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Cofradía del Cristo de los pescadores

05/04/2024

Más Mar

Historia

José María Núñez de Castro Hervás. Fotos: Cofradía de pescadores
Cofradía del Cristo de los pescadores
Cabo de Palos es un enclave privilegiado, con su representativo faro, que pertenece al municipio de Cartagena en la Región de Murcia. Desde tiempos inmemoriales, las familias han pasado de generación en generación la rica herencia de estas celebraciones, marcadas por procesiones que fusionan la fe con la cultura local. Al atardecer, cuando el sol se sumerge en el horizonte y las olas susurran melodías ancestrales, las calles angostas se llenan de fieles que se unen para presenciar este espectáculo de fe. Los integrantes del tercio de los pescadores visten con chubasquero amarillo y portan un farol. En cabeza de la procesión, un grupo de penitentes anuncian la llegada de la procesión soplando sus caracolas, mientras el olor a sal y brea, que levanta la brisa marina, les confiere un gran respeto.

José María Méndez, conocido como “El Caracolero”, presidente del tercio de pescadores, nos explica: “Soplamos la caracola hembra de cinco puntas del Mediterráneo, una vez limpia y barnizada realizamos un pequeño orificio. Estás caracolas que pasan de padres a hijos, antiguamente nos guiaban en la niebla, su eco nos informa de la distancia a la que nos encontramos de la costa”.
Caracola del Mediterráneo de cinco puntas
Caracola del Mediterráneo de cinco puntas
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El Jueves Santo en Cabo de Palos comienza al caer la tarde, cuando el sol dorado se despide sobre el horizonte y las luces tenues iluminan el camino. Los fieles se congregan en la parroquia de Santa María del Mar, donde aguardan el inicio de la procesión. Lentamente, las imágenes sagradas, son llevadas a hombros por devotos, mientras el sonido de las caracolas, los tambores, las bandas de música y las saetas llenan el aire con una atmósfera de solemnidad y reverencia. 

Pedro Solano Moreno, Hermano Mayor de la Cofradía, nos dice: “El día que entregamos el vestuario, una señora vino con sus dos hijos pequeños a recoger sus trajes de pescador y me dijo que ellos se lo ponen con muchísima ilusión y orgullo y no se lo quitan en toda la Semana Santa. Me sentí muy emocionado porque hay una ausencia de vocación de jóvenes para el sector pesquero”.  

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