Allá donde mar y río son uno
Pesca
La provincia de Tarragona esconde en sus costas un gran tesoro, un enorme humedal, el segundo más grande de España después de Doñana, en la desembocadura del río Ebro, con más de 320 km2 de alto valor biológico y una singular manera de pescar que ha requerido de una legislación propia. Nos adentramos en ella de la mano de sus pescadores que nos hablan de “los pros y los contras” de pescar entre agua dulce y agua salada.
El Ebro, el río más caudaloso de España con una corriente que penetra hasta 22 km en el mar, crea una específica singladura con abundantes nutrientes, abrigo y zonas de protección para el desove que propicia un pescado y marisco de alta calidad y de gran tamaño. La zona de especial protección del Delta del Ebro también incluye sus lagunas, acequias y arrozales con especies que alcanzan un alto valor en el mercado.
La arena en el Delta es tan fina que parece harina y se comporta como dunas movedizas, cuando hay mar de fondo es capaz de tapar la salida al mar en media hora. Para paliar el problema se realizan pequeñas aperturas llamadas canales o golas que se señalizan con boyas. Unos canales insuficientes cuando hay temporales que pueden dejar hasta una o dos semanas amarrados los barcos sin poder salir a pescar, pero por ahora no hay solución.
La pesca deportiva está prohibida en el Delta, las embarcaciones recreativas deben salir al mar, sin embargo el tamaño y accesibilidad de los ejemplares atraen cada año a miles de aficionados a la pesca, lo que proporciona un interesante negocio en la zona.
Las aguas del Delta del Ebro presentan unas características fisicoquímicas diferentes y cambiantes. Estas singularidades hacen que la pesca profesional sea especial. Este ecosistema propio requiere de una legislación ex profeso, lo que llevó a la Generalitat de Catalunya a la creación en octubre de 2022 del Comité de Cogestión de la Pesca del Delta del Ebro, un organismo formado por representantes de las cofradías de pescadores, entidades científicas y de investigación y que tiene como misión la creación de un plan de gestión de la pesca profesional que regule conjuntamente las actividades extractivas del tramo bajo del río, lagunas y canales entre las bahías de Fangar y Alfacs.
Navegar por el Delta del Ebro implica conocer muy bien cada centímetro de un río continuamente cambiante para evitar embarrancar, y estar muy pendiente de los vientos, el Levante te puede hacer volcar y la Tramontana cerrar la salida o cambiar el cauce por el movimiento de sedimentos y arcillas. Uno u otro determinarán si el barco faenará hacia el norte o el sur o si, por el contrario, es mejor seguir amarrado.
Cuando las embarcaciones no pueden regresar a Deltebre porque las olas rompen en la confluencia de mar y río ponen rumbo a La Rápita o a la Ampolla donde pueden amarrar en caso de emergencia.
Todo influye y todo afecta, desde cuando sopla el viento de Tramontana, que puede alcanzar hasta los 200 km/h, hasta cuando hay escasez de lluvias, lo que supone una disminución en la bajada de sedimentos.
PESCA POLIVALENTE Y MARISQUEO
En el Delta se practica la pesca polivalente y el marisqueo de manera simultánea, con la excepción del trasmallo que es incompatible con el marisqueo. Disponen de tres puntos de venta comerciales en las localidades de La Ràpita, L’Ampolla y Deltebre.
La pesca recreativa está prohibida en el río, las embarcaciones deben salir al mar
El puerto fluvial de Deltebre tiene censadas 24 embarcaciones y una moderna lonja que se inaugurará en breve y que llega para facilitar el trabajo a los pescadores que todavía tienen que trasladar el pescado a la lonja situada en el pueblo a diez kilómetros del puerto.
Todas las embarcaciones en Deltebre son de artes menores que faenan al palangre, trasmallo, parada y marisqueo. En Deltebre no hay arrastreros, este arte es incompatible con la orografía ya que quedarían encallados pero además está prohibido para proteger la zona.
El trasmallo es una pesca de invierno para cuando el mar está movido especial para lisas, lubinas, doradas, sepias, galeras y lenguados. La primavera y el verano son para las dragas mecanizadas. El pulpo se pesca todo el año mediante la parada (unas trampas construidas con tubos) menos cuando está en veda. El bígaro es de invierno y otoño, actualmente tienen unas 60 trampas colocadas. Se pesca al palangre todo el año, especialmente la lubina entre septiembre y octubre. El atún, solo en temporada, se pesca a la deriva mediante capazos.
La almeja real se pesca a pie desde la orilla, en la lonja se criba y las que no dan la talla se devuelven al río. Igual con la tellina del Delta (coquina), que tiene denominación de origen.
