El mundo laboral marino es un medio de gran siniestralidad, y los accidentes que se producen pueden tener una repercusión importante en la salud de los trabajadores del mar. La adecuada inmovilización de las heridas o fracturas, en el lugar donde se produce el siniestro, y su posterior traslado de forma correcta son acciones importantes que influyen en su posterior tratamiento y curación.

El movimiento de una persona puede estar limitado por trastornos que reducen la movilidad articular, lesiones músculo-esqueléticas, como es el caso de las fracturas, ya sean abiertas con exposición del hueso o cerradas donde no hay herida visible en la zona afectada, así como otras afecciones como la pérdida de conocimiento. Es importante mencionar, por su frecuencia, que la movilidad puede estar limitada simplemente por un dolor intenso.

Los movimientos voluntarios son los que realizamos por voluntad propia. Es decir, se controlan de manera consciente. Son los que el cerebro y los nervios coordinan y el sistema músculo-esquelético, (constituido por los huesos, que forman el esqueleto, las articulaciones, y los músculos) ejecuta, según órdenes e informaciones.

La inmovilización y el traslado son maniobras sumamente importantes

Cuando el cuerpo sufre alguna circunstancia fortuita que daña o afecta el natural proceso de la mecánica del movimiento, no puede coordinar y ejecutar la correcta funcionalidad de su natural movilidad, quedando limitada o paralizada. La persona en cuestión se encuentra imposibilitada, a merced de terceros, que se encargarán de su manipulación y correcto traslado, asumiendo éstos el rol activo de la movilidad. El traslado consiste en mover a las víctimas desde el lugar donde se han accidentado hasta otro destino para que puedan recibir los primeros auxilios y/o la asistencia sanitaria especializada.

Debe hacerse con la consideración de que no solo es mover a la persona afectada, además hay que inmovilizarla previamente y hay que saber cómo hacer esta práctica. Las técnicas de inmovilización tienen como objetivo evitar el progreso o aparición de complicaciones. Para ello se dispone de inmovilizadores, que son dispositivos que limitan el movimiento del paciente.

Dependiendo del número de socorristas, las técnicas empleadas serán unas u otras

La inmovilización y el traslado son maniobras sumamente importantes; por lo cual, hay que instruirse en las técnicas de traslado que se enseñan a todos los trabajadores del mar en los cursos del ISM.

En los cursos de Formación Sanitaria Especifica, inicial y avanzada, en el apartado de traumatismos, rescate y transporte, se hace hincapié en las distintas formas de inmovilizar al paciente y cómo hay que trasladarlo, tanto en las técnicas como en los dispositivos necesarios para llevarse a cabo dichas acciones.

Al abordar este tema, se deben tener en cuenta los distintos sistemas de traslado y medios personales. Dependiendo del número de socorristas, las técnicas empleadas serán unas u otras (arrastre, carga, puente, silla, cuchara...) así como los dispositivos presentes a bordo (tableros, férulas, anclajes...).

Este artículo centra su atención en aquellas situaciones en las que no se dispone de camilla:

• Para las lesiones de los miembros superiores, en sujetos consientes, se utiliza la silla de dos manos.

• Para las lesiones de las piernas, en iguales condiciones, se utiliza la silla de tres manos.

• En situaciones en la que el accidentado está en una zona muy angosta, como un túnel, y con pérdida de conciencia, se realiza un traslado/rescate en forma de arrastre.

• El conocido como "método del bombero", se usa para trasladar a una persona inconsciente cuando hay un solo socorrista. Las nociones sanitarias de anatomía y fisiología adquiridas son fundamentales para dotar a los marinos de unos conocimientos que les hagan actuar de forma consciente y eficaz en una primera situación de auxilio hasta la llegada del equipo de profesionales sanitarios, siempre siguiendo las instrucciones del Centro Radio Médico.

Por la importancia que reviste, se debe abordar como un tema aparte el traslado de una persona de la que se sospeche que tiene una lesión de cabeza, cuello y columna vertebral, con posible compromiso de la médula espinal. En este caso, los responsables del transporte deben ser extremadamente cuidadosos, poseer conocimientos y experiencia suficiente, especialmente si se precisa ante una situación urgente realizar un traslado con camillas improvisadas (puerta, tabla ancha, escalera...). Es fundamental que, en todo momento, se respete la alineación de la cabeza, el cuello, el cuerpo y las piernas, movilizando en bloque al accidentado. En este tipo de lesiones, una forma inadecuada de traslado puede complicar la situación del accidentado de forma irreversible, incluso comprometer la propia vida del accdentado.

ENRIQUE VALVERDE, Técnico en emergencias sanitarias del ISM