Buenas perspectivas
Acuicultura
El informe “La Acuicultura en España 2023” que acaba de publicar la Asociación Empresarial de Acuicultura (Apromar) refleja un año más el estado de la actividad tanto en nuestro país como en Europa y el resto del mundo. El estudio, elaborado a partir de las cifras de los tres últimos años en función del dato que se analice, refleja que la producción acuícola española ha crecido en 2022 en volumen y valor comercial, manteniéndose previsiones de crecimiento para este año.
El contexto en el que Apromar ha elaborado este informe anual sigue marcado por la guerra en Ucrania, que ha elevado costes e incrementado cortes de suministros de materias primas. A esta situación hay que añadir los flecos que aún quedan de la grave crisis derivada del Covid-19. También el cambio climático afecta a la biodiversidad y a los ecosistemas poniendo en peligro nuestro bienestar y el de las generaciones futuras.
“El sector de la acuicultura, como el resto de las actividades económicas, está haciendo frente a estas dificultades. La sequía en España está condicionando la supervivencia de la producción de peces en ríos y, en el caso de la acuicultura marina, las trabas administrativas dificultan el aumento de la producción o el establecimiento de nuevas empresas”, comentan desde Apromar.
Desde la Asociación Empresarial de Acuicultura de España consideran, no obstante, que el momento que vivimos también puede representar una oportunidad. Las políticas europeas, como el Pacto Verde o la Estrategia del Mar a la Mesa, sitúan a la acuicultura como pilar fundamental para garantizar el abastecimiento de alimentos seguros, producidos de manera sostenible.
La acuicultura cuenta en la Política Pesquera Común (PPC), aunque se espera que haya pronto una Política Acuícola Común específica para la actividad. También se desea que se fije un objetivo productivo a nivel comunitario que impulse a los gobiernos a desarrollar la actividad, que seguirá amparada bajo la Organización Común de Mercados (OCM), lo que es clave para el crecimiento del sector.
PRODUCCIÓN Y EMPLEO
La cosecha de acuicultura, según los datos desprendidos del informe, ascendió en 2022 a 332.855 toneladas, obteniendo un valor comercial en primera venta de 760,7 millones de euros. La especie más abundante fue el mejillón (255.218T y un valor de 159,3M€), al que siguieron lubina (23.622T y 181,6M€), trucha arco iris (16.328T y 43,6 M€) y atún rojo (10.877T y 183,2M€).
Se destaca que el cultivo de peces marinos en España en 2022 fue de 58.672T (+11,8% respecto a 2021) y el valor comercial de la cosecha ascendió a 527,8M€ (+36,3%). La Región de Murcia encabezó la producción acuícola marina en nuestro país con 18.953T y se prevé un crecimiento global de la producción cercano al 10% para este año.
Atendiendo a las especies, la cosecha de dorada fue de 8.932T (-7,3% que en 2021), con un valor medio en primera venta de 40,2M€. La Comunidad Valenciana lideró esta producción (63% del total), seguida de la Región de Murcia, Andalucía, Canarias y Cataluña. Las previsiones apuntan a que la producción de dorada crecerá en 2023 hasta alcanzar 11.000 toneladas.
La cosecha de lubina ascendió a 23.622T (-1,3% que en 2021) y obtuvo un valor comercial en primera venta de 131,34M€. La Región de Murcia encabezó la producción con 7.244T (el 31% del total), seguida de Andalucía, Comunidad Valenciana, Canarias y Cataluña. Para este año se estima un crecimiento del 1,2%.
La producción de trucha arco iris fue de 16.328T (+4,1% que en 2021). Se cree que este año disminuirá ligeramente debido a que se está cambiando la tendencia y optándose por cultivos de truchas de mayor tamaño.
La cosecha de rodaballo, especie que solo produce Galicia, ascendió en 2022 a 8.766T (+14,9% que en el ejercicio anterior) y un valor comercial en primera venta de 101,8M€). Se espera que este año se llegue a las 9.200T. También aumentó la producción de corvina con 4.742T (+66,3% que en 2021) y un valor de 41,7M€. Esta especie, que se produce sobre todo en Valencia, Murcia y Andalucía aumentará previsiblemente su producción este año un 37%.
En 2022 se obtuvieron 1.752T de lenguado (+19,9% que en 2021 y un valor en primera venta de 20,4M€). La producción se localizó principalmente en Galicia (70%) y Andalucía (30%), estimándose un crecimiento para este año del 5%.
Desde otra perspectiva, la actividad acuícola impulsa las economías en zonas rurales y costeras, generando empleo en localidades con necesidades de población, de ahí su importancia en el desarrollo de la España vaciada.
En 2021 había en nuestro país 5.182 establecimientos de producción acuícola. De ellos, 4.928 cultivaban moluscos y 254 peces (143 en aguas continentales, 73 en tierra y 38 en viveros).
La actividad acuícola generó 5.722 puestos de trabajo en 2021, si bien esta cifra estuvo distribuida entre 11.364 personas y, aunque aumentaron las UTAS el número de personas disminuyó respecto a 2020. Por otra parte, la mayoría de los empleados (5.849) son autónomos y la contratación es fundamentalmente masculina (8.351 hombres frente a 3.013 mujeres).
RETOS
La acuicultura cuenta con una notable tradición en nuestro país y es una actividad social y económicamente relevante en muchas zonas rurales, tanto fluviales como costeras.
Somos el primer productor en la UE y, sin embargo, sufrimos un importante déficit comercial de productos acuáticos, cifrado en 3.581M€ en 2022 (mil millones más que en 2015). Actualmente, dos de cada tres doradas y una de cada dos lubinas consumidas en España son importadas.
En su conjunto, nuestras empresas acuícolas son competitivas pero su posición está viéndose seriamente comprometida por el estricto marco administrativo que deben cumplir, que limita su capacidad de crecimiento y su competitividad.
Ante esta situación, Apromar considera fundamental abordar una serie de retos. Por un lado, hay que reforzar la coordinación entre las Administraciones y dialogar con el sector para implementar e interpretar adecuadamente la legislación. Para ello propone una revisión holística del marco administrativo aplicado a la acuicultura, eliminando cargas innecesarias e impulsando medidas que aumenten la eficacia, la eficiencia, la previsibilidad y la transparencia de la actividad.
En este sentido, sugieren la definición del espacio marítimo estableciendo zonas de uso prioritario para la acuicultura, buscando sinergias con actividades como la pesca, el turismo o la educación medioambiental donde los intereses locales se alineen con objetivos nacionales y europeos de la Economía Azul.
Por otra parte, habría que establecer áreas potenciales para el desarrollo de la actividad en las cuencas hidrográficas, agilizar la obtención de permisos, adaptando las normas para reducir tasas y cánones, ofreciendo ayudas económicas al sector. Apromar pide un tratamiento especial para la acuicultura en situaciones de acceso al agua en casos de sequía, como se hace con otros sectores. Desde la Asociación se cree que hay margen para reducir los caudales ecológicos sin poner en peligro los ecosistemas.
Finalmente, hay que promover el consumo de alimentos acuáticos, que se ha reducido un 20% en los últimos diez años, incrementando las campañas de promoción e información, incluyendo a los niños como público objetivo, y reduciendo el IVA a estos productos.