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Navidad a bordo
25/12/2023
Marina mercante
José María Núñez de Castro Hervás
¿Cómo es la Navidad a bordo?
¿Qúe sentimientos y emociones se comparten?
ENTREVISTAS
Ana Fresnedo Pérez
La Navidad 2022/23 la pasó en el buque asistencial “Juan de la Cosa” ejerciendo de capitán.
La Navidad a bordo la pasamos estando todos los días de guardia. Puede surgir una maniobra en cualquier momento y sabes que tienes que hacerla. Intentamos que los días de celebración sean distintos, al menos se hace una cena especial tanto en Nochebuena como en Nochevieja. Cambiamos también el horario a bordo, ya que normalmente la cena es a las 18:00 horas, pues se cena un poquito más tarde para hacer sobremesa y comer juntos las uvas. La Nochevieja en esta ocasión la pasamos navegando por el Golfo de Vizcaya.
Siempre hay tripulantes que siguen trabajando todas las horas, tienen que hacer guardias y demás, pero intentamos ir turnándonos, para que todos disfruten y no sea sólo trabajar.
Como no cabemos los oficiales y la tripulación en un único comedor, la cena se suele mantener en grupos separados, y es después en la sobremesa cuando nos juntamos todos y compartimos la Navidad.
Tenemos un arbolito, que ponemos bien atado porque suele salir volando. En todos los barcos que pasé la Navidad, el árbol siempre estaba presente. Algunos miembros de la dotación se entretenían en vísperas, haciendo manualidades de adornos que se colocaban en las puertas de los camarotes, y que dan un toque de alegría navideña a los pasillos. Los alumnos embarcados son más dados a hacer este tipo de decoración.
Durante las últimas navidades no hemos tenido ningún enfermo ingresado a bordo.
Al estar fuera de tu hogar siempre hay un poco de morriña como decimos por el norte. Obviamente piensas en tu casa con toda la familia comiendo junta, y tú estás allí encerrado en un barco.
Como a todos nos gustaría pasar la Navidad en casa, a bordo se intenta juntar más a la gente y animar estos días tan especiales del año.
Jessica Gil Moreno
Capitán de la marina mercante.
He pasado varias Navidades a bordo y todas han sido distintas. Mi mejor recuerdo fue la Navidad de 2020/21 en el buque L’audace, un ro-ro de la compañía Suardiaz. Yo trabajaba de primer oficial. Embarqué el 18 de diciembre, justo para la Navidad, y fue mi segunda campaña en este barco.
Apenas conocía a los tripulantes, pero bueno, hicimos ahí una piña y el capitán Alberto Álvarez que es muy navideño y familiar, lo organizó todo de forma muy especial.
Fuimos decorando todas las mesas y pusimos las tarjetas del menú, que hicimos el capitán y yo, encima de cada plato.
Se fue preparando todo a escondidas del resto de los tripulantes, porque queríamos que fuera una sorpresa. La organización fue muy buena, y gustó mucho. Resultó muy bonito en el sentido de que fuimos una familia.
La Nochebuena para mí fue muy especial porque la pasé navegando, aproximadamente a unas 10 millas del puerto de Cartagena. Entonces tuve la sensación de estar al lado de mi casa, y no poder ir.
Para cenar nos fuimos turnando, obviamente para poder cubrir los puestos de guardia, porque claro, como estábamos navegando, siempre había una persona que tenía que estar en el puente.
En una ocasión fue gracioso porque nos alternamos por comidas que no nos gustaban. Yo no puedo comer cerdo y como teníamos cochinillo no lo tomé y me quedé en el puente en ese momento. Luego otro compañero, Javier que era el oficial de puente, no podía comer marisco porque era alérgico. Entonces yo bajé para el marisco y él se subió al puente. Lo fuimos haciendo por turnos, porque nos llevábamos muy bien a bordo, y queríamos a la vez cubrir las guardias. La cena se hizo en el comedor de los camioneros, que es el más grande, para poder caber todos en la mesa y disfrutar de estos momentos.
A bordo éramos 16 tripulantes, incluidos dos alumnos y comimos todas las categorías profesionales juntas, compartiendo sentimientos y las vivencias que cado uno quiso contar.
