Marrajería en el Mediterráneo
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Este artículo se publicó en la Hoja del Mar número 88, de febero de 1973.
Manuel López Aguado, patrón del marrajero "Los Morrinas", nos recibió amablemente a bordo, y con él y su tripulación pasamos un día inolvidable de convivencia con la gran familia del mar. Tuvimos la oportunidad de recoger una importante información que nos permitió conocer un poco mejor esta pesquería y al mismo tiempo pudimos realizar el reportaje fotográfico que acompaña estas líneas. "Los Morrinas", como otras muchas embarcaciones parecidas, calan sun palangres cada día al atardecer alrededor de las Baleares, y al amanecer del día siguiente viran el arte con la esperanza de haber obtenido merecida recompensa a su esfuerzo. Después de esa jornada a bordo de un marrajero no es difícil comprender que la marrajera es una pesca que precisa pulso, fuerza, voluntad, ganas de trabajar y como cualquier otra pesquería, y como todo lo que es la vida en el mar, es preciso ser fuerte para vivirla y para amarla.
Aunque fue en la última reunión de la Comisión de Pesca del Mediterráneo, celebrada en Barcelona los pasados días 9, 10 y 11 de enero, cuando oficialmente se atacó el problema de las pesquerías de peces pelágicos de altura en el mar Mediterráneo, ya con anterioridad en el seno de los equipos de biología pesquera del Instituto Español de Oceanografía (IEO) se estaba haciendo una conciencia de estudio de estas importantes poblaciones de peces, y empezando por cortar salidas a bordo de marrajeros que estaban pescando alrededor de las Baleares en los años 71 y 72, y pasando por la campaña de marcaje de atunes que realizó el IEO en noviembre de 72 en colaboración con el laboratorio de Sete del Institute de Pêches Maritimes francés y el laboratorio de Fano (Italia), culmina ahora en un plan de estudio que deberá ser capaz de darnos una orientación que lleve a un conocimiento lo más exacto posible de esta pesquería.
La base de este plan que pretende poner en marcha el IEO, a través del equipo de biología pesquera de su laboratorio de Palma de Mallorca, será en gran parte las informaciones que nos remitan los patrones de las embarcaciones que se dediquen a esta pesca, rellenando diariamente los cuestionarios que les haremos llegar a través de las respectivas Cofradías. Cuando en nombre del IEO el profesor Durán, director del laboratorio de Palma de Mallorca, apuntó la posibilidad de llevar a cabo este proyecto en el nombre de la Comisión, no podemos negar que nos produjo una gran satisfacción la positiva reacción que se produjo por parte de los representantes de todas las Cofradías del litoral mediterráneo allí reunidas.
En el próximo mes de febrero, como continuación a las reuniones ya celebradas en Sete y en Palma de Mallorca, el IEO estará presente en una reunión que se celebrará en Fano (Italia), con el fin de marcar las directrices para el estudio de los peces pelágicos de altura en el Mediterráneo Occidental.
Quizá surja la pregunta de por qué se va a someter a estudio una pesquería que por el momento no presenta problemas de sobrepesca ni de bajos rendimientos. Creo que contesta perfectamente J.A. Gulland, especialista en problemas de ordenación pesquera reconocido internacionalmente, en una reciente publicación: "Uno de los problemas más importantes de las pesquerías es la ordenación y la conservación. La marcha normal de los acontecimientos en una pesquería suele ser: primero el desarrollo de la misma, luego se produce un descenso de las capturas, lo que motiva las lamentaciones de los pescadores; entonces se pone en marcha la investigación, y los resultados de esta investigación demuestran que es necesario adoptar ciertas medidas que... por fin son implantadas".
Creo que desde cualquier punto de vista es más lógico buscar pruebas científicas necesarias que nos pemitan adoptar una decisión a tiempo y no tener más tarde que reparar el mal cuando la pesquería esté ya dando señales de sobrepesca.
Es importante remarcar que no estamos hablando de un arte de pesca dinámico, como es cualquier arte de arrastre, sino de un arte estático, y que como tal limita sus capturas a individuos totalmente desarrollados y que ya están en un período de su vida en que fundamentalmente sólo están actuando como depredadores de otras especies. Esto quiere decir que nunca podrá establecerse una restricción sobre esta pesquería del tipo de las que se están aplicando al arrastre, el cual, además de capturar individuos de talla y edad totalmente pescables, captura también otros ejemplares que por su naturaleza, talla o estado de desarrollo repercuten muy seriamente en la futura potencialidad de la pesquería, sin que su actual captura proporcione ventaja económica alguna.
Al estudiar esta población de peces pelágicos de altura del mar Mediterráneo, a través de los datos que aporten los patronos de las embarcaciones despachadas para la pesca de la marrajera, pesnamos poder llegar a conocer el índice de crecimiento y la extensión de etas poblaciones de peces, y a través de estos datos el rendimiento óptimo de la pesquería. Esto nos indicará hasta dónde podemos incrementar el esfuerzo sin llegar a crear un problema de sobrepesca.
Al estar trabajando con un arte estático, sólo los ejemplares sobre los cuales estamos aplicando directamente el esfuerzo de pesca son los que nos pueden forzar a aplicar una restricción o más exactamente una ordenación. Pero nunca debemos limitar el esfuerzo para proteger a otros individuos sobre los cuales no estamos aplicando directamtne el esfuerzo y que además no tienen ningún o escaso valor económico para nosotros, como viene ocurriendo en el arrastre.
También pretendemos llegar a conocer estas poblaciones para poder determinar líneas y épocas de migración, zonas de puesta y en general su biología. Esto se conseguirá complementando este proyecto con las informaciones que se obtendrán en periódicas campañas de marcaje, con los trabajos de ictioplancton realizados por el profesor Dicenta y con los de biología pesquera del profesor Massuti.
Desde el punto de vista más aplicado, no es demasiado aventurado suponer que se podría llegar a determinar el rendimiento que puede ofrecer esta pesquería en distintas horas, épocas y zonas.
Todos los resultados serán sometidos a la competencia de la Comisión de Pesca del mar Mediterráneo para que determine cuál debe ser la actitud a adoptar frente a dichos resultados, teniendo en cuenta también los problemas de naturaleza social, econoómica o política que puedan existir.
Pedro A. Oliver, biólogo. Artículo publicado en la revista Hoja del Mar en el número 88 correspondiente al mes de febrero de 1973