Cien años de las cofradías de pescadores
Pesca
2023 ha sido un año de celebraciones para muchas cofradías de pescadores de todo el país. Más de cien años defendiendo sus intereses profesionales, siendo garantes de su avance económico y tecnológico, sin olvidar la protección de los valores y tradiciones del oficio.
El nacimiento de las cofradías de pescadores en España está íntimamente ligado al origen del Instituto Social de la Marina. La galerna que el 12 de agosto de 1912 acabó con la vida de 150 pescadores vascos puso de manifiesto la falta de un sistema de protección que amparase a los supervivientes y a las familias de los fallecidos.
Este luctuoso suceso fue el origen en 1917 de los llamados pósitos de pescadores. Para sustentar económicamente la tarea de estas instituciones cooperativas surge en 1919 la Caja Central del Crédito Marítimo que en 1930 pasaría a llamarse Instituto Social de la Marina, impulsada por Alfredo Saralegui, primer director del ISM.
Entre 1921 y 1929 se crearon 190 pósitos de pescadores con 33.729 asociados. No será hasta 1944 cuando los pósitos pasen a denominarse cofradías de pescadores.
Desde su nacimiento las cofradías han sido interlocutores imprescindibles para el Instituto Social de la Marina. La directora del ISM, Elena Martínez así lo corroboraba: “Es muy importante el hermanamiento que ha existido desde hace años entre las Cofradías y el Instituto”.
Este año celebramos el centenario de las cofradías de Barallobre, Burela, Cala Ratjada, Celeiro, Fisterra, Guardamar, Marbella, Portosín y Tarifa. La Rápita celebró su centenario en 2019; Roses en 2020, Ibiza en 2022…
Las cofradías de pescadores son un tipo de entidad sin parangón en Europa, circunstancia que dificulta que se entienda el alcance de su función y valor, así como las diferencias con otro tipo de organizaciones profesionales como las OPP (Organizaciones de Productores Pesqueros) o los GALP (Grupos de Acción Local de Pesca) y que llegó a excluirlas de sus líneas de ayudas. Lo que las diferencia es que son entidades democráticas donde tiene cabida, voz y voto, desde el armador hasta el pescador.
Las cofradías de pescadores están implantadas en todo el litoral español con más de 220 entidades y casi 30.000 afiliados.
Manuel Suarez, patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Tarifa, durante los actos organizados por el centenario ofrecía una de las claves: “Son pocas las organizaciones a nivel nacional que consiguen llegar al centenario” así que los artífices de la permanencia de estas instituciones son los pescadores.
Máximo Díaz, secretario de la Cofradía de Celeiro, incidía en la idea: “Son las gentes de antes y las de ahora que construyeron esta entidad de forma sólida, que sobrevive a los avatares de los tiempos y se adapta a las corrientes políticas, legislativas y normativas imperantes en cada época”.
Estas asociaciones han posibilitado el avance económico, social y cultural del colectivo de trabajadores de la pesca, sirviendo de vehículo para modernizar el trabajo, pero sobre todo para contribuir a las mejoras en la comercialización que beneficien al pescador.
Una gran desconocida, entre todas las tareas autoasignadas, es la defensa y cuidado del entorno marino. Siempre, pero especialmente en los últimos años de una forma más activa y visible, a través de una pesca responsable, la limpieza del medio o las paradas biológicas.
ANTES Y AHORA
Actualmente la labor de las cofradías es más burocrática. Respaldan al trabajador del mar realizando gestiones relacionadas con las subvenciones, normativa, Seguridad Social, certificados, ayudas, asesoramiento, declaración de renta o compra conjunta de gasoil.
Otra labor importante es la difusión de las bondades de los productos del mar para la salud en escuelas, lonjas y en muchos de los actos que se organizan.
La labor de los patrones mayores, representantes legales de la entidad, también ha ido cambiando con el paso de los años, tal y como recordaban durante los actos organizados por la Cofradía de Celeiro. Antaño los patrones mayores se elegían por los miembros de la cofradía entre personas de prestigio en la localidad, ya que ejercían como jueces del mar teniendo la última palabra para resolver un litigio marítimo entre sus asociados.
