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TORMENTAS Y FENÓMENOS DE TIEMPO SEVERO EN EL MEDITERRÁNEO
Predicción del tiempo
24/10/2024
Marina mercante
Gabi Pérez (*)
Se suele acusar al mar Mediterráneo de “traicionero” por el hecho bien conocido de que, en contraste con su situación habitualmente tranquila especialmente en los meses estivales, de repente desencadena fenómenos muy agresivos y en ocasiones extremos (rachas de viento huracanadas, intenso aparato eléctrico o mangas marinas por nombrar sólo algunas). Sin embargo, con la tecnología actual y los avances en los modelos de predicción meteorológica tenemos claras señales de alerta horas o incluso días antes de que estas situaciones se desarrollen en una zona determinada. Debemos estudiar cuidadosamente la previsión meteorológica dándole la misma importancia que a otras tareas durante la preparación del barco ya que la meteorología impacta directamente en la seguridad. En este artículo trataremos de analizar de forma sintética pero rigurosa las situaciones de tiempo severo que pueden darse en el Mediterráneo, las fuentes de información a consultar para anticiparlas así como la importancia clave de la formación en meteorología y la adopción de una metodología robusta a la hora de recopilar y analizar la información meteorológica para la toma de decisiones.
LA IMPORTANCIA DE LA ÉPOCA
El Mediterráneo es en general un mar relativamente tranquilo, con excepción de algunas áreas concretas que, por efecto de la orografía combinado con los patrones meteorológicos, presentan mayor frecuencia en el desarrollo de vientos intensos o condiciones de mar muy alterado, como pueden ser el golfo de León o las proximidades del estrecho de Gibraltar y el mar de Alborán. Sin embargo, en determinadas épocas del año especialmente en verano y en los meses de “transición” antes o después de este (mayo y septiembre), los fenómenos tormentosos pueden desarrollarse rápidamente en cualquier zona del Mediterráneo y extenderse por amplias áreas. La imagen 2 por ejemplo, muestra una célula de tormenta con fenómenos violentos asociados, que se formó al nordeste de Mallorca intensificándose después en el canal entre Mallorca y Menorca en mayo de 2023.
Los navegantes que la observaron de cerca reportaron rachas de viento superiores a 50 nudos y alguna manga marina. El hecho de que este tipo de fenómenos tormentosos severos se desarrolle en ocasiones en los meses centrales de la época estival (julio y agosto) en el Mediterráneo, cuando la costa y los puertos están repletos de embarcaciones de recreo, hace que su impacto sea mucho mayor que si ocurrieran en invierno.
TIPO DE FENÓMENOS
Cuando hablamos de fenómenos tormentosos severos, no nos referimos a la típica tormenta aislada de corta duración (en torno a 30-40 minutos) de media tarde asociada generalmente a la orografía y observadas generalmente cerca de cadenas montañosas aunque posteriormente puedan alcanzar el mar. Más específicamente nos centraremos en situaciones donde el entorno es favorable para que las tormentas puedan asociarse y formar un sistema más complejo y de escala espacial y sobre todo temporal mucho mayor que las células individuales de tormenta que lo forman. Se trata de sistemas donde las tormentas cooperan entre sí y son capaces de mantener el sistema vivo durante mucho tiempo. Una característica muy importante de este tipo de sistemas es que son capaces de recorrer unas distancias muy considerables.
Pongamos como ejemplo un sistema de tormentas que se formó en el entorno del mar Menor en abril de 2022 y siguió una trayectoria hacia el nordeste, pasando por Ibiza para posteriormente curvar su trayectoria hacia el noroeste y acabar disipándose al norte de Castellón, recorriendo unas 200 millas náuticas (imagen 3). En este caso algunos navegantes que experimentaron el paso de este sistema reportaron rachas de viento superiores a los 60 nudos durante algunos minutos.
