Cambios en el mar
Medio Ambiente
Encontrar especies marinas en zonas donde no habían sido vistas con anterioridad es algo que está ocurriendo con relativa frecuencia. Esto se debe a que la temperatura media del agua está subiendo en nuestras costas, provocando la llegada de especies exóticas propias de ecosistemas más cálidos. Para las poblaciones asentadas es un problema, ya que los individuos invasores, sin depredador natural, provocan el desplazamiento de las comunidades autóctonas a otras áreas.
“La variación de la temperatura en un grado puede sonar anecdótica. Sin embargo, no lo es para los organismo marinos. En el mar, los cambios en la distribución de especies están produciéndose a un ritmo diez veces más rápido que en la tierra”, comenta Eva Velasco, investigadora del Centro Oceanográfico de Vigo.
El fenómeno provoca la aparición de ejemplares inusuales en nuestro litoral. Tal es el caso del pez luna de 3 metros de longitud y casi dos toneladas de peso que quedó atrapado en la red de unos pescadores en las inmediaciones de Ceuta. El descubrimiento sorprendió a biólogos e investigadores que afirmaron que podría tratarse de uno de los casos registrados de mayor tamaño.
Velasco comenta que, en una reciente campaña del IEO, pudo observarse un pulpo de cuatro cuernos Pteroptopus tetracirrhus en aguas gallegas, al norte de su límite de distribución en el Atlántico. Algo que ocurre muy raramente.
A lo largo de todo el año, se han producido avistamientos de especies poco habituales en nuestras aguas como es el caso del crustáceo Homola barbata. En el pasado se habían visto ejemplares en varias localidades del Mediterráneo, pero no en Galicia, donde también se ha visto por primera vez un Solrayo Odontaspis ferox.
Pteroptopus tetracirrhus.
HABITUALES
Otra especie que se está dejando ver por el Mediterráneo es la tortuga Carey, de aguas tropicales y subtropicales del Atlántico, Pacífico e Índico y que es poco frecuente encontrarla en aguas templadas. Lo mismo ocurre con algunos cetáceos.
El delfín mular o el delfín común, son visibles en el Atlántico, cerca de nuestras costas. También es posible avistarlos ahora en el Mediterráneo. Algo parecido ocurre con la marsopa común, que en España se localizaba en zonas de Atlántico y en la mitad occidental del Cantábrico y se ha registrado algún ejemplar en las costas mediterráneas. Y el rorcual común, la única ballena que encontramos en el Estrecho de Gibraltar, es el segundo animal más grande del mundo, pudiendo medir hasta 22 metros de largo y pesar 80 toneladas.
Zenopsis conchifer.
BIOLOGÍA MOLECULAR
Las últimas especies descubiertas son las llamadas “babosas marinas”. Son especies poco conocidas, pero están saliendo a la luz gracias a la investigación científica. Estudios realizados en la Universidad de Cádiz (UCA) han evidenciado la existencia de más de diez especies diferentes de babosas marinas en la zona de La Caleta.
Según Juan Lucas Cervera, catedrático e investigador de la UCA, se están implementando técnicas nuevas de biología molecular para descubrir estas especies. “El tiempo para registrar una especie nueva es demasiado largo. Puede pasar entre seis meses y un año desde su avistamiento hasta su registro oficial. Gracias a la digitalización, este proceso va siendo cada vez más rápido”, comenta. “Había especies que ya habían sido descubiertas pero que, dado su gran parecido a otras ya registradas, se habían sinonimizado con ellas. Las nuevas técnicas han descubierto que son diferentes, procediéndose a su registro”, afirma Cervera.
La ciencia ciudadana también ayuda a encontrar especies poco habituales. En Galicia, la Xunta ha creado la aplicación Redogal que permite hacer un seguimiento de los avistamientos de nuevas especies en la región. “Los profesionales del mar son quienes informan de ellos”, dice Alberto Otero, subdirector de Investigación y Apoyo Científico-Técnico de la Conselleria do Mar de la Xunta de Galicia. Para este especialista, “No todas las especies tienen efectos adversos. Algunas incluso, son beneficiosas como es el caso de la cañaílla Bolinus brandaris.
ENTREVISTA
“El calentamiento global modifica la distribución de especies a un ritmo sin precedentes”
Eva Velasco Gil, investigadora del CO de Vigo.
Eva Velasco Gil, investigadora del Centro Oceanográfico de Vigo y de la Red de Observación de le Biodiversidad Marina y Pesquera de Galicia y el Mar Cantábrico (Diversimar), nos cuenta cómo están trabajando con las nuevas especies aparecidas.
¿Hay más migración de especies marinas actualmente? ¿Por qué?
El calentamiento global modifica la distribución de especies a un ritmo sin precedentes. La temperatura del agua es un factor determinante para la distribución y el comportamiento de los organismos, de ahí la importancia de estudiar los efectos que el cambio climático tiene en los ecosistemas marinos para entender qué está pasando y poder predecir lo que va a pasar a nivel de los sistemas naturales y a nivel socioeconómico. Las peores previsiones hablan de que el 80% de los recursos de los océanos se verá afectado y migrarán.
El mar Cantábrico y el Atlántico adyacente constituyen un área de gran interés para los científicos, ya que es zona de transición entre las regiones de origen boreal del norte de Europa y las regiones subtropicales del Atlántico este. Puede comprobarse, además de la desaparición de los bosques de laminarias, cómo las comunidades de peces están sufriendo un proceso de “meridionalización”; entendiéndose por tal, el aumento de especies de origen meridional. Se ha observado también que está aumentando el número de la mayoría de especies templadas, nativas de Galicia y el Cantábrico, y de otros organismos como moluscos o crustáceos, aunque es menos evidente.
Además, se están dando otros procesos como la “tropicalización”, que supone el aumento natural de comunidades invasoras de origen tropical o subtropical como el pez luna real, el pez globo, el pez limón, el san pedro plateado o el mero africano.
¿Cómo afecta esto al ecosistema marino? ¿Es perjudicial?
Las alteraciones en la distribución y abundancia de especies tienen importantes consecuencias no solo a nivel ecológico sino en la explotación, sostenibilidad y gestión de los principales recursos explotados. Tenemos evidencias recientes. En las últimas décadas, gran parte de los recursos pesqueros del Cantábrico se han movido hacia aguas más frías, produciéndose conflictos por el reparto desigual de cuotas entre Comunidades Autónomas.
Evitar estos conflictos requiere gestión adaptativa. Esto es, considerar los cambios de distribución de las especies por encima de los derechos históricos a la hora de asignar cuotas de pesca y cambiar nuestros hábitos de consumo, adaptándonos a los nuevos recursos.
¿Cómo se prevé que evolucione de cara al futuro?
Hay una gran incertidumbre con lo que puede pasar, pero se prevé que las aguas sigan calentándose y que el proceso de migración siga ocurriendo. Al final se producirá un equilibrio. Las especies con mayor capacidad de natación se desplazarán hacia el norte, buscando zonas con temperaturas similares a las que tenemos actualmente. Pero habrá especies de afinidades más frías que sufrirán impactos negativos en sus poblaciones.