Esta ha sido mi mejor Navidad a bordo, gracias al interés e ilusión que puso el capitán.
David Bote Martín
Piloto de segunda de la marina mercante.
Actualmente ejerzo de oficial de navegación en el buque de pasaje “Ocean Endeavour” que realiza itinerarios por la Antártida.
En los últimos cuatro años las navidades siempre me pillan en una zona de hielo, y aunque allí es verano, para nosotros siempre es Navidad, básicamente porque trabajamos rodeados de hielo.
Cuando nieva se cubre la cubierta de blanco, en estas situaciones se utilizan palas para remover la nieve y dar la seguridad a todo el personal embarcado, evitando accidentes.
A los turistas les gusta hacer muñecos de nieve.
El ambiente navideño está siempre muy cercano y cuando son estas celebraciones, se tienen en cuenta el pasaje, ya que se les vende como paquete de Navidad, con muchas actividades especiales.
Algunos cruceristas llevan disfraces y cantan canciones típicas según la nacionalidad.
Hay mucho respeto a bordo, porque claro, la Navidad al final se celebra en un ambiente multicultural.
En cuanto a la tripulación, el capitán es ruso, hay muchos tripulantes ucranianos que son ortodoxos, también hay filipinos y latinos que son cristianos.
El día de nochebuena no hay una cena especial, lo que me desilusiona bastante.
Se celebra más la comida del día de Navidad.
El año pasado nos abrieron un salón de pasaje, para ofrecer una fiesta específica para la tripulación, que estuvo muy bien, con regalos y eventos especiales. Todos acudimos con ropa de civil, tanto la parte de tripulación del buque como la dotación de personal que conforman la parte del hotel.
Siempre tengo la suerte de encontrar y reunirme con compañeros afines y cercanos, con los que he podido pasar el tiempo en estas fechas, facilitándome el sentir de mis emociones.
Tenemos un cocinero español, al que le suelo pedir uvas, pero este último año tuvo dificultad para poder obtenerlas. Tuve la fortuna de que una compañera las consiguió, y celebramos la entrada del año con las campanadas desde YouTube.
Son fechas que te acuerdas más de la familia y de los amigos. Piensas cómo se encuentran y cómo se lo estarán pasando, y es inevitable tener sensación de soledad desde la lejanía de la Antártida.
Álvaro Mediavilla Arroyo
Engrasador en el petrolero “Petroport”.
Para mí la Navidad a bordo la considero algo muy especial. Siempre se añora a los seres queridos. Si estás navegando en estas fechas y no tienes cobertura con el móvil, se lleva con más tristeza al no poder comunicar con la familia.
A bordo intento siempre que haya unidad en la tripulación, que sean unos días felices con un buen ambiente, y que se dejen las diferencias afuera.
La verdad es que cuando me ha coincidido Navidad he estado en todas las ocasiones bastante bien, incluso aunque hayamos tenido que trabajar.
La última que he pasado a bordo, me ha gustado mucho, porque nos hemos reunido las dos tripulaciones en un comedor y la hemos celebrado todos juntos.
Las cenas y comidas de los días importantes han estado muy bien, ya que la naviera aporta una cantidad de dinero extra para mejorar el menú, y todos coincidimos que es fundamental para mantener la moral alta en estas fechas.
A mí siempre me ha gustado poner el árbol de Navidad, que anime y que proporcione un poco de alegría al barco. Además, yo coloco también decoración en mi camarote.
Ponemos música para que sea algo distinto y algunos compañeros bailan. A bordo se ponen bebidas sin alcohol y se cuentan las típicas batallitas de lo que te ha pasado. Además, particularmente en mi barco tenemos un futbolín y hacemos un campeonato. A los más jóvenes nos gusta jugar a juegos de mesa del tipo adivinanzas o gestos.
A nivel personal, yo me siento feliz porque me gusta la Navidad. Soy una persona que desde pequeño me gustan mucho estas celebraciones, estés donde estés. Por otro lado, pensamos en los seres queridos, te gustaría también estar al lado de tus padres, de tu mujer, de tus hijos, en definitiva con toda la familia cenando o comiendo juntos.
Ha fallecido mi madre este año y yo pasaré la Nochevieja a bordo teniéndola muy presente. Siempre se echa de menos a todo el mundo, sobre todo a los seres que has perdido, y con mucho sentimiento traes al presente su recuerdo.
