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Mantener un peso saludable no es difícil

05/04/2024

ISM

Sanidad marítima

Doctora Rosa María Gandía Bonín
Comida familiar para enseñar a un niño a comer saludable
La alimentación en el ser humano, además de ser una necesidad biológica que permite el desarrollo y mantenimiento de las funciones vitales, representa un placer social indescriptible.
 
El proceso de aprendizaje para llevar una dieta saludable durante toda la vida se inicia desde las edades tempranas. Respetar los horarios de comidas o evitar añadir azúcar o sal a la alimentación de los lactantes y niños, permite crear patrones alimentarios que pueden perdurar.
Así mismo, en la edad escolar es preferible minimizar el uso de “comida basura” como recompensa a buenas conductas.  Debe quedar establecido que estos alimentos no deben formar parte de la dieta habitual.

Los padres, tutores o maestros deben estar atentos a cambios en los hábitos alimentarios y/o del peso de los adolescentes. La anorexia y la bulimia son trastornos alimentarios difíciles de solucionar y que tienen un coste emocional y biológico de muy largo alcance.

En el adulto, el aumento del peso corporal puede deberse a múltiples causas. Se describe por la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) que la herencia puede ser responsable hasta del 40% de las causas de obesidad, sin embargo otros factores influyen, y entre ellos los principales son los malos hábitos alimentarios, el sedentarismo, las diferentes culturas alimentarias, los trastornos del sueño y las situaciones de estrés mantenidas. 

El sobrepeso y la obesidad se comportan como factores de riesgo para el desarrollo de otras enfermedades como es el caso de la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, cardiopatías, la apnea del sueño, la aparición de dolores articulares e incluso en el desarrollo de determinados tipos de cáncer. 
Las variaciones significativas del peso, tanto en aumento como disminución, deben ser consultadas con un facultativo, en busca de identificar las causas. Se sigue considerando un parámetro de referencia, en la estimación del peso corporal, el Índice de Masa Corporal (IMC). Los valores mayores de 18 y menores de 25, corresponden a un peso saludable.
Mujer comiendo hamburguesas frente a una pantalla.
En la medida de lo posible es recomendable evitar comer mirando pantallas.
RECOMENDACIONES
Si queda demostrado que dichos cambios son causados por modificaciones en los hábitos de vida, pueden ponerse en práctica toda una serie de acciones que ayudarán a retomar y mantener el peso saludable, las cuales frecuentemente no se tienen en cuenta y que sin embargo influyen directamente en este propósito, a saber:
 
  • Planificar los menús del hogar y cumplir en la medida de lo posible con los horarios de las comidas establecidos.
  • Revisar los alimentos que conforman los menús, intentando sustituirlos por similares más saludables e igual de apetitosos.
  • Leer en el etiquetado los componentes de los alimentos y sus proporciones antes de comprarlos. 
  • No comer de manera apresurada, masticar adecuadamente los alimentos, evitando así molestias digestivas posteriores y favoreciendo la sensación de saciedad que impedirá seguir comiendo.
  • Las comidas deben desarrollarse en un ambiente limpio y un entorno social placentero. 
  • Debe evitarse el consumo frecuente de menús en los restaurantes, prefiriendo un plato único que incluya hidratos de carbonos, proteínas y grasas.
  • La ingestión saludable no debe convertirse en un corsé rígido que aburra o desencadene sensación de agobio.
  • El consumo de las “comidas favoritas” debe convertirse en una excepción agradable y no en una fuente de frustración y ansiedad.
  • Los procesos de estrés mantenido o los estados de ansiedad deben ser tratados, ellos condicionan cambios hormonales que favorecen el aumento de peso. 
  • El cortisol liberado por el organismo durante estas situaciones es responsable de la búsqueda y consumo de alimentos altamente energéticos, y de la ingestión compulsiva de comida. 
  • Deben tomarse medidas frente a las alteraciones del sueño (insomnio) que, además de propiciar la búsqueda de comida a altas horas de la noche, modifican los niveles de grelina. La grelina (la hormona del hambre) es una hormona liberada en el estómago, que regula el apetito, actuando sobre el sistema nervioso e induce al hambre. Los niveles elevados circulantes también aumentan durante el ayuno y propician la búsqueda de alimentos.
  • Práctica de deporte. En esta lista no pueden faltar los múltiples beneficios del ejercicio físico con relación al peso corporal y a la salud. El deporte favorece el equilibrio entre las entradas y las pérdidas de calorías, combate el estrés y la ansiedad, mejora la conciliación del sueño y en resumen provoca una sensación de satisfacción que contribuye al equilibrio emocional del individuo.
  • De preferencia evitar simultanear el momento de la alimentación con el uso de pantallas.

Los trabajadores del mar que permanecen embarcados durante periodos de tiempo prolongados deben tener a su disposición una alimentación completa y variada, evitando los alimentos enlatados y ultra procesados, la misma debe permitir que se mantenga el equilibrio entre las entradas con relación a las pérdidas calóricas derivadas de la actividad física que realizan.

Comer saludable es también un estilo de vida. 

Rosa Mª Gandía Bonnín, médico de Sanidad Marítima

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