Prácticos de Cartagena
Marina mercante
Los prácticos de puerto son referente a nivel social e institucional de un servicio de seguridad y calidad, prestado por trabajadores altamente cualificados cuyo objetivo es velar por la seguridad y la protección de la navegación, la seguridad de la vida humana en la mar y la protección del medioambiente en el ámbito marítimo-portuario.
Estos profesionales son capitanes de la marina mercante tienen un conocimiento profundo de las aguas locales y las particularidades del puerto en el que sirven. Por ello, su experiencia es invaluable, ya que están especializados en guiar, atracar y desatracar buques, grandes y pequeños, a través de las aguas, a menudo desafiantes, de los puertos.
Su trabajo principal es asesorar y dirigir las maniobras de entrada y salida de los buques. Además, su conocimiento de las corrientes, las profundidades y las condiciones locales garantiza una navegación segura por la instalación portuaria.
Gracias a su experiencia, los prácticos pueden anticipar y prevenir incidentes en las maniobras de navegación por los puertos. Esto incluye evitar colisiones, encallamientos y otros riesgos potenciales.
Antes de la llegada de un buque, el práctico evalúa las condiciones marítimas existentes en el momento y las previsiones futuras. Esta actuación es clave para tomar decisiones sobre la mejor manera de abordar las operaciones de entrada y salida de los buques y proporcionar tranquilidad al capitán del barco.
En su día a día, estos trabajadores se exponen a condiciones climáticas variables, desde fuertes vientos hasta mareas impredecibles, por lo que su experiencia se pone a prueba en cada maniobra.
RIESGOS DEL PRACTICAJE
En Cartagena ha habido casos de escalas de barcos en muy mal estado que se han roto, en el peor momento, cayendo el práctico al vacío. Las escalas tienen que cumplir unos requisitos mínimos de seguridad como el tamaño de los peldaños, la distancia entre ellos, el material, la colocación de los “spreaders“ (peldaño mucho más ancho en horizontal que evita que la escala de la vuelta y se revire sobre sí misma) cada tres metros. El mayor riego del práctico es caer al mar, y aún peor, hacerlo encima de un bote.
El práctico Ángel Ibabe explica que en “ los desgraciados tiempos de la pandemia, porque se dio la circunstancia que, además de que el tráfico marítimo nunca se interrumpió y el practicaje tampoco, sucedió que, en la mayoría de los barcos, la única persona que estaba autorizada a subir a bordo en toda la estancia del buque en puerto era el práctico. De tal forma que éramos los únicos que podíamos dar fe, de que los buques cumplían con los estándares obligatorios en cuestión de equipamiento y navegación, y que no presentaban ninguna anomalía ni deficiencias”.
La destreza de los prácticos se pone a prueba especialmente durante la navegación nocturna y en tormentas. Su habilidad para guiar los buques es un testimonio de su experiencia y capacidad para manejar lo que a veces resulta imprevisible.
ENTREVISTA
Ángel Ibabe Martínez
Práctico mayor del puerto de Cartagena
¿Cómo es el oficio de práctico?
Yo diría que la profesión de práctico es tan bonita como desconocida para la inmensa mayoría de los ciudadanos. Es un colectivo muy pequeño. Somos unos 240 en toda España. El tamaño de este reducido grupo no guarda relación con la importancia que el practicaje supone para el tráfico marítimo. Obtener una plaza de práctico es llegar a lo más alto de la carrera del marino mercante. Te permite trabajar con todo tipo de barcos. En Cartagena tenemos petroleros, gaseros, contenedores, pasajes... barcos con tripulaciones que provienen de cualquier parte del mundo. Ejercemos en unas condiciones meteorológicas que también son muy diversas y cambiantes, tanto de día como de noche.
¿Hasta dónde alcanza la responsabilidad del práctico?
El practicaje es un servicio de asesoramiento a los capitanes de los buques y artefactos flotantes para facilitar su entrada y salida segura de puerto.
Dicho esto, el práctico es responsable, por tanto, de los daños ocasionados al buque o a las instalaciones portuarias en un accidente o incidente, debido a un erróneo asesoramiento. Hay que tener en cuenta que se registran todas las conversaciones (instrucciones y respuestas que se dan) que tiene con el capitán, cuando están a bordo. En caso de accidente se recuperan los registros y se delimitan las responsabilidades de cada una de las partes.