La pesca en Deltebre no entiende de horarios, el día a día del pescador comienza a las 3 de la madrugada, un poco más tarde si las redes colocadas el día anterior están más cerca, cuando todavía el sol no ha salido navega hacia la desembocadura a esperar que el amanecer le muestre el punto donde no rompan las olas para poder salir. La primera parte de la jornada finaliza a tiempo para llegar a la subasta de las 11:15. Lo mismo se repite a las 4 de la tarde.
El tiempo es el que marca la faena del día en invierno, mientras que en verano son los precios en lonja. Se busca lo que mejor se paga. Se marisquea en verano y primavera, ya que a partir de septiembre el oleaje impide a las embarcaciones acercarse a la orilla pues la arena las haría volcar.
El Delta produce un pescado y marisco de mucha calidad gracias a la confluencia de agua dulce y salada. A su temperatura cálida se une una mayor concentración de nutrientes que aporta el río, así como unas orillas próximas al mar que facilitan el desove.
No se rigen por cuotas, ni por el Plan Plurianual de Pesca para el Mediterráneo, sino que tienen licencias específicas, cupos y unos días de pesca establecidos por embarcación.
Un capítulo aparte merece la angula, un alevín cuya pesca solo está permitida en España, ya que Europa la considera una especie autóctona nuestra. En Cataluña solo en el Delta está autorizada su pesca, de octubre a marzo, y solo se permite su venta en la lonja de Deltebre.
Es necesario estar dado de alta en la pesquería de la angula, muy reglada y controlada. Los 346 puntos de pesca existentes se sortean cada año. En cada punto, también llamados pasos, se colocan los bussós, nombre que recibe la caja con las que se pesca la angula. No se trata de una trampa porque tiene orificios de entrada y salida y no llevan cebo sino una caña con luz que atrae a la angula en la oscuridad. El bussó en un arte solo autorizado en el Delta.
El bussó es un arte para la pesca de angulas solo autorizado en Deltebre Foto: Gaspar Franch
Luciopercas, siluros y cangrejos azules son las especies invasoras que más están amenazando el trabajo de los pescadores profesionales. Sin embargo en el Delta del Ebro han sabido convertir el problema en solución. “Los siluros se lo comen todo -nos comentaba Gaspar Franch, presidente de las dragas de Cataluña- incluso a las pollitas de agua. Lo mismo ocurría con el cangrejo azul, una especie tan voraz o más, que alcanza tal tamaño que no puedes meter los pies en el agua porque te enganchan un dedo a la mínima, pero al conseguir licencia para comercializar cangrejo azul todo ha cambiado”.
El cangrejo se pesca con jaulas y se ceba con pollo. Por el momento ni los luciopercas ni los siluros pueden venderse, “no merecen la pena porque su gran tamaño da mucho trabajo y además pueden romper las redes o comerse todo lo que haya en el copo. Sin embargo. son perfectos para los pescadores recreativos”. Tras varios años de estudio, en 2017 se apostó por una pesca profesional intensiva como medida de control y reducción de las poblaciones de cangrejo azul en el Delta del Ebro.
De lo que se lamentan en Deltebre es de haber perdido las licencias para pescar anguila, una especie que se pesca en las lagunas y arrozales pero, al no tener obligación de pasar por lonja, la Generalitat entendió que, al no haber venta registrada, no había interés.
JOVEN Y PREPARADA
La cofradía de Deltebre es la más joven de Cataluña, se creó en 1982, pero su lonja presenta cifras de ventas muy prometedoras y en progresión continua. La mayoría de lo que se captura sale fuera de la provincia, hacia Barcelona, Francia y Bélgica, tal y como nos cuenta su secretario Pasqual Chacón.
El patrón mayor Lluís Casanova, es propietario de un trasmallero y aunque reconoce que cada vez es más complicado pescar profesionalmente "el mar nos gusta, entre otras cosas porque cada día es diferente y siempre te sorprende".
Gaspar Franch, ya jubilado como pescador, sigue ejerciendo como armador y además es miembro del Comité Ejecutivo de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores. “La pesca en el Delta del Ebro es una gran desconocida, también en Cataluña. El hecho de tener una gestión compartida entre la comunidad y el gobierno genera retrasos en muchas decisiones”, nos comenta.
La pesca en el Delta tiene sus ventajas y desventajas. El clima y la arena les quitan el sueño, la arena es voluble y variable “los biólogos no dejan dragar el río, aunque sí mover la arena pero no encuentran una solución válida para la desembocadura”, nos dicen.
La clave está en la adaptación “se puede vivir bien del pescado en el Delta, pero hay que ser selectivo, buscar un producto de calidad y desechar el que no cumpla los requisitos mínimos.