Asset Publisher
UNA RELACIÓN A TENER EN CUENTA

Antibióticos y superbacterias

25/12/2023

ISM

Sanidad marítima

Rosa María Gandía
Ilustracion en 3D de una infección por superbacterias
El siglo XX fue testigo de uno de los descubrimientos más importantes en el ámbito de la medicina, Alexander Fleming, un médico bacteriólogo inglés, en 1928 comprobó que una sustancia extraída del hongo penicillium notatum, destruía cultivos de microorganismos patógenos. Así surgió el primer antibiótico de origen natural: la penicilina.

Desde entonces hasta hoy los antibióticos en general, eliminando o interrumpiendo el crecimiento y la proliferación de microorganismos patógenos, han brindado un arsenal terapéutico de gran utilidad. Mención especial tiene el papel protagónico que jugaron en los heridos de la segunda guerra mundial y el número incontable de vidas salvadas por su utilización.

Con la aparición de los antibióticos se modificó radicalmente la forma de tratar los procesos infecciosos. De la incertidumbre en los tratamientos de enfermedades como la neumonía, la fiebre reumática o la gonorrea, se pasó a la certeza en la curación de éstas y de otras muchas enfermedades.
Desde entonces hasta la actualidad no se ha detenido la síntesis, producción y uso de los antibióticos, incluyendo los de eficiencia probada para alguno o varios tipos específicos de bacterias a la vez.

Sin embargo, como es ampliamente conocido, los microorganismos (bacterias, protozoos, hongos, algas y virus) disponen de mecanismos de adaptación y defensa naturales que garantizan su supervivencia y se reproducen con gran facilidad y velocidad, desarrollando además eficientes procesos de mutación, que ponen de manifiesto en caso de ser agredidos. Esto explicaría porqué algunas enfermedades que antes respondían de forma rápida a los antibióticos, ya no lo hacen.

Las denominadas superbacterias son cepas de bacterias que no responden a los tratamientos habituales, llegando esta resistencia, en algunos casos, hasta los antibióticos más modernos. Los tratamientos se vuelven ineficientes.
Ilustracion en 3D de diferentes tipos de superbacterias
Ilustracion en 3D de diferentes tipos de superbacterias
ALGUNAS SUPERBACTERIAS RESISTENTES A LOS ANTIBIÓTICOS

Klebsiella pneumoniae: Es el agente causal de infecciones del tracto urinario, neumonías, infecciones de tejidos blandos y de heridas quirúrgicas. Es un enemigo peligroso para los pacientes hospitalizados. Se han detectado casos en los que no existe ningún antibiótico que resulte eficaz en su curación.

Mycobacterium tuberculosis: La tuberculosis se consideró una enfermedad grave en otra época. En la actualidad su tratamiento se basa en la combinación de varios fármacos, sin embargo, este microorganismo puede comportarse incluso como multirresistente.

Pseudomona aeruginosa: Una bacteria resistente a muchos antimicrobianos y que puede causar infecciones que podrían poner en riesgo la vida. Generalmente se desarrolla en el ámbito hospitalario y/o en aquellas personas que tienen su sistema inmune deficitario.

Escherichia coli (E. coli): Es responsable preferente de infecciones urinarias, siendo los pacientes hospitalizados, personas de la tercera edad y/o con sistemas inmunitarios débiles los que más padecen su colonización. Es resistente a antibióticos que anteriormente tenían un importante papel en su eliminación.

Neisseria gonorrhoeae: Provoca la enfermedad de transmisión sexual gonorrea. Su tratamiento se ha modificado sustancialmente con el tiempo debido a la resistencia creada por las cepas. Puede provocar serias secuelas en el sistema urinario y reproductivo de los que la padecen.

Clostridium difficile: Aparece habitualmente como consecuencia de tratamientos con antibióticos a repetición, usurpando el lugar de la flora normal en el intestino. Provoca trastornos intestinales como diarreas, dolores abdominales y otros síntomas, siendo muy resistente a los tratamientos y difícil de erradicar.

El trabajador embarcado que desarrolla su actividad laboral en espacios limitados está expuesto al contagio de enfermedades infecciosas respiratorias, digestivas y otras. Así mismo, las heridas tan frecuentes en este tipo de trabajo pueden infectarse y necesitar el uso de antibióticos.

¿Cómo podemos minimizar la aparición de superbacterias y conservar la efectividad de medicamentos tan necesarios en la cura de enfermedades?

PERSONAL SANITARIO
  • Promocionar las ventajas de la higiene corporal y alimentaria (conservación, manipulación e ingesta de las comidas).
  • Realizar actividades sociales en espacios abiertos evitando posibles contagios.
  • No usar antibióticos en infecciones virales u otras en las cuales no estén indicados.
  • Iniciar, si procede, los tratamientos con antibióticos de uso común y reservar los más novedosos y costosos para cuando la situación así lo requiera.
  • Realizar un diagnóstico precoz y un tratamiento para evitar complicaciones que requieran del uso prolongado de estos fármacos.
  • Iniciar una estrategia de tratamiento con el conocimiento previo (si es posible) de la sensibilidad de la bacteria causante de la enfermedad.
EL PACIENTE:
  • Evitar tratamientos con antibióticos por decisión doméstica sin supervisión del facultativo.
  • Cumplir rigurosamente las dosis y duración de tratamientos con antibióticos indicados por el médico, manteniendo la adherencia al mismo a pesar de sentir mejoría.
  • Evitar el uso de la medicación sobrante de otros tratamientos o de los ya caducados.
  • Trasmitir al médico correctamente los síntomas que padece con vistas a que el facultativo decida, en su caso, el tratamiento correcto.

El desarrollo de las superbacterias preocupa y mucho. Algunos estudiosos de la materia se atreven a afirmar que en el año 2050 las cepas desarrollarán tal resistencia a los antibióticos que posiblemente provoquen más muertes que el cáncer.
 

Rosa Mª Gandía Bonnín. Médico de Sanidad Marítima
Leer más en el número 641

Actualidad