Los fenómenos de tiempo severo que pueden generar este tipo de sistemas son las rachas de viento huracanadas, intenso aparato eléctrico (pudiendo llegar a más de mil rayos nube-tierra en una hora) o incluso algunas mangas marinas (tornados sobre el mar). Como ejemplo, la imagen 1 muestra un rayo cayendo sobre el mar frente a la costa de Barcelona en septiembre de 2022.
En esta imagen son bien visibles algunos elementos clave de la nube cumuloninbus que en este caso alcanza unos 12km de altura: las cortinas de precipitación intensa, en cuyas proximidades se pueden experimentar rachas fuertes o muy fuertes de viento y, en la zona derecha de la base de la nube, una nube embudo o tuba, precursor de una manga marina que se desarrolló unos minutos después.
FUENTES DE INFORMACIÓN
Hoy en día el mundo de la predicción meteorológica se sustenta en dos pilares fundamentales. Por un lado tenemos los modelos numéricos de predicción y por otro la red de observaciones meteorológicas. Los primeros nos permiten anticipar la evolución del tiempo en las próximas horas y días y se basan en modelos de la física de la atmósfera que se resuelven por métodos matemáticos en centros de computación distribuidos por todo el planeta. Los llamados modelos globales cubren toda la Tierra, como por ejemplo el GFS de Estados Unidos o el IFS del Centro Europeo (ECMWF) mientras que los regionales o mesoscalares se centran en determinadas áreas de interés. Como ejemplo podemos citar el ICON-EU que cubre buena parte de Europa u otros de área aún más limitada como el Harmonie-Arome de la Aemet o el UKV del Met Office. La diferencia entre los modelos globales y los regionales o mesoscalares es que los últimos predicen mejor los fenómenos de escala local y regional como las aceleraciones de viento. Los modelos no hidrostáticos como Arome son capaces de predecir fenómenos tormentosos severos pero con la contrapartida de su corto alcance temporal (hasta unas 24 a 36 horas). La imagen 4 muestra un ejemplo de las rachas de viento previstas por el modelo mesoscalar de alta resolución Arome en el entorno de las islas Baleares durante una situación de inestabilidad acusada con formación de un sistema convectivo de mesoscala.
El otro pilar fundamental lo constituyen las observaciones, formadas por una red mundial de sensores coordinada por la Organización Mundial Meteorológica (WMO), que miden múltiples variables en varios niveles de la atmósfera utilizando diferentes técnicas a bordo de barcos, aviones, boyas, globos sonda y, especialmente, satélites meteorológicos. La información recogida por esta red de forma continua se utiliza por un lado para poder “iniciar” los modelos y también para verificar sus predicciones y hacerlos cada vez mejores. En nuestro caso, las observaciones serán claves para monitorizar la evolución de los fenómenos tormentosos y de tiempo severo que ya se hayan desarrollado. Las fuentes de información más útiles para el navegantes son el radar meteorológico (accesible por ejemplo a través de Windy o AEMET), las imágenes satélite y la red de detección de rayos.
AVISOS Y ALERTAS
La información disponible en Internet y aplicaciones es enorme y nos ayuda mucho en la preparación de la meteorología prevista para una navegación. Pero no debemos olvidar consultar de forma frecuente los canales oficiales, en particular los avisos y alertas publicados por la Agencia Española de Meteorología (AEMET) en su web (www.aemet.es), desde unos días antes de nuestra navegación. Los avisos tienen un alcance de 3 días, el actual y dos días más, y son, en situaciones de rápido desarrollo como las que describimos en este artículo, altamente dinámicos y sometidos a frecuentes actualizaciones. Esto provoca que, por ejemplo, consultemos los avisos para una zona de interés esta misma mañana y veamos que no tiene avisos activos (aparecerá de color verde) y sin embargo, esta tarde o noche volvemos a consultarlos y veamos que ahora nuestra zona sí tiene un aviso activo de nivel amarillo por lluvias intensas y tormentas.