¿Qúe sentimientos y emociones se comparten?
ENTREVISTAS
Ana Fresnedo Pérez
La Navidad 2022/23 la pasó en el buque asistencial “Juan de la Cosa” ejerciendo de capitán.
La Navidad a bordo la pasamos estando todos los días de guardia. Puede surgir una maniobra en cualquier momento y sabes que tienes que hacerla. Intentamos que los días de celebración sean distintos, al menos se hace una cena especial tanto en Nochebuena como en Nochevieja. Cambiamos también el horario a bordo, ya que normalmente la cena es a las 18:00 horas, pues se cena un poquito más tarde para hacer sobremesa y comer juntos las uvas. La Nochevieja en esta ocasión la pasamos navegando por el Golfo de Vizcaya.
Siempre hay tripulantes que siguen trabajando todas las horas, tienen que hacer guardias y demás, pero intentamos ir turnándonos, para que todos disfruten y no sea sólo trabajar.
Como no cabemos los oficiales y la tripulación en un único comedor, la cena se suele mantener en grupos separados, y es después en la sobremesa cuando nos juntamos todos y compartimos la Navidad.
Tenemos un arbolito, que ponemos bien atado porque suele salir volando. En todos los barcos que pasé la Navidad, el árbol siempre estaba presente. Algunos miembros de la dotación se entretenían en vísperas, haciendo manualidades de adornos que se colocaban en las puertas de los camarotes, y que dan un toque de alegría navideña a los pasillos. Los alumnos embarcados son más dados a hacer este tipo de decoración.
Durante las últimas navidades no hemos tenido ningún enfermo ingresado a bordo.
Al estar fuera de tu hogar siempre hay un poco de morriña como decimos por el norte. Obviamente piensas en tu casa con toda la familia comiendo junta, y tú estás allí encerrado en un barco.
Como a todos nos gustaría pasar la Navidad en casa, a bordo se intenta juntar más a la gente y animar estos días tan especiales del año.
Jessica Gil Moreno
Capitán de la marina mercante.
He pasado varias Navidades a bordo y todas han sido distintas. Mi mejor recuerdo fue la Navidad de 2020/21 en el buque L’audace, un ro-ro de la compañía Suardiaz. Yo trabajaba de primer oficial. Embarqué el 18 de diciembre, justo para la Navidad, y fue mi segunda campaña en este barco.
Apenas conocía a los tripulantes, pero bueno, hicimos ahí una piña y el capitán Alberto Álvarez que es muy navideño y familiar, lo organizó todo de forma muy especial.
Fuimos decorando todas las mesas y pusimos las tarjetas del menú, que hicimos el capitán y yo, encima de cada plato.
Se fue preparando todo a escondidas del resto de los tripulantes, porque queríamos que fuera una sorpresa. La organización fue muy buena, y gustó mucho. Resultó muy bonito en el sentido de que fuimos una familia.
La Nochebuena para mí fue muy especial porque la pasé navegando, aproximadamente a unas 10 millas del puerto de Cartagena. Entonces tuve la sensación de estar al lado de mi casa, y no poder ir.
Para cenar nos fuimos turnando, obviamente para poder cubrir los puestos de guardia, porque claro, como estábamos navegando, siempre había una persona que tenía que estar en el puente.
En una ocasión fue gracioso porque nos alternamos por comidas que no nos gustaban. Yo no puedo comer cerdo y como teníamos cochinillo no lo tomé y me quedé en el puente en ese momento. Luego otro compañero, Javier que era el oficial de puente, no podía comer marisco porque era alérgico. Entonces yo bajé para el marisco y él se subió al puente. Lo fuimos haciendo por turnos, porque nos llevábamos muy bien a bordo, y queríamos a la vez cubrir las guardias. La cena se hizo en el comedor de los camioneros, que es el más grande, para poder caber todos en la mesa y disfrutar de estos momentos.
A bordo éramos 16 tripulantes, incluidos dos alumnos y comimos todas las categorías profesionales juntas, compartiendo sentimientos y las vivencias que cado uno quiso contar.
Esta ha sido mi mejor Navidad a bordo, gracias al interés e ilusión que puso el capitán.