Para poder ejercer la profesión, estamos obligados a tener un seguro de responsabilidad civil que cubra nuestras actuaciones. La cuantía de la póliza varía en función de las unidades de GT (arqueo del buque) de los barcos y siempre cuentan con un límite establecido por ley.
¿Qué otras responsabilidades tiene el práctico?
Las responsabilidades están sujetas, a una serie de obligaciones de servicio público, tanto por el Reglamento General de Practicaje como por la Ley de Puertos.
En caso de que se produzca una emergencia marítima en aguas donde España ejerce su soberanía, tanto el practicaje como el servicio portátil de remolque, dependen de la Capitanía marítima.
Por otra parte, dentro del servicio portuario, estamos incluidos en los planes de emergencia. También estamos obligados a comunicar a la Capitanía marítima cualquier incidencia, anomalía, o deficiencia que observemos a bordo de un barco, y que puedan afectar a la seguridad de la navegación, a la vida humana en la mar, o al medio ambiente marítimo.
¿Qué personal forma la corporación de prácticos de Cartagena?
Somos ocho prácticos que damos servicio las 24 horas, los 365 días del año. Mantenemos turnos rotatorios, para que siempre haya un práctico de guardia y un retén, listos para atender cualquier emergencia o circunstancia. Además, tenemos 12 patrones que manejan las lanchas que utilizamos para los embarques y desembarques.
ENTREVISTA
Antonio Lario Romero
La veteranía y experiencia de 20 años en el oficio
¿Qué medidas personales de seguridad tienes que cumplir?
El punto más crítico es el momento del embarque y desembarque. Tenemos lanchas especiales, que se pueden abarloar bien al barco.
Es muy importante el patrón que maneja la lancha, ya que ponemos en sus manos nuestra vida.
Una vez estamos en la escala, la lancha se separa. Entonces escalamos por nuestros propios medios hasta la cubierta provistos de chaleco salvavidas, guantes y zapatos de seguridad.
En general, el problema de los accidentes más comunes viene por las escalas, que en algunos barcos se encuentran en mal estado y que denunciamos a la Asociación Internacional de Prácticos (IMPA). A Cartagena vienen muchos barcos con escalas deficientes, sobre todo los buques que transportan ganado. Estamos denunciando a los capitanes para que pongan escalas en perfectas condiciones de uso y que cumplan los requisitos establecidos.
¿Cómo es de importante la forma física?
Es esencial. Lo primero que te encuentras para acceder al barco son nueve metros de escala vertical para llegar hasta la cubierta. Luego tienes que subir por las escaleras hasta el puente, una media de seis cubiertas. Una jornada de trabajo típica tiene unos ocho servicios, lo que requiere estar en perfectas condiciones físicas.
Procuramos cuidarnos mucho y estar en forma. Deportes como la natación, la bicicleta, caminar, pilates e ir al gimnasio, nos mantienen en buena forma para ejercer el oficio.
¿Cómo os enfrentáis a las malas condiciones meteorológicas?
Cada puerto tiene sus límites de viento y mar establecidos por las normas de seguridad impuestas por la Capitanía marítima que no se deben saltar.
Hay mucha diferencia entre el Atlántico y el Mediterráneo. Mientras que en el primero la ola tiene un periodo entre olas muy largo, cuando aquí sopla el viento de suroeste solemos tener una mar de tres a cinco metros, pero con un período de sólo cuatro segundos, lo que hace imposible embarcar o desembarcar. Aún así, cuando hay mala mar y las condiciones lo permiten, seleccionamos los barcos y damos instrucciones al capitán para que proceda a un determinado punto, con un determinado rumbo y que nos haga un buen socaire.
¿Hay alguna maniobra en la que tengas un recuerdo o una anécdota especial?
Mi primera maniobra en Barcelona, con un buque de pasaje, el Celebrity Millennium. Los prácticos me dejaron ese barco, para que tuviera un recuerdo de ese día, ya que en aquella época el capitán del crucero regalaba una botella de vino.