Nacho Dean se define a si mismo como el caminante del mar. Su inspiración, la conservación de la naturaleza, su camino, el océano. Con su forma especial de comunicar a través de redes sociales, libros, documentales y conferencias nos habla sobre la necesidad de proteger nuestro preciado líquido azul. Pone el foco en el hábitat y en sus habitantes, pero también en los efectos nocivos de la basura marina sobre el ser humano. Su fuerza, y la que trata de instilar en los demás, reside en la superación personal. 

¿Cómo empezaste en la profesión? ¿Cuál es el sentido de lo que haces? 
Profesionalmente me dedico a la exploración desde hace 10 años, cuando el 21 de marzo de 2013 daba los primeros pasos de la expedición que me llevó a dar la vuelta al mundo caminando. Sin embargo, tengo la sensación de que llevo toda la vida preparándome para ello. 
El sentido de lo que hago reside en el propósito al que dedico mis expediciones, que es la conservación del medio ambiente y la superación personal.

¿Qué significa para ti el mar?
Nací en Málaga, ciudad de mar, soy hijo de marino, mi hermana se llama Marina y mi hija mayor Mar. 
El mar es poesía, es fuerza, es belleza, el medio para llegar a los rincones más remotos del planeta. El mar es el lugar en el que me gusta estar, fuente de inspiración, la Capilla Sixtina de la vida, lleno de secretos y lugares por explorar. Un ecosistema que tenemos que cuidar si queremos tener un planeta saludable.
 

¿En qué consiste tu proyecto “La España azul”? ¿Y en qué otras expediciones estás embarcado? 
Además de la aventura de “unir” nadando los cinco continentes, “La España Azul” es la primera expedición científica y divulgativa navegando a vela alrededor de España. Tiene dos pilares:

1. La ciencia: con el objetivo de elaborar el primer mapa de la historia sobre contaminación por plásticos y microplásticos en nuestras costas. 
2. La divulgación: acercar la ciencia a la sociedad a través de actividades de ciencia ciudadana como limpiezas de playas, conferencias e invitar a personas al barco para que conozcan de primera mano la rigurosa labor que estamos realizando. 

¿De qué forma ha cambiado tu trabajo con la nueva forma de compartir información?
Internet y las redes sociales te dan la oportunidad de comunicar como si tuvieras tu propio medio de comunicación, con la libertad y la responsabilidad que eso entraña: elaborar una estrategia, generar contenido, analizar métricas, colaborar con otros perfiles... es algo que llevo realizando desde el principio, en 2013, cuando decidí dar la vuelta al mundo caminando y crear mi primera web. Vivimos en tiempos de hiperconectividad y uno de los desafíos que tenemos que aprender a gestionar es el tiempo que pasamos “conectados” a las pantallas. 
¿Crees que este tipo de plataformas son las idóneas para comunicar temas sobre sostenibilidad y medio ambiente?
La plataforma ideal es estar en la naturaleza, navegando o dando un paseo por la montaña, con un entorno coherente y acorde al mensaje que transmites. Ahora, está bien aprovechar las nuevas tecnologías de la información para trasladar un mensaje y compartir una información que hace años estaba reservada a los grandes medios de comunicación de masas. 

¿El mensaje llega mucho mejor a través de un post en Instagram?
El mensaje llega mejor cuando se recibe de un modo experiencial, es decir, viviéndolo en primera persona, no a través de una pantalla. 
Para destacar en un “mundo virtual” donde hay tantas personas que se dedican a la concienciación ambiental hay que ser auténtico, veraz, original y persistente.
  
¿Cómo te ves en unos años? ¿Tu camino está en las redes sociales?
Me veo como un referente a nivel internacional en el mundo de la exploración y el medio ambiente. Como divulgador escribo libros, hago entrevistas, documentales, conferencias...y si las redes sociales siguen siendo un canal a través del cual llegas a un número grande de personas, estaremos ahí.



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