Estrategia Marítima Española 2025-2050
Impulso marítimo sostenible
27/11/2025

Marina mercante

Javier Fernández Abad (*). Foto: C. Duclos
portacontenedorees
El pasado 10 de junio, el Consejo de Ministros aprobó la Estrategia Marítima de España 2025-2050, como documento que analiza la situación que atraviesa el sector del transporte marítimo y la náutica de recreo en nuestro país, proyecta la visión a futuro y las prioridades del gobierno, y determina las líneas de actuación que será necesario acometer en los próximos años.

Nuestra nación posee unas indudables fortalezas. A su condición de país eminentemente marítimo, con gran perímetro de costa, y con un litoral cuya climatología y características contribuyen de manera significativa a la prosperidad del sector del turismo, se le añade que se encuentra situado en el cruce de algunas de las principales rutas marítimas mundiales, motivo por el cual es el segundo país europeo con mayor tráfico portuario de mercancías, tras Países Bajos.  En la actualidad, si bien el transporte marítimo es el modo predominante del comercio marítimo internacional, sobre él inciden las consecuencias de la geopolítica, las crisis sanitarias internacionales, el bloqueo de rutas comerciales derivado de conflictos bélicos, la subida de los carburantes y la inflación, así como el proceso de digitalización de la economía y la utilización creciente de la inteligencia artificial.

Todos estos factores obligan al conjunto del sector a anticiparse a una nueva situación en la cual deben aprovecharse las oportunidades que ofrece y también prevenir los problemas que, inevitablemente, surgirán, reduciendo la vulnerabilidad a la que podría verse sometido. De ahí la importancia de abordar retos como la descarbonización de este modo de transporte, la digitalización o el impulso al empleo azul.


Una estrategia ambiciosa

En línea con lo que han hecho otros países marítimos importantes, la Estrategia Marítima aspira a impulsar el sector marítimo en España aprovechando las oportunidades que ofrece a la economía, la competitividad y el empleo. Nuestro país necesita una flota a la medida de su economía, alineada con nuestro entorno; dotada de un marco jurídico que haga de la bandera española y de la posición que confiere a nuestros armadores que les permita competir en condiciones favorables en el transporte marítimo internacional. Junto a ello, se trata de potenciar la industria naval y náutica, aprovechando el impulso que está cobrando la generación de energía eólica marina.

Foto C. Duclos


En el diseño de la Estrategia se han tomado en consideración los siguientes condicionantes previos. En primer lugar, España ya cuenta con un Marco Estratégico del sistema portuario de interés general, aprobado en 2022, que pergeña el escenario futuro del entorno portuario. A través de la Estrategia Marítima se pretende progresar en su dimensión marítima, imprescindible dentro de una planificación logística de las necesidades del país habida cuenta de nuestra posición geográfica. En segundo lugar, nuestro comercio exterior se mueve por mar, ya que el transporte por ese medio canaliza, año tras año, en torno al 75% de las mercancías importadas en España y el 57% de las que se exportan. Por último, si bien el transporte marítimo constituye el modo más eficiente de transporte de mercancías, el desarrollo del sector supone generar cada vez más emisiones de carbono (de menos de un 13,5% en la actualidad, pasarían a un 17% en 2050).
 

Uno de los objetivos es situar a la flota de armadores españoles en una dimensión similar a otros países.


Por ello, la Organización Marítima Internacional (OMI) ha fijado unos objetivos muy ambiciosos con la finalidad de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de los buques. El cumplimiento de estos objetivos supone un gran esfuerzo de adaptación de la flota mercante, llamada a emplear combustibles bajos en carbono o sin un átomo de carbono. Aunque el transporte marítimo está reconocido como uno de los sectores más difíciles de descarbonizar, los objetivos de la OMI acelerarán los desarrollos tecnológicos que permitan su cumplimiento. 

Los 7 ejes de la Estrategia se articulan en 26 líneas de actuación a adoptar en los próximos años:
 
  • Energía y medioambiente. Contribuir a la transición energética de y desde el sector. El objetivo es apoyar e impulsar el modo marítimo como alternativa sostenible de transporte, así como aprovechar las oportunidades que ofrece el desarrollo de las energías marinas al sector marítimo. Se incluyen las siguientes líneas de actuación: sostenibilidad del transporte marítimo; impulsar la movilidad sostenible de mercancías y pasajeros y desarrollar los servicios a las energías renovables marinas.
  • Digitalización y ciberseguridad. Impulsar la innovación, digitalización y desarrollo tecnológico. La Estrategia aspira a contribuir al desarrollo tecnológico ligado a la transición energética y a la digitalización del transporte marítimo. Para este caso, las actuaciones que se incluyen son las que a continuación se detallan: estímulo de la cultura de innovación; digitalizar la administración; contribuir al desarrollo tecnológico del sector marítimo y naval y mejora de la ciberseguridad. 
  • Empleo. Avanzar en la dimensión social del transporte marítimo, empleo azul. El objetivo es atraer, retener y desarrollar el talento del sector marítimo, dotándolo de los conocimientos necesarios. Las actuaciones diseñadas para este eje se resumen a continuación: promover las profesiones marítimas y su capacitación; avanzar en la igualdad efectiva en el sector marítimo; potenciar la cultura marítima y poner en el centro el bienestar de la gente del mar.
  • Administración marítima más ágil y eficaz. Con este eje se persigue alcanzar la excelencia en la prestación del servicio de la administración marítima española. Para conseguirlo, se establecen las siguientes actuaciones: administración marítima receptiva, eficiente y proactiva; actualización normativa de la regulación específica; coordinación interinstitucional en materia de marina mercante; desarrollo de imagen y marca y reforzar la cooperación internacional. 
  • Lograr una flota y una bandera competitivas y a la medida del país.  La Estrategia pretende situar la flota de armadores españoles y el pabellón inscrito en el Registro Especial de Canarias en una dimensión similar a la de los países de nuestro entorno y elevar su nivel de sostenibilidad. Para este caso, se requiere la siguiente: reforma del Registro Especial de Canarias (REC); impulsar las fortalezas de la flota española, generar oportunidades; apoyo al desarrollo del sector naviero y marítimo y crear el Observatorio de Competitividad Marítimo.
  • Fortalecer y generar competitividad en la náutica de recreo. El objetivo de este punto es aumentar la dimensión del sector náutico e impulsar la industria y los servicios relacionados, a través de: adaptación de regulación específica; mejora de infraestructuras y servicios; náutica de recreo y medioambiente y formación y profesilización de la náutica de recreo.
  • Un sistema portuario competitivo y sostenible. La Estrategia promueve la colaboración con el sistema portuario para mejorar la dimensión marítima española. Para este caso se han definido dos actividades: por un lado digitalización, conectividad y buen desempeño ambiental de los puertos y por otro la seguridad de la navegación.


La buena gobernanza

La gobernanza de la Estrategia Marítima será ejercida por un nuevo órgano, cuya creación se ha incluido en la modificación de la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante, actualmente en trámite.

Se trata del Comité Asesor Marítimo (COMMAR), que ha sido concebido como un órgano colegiado de carácter consultivo cuyo cometido es impulsar su implantación, hacer seguimiento de ella, y eliminar los obstáculos que puedan presentarse para su cumplimiento.

En conclusión, la mera exposición litoral a mares y océanos no nos otorga por sí sola la denominación de «país marítimo». Por ello, la Estrategia Martítima quiere presentar un escenario en el que nuestro país recupere un papel más protagonista en el concierto de las naciones marítimas, con una flota de bandera fuerte y competitiva, que atraiga más y mejores inversiones y negocios, y que sepa aprovechar el potencial de la náutica deportiva y de recreo, junto con la industria del mantenimiento y reparación de esas embarcaciones, condiciones indispensables para un crecimiento sólido de nuestro PIB.


Objetivos clave 

La Estrategia Marítima de la DGMM define ocho objetivos clave que estructuran sus ejes: seguridad, sostenibilidad, innovación, formación, cooperación internacional, digitalización, protección ambiental y eficiencia, fortaleciendo gobernanza marítima y competitividad sectorial.
 
  • Modo Marítimo. Apoyar e impulsar el modo marítimo como alternativa sostenible de transporte.
  • Energías marinas. Aprovechar las oportunidades que ofrece el desarrollo de estas energías.
  • Digitalización. Contribuir al desarrollo tecnológico que está ligado a la transición energética y a la digitalización.
  • Atraer talento. Atraer, retener y desarrollar talento, dotándolo de los conocimientos necesarios.
  • Servicio de calidad. Alcanzar la excelencia en la prestación del servicio de la administración marítima.
  • Flota española. Situar la flota de armadores españoles y el pabellón Registro Especial de Canarias (REC) en una dimensión similar a la de países del entorno y elevar su nivel de sostenibilidad.
  • Sector náutico. Aumentar la dimensión del sector náutico, e impulsar la industria y servicios relacionados.
  • Cooperación. Colaborar con el sistema portuario para mejorar la dimensión marítima española.

 ➡ Leer más en el número 661 del mes de diciembre de la revista Mar

Javier Fernández Abad

Jefe de la Unidad de Apoyo de la DGMM

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