David Bote Martín
Piloto de segunda de la marina mercante.
Actualmente ejerzo de oficial de navegación en el buque de pasaje “Ocean Endeavour” que realiza itinerarios por la Antártida.
En los últimos cuatro años las navidades siempre me pillan en una zona de hielo, y aunque allí es verano, para nosotros siempre es Navidad, básicamente porque trabajamos rodeados de hielo.
Cuando nieva se cubre la cubierta de blanco, en estas situaciones se utilizan palas para remover la nieve y dar la seguridad a todo el personal embarcado, evitando accidentes.
A los turistas les gusta hacer muñecos de nieve.
El ambiente navideño está siempre muy cercano y cuando son estas celebraciones, se tienen en cuenta el pasaje, ya que se les vende como paquete de Navidad, con muchas actividades especiales.
Algunos cruceristas llevan disfraces y cantan canciones típicas según la nacionalidad.
Hay mucho respeto a bordo, porque claro, la Navidad al final se celebra en un ambiente multicultural.
En cuanto a la tripulación, el capitán es ruso, hay muchos tripulantes ucranianos que son ortodoxos, también hay filipinos y latinos que son cristianos.
El día de nochebuena no hay una cena especial, lo que me desilusiona bastante.
Se celebra más la comida del día de Navidad.
El año pasado nos abrieron un salón de pasaje, para ofrecer una fiesta específica para la tripulación, que estuvo muy bien, con regalos y eventos especiales. Todos acudimos con ropa de civil, tanto la parte de tripulación del buque como la dotación de personal que conforman la parte del hotel.
Siempre tengo la suerte de encontrar y reunirme con compañeros afines y cercanos, con los que he podido pasar el tiempo en estas fechas, facilitándome el sentir de mis emociones.
Tenemos un cocinero español, al que le suelo pedir uvas, pero este último año tuvo dificultad para poder obtenerlas. Tuve la fortuna de que una compañera las consiguió, y celebramos la entrada del año con las campanadas desde YouTube.
Son fechas que te acuerdas más de la familia y de los amigos. Piensas cómo se encuentran y cómo se lo estarán pasando, y es inevitable tener sensación de soledad desde la lejanía de la Antártida.
Álvaro Mediavilla Arroyo
Engrasador en el petrolero “Petroport”.
Para mí la Navidad a bordo la considero algo muy especial. Siempre se añora a los seres queridos. Si estás navegando en estas fechas y no tienes cobertura con el móvil, se lleva con más tristeza al no poder comunicar con la familia.
A bordo intento siempre que haya unidad en la tripulación, que sean unos días felices con un buen ambiente, y que se dejen las diferencias afuera.
La verdad es que cuando me ha coincidido Navidad he estado en todas las ocasiones bastante bien, incluso aunque hayamos tenido que trabajar.
La última que he pasado a bordo, me ha gustado mucho, porque nos hemos reunido las dos tripulaciones en un comedor y la hemos celebrado todos juntos.
Las cenas y comidas de los días importantes han estado muy bien, ya que la naviera aporta una cantidad de dinero extra para mejorar el menú, y todos coincidimos que es fundamental para mantener la moral alta en estas fechas.
A mí siempre me ha gustado poner el árbol de Navidad, que anime y que proporcione un poco de alegría al barco. Además, yo coloco también decoración en mi camarote.
Ponemos música para que sea algo distinto y algunos compañeros bailan. A bordo se ponen bebidas sin alcohol y se cuentan las típicas batallitas de lo que te ha pasado. Además, particularmente en mi barco tenemos un futbolín y hacemos un campeonato. A los más jóvenes nos gusta jugar a juegos de mesa del tipo adivinanzas o gestos.
A nivel personal, yo me siento feliz porque me gusta la Navidad. Soy una persona que desde pequeño me gustan mucho estas celebraciones, estés donde estés. Por otro lado, pensamos en los seres queridos, te gustaría también estar al lado de tus padres, de tu mujer, de tus hijos, en definitiva con toda la familia cenando o comiendo juntos.
Ha fallecido mi madre este año y yo pasaré la Nochevieja a bordo teniéndola muy presente. Siempre se echa de menos a todo el mundo, sobre todo a los seres que has perdido, y con mucho sentimiento traes al presente su recuerdo.