“La acuicultura española debe competir en calidad”
Opinión
Miguel Jover Cerdá es doctor ingeniero agrónomo y catedrático de Acuicultura y Pesca Continental en la Universitat Politècnica de València (UPV). Conoce de cerca la evolución de nuestra producción acuícola. Fue el primer presidente electo de la Sociedad Española de Acuicultura (SEA) entre 2003 y 2005 y actualmente compagina la actividad docente e investigadora en la UPV. En esta entrevista cuenta los resultados de un primer estudio sobre piensos ecológicos al que seguirán futuras investigaciones en la materia. Cree que el futuro de nuestra acuicultura está en la calidad.
Vivimos tiempos difíciles e inciertos ¿Necesita la acuicultura europea más apoyo para crecer?
La acuicultura europea, particularmente la española, tiene problemas de gobernanza que limitan su desarrollo. Con más ayuda por parte de las administraciones se podrían solucionar algunos pero es difícil competir con países que tienen mejores condiciones geográficas y climáticas y una mayor economía de escala. Por eso, según mi opinión, la única alternativa es la apuesta por la calidad, la frescura y la proximidad, si fuera posible su reconocimiento en el punto de venta y, por supuesto, la etiqueta orgánica europea.
¿Y así seríamos más competitivos?
La acuicultura en España no puede competir por precio ya que sus costes son superiores a los de otros países. Como he dicho, únicamente podría competir en calidad como, por ejemplo, la frescura. También por las garantías de producto de proximidad, control sanitario y compromiso medioambiental. Estas características son difíciles de plasmar en una etiqueta comercial convencional que lleguen al consumidor. En cambio, la alternativa ecológica, cuyo sello oficial es reconocido en toda Europa, ofrece una garantía superior de calidad de los productos acuícolas en cuanto al empleo de sustancias y procesos naturales, prácticas ambientales y bienestar animal, que el consumidor ya conoce y valora. Ahí es donde hay que insistir, desde mi punto de vista.
La UPV ha presentado recientemente los resultados de un estudio sobre piensos ecológicos. ¿Cómo surgió la idea?
La idea de estudiar los piensos ecológicos para acuicultura la llevábamos madurando desde el año 2018 cuando realizamos una prueba dentro del proyecto ECOLUBAL, del Programa Pleamar. Fue en 2019 cuando decidimos solicitar un proyecto específico, dados los buenos resultados obtenidos. El Proyecto Pien100EcoAcui ha sido financiado por la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través del Programa Pleamar, cofinanciado por el FEMP.
Lo ha desarrollado el grupo de Acuicultura y Biodiversidad del Instituto de Ciencia y Tecnología Animal de la UPV en colaboración con la empresa ACCISA, de Cantabria, que ganó el concurso para el desarrollo de la prueba de alimentación de trucha, y la empresa NATURIX, en cuyas instalaciones de Valderrebollo (Guadalajara) se desarrolló la prueba. Por otra parte, aunque no participaban en la solicitud inicial, también han colaborado el grupo Sea2Pasta, de la Universidad de Zaragoza en las pruebas sensoriales de los pescados y el Gut Modelling Work Group, de la Universidad de Almería, en los estudios enzimáticos y de digestibilidad. La investigación, prevista inicialmente para dos años, se ha alargado un poco más por la pandemia, desde el 1 de enero de 2019 hasta el 30 enero de 2022.
¿Con cuáles especies habéis trabajado? ¿Utilizabais la misma dieta en todas ellas?
En principio, se plantearon lubina, dorada y trucha, las especies de peces más producidas en España. Posteriormente se incluyó el langostino o camarón blanco (L vannamei) que es la especie de mayor valor económico de la acuicultura mundial y con buenas perspectivas de desarrollo en Europa, como producto fresco y ecológico. Para cada especie se diseñaron y formularon dietas específicas, con niveles de proteína y lípidos adecuados.
¿Qué ingredientes tenían los piensos?
Los piensos se formularon con ingredientes ecológicos vegetales (trigo, gluten de trigo, soja, guisante, y aceite de soja) e ingredientes procedentes de subproductos de animales ecológicos, bien de origen marino como el fileteado de trucha y lubina, o bien de origen terrestre como harina de ave o insecto, así como subproductos de vísceras de cerdo ibérico. Estos se compararon con un pienso control conteniendo harina de pescado. En todos los casos utilizamos aceite de pescado, al no haber una alternativa viable ecológica.
¿Qué pretendíais en la investigación?
El objetivo del proyecto era conseguir eliminar la harina de pescado sustituyéndola por otros subproductos ecológicos animales, de forma que se mejore la sostenibilidad de la alimentación acuícola, al no usar el pescado como ingrediente y reutilizando los subproductos animales, integrándolos en la economía circular.
El mayor problema que hemos encontrado ha sido la disponibilidad de subproductos animales eco, pues no se separan ni gestionan selectivamente ni siquiera los subproductos de la acuicultura