“Las cofradías -como comentaba El conselleiro del Mar de Galicia, Alfonso Villares- contribuyen a impulsar el sector y a trabajar en la busca de mejoras que faciliten la vida diaria de los trabajadores vinculados con el mar, con la actividad extractiva y con los puertos”. Villares realizó estas declaraciones durante los actos de conmemoración del centenario de la Cofradía de Pescadores de Fisterra.
El conselleiro también estuvo presente en las celebraciones organizadas por la Cofradía de Pescadores de Celeiro, una entidad intrínsecamente ligada al pueblo de Celeiro y que “Siempre ha tenido a los pescadores como los verdaderos protagonistas” como diría Máximo Díaz.
Por su parte, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, elogió su labor durante las celebraciones organizadas por la Cofradía de Portosín, uno de los puertos más importantes en la pesca de cerco.
La feria Expomar fue el lugar elegido para rendir homenaje a la Cofradía de Pescadores de Burela, auténtico motor económico de esta ciudad lucense, y cuyo patrón mayor, Basilio Otero también ostenta la presidencia de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores.
CULTURA MARINERA
La labor cultural de las cofradías, como señalaba el patrón mayor de Fisterra José Manuel Martínez, durante la celebración de su centenario, también es la gran desconocida de las tareas de las cofradías.
La Cofradía de Pescadores de Guardamar del Segura tiró la casa por la ventana en su centenario con una exposición fotográfica en la que se narra visualmente su vida y la de los pescadores que han pasado por su lonja estos cien años, acompañada de un libro con su ya centenaria historia. A ambas iniciativas se unió otra exposición pictórica titulada “Toda la vida en la mar” realizada por distintos artistas locales.
Barallobre celebró su gran fiesta en agosto, en una carpa que albergó a 1.500 personas que pudieron degustar productos del mar, junto con actuaciones musicales y actividades para conmemorar su centenario durante dos días.
Cala Ratjada ha sido otra de las cofradías que ha optado por recoger sus cien años de historia en un libro. Más musical ha sido el recuerdo para los habitantes de Celeiro que pudieron disfrutar del concierto que la agrupación Sons de Celeiro ofrecía en la explanada de la cofradía, un repertorio que ha quedado recogido en el CD “Polos caminos do mar” con piezas populares sobre tradición marinera.
Todas las cofradías tuvieron emotivos recuerdos para todos los patrones que en estos cien años estuvieron día a día en la lonja y en los despachos peleando por los derechos de sus asociados.
LA LUCHA CONTINÚA
Muchos son los retos y cambios que debe afrontar el sector pesquero, especialmente de cara a las exigencias de la Unión Europea, y uno de los más importantes es dar a conocer el valor de estas asociaciones profesionales.
Como indica Máximo Díaz, una cofradía de pescadores, en la que están representados empresarios y trabajadores, a diferencia de otro tipo de asociacionismo profesional “está basada en un ecosistema asociativo sólido que además de incorporar infraestructuras y servicios” se sustenta sobre la “democracia, igualdad y paridad en la gestión, gobernanza, profesionalización del sector, prestigio y puesta en valor del oficio del pescador para mejora de sus condiciones laborales”.
Fruto de esta unión para lograr más derechos para el colectivo surgieron otras reivindicaciones que también llegaron para mejorar su trabajo. En Mallorca, por ejemplo, los pescadores de la cofradía de Cala Ratjada consiguieron que, en 1949, tras muchos años de lucha se construyera un puerto para sus embarcaciones, que hasta entonces amarraban en la arena de la playa. Algo similar ocurrió en Marbella, los pescadores pudieron cambiar la arena de la playa por un atraque en puerto a partir de 1961.
Para estas sociedades, supuso un elemento clave del despegue de sus negocios la construcción de los puertos pesqueros, y la rapidez con la que se consiguió en Celeiro la construcción del desaparecido muelle viejo en el año 1930, explica en parte el despegue de su flota bonitera e industria conservera.
Todas estas cofradías llevan años recopilando material de un gran valor histórico. Archivos, fotografías, actas que constituyen un elemento vivo de la memoria colectiva y que están a disposición de toda persona que los quiera consultar. Las cofradías son auténticos centros de documentación sin las que no se entendería el desarrollo social, económico y cultural de todos y cada uno de los pueblos donde se incardinan y que han ayudado a construir.
Parafraseando la felicitación del director provincial del ISM en Cádiz, Francisco Corral, durante la celebración del centenario de la cofradía de Tarifa: ¡Por cien años más juntos!