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Tesoros Azules
28/10/2024
Medio Ambiente
Lorena Gándara
No solo el paladar disfruta de los productos que provienen del mar. En los últimos años, las industrias cosmética, farmacéutica y textil han encontrado en los océanos una mina de recursos biológicos con los que elaborar productos de origen marino sin renunciar a la sostenibilidad y a la economía circular.
En octubre de 2023, entró en vigor el Reglamento (UE) 2023/2055 de la Comisión de 25 de septiembre de 2023, que restringe la presencia y adicción en las mezclas de micropartículas de polímeros sintéticos con el objeto de reducir el impacto medioambiental y su uso en productos de salud. En la actualidad, algunos fabricantes siguen trabajando con estas partículas insolubles y resistentes a la degradación, por lo que deberán adaptarse a la nueva regulación europea y a los plazos que determinan cuándo se prohibirá la venta de estos artículos en la Unión Europea. Pero la realidad es que cada vez son más las empresas cosméticas que apuestan por la Blue Beauty, una tendencia basada en la producción de cosméticos de origen marino y en la reducción del daño ambiental mediante el uso de envases biodegradables y renovables en sustitución del plástico.
Blue Beauty es una alternativa a productos de belleza como los exfoliantes corporales, que contienen microesferas altamente contaminantes para los océanos. Estos pueden sustituirse por el agua de mar y las sales marinas, que, debido a su alto porcentaje de minerales, ayudan a eliminar el exceso de toxinas y células muertas de la piel. La sal marina es un exfoliante natural que también mejora la salud capilar porque elimina la caspa, controla el exceso de grasa y favorece el crecimiento del cabello, ya que revitaliza el cuero cabelludo. Otro producto del mar es el colágeno marino, extraído de los huesos y escamas de los peces, actúa como hidratante y fortalece la piel, lo habitual es que éste se añada a las formulaciones mediante hidrosis, que transforma el colágeno marino en colágeno hidrolizado, unas moléculas más pequeñas que la piel sí puede absorber.
CHITOSÁN Y ASTAXANTINA
Por otro lado, el chitosán o quitosano, fibra presente en el exoesqueleto de algunos crustáceos como las gambas, el cangrejo o la langosta, ha demostrado resultados muy positivos en estudios con animales si se aplica en piel, boca, uñas o cabello porque previene el fotodaño y fotoenvejecimiento de la piel producido tras la exposición prolongada a rayos UV, estimula la formación y crecimiento de folículos capilares y controla la placa dental mientras actúa como anti abrasivo dental. Algunos organismos acuáticos como el plancton tienen una gran concentración de nutrientes, vitaminas y minerales similares a los de nuestra propia piel por ello revitaliza, descongestiona y elimina las rojeces y hace común su uso en cremas faciales y corporales.
La astaxantina es otro ejemplo de cosmética azul. Este pigmento natural de coloración rojiza está presente en organismos como bacterias, algas, camarones, salmones, crustáceos y plumas de algunas aves. El krill es una de las mayores fuentes naturales que existen de astaxantina, que sirve tanto a la industria cosmética como a la alimentaria y es la causante del color de algunas especies de animales que encuentran en este carotenoide su fuente de alimento. Es un potente antioxidante con propiedades antiinflamatorias que trata la alopecia androgénica y mejora la elasticidad de la piel fortaleciendo la capa de colágeno, reduciendo las marcas de la edad y mejorando la micro textura de la dermis.
FANGOS Y BARROS
La aplicación de fangos, barros y limos como terapia se remonta a miles de años atrás, concretamente al antiguo Egipto.
Los barros más conocidos son los del Mar Muerto. Al ser un mar cerrado y en el que desembocan varios ríos, es especialmente rico en sales minerales y sedimentos orgánicos. En sus aguas crece una microalga que solo se da en ecosistemas con una gran cantidad de sal: la Dunaliella salina, que contiene betacaroteno. La salinidad del Mar Muerto es casi 10 veces mayor que la de otros mares. Por esta razón, tiene propiedades remineralizantes y purificantes apropiadas para elaborar todo tipo de cosméticos y tratamientos para el cuidado capilar y corporal.
Los sedimentos del mar están compuestos por partículas que contienen calcio, magnesio y oligoelementos como el cinc o el azufre que les confieren beneficios para la salud superiores a los de las arcillas.
