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Arranque lento de la eólica marina

02/10/2023

Medio Ambiente

Anabel Gutiérrez
Proyecto DemoSATH en Vizcaya

Pescadores y mariscadores no han dejado de protestar por el daño que pueda ocasionar a los caladeros. Aún no hay fecha para que se ponga en marcha su explotación comercial, además de que se están planteando dudas sobre su rentabilidad. A esto se le suma la advertencia del Tribunal de Cuentas de la UE: un despliegue rápido y masivo puede ocasionar graves daños a la vida marina.

Esta tecnología en concreto, la eólica marina “flotante”, se diferencia de la de anclaje fijo porque los aerogeneradores se colocan sobre una plataforma flotante y permite que se instalen en fondos marinos profundos o complejos como los que tenemos en nuestras costas. 

UNA GRAN OPORTUNIDAD

Sin embargo en España no hay aún proyectos comercializados, solo prototipos. El último -DemoSATH de la compañía Saitec-, se ha puesto en marcha precisamente ahora, en septiembre, frente a la costa de Armintza en Vizcaya. Un aerogenerador de 2 MW que producirá al año el equivalente al consumo de 2.000 hogares y que estará operativo durante dos años para recopilar datos sobre el funcionamiento de sistemas inteligentes para evitar colisiones con aves y para monitorizar el impacto sobre la biodiversidad del ecosistema marino (crustáceos, otros invertebrados, peces y cetáceos). 
A pesar de que, como hemos visto, en España aún no ha comenzado a impulsarse, sí lidera su exportación: “De las 51 soluciones tecnológicas flotantes identificadas a nivel global a finales de 2022, quince eran objeto de desarrollo o liderazgo por agentes españoles”. Esta frase la dijo el jefe del Departamento de Eólica y Energías del Mar del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), Juan Ramón Ayuso, en el marco de una jornada sobre eólica marina celebrada en junio en la sede del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. 

En mayo el despacho de abogados Clifford Chance organizó una reunión con representantes de empresas españolas relacionadas con la industria eléctrica para debatir sobre la evolución de los proyectos de energía eólica marina en nuestro país. Se analizó el marco regulatorio actual, los principales retos a los que se han enfrentado estos proyectos en otros países y las inquietudes actuales de la industria. 

Para estos expertos la aprobación en febrero de los Planes de Ordenación del Espacio Marino (POEM) constituye un paso importante, pero todavía debe ser acompañado de una regulación específica mucho más decisiva. 

Consideraron también que el sector eólico marino tiene potencial para impulsar la industria nacional y el desarrollo tecnológico, estando España “muy bien preparada” para abordar esta oportunidad de negocio. Y especialmente concluyeron que una primera subasta de potencia eólica marina es crucial para el despegue de esta tecnología en nuestro país. 

Esta subasta que estaba prevista para el primer semestre de año se ha aplazado a causa del adelanto electoral. 

LA PESCA, EN PIE DE GUERRA

Desde que se aprobaron los POEM no han dejado de sucederse manifestaciones de protesta por parte de pescadores para quienes estas instalaciones son una amenaza directa a su modo de vida. “No hay ningún informe independiente que asegure que no afecta a la pesca, al medio marino”, asegura Rubén Adrover, patrón mayor de la cofradía de pescadores de A Guardia a la revista Transición Ecológica. En esta localidad del sur de Pontevedra, frente a las costas de la desembocadura del Miño, hay proyectados tres parques eólicos flotantes. 

Otra “zona caliente” ha sido la isla canaria de Tenerife. En los POEM se definen dos zonas para energía eólica: al este de la costa de los municipios de Arico, Fasnia y Güímar y en Granadilla de Abona. Víctor Juan Díaz, presidente de la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de Santa Cruz de Tenerife calcula que estarán en torno a 200 las embarcaciones afectadas por la futura instalación de parques eólicos marinos. La Plataforma en Defensa de la Pesca y de los Ecosistemas Marinos ha ido más lejos y presentó el 18 de septiembre un recurso ante el Tribunal Supremo contra los POEM, que se ha admitido a trámite. 

La UE se ha propuesto el ambicioso objetivo de lograr que en 2030 la capacidad instalada sea de 60 GW y de 300 GW en 2050. Esta energía se considera prioritaria, pero plantea un dilema ecológico del que ha advertido el Tribunal de Cuentas en un informe publicado el pasado 18 de septiembre: “Dada la magnitud del despliegue” de la eólica marina en los próximos años esta actividad “puede dejar una importante huella ambiental sobre la vida marina”. Apuntan a efectos negativos derivados de la colisión de aves contra los molinos o buques de mantenimiento; cambios en la calidad del agua debido a la liberación de contaminantes; desplazamiento de especies por el ruido; degradación de los hábitats o cambio en los patrones de migración de aves por variaciones en el campo electromagnético. La instalación de parques eólicos en el mar reducirá el acceso de la flota a zonas de pesca, lo que podría reducir los ingresos de la actividad y aumentar la competencia entre pescadores. 

COMPETITIVA EN COSTES

La situación macroeconómica actual puede complicar aún más la consecución de dichos objetivos. Orsted, empresa líder en el sector eólico marino, con inversiones en España, ha hecho una corrección a la baja de sus previsiones de beneficios. Avisa, asimismo, de que el futuro parque más grande del mundo, Hornsea 3 (en el Reino Unido), puede no ser viable sin ayuda adicional.
Lograr que sea competitiva en costes y reducir el impacto sobre la pesca y el medio ambiente son algunos de los retos que todavía tiene que superar. 

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