FORMACIÓN Y METODOLOGÍA
Es fundamental tener unos conocimientos básicos para interpretar adecuadamente la valiosa información meteorológica proporcionada por los modelos o las redes de observación en nuestro contexto particular de uso, la navegación en el mar. Debemos dedicar un tiempo a formarnos en meteorología aplicada a la navegación pero en cualquier caso deben ser cursos o talleres prácticos y con análisis de casos reales si es posible, porque de estas situaciones pasadas es de dónde podemos extraer información muy valiosa para nuestras futuras navegaciones en el Mediterráneo para que éstas se realicen de forma segura.
(*) GABI PÉREZ, METEORÓLOGO. Fundador y CEO de Meteowhizz.
Leer más en el número 649 del mes de noviembre.
LA IMPORTANCIA DE LA ÉPOCA
El Mediterráneo es en general un mar relativamente tranquilo, con excepción de algunas áreas concretas que, por efecto de la orografía combinado con los patrones meteorológicos, presentan mayor frecuencia en el desarrollo de vientos intensos o condiciones de mar muy alterado, como pueden ser el golfo de León o las proximidades del estrecho de Gibraltar y el mar de Alborán. Sin embargo, en determinadas épocas del año especialmente en verano y en los meses de “transición” antes o después de este (mayo y septiembre), los fenómenos tormentosos pueden desarrollarse rápidamente en cualquier zona del Mediterráneo y extenderse por amplias áreas. La imagen 2 por ejemplo, muestra una célula de tormenta con fenómenos violentos asociados, que se formó al nordeste de Mallorca intensificándose después en el canal entre Mallorca y Menorca en mayo de 2023.
Los navegantes que la observaron de cerca reportaron rachas de viento superiores a 50 nudos y alguna manga marina. El hecho de que este tipo de fenómenos tormentosos severos se desarrolle en ocasiones en los meses centrales de la época estival (julio y agosto) en el Mediterráneo, cuando la costa y los puertos están repletos de embarcaciones de recreo, hace que su impacto sea mucho mayor que si ocurrieran en invierno.
TIPO DE FENÓMENOS
Cuando hablamos de fenómenos tormentosos severos, no nos referimos a la típica tormenta aislada de corta duración (en torno a 30-40 minutos) de media tarde asociada generalmente a la orografía y observadas generalmente cerca de cadenas montañosas aunque posteriormente puedan alcanzar el mar. Más específicamente nos centraremos en situaciones donde el entorno es favorable para que las tormentas puedan asociarse y formar un sistema más complejo y de escala espacial y sobre todo temporal mucho mayor que las células individuales de tormenta que lo forman. Se trata de sistemas donde las tormentas cooperan entre sí y son capaces de mantener el sistema vivo durante mucho tiempo. Una característica muy importante de este tipo de sistemas es que son capaces de recorrer unas distancias muy considerables.
Pongamos como ejemplo un sistema de tormentas que se formó en el entorno del mar Menor en abril de 2022 y siguió una trayectoria hacia el nordeste, pasando por Ibiza para posteriormente curvar su trayectoria hacia el noroeste y acabar disipándose al norte de Castellón, recorriendo unas 200 millas náuticas (imagen 3). En este caso algunos navegantes que experimentaron el paso de este sistema reportaron rachas de viento superiores a los 60 nudos durante algunos minutos.
Los fenómenos de tiempo severo que pueden generar este tipo de sistemas son las rachas de viento huracanadas, intenso aparato eléctrico (pudiendo llegar a más de mil rayos nube-tierra en una hora) o incluso algunas mangas marinas (tornados sobre el mar). Como ejemplo, la imagen 1 muestra un rayo cayendo sobre el mar frente a la costa de Barcelona en septiembre de 2022.
En esta imagen son bien visibles algunos elementos clave de la nube cumuloninbus que en este caso alcanza unos 12km de altura: las cortinas de precipitación intensa, en cuyas proximidades se pueden experimentar rachas fuertes o muy fuertes de viento y, en la zona derecha de la base de la nube, una nube embudo o tuba, precursor de una manga marina que se desarrolló unos minutos después.
FUENTES DE INFORMACIÓN
Hoy en día el mundo de la predicción meteorológica se sustenta en dos pilares fundamentales. Por un lado tenemos los modelos numéricos de predicción y por otro la red de observaciones meteorológicas. Los primeros nos permiten anticipar la evolución del tiempo en las próximas horas y días y se basan en modelos de la física de la atmósfera que se resuelven por métodos matemáticos en centros de computación distribuidos por todo el planeta. Los llamados modelos globales cubren toda la Tierra, como por ejemplo el GFS de Estados Unidos o el IFS del Centro Europeo (ECMWF) mientras que los regionales o mesoscalares se centran en determinadas áreas de interés. Como ejemplo podemos citar el ICON-EU que cubre buena parte de Europa u otros de área aún más limitada como el Harmonie-Arome de la Aemet o el UKV del Met Office. La diferencia entre los modelos globales y los regionales o mesoscalares es que los últimos predicen mejor los fenómenos de escala local y regional como las aceleraciones de viento. Los modelos no hidrostáticos como Arome son capaces de predecir fenómenos tormentosos severos pero con la contrapartida de su corto alcance temporal (hasta unas 24 a 36 horas). La imagen 4 muestra un ejemplo de las rachas de viento previstas por el modelo mesoscalar de alta resolución Arome en el entorno de las islas Baleares durante una situación de inestabilidad acusada con formación de un sistema convectivo de mesoscala.
El otro pilar fundamental lo constituyen las observaciones, formadas por una red mundial de sensores coordinada por la Organización Mundial Meteorológica (WMO), que miden múltiples variables en varios niveles de la atmósfera utilizando diferentes técnicas a bordo de barcos, aviones, boyas, globos sonda y, especialmente, satélites meteorológicos. La información recogida por esta red de forma continua se utiliza por un lado para poder “iniciar” los modelos y también para verificar sus predicciones y hacerlos cada vez mejores. En nuestro caso, las observaciones serán claves para monitorizar la evolución de los fenómenos tormentosos y de tiempo severo que ya se hayan desarrollado. Las fuentes de información más útiles para el navegantes son el radar meteorológico (accesible por ejemplo a través de Windy o AEMET), las imágenes satélite y la red de detección de rayos.
AVISOS Y ALERTAS
La información disponible en Internet y aplicaciones es enorme y nos ayuda mucho en la preparación de la meteorología prevista para una navegación. Pero no debemos olvidar consultar de forma frecuente los canales oficiales, en particular los avisos y alertas publicados por la Agencia Española de Meteorología (AEMET) en su web (www.aemet.es), desde unos días antes de nuestra navegación. Los avisos tienen un alcance de 3 días, el actual y dos días más, y son, en situaciones de rápido desarrollo como las que describimos en este artículo, altamente dinámicos y sometidos a frecuentes actualizaciones. Esto provoca que, por ejemplo, consultemos los avisos para una zona de interés esta misma mañana y veamos que no tiene avisos activos (aparecerá de color verde) y sin embargo, esta tarde o noche volvemos a consultarlos y veamos que ahora nuestra zona sí tiene un aviso activo de nivel amarillo por lluvias intensas y tormentas.
FORMACIÓN Y METODOLOGÍA
Es fundamental tener unos conocimientos básicos para interpretar adecuadamente la valiosa información meteorológica proporcionada por los modelos o las redes de observación en nuestro contexto particular de uso, la navegación en el mar. Debemos dedicar un tiempo a formarnos en meteorología aplicada a la navegación pero en cualquier caso deben ser cursos o talleres prácticos y con análisis de casos reales si es posible, porque de estas situaciones pasadas es de dónde podemos extraer información muy valiosa para nuestras futuras navegaciones en el Mediterráneo para que éstas se realicen de forma segura.
(*) GABI PÉREZ, METEORÓLOGO. Fundador y CEO de Meteowhizz.
Leer más en el número 649 del mes de noviembre.
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meteorología
célula de tormenta
tormentas en alta mar
tiempo severo en mediterráneo
avisos navegación
satélites meteorológicos
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