CONTAMINACIÓN 0 - 1 SOSTENIBILIDAD
En la villa marinera de Corme, un grupo de mujeres gallegas decidieron comenzar a compaginar su trabajo en el sector pesquero con la producción de ropa y complementos artesanales bajo una firma propia y sostenible. Esas mujeres son las redeiras de la Asociación de Redeiras Illa da Estrela y su labor no solo se limita al mar, también son diseñadoras y emprendedoras. No disponen de telas ni materiales de calidad, lo que tienen a mano procede de viejas artes de pesca recicladas, pero en su trabajo ya se han fijado grandes marcas de la moda y de la alta costura. A diario sus manos tejen y entrelazan un amasijo de redes y de cuerdas que, poco a poco, va tomando forma hasta convertirse en un artículo único, hecho a mano y respetuoso con el medioambiente. Confeccionan bolsos, carteras, agujas, collares, etc. También han elaborado redes para porterías de fútbol y canastas, demostrando así que mar y deporte también están ligados y que las iniciativas sostenibles pueden ganar el partido a la contaminación.
ROPA SOSTENIBLE
El sector textil es uno de los más señalados en lo que respecta al cuidado del medioambiente por los daños que ocasiona su actividad a los océanos. El modelo de consumo de la ropa tampoco ayuda a mejorar la situación de los mares, ya que prima una moda rápida basada en la producción a gran escala y en los bajos precios con grandes volúmenes de ventas. Esto determina el mercado y fomenta el aumento de los primeros lavados de la ropa, que hacen que aumente la cantidad de microplásticos vertidos cada día al mar. Un informe del Parlamento Europeo apunta a que “el lavado de materiales sintéticos lleva a la acumulación anual de más de medio millón de toneladas de microplásticos en el fondo de los océanos”.
No obstante, la industria textil también es capaz de producir de manera sostenible. Un ejemplo es la empresa española Ecoalf, que apuesta por la innovación y la moda ecológica con un modelo de producción que permite crear prendas circulares, convirtiendo los residuos del mar en calzado y la basura en prendas de calidad 100% reciclables, lo que permite aprovechar mejor los recursos ya existentes y minimizar el desperdicio de textiles.
BOTICA MARINA
A principios de la década de 1950, la comunidad científica descubrió el primer medicamento de procedencia marina: la citarabina o Ara-C, Cytosar-U. En aquel momento los investigadores no podían imaginar que un medicamento extraído de una simple esponja marina, la Cryptotheca cripta, tendría un gran impacto en el mundo de la oncología y permitiría salvar la vida de miles de personas. La citarabina, aprobada en 1969, es un fármaco que destruye las células cancerosas causantes de la leucemia mieloide aguda y trata otro tipo de linfomas.
En 1977, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), aprobó la vidarabina como medio para tratar las infecciones provocadas por el virus del herpes simple. Hubo un momento en el que se produjo un parón en la búsqueda de nuevas moléculas, en casi 30 años no se aprobaron nuevos medicamentos, pero, en la actualidad, las medicinas que provienen directa, o, indirectamente del mar, viven una época de crecimiento y apogeo, ya que existen alrededor de 17 fármacos marinos que han llegado al mercado farmacéutico de la Unión Europea y de Estados Unidos y numerosos ensayos clínicos que se encuentran en fases I, II y III.
Uno de estos proyectos es el Zepzelca (lurbinectedina), que se obtiene de un tunicado redondeado y coriáceo que tiene dos sifones cortos con los que interactúa con el entorno marino y que habita en el Mediterráneo. El Zepzelca está indicado para tratar algunos casos de cáncer de pulmón. Se encuentra en fase III y ha mostrado resultados preliminares muy positivos.
Más complicada es la situación del Aplidin (plitidepsina), que se extrae de un invertebrado marino, el Aplidum albicans, que habita en Es Vedrá, en las Islas Baleares. Trata el mieloma múltiple y está desarrollado por la farmacéutica española PharmaMar, creadora del primer medicamento de origen marino en España, el yondelis, para el tratamiento del sarcoma de tejidos blandos y el cáncer de ovario. El Aplidin está pendiente de ser reevaluado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) tras la sospecha de que el proceso no fue imparcial y hubo conflicto de intereses. De ser aprobado, evidenciaría aún más que el mar es un entorno natural de investigación y que promete grandes avances en el futuro.
Leer más en la revista Mar número 649 del mes de noviembre.
En octubre de 2023, entró en vigor el Reglamento (UE) 2023/2055 de la Comisión de 25 de septiembre de 2023, que restringe la presencia y adicción en las mezclas de micropartículas de polímeros sintéticos con el objeto de reducir el impacto medioambiental y su uso en productos de salud. En la actualidad, algunos fabricantes siguen trabajando con estas partículas insolubles y resistentes a la degradación, por lo que deberán adaptarse a la nueva regulación europea y a los plazos que determinan cuándo se prohibirá la venta de estos artículos en la Unión Europea. Pero la realidad es que cada vez son más las empresas cosméticas que apuestan por la Blue Beauty, una tendencia basada en la producción de cosméticos de origen marino y en la reducción del daño ambiental mediante el uso de envases biodegradables y renovables en sustitución del plástico.
Blue Beauty es una alternativa a productos de belleza como los exfoliantes corporales, que contienen microesferas altamente contaminantes para los océanos. Estos pueden sustituirse por el agua de mar y las sales marinas, que, debido a su alto porcentaje de minerales, ayudan a eliminar el exceso de toxinas y células muertas de la piel. La sal marina es un exfoliante natural que también mejora la salud capilar porque elimina la caspa, controla el exceso de grasa y favorece el crecimiento del cabello, ya que revitaliza el cuero cabelludo. Otro producto del mar es el colágeno marino, extraído de los huesos y escamas de los peces, actúa como hidratante y fortalece la piel, lo habitual es que éste se añada a las formulaciones mediante hidrosis, que transforma el colágeno marino en colágeno hidrolizado, unas moléculas más pequeñas que la piel sí puede absorber.
CHITOSÁN Y ASTAXANTINA
Por otro lado, el chitosán o quitosano, fibra presente en el exoesqueleto de algunos crustáceos como las gambas, el cangrejo o la langosta, ha demostrado resultados muy positivos en estudios con animales si se aplica en piel, boca, uñas o cabello porque previene el fotodaño y fotoenvejecimiento de la piel producido tras la exposición prolongada a rayos UV, estimula la formación y crecimiento de folículos capilares y controla la placa dental mientras actúa como anti abrasivo dental. Algunos organismos acuáticos como el plancton tienen una gran concentración de nutrientes, vitaminas y minerales similares a los de nuestra propia piel por ello revitaliza, descongestiona y elimina las rojeces y hace común su uso en cremas faciales y corporales.
La astaxantina es otro ejemplo de cosmética azul. Este pigmento natural de coloración rojiza está presente en organismos como bacterias, algas, camarones, salmones, crustáceos y plumas de algunas aves. El krill es una de las mayores fuentes naturales que existen de astaxantina, que sirve tanto a la industria cosmética como a la alimentaria y es la causante del color de algunas especies de animales que encuentran en este carotenoide su fuente de alimento. Es un potente antioxidante con propiedades antiinflamatorias que trata la alopecia androgénica y mejora la elasticidad de la piel fortaleciendo la capa de colágeno, reduciendo las marcas de la edad y mejorando la micro textura de la dermis.
FANGOS Y BARROS
La aplicación de fangos, barros y limos como terapia se remonta a miles de años atrás, concretamente al antiguo Egipto.
Los barros más conocidos son los del Mar Muerto. Al ser un mar cerrado y en el que desembocan varios ríos, es especialmente rico en sales minerales y sedimentos orgánicos. En sus aguas crece una microalga que solo se da en ecosistemas con una gran cantidad de sal: la Dunaliella salina, que contiene betacaroteno. La salinidad del Mar Muerto es casi 10 veces mayor que la de otros mares. Por esta razón, tiene propiedades remineralizantes y purificantes apropiadas para elaborar todo tipo de cosméticos y tratamientos para el cuidado capilar y corporal.
Los sedimentos del mar están compuestos por partículas que contienen calcio, magnesio y oligoelementos como el cinc o el azufre que les confieren beneficios para la salud superiores a los de las arcillas.
CONTAMINACIÓN 0 - 1 SOSTENIBILIDAD
En la villa marinera de Corme, un grupo de mujeres gallegas decidieron comenzar a compaginar su trabajo en el sector pesquero con la producción de ropa y complementos artesanales bajo una firma propia y sostenible. Esas mujeres son las redeiras de la Asociación de Redeiras Illa da Estrela y su labor no solo se limita al mar, también son diseñadoras y emprendedoras. No disponen de telas ni materiales de calidad, lo que tienen a mano procede de viejas artes de pesca recicladas, pero en su trabajo ya se han fijado grandes marcas de la moda y de la alta costura. A diario sus manos tejen y entrelazan un amasijo de redes y de cuerdas que, poco a poco, va tomando forma hasta convertirse en un artículo único, hecho a mano y respetuoso con el medioambiente. Confeccionan bolsos, carteras, agujas, collares, etc. También han elaborado redes para porterías de fútbol y canastas, demostrando así que mar y deporte también están ligados y que las iniciativas sostenibles pueden ganar el partido a la contaminación.
ROPA SOSTENIBLE
El sector textil es uno de los más señalados en lo que respecta al cuidado del medioambiente por los daños que ocasiona su actividad a los océanos. El modelo de consumo de la ropa tampoco ayuda a mejorar la situación de los mares, ya que prima una moda rápida basada en la producción a gran escala y en los bajos precios con grandes volúmenes de ventas. Esto determina el mercado y fomenta el aumento de los primeros lavados de la ropa, que hacen que aumente la cantidad de microplásticos vertidos cada día al mar. Un informe del Parlamento Europeo apunta a que “el lavado de materiales sintéticos lleva a la acumulación anual de más de medio millón de toneladas de microplásticos en el fondo de los océanos”.
No obstante, la industria textil también es capaz de producir de manera sostenible. Un ejemplo es la empresa española Ecoalf, que apuesta por la innovación y la moda ecológica con un modelo de producción que permite crear prendas circulares, convirtiendo los residuos del mar en calzado y la basura en prendas de calidad 100% reciclables, lo que permite aprovechar mejor los recursos ya existentes y minimizar el desperdicio de textiles.
BOTICA MARINA
A principios de la década de 1950, la comunidad científica descubrió el primer medicamento de procedencia marina: la citarabina o Ara-C, Cytosar-U. En aquel momento los investigadores no podían imaginar que un medicamento extraído de una simple esponja marina, la Cryptotheca cripta, tendría un gran impacto en el mundo de la oncología y permitiría salvar la vida de miles de personas. La citarabina, aprobada en 1969, es un fármaco que destruye las células cancerosas causantes de la leucemia mieloide aguda y trata otro tipo de linfomas.
En 1977, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), aprobó la vidarabina como medio para tratar las infecciones provocadas por el virus del herpes simple. Hubo un momento en el que se produjo un parón en la búsqueda de nuevas moléculas, en casi 30 años no se aprobaron nuevos medicamentos, pero, en la actualidad, las medicinas que provienen directa, o, indirectamente del mar, viven una época de crecimiento y apogeo, ya que existen alrededor de 17 fármacos marinos que han llegado al mercado farmacéutico de la Unión Europea y de Estados Unidos y numerosos ensayos clínicos que se encuentran en fases I, II y III.
Uno de estos proyectos es el Zepzelca (lurbinectedina), que se obtiene de un tunicado redondeado y coriáceo que tiene dos sifones cortos con los que interactúa con el entorno marino y que habita en el Mediterráneo. El Zepzelca está indicado para tratar algunos casos de cáncer de pulmón. Se encuentra en fase III y ha mostrado resultados preliminares muy positivos.
Más complicada es la situación del Aplidin (plitidepsina), que se extrae de un invertebrado marino, el Aplidum albicans, que habita en Es Vedrá, en las Islas Baleares. Trata el mieloma múltiple y está desarrollado por la farmacéutica española PharmaMar, creadora del primer medicamento de origen marino en España, el yondelis, para el tratamiento del sarcoma de tejidos blandos y el cáncer de ovario. El Aplidin está pendiente de ser reevaluado por la Agencia Europea del Medicamento (EMA) tras la sospecha de que el proceso no fue imparcial y hubo conflicto de intereses. De ser aprobado, evidenciaría aún más que el mar es un entorno natural de investigación y que promete grandes avances en el futuro.
Leer más en la revista Mar número 649 del mes de noviembre.