“Cuando se trata de monstruos, la imaginación no conoce límites. No solamente se ha pretendido que esos pulpos podían llevarse a los barcos, sino que incluso un tal Olaus Magnus habló de un cefalópodo, de una milla de largo, que se parecía más a una isla que a un animal. Se cuenta también que el  obispo de Nidros elevó un día un altar sobre una inmensa roca. Terminada su misa, la roca se puso en marcha y regresó al mar. La roca era un pulpo”. Extracto de "Veinte mil leguas de viaje submarino” de Julio Verne.

A pesar de todos nuestros avances científicos, queda muchísimo por conocer de nuestro planeta. Se dice que sabemos más sobre La Luna que sobre los fondos abisales. Los mares siguen ocultando grandes misterios que nos aterran o nos hacen soñar. Los científicos saben perfectamente que los mares son la única esperanza de descubrir especies desconocidas para la ciencia, sobre todo si pensamos en animales de gran tamaño. 

Incluso, la literatura actual y el cine sitúan en el mar las tramas de ciencia ficción, con la aparición de monstruos de grandes dimensiones, provenientes de fondos abisales. Un reciente éxito cinematográfico, “Megalodón (2018), ha recaudado la cantidad astronómica de 530 millones de dólares con una historia que juega con nuestros miedos ancestrales. En este caso, la aparición de un tiburón prehistórico de 23 metros de longitud, que se creía extinto.

La inmensidad de los océanos, la falta de testigos, la dificultad para recabar pruebas y la imposibilidad de confrontar los testimonios han servido a lo largo de la historia para la creación y propagación de leyendas sobre barcos fantasmas, islas misteriosas, animales monstruosos y sirenas. En algunos casos, esas leyendas, que parecían producto de una imaginación desbocada, se hacen realidad.

Kraken: enorme pulpo de la mitología nórdica, emergía de las profundidades y atacaba y devoraba a los marineros. En agosto de 2015, el arrastrero Minchos Sexto, de Celeiro, capturó un calamar gigante (Architeuthis dux) de 150 kilos y más de 10 metros de largo, a unos 40 km de la costa asturiana. Decenas de esos animales han sido capturados en la costa cantábrica en los últimos años. Viven a grandes profundidades y alcanzan tamaños extraordinarios, unos 10 metros para los machos y hasta 13 metros las hembras. Se ha especulado sobre la existencia de ejemplares de mucho más de 20 metros y media tonelada de peso, aunque esto no se ha podido confirmar. 

Las leyendas sobre animales prehistóricos abundan entre los navegantes. Parecería algo irracional, pero el mar siempre nos depara sorpresas. El 22 de diciembre de 1938, unos pescadores sudafricanos atraparon un extraño pez a 60 m de profundidad, en la desembocadura del río Chalumna. Medía 1,5 m de longitud y pesaba unos 50 kg. Los pescadores nunca habían visto algo igual y enviaron el ejemplar al Museo de East London, donde Marjorie Courtenay-Latimer se dio cuenta de que estaba ante algo único y mandó el esqueleto, junto a una serie de dibujos sobre su aspecto, a J. L. B. Smith, de la Rhodes University de Grahamstown (Sudáfrica). Este descubrió que se trataba de un ejemplar del grupo de los celacantos, que se suponían extinguidos desde hacía 80 millones de años. Lo llamó Latimeria chalumnae, en referencia al río Chalumna, y Latimeria en honor a su descubridora. 

Orcas: los kwakiutl, una tribu de la isla de Vancouver (Candá), veían en las orcas seres poderosos y sobrenaturales. En los últimos años se están produciendo una serie de ataques a embarcaciones por parte de estos animales. En agosto de 2022, se registraron diez incidentes en el Cantábrico en solo tres días. Los científicos siguen sin encontrar explicaciones definitivas a este extraño comportamiento. El ataque se centra en los timones, como si los confundieran con aletas de tiburones. El caso es que se ha llegado a restringir la navegación, en algunas zonas, debido a las orcas y el peligro que pueda suponer para las embarcaciones pequeñas.

Ballena azul: Balaenoptera musculas el animal más grande que ha existido. Ni siquiera los dinosaurios alcanzaron su tamaño. Llega a alcanzar los 30 m de longitud y 170 t de peso. Es el gigante de los mares. No es extraño que haya dado lugar a tantas historias, libros y películas. La historia de Jonás en la Biblia, las leyendas griegas que las consideraban protectoras de los viajeros, para los maoríes son el origen de todas las especies, en Nueva Zelanda consideran que el primer viajero llegó a lomos de una ballena y para algunas tribus americanas son animales sagrados.
 

DE LA REALIDAD A LA FANTASÍA

Encontrarse en la inmensidad del océano, sin formación de ningún tipo, sin medios tecnológicos y con la cabeza llena de supersticiones, fue la mezcla perfecta para que, a lo largo de los siglos, surgieran multitud de terroríficas leyendas y de monstruos imaginarios. Algunos de los más conocidos son estos:

Sirenas: hermosas mujeres con cola de pez en lugar de piernas que moraban en las profundidades, se les atribuía una irresistible voz melodiosa con la que atraían a los marineros y los ahogaban. Cuenta “La Odisea” de Homero que Ulises mandó tapar con cera los oídos de sus marineros, al pasar cerca de la isla de las sirenas, para escapar de su irresistible melodía.

Serpientes marinas gigantes: probablemente el monstruo más mencionado en las historias de terror marítimas. Jamás se ha obtenido la menor prueba de que existan. Los supuestos avistamientos ocurrieron mayoritariamente en el siglo XVII, en la costa de Nueva Inglaterra. El avistamiento de una supuesta serpiente marina más conocido es el del barco Daedalus en 1848 en el Atlántico Sur.

Medusas gigantes: fueron muy temidas por los marineros de siglos pasados. En 1973,  la tripulación del Kuranda, barco que cubría el trayecto entre las islas Fidji y Australia, dijo que habían sido atacados por una medusa gigante de aproximadamente 60 metros de longitud. Este suceso no ha podido ser verificado.

Demonio negro: un supuesto tiburón prehistórico gigante que hunde barcos para comerse a los marineros y es un depredador de ballenas. Es una leyenda entre los pescadores californianos, pero jamás se ha obtenido alguna evidencia de su existencia.

Criatura U-28: el capitán del submarino alemán U-28, Georg Freiherr-Günther von Forstne, afirmó que el 30 de julio de 1915 el submarino alemán U-28 torpedeó al buque inglés Iberian en el Mar del Norte y que, como resultado de la explosión, emergió un gigantesco cocodrilo de 20 m de longitud. Declaró que no le dio tiempo a fotografiar al animal y el resto de los supuestos testigos, murieron en la guerra sin poder testificar. Ninguno de los 60 supervivientes del Iberian mencionaron jamás haber visto ese animal en las entrevistas que les hicieron. La teoría más extendida es que el capitán se lo inventó todo.

Indudablemente, queda muchísimo por explorar y cada año se descubren nuevas especies desconocidas para la ciencia. Lo que nos permitirá seguir soñando con animales que nos sorprendan y maravillen. Solo en 2022, se descubrieron 146 especies. Sin embargo, ninguna tenía un tamaño monstruoso, ni desafiaba las leyes de la biología. Curiosamente, desde que todos llevamos cámaras de fotos en el bolsillo, el número de avistamientos de animales maravillosos ha descendido espectacularmente. 

Vicente Prieto, licenciado en Biología Marina y Director provincial del ISM en Lugo
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