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LA POBLACIÓN DE PARDELA BALEAR DISMINUYE UN 14% CADA AÑO

Pesca accidental de aves marinas

01/11/2022

Pesca

Anabel Gutiérrez
Barco pesquero en el mar rodeado de pájaros sobrevolando

En aguas del mar Mediterráneo y en la región sur atlántica española, el Instituto Español de Oceanografía contabiliza más de 20 especies de aves marinas, ya sea como reproductoras, en paso migratorio o como invernantes. Entre las reproductoras las más destacadas por su relación con las pesquerías son la pardela balear, la pardela cenicienta, la gaviota de Audouin y la gaviota patiamarilla. SEO/BirdLife considera que las aves marinas son el grupo más amenazado del planeta. Se han adaptado a un medio muy hostil, el mar, con escasas posibilidades de obtener alimento perfeccionando su capacidad de buceo o su capacidad de vuelo para cubrir largas distancias. En el último medio siglo, las poblaciones se han reducido de manera considerable a causa de la intervención del ser humano: urbanismo y desarrollo del litoral, depredadores introducidos (como el gato), la contaminación y el cambio climático y las interacciones de estas aves con la pesca. 

El proyecto Pardeles, que está desarrollando SEO/BirdLife con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), tiene como objetivo dar a conocer las cuatro especies de pardelas que frecuentan las aguas españolas (pardelas cenicienta, atlántica, mediterránea y balear) para desarrollar una propuesta de estrategia de conservación conjunta, que permita coordinar el trabajo de seguimiento y conservación.

Líneas espantapájaros para evitar capturas accidentales de aves. Foto: National Audubon Society.

UN AVE MUY VULNERABLE

La pardela balear ejemplifica perfectamente esta situación de vulnerabilidad. Es considerada el ave más amenazada de Europa. Apenas quedan unas 3.000 parejas y se estima que cada año desaparece más de 10% de su población. Si se mantienen las amenazas que causan mortalidad directa (la pesca accidental es una de las más importantes) esta pardela desaparecerá en menos de 60 años. Para Pep Arcos, biólogo y coordinador del Programa Marino de SEO/BirdLife, esta fecha es incluso optimista, podría ocurrir en 40 años. Estas aves “mantienen toda la vida la misma pareja, y se reproducen siempre en la misma colonia. Sus tasas de reproducción son muy bajas (ponen un solo huevo al año), lo que compensan con una vida larga que les permite dejar la descendencia necesaria para perpetuar sus poblaciones”, dice Arcos. Acabar con ejemplares adultos, algo que la pesca accidental ocasiona en gran medida, supone reducir las posibilidades de incrementar la población. 

ARTES MENORES

SEO/BirdLife ha desarrollado, de 2017 a 2022, en 22 puertos y 67 embarcaciones de Catalunya, Comunitat Valenciana e Illes Balears, un trabajo de seguimiento mediante cuadernos y encuestas para conocer la ocurrencia de las capturas accidentales y los factores que las propician a través de los propios pescadores. Según el resultado de este estudio, el palangrillo y el palangre de fondo son las artes de pesca que contabilizan mayor frecuencia y magnitud de capturas de aves. Solo el 33% declaró utilizar algún método para evitar las capturas de aves. La mediana anual es de 1-5 aves capturadas al año por embarcación y un máximo de entre 50 (con palangre de fondo) y 200 aves (con palangrillo) por jornada. En el palangrillo, el 61% de las aves se capturaron con vida, aunque se desconoce la probabilidad de que las aves liberadas lleguen a recuperarse.


Ejemplar de pardela balear sobrevolando el Mediterráneo. Foto: Pep Arcos/SEOBirdLife.

FACTORES DE RIESGO

Las aves utilizan con más intensidad unas zonas que otras, por la disponibilidad de alimento y la localización de las colonias de cría. Conocer estos patrones de comportamiento podría ayudar a poner soluciones. Por ejemplo, la mayoría son más activas durante las horas de luz, especialmente tras el amanecer, por lo que calar de noche podría reducir el riesgo. El uso de peces o calamares y cananas como cebo incrementa el riesgo de capturas, mientras que otros invertebrados, como el pulpo o los langostinos, son poco atractivos. Cuanto más rápido se hunda la línea, menor será el riesgo de capturas, al ser menor el tiempo en que los anzuelos son accesibles a las aves. Así, configuraciones en las que se usen pocos o ningún peso para lastrar la línea son las que presentan mayor riesgo. 

Basilio Otero, presidente de la Federación Nacional de Cofradía de Pescadores, considera que “la flota de palangre de superficie tiene desde hace años experimentadas distintas posibles soluciones con buenos resultados”. Además de los sistemas anteriormente descritos -calar de noche, usar mayor peso para que la línea se hunda rápidamente o usar cebos poco atractivos-, Basilio Otero menciona las líneas espantapájaros o los “ocultacebos”. Para Pep Arcos es importante “que exista un abanico de opciones para que los pescadores puedan escoger aquellas que mejor se avengan a su forma de pescar en cada momento”. 

ESPANTAPÁJAROS PARA BARCOS

Una de esas medidas sencillas y que no suponen un gran gasto es colocar líneas espantapájaros. Son extensiones de cuerda con cintas de un color llamativo, que se arrastran tras la embarcación durante la calada para disuadir a las aves de atacar a los anzuelos con carnadas. Cuando se  despliega correctamente, bajo condiciones apropiadas, las líneas espantapájaros pueden ser muy eficientes en reducir la captura incidental de aves marinas. Por ejemplo, en el Atlántico Norte ensayos experimentales mostraron una reducción de la captura de aves marinas de un 98%. Sin embargo, en esta pesquería la tasa de captura accodental de pardelas no cambió ya que su habilidad de zambullirse es superior y les permite acceder a carnadas más allá de la protección efectiva de la línea espantapájaros. Así que es necesario y funcionan mejor cuando son usadas en combinación con otras medidas de mitigación como pesos en la línea; calado nocturno o manejo de desechos.

ENTREVISTA

“Las soluciones deben ser efectivas y poco costosas” 


 

Pep Arcos es biólogo y está especializado en la interacción entre aves marinas y pesca en el mediterráneo occidental, con especial atención al consumo de descartes de pesca. En esta entrevista habla de su preocupación por la supervivencia de la pardela balear y su convicción de que la solución a este problema parte de una colaboración muy estrecha con los pescadores.  

¿Cuál es la mayor amenaza de estas aves marinas?  

En tierra firme, el principal problema son los depredadores terrestres introducidos, como gatos y ratas, que llegaron con el ser humano a numerosas islas antaño libres de este peligro. Las pardelas son poco hábiles en tierra, y no han desarrollado defensas frente a esta “nueva” amenaza, lo que ha llevado a diezmar poblaciones. En el mar la captura accidental en artes de pesca puede afectar a miles de estas aves, y se considera la principal amenaza para muchas especies de este grupo. 

¿Qué artes de pesca suponen mayor riesgo? 

Depende de la especie, y a veces varía también con la época o la zona. En general, en el ámbito mediterráneo, las pardelas se ven principalmente afectadas por el palangre, tanto el de superficie como el de fondo. Es preocupante el “palangrillo”, la modalidad de palangre de fondo que usan las barcas de artes menores, ya que suelen emplear anzuelos y cebos de tamaño más pequeño, más peligrosos para las pardelas. Los cormoranes, por otro lado, se ven especialmente afectados por las redes de enmalle, y también es frecuente que se enganchen con líneas o anzuelos de pesca recreativa.  

¿Cuándo ocurren las capturas? 

En el caso del palangre, la captura suele ocurrir al calarse el arte, cuando los anzuelos están en superficie y atraen a las aves, que quedan enganchadas en los cebos o en la línea y se hunden con ellos, muriendo ahogadas. En el caso de las redes, las aves (especies buceadoras, como el cormorán) se enganchan cuando el arte está calado. 

¿Cómo se podría evitar esto? 

Las soluciones para minimizar las capturas accidentales de aves deben ser efectivas, sencillas y poco costosas. Por supuesto, no deben afectar negativamente a las capturas accidentales de otros organismos, ni a las capturas comerciales. Y, en definitiva, es esencial que sean bien recibidas por el sector. En el caso del palangre hay más experiencia, y existen varias opciones que contribuyen a minimizar las capturas de aves. Por ejemplo, colocar “líneas espantapájaros” (que alejan a las aves de la zona en la que se está calando el palangre), calar de noche (cuando la mayoría de las especies son menos activas), usar mayor peso para que se hunda la línea más rápido o utilizar cebos poco atractivos (los peces son los que causan más capturas, mientras que los langostinos o cangrejos apenas atraen a las aves). Pero todas estas medidas pueden tener sus contrapartidas para el sector si no se aplican adecuadamente, por lo que un enfoque colaborativo es esencial. Más aún, en el caso de las artes menores, en las que se faena de formas muy diversas, consideramos importante que exista un abanico de opciones entre las que los pescadores puedan escoger las que mejor se avengan a su forma de pescar en cada momento. 

¿Cómo ha sido esta colaboración? 

Llevamos años colaborando con pescadores de artes menores, y la experiencia ha sido muy positiva. Les repartimos unos cuadernos donde ellos mismos recogen información sobre su práctica (horarios o configuración del arte) y la captura de aves. Esta información ha permitido afinar nuestro conocimiento acerca de los factores de riesgo que propician las capturas y proponer soluciones que en parte surgen de la propia iniciativa de los pescadores. Implicarse en este trabajo los ha llevado a ser más conscientes del problema, y a menudo son ellos mismos los que aprenden a evitar las situaciones de mayor riesgo, minimizando problemas para las aves y para ellos mismos. También hemos trabajado en desarrollar conjuntamente algunas soluciones técnicas, como las cajas “ocultacebos”, que no solo reducen riesgo de capturas accidentales, sino que también mejoran la práctica pesquera.

PESCADORES Y AVES, LOS ALIADOS DEL MAR

Biólogos de SEO/BirdLife y pescadores de más de cien embarcaciones del Mediterráneo trabajan desde 2018 juntos en el proyecto Zepamed, desarrollado con la colaboración de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través del Programa Pleamar, cofinanciado por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP). que busca soluciones a la captura accidental de aves en las artes de pesca.

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