales, que dan identidad al paisaje. Además de albergar multitud de especies marinas, son “hoteles de lujo” de numerosas aves, ya que esta actividad acuícola supone la recuperación de áreas que aportan importantes servicios ecosistémicos, no solo como refugio para la avifauna, sino también como protección frente a la subida del nivel del mar, y la conservación de especies de flora y fauna.
En la zona se conservan edificaciones históricas de gran valor patrimonial, como las casas salineras y los molinos de marea. Además, conviven diversos usos complementarios que, junto con la acuicultura sostenible, aportan un importante valor agroeconómico al territorio, como el turismo vinculado a los espacios naturales y otras actividades compatibles con la conservación del entorno.
DOS VERTIENTES
La tipología de la acuicultura marina en Andalucía está estrechamente vinculada a la morfología de la vertiente en la que se desarrolla, ya que la plataforma continental suratlántica andaluza es amplia y de poca profundidad, favoreciendo la existencia de zonas de acuicultura en tierra, mientras que la plataforma mediterránea alcanza altas profundidades muy cerca de la costa, predominando en ésta las zonas de acuicultura en mar.
En consecuencia, en la vertiente suratlántica, además de las marinas transformadas descritas, destacan los parques de cultivo de moluscos, instalaciones en naves, tanques, biorreactores y sistemas de recirculación acuícola (RAS). Por otro lado, en la región surmediterránea predomina una acuicultura en mar abierto, basada en viveros flotantes y sistemas de long-line, destinados principalmente a la producción de dorada, lubina y mejillón.
Por otro lado, la acuicultura continental regional, ubicada en las cuencas hidrográficas, tiene su origen en los años 60, pero con un fin de repoblación para uso lúdico y recreativo. Posteriormente, se empezó a diversificar el sector con un fin productivo alimentario de estas producciones y con la incorporación de iniciativas privadas, que también han tenido grandes transformaciones en los últimos años. Desde las tradicionales empresas de economía familiar que comenzaron su actividad en los años 70-80, hasta constituir prósperas e innovadoras instalaciones acuícolas de caviar, esturión y truchas, generadoras de empleo estable.
TIPOS DE CULTIVO
Si relacionamos ubicación y tipo de instalaciones, con la intervención humana y densidades de cultivo, en Andalucía nos encontramos con la siguiente tipología: cultivos extensivos, que se desarrollan en marismas transformadas de manera tradicional a bajas densidades y donde las especies de cría entran de forma natural, sin aporte de alimentación u oxígeno, ni equipos de producción acuícola. Encontramos otros donde se realizan puntuales aportes de larvas, alevines o postlarvas, con algunos equipos de apoyo, también ubicados en zonas de marismas transformadas o parques de cultivo, denominados extensivos mejorados. En éstos las principales especies producidas son dorada, lubina, mugílidos, almeja japonesa, además del camarón y otros como macroalgas y holoturias.
Según aumenta la intervención y la densidad de cultivo nos encontramos con cultivos semiintensivos, que se siguen desarrollando, por un lado, en zonas de marismas transformadas, donde se crían lubina, dorada, corvina o langostino japonés. Y por otro lado, en mar los cultivos de ostra rizada y mejillón.
Los cultivos intensivos se dan igualmente tanto en tierra, en instalaciones cubiertas (tanques en naves, RAS, biorreactores etc.), siendo las especies de cultivo lenguado, seriola, microalgas (Nannochloropsis gaditana, Tetraselmis chuii, Dunaliella salina), trucha y esturión. como viveros en mar, con producción de lubina principalmente.
Esteros en las marismas de la desembocadura del Guadalquivir.LA BUENA GOBERNANZA
La acuicultura en Andalucía produce unos beneficios aproximados de 81 millones de euros al año y en torno a 700 puestos de trabajo, fluctuando en producciones de 8.000 tn-10.000 tn en base a los ciclos de cultivo. Es un sector compuesto por 112 establecimientos, 100 en tierra y 12 en mar. Aproximadamente casi el 90% de la acuicultura en Andalucía se desarrolla en tierra. Sin embargo, las instalaciones en mar generan mayor volumen de producción acuícola, casi el 50%, así como los mayores beneficios económicos.
La realidad de la acuicultura andaluza tiene diferencias con las distintas regiones del territorio nacional. Pero dentro de las similitudes, todas las regiones somos dependientes del contexto actual, con unos marcos regulatorios complejos en los que participan numerosos agentes regionales, nacionales y supranacionales.
Es innegable que la acuicultura es un importante sector de producción alimentaria de rápido crecimiento. Debemos reflexionar, y hablar de acuicultura pensando en una actividad ganadera que genera alimento, empleo y desarrollo territorial. Pero que además tiene necesidades de ubicación, en espacios mayormente de Dominio Público Marítimo Terrestre, recursos y otros requerimientos para su desarrollo.
En Andalucía existe la oportunidad de hacer uso de los recursos que proporciona la singularidad de sus enclaves, y que permiten que se desarrolle una acuicultura que proporciona un beneficio ambiental, económico y social en el territorio. Siendo el trabajo de las administraciones públicas determinantes para fomentar, dinamizar y reforzar el papel de los productores, que son base de la cadena alimentaria.
Sin embargo, el sector acuícola solicita reformas encaminadas a simplificar la burocracia, reducir las cargas administrativas y garantizar que las regulaciones sean aplicables y propicias para mejorar la productividad de la acuicultura y el crecimiento de la producción. Todo ello equilibrando las regulaciones ambientales con la producción primaria de alimentos. Pero también solicitan la capacitación de los funcionarios y empleados públicos, que en mayor o menor medida toman decisiones que condicionan el desarrollo de la acuicultura en Andalucía.
En base a ello, el mejor servicio que se puede prestar es la financiación, la investigación e innovación, la comunicación eficaz para potenciar la percepción positiva sobre la actividad, el desarrollo de las capacidades de las personas y organizaciones, y fundamentalmente la gobernanza.
ESTRATEGIA TRANSVERSAL
Respecto a la gobernanza, seguiremos trabajando en la transversalidad de la Estrategia de Acuicultura de Andalucía a través del Comité de Acuicultura de Andalucía y sus grupos de trabajo. Siendo fundamental la implicación y participación de todos los agentes que, bien tienen competencias en algún aspecto de la actividad, o por otra parte, influyen o pueden influir tanto en su gestión como en su evolución.
Nos quedan importantes retos que asumir y propuestas que desarrollar para alinear visiones. Queremos seguir trabajando en la mejora de la comunicación del Comité de Acuicultura, y la ejecución de proyectos de innovación, que tengan una repercusión en la acuicultura regional. Además de acciones para la adaptación de las condiciones legales a las empresas acuícolas en materia ambiental, espacial, y de aguas. Así como otras actuaciones, como el relevo generacional.
En los últimos años las preguntas que nos hemos planteado han sido, ¿Qué tipología de acuicultura se quiere para Andalucía? ¿Qué tipo de acuicultura se puede llegar a tener en Andalucía? Estas preguntas eran impersonales, y aunque el matiz no parezca importante sí que condiciona los resultados. Por las características de esta actividad, y su mapa de gobernanza, a lo mejor la pregunta actual sería ¿Podemos alinearnos para que la acuicultura en Andalucía sea un sistema de producción alimentaria que proporcione riqueza, y provea productos de calidad al entramado agroalimentario de forma sostenible?
Susana Vela Vallejo, jefa de Servicio de Acuicultura de la Junta de Andalucía y Marina Fernández Lora,técnico en acuicultura de la Junta de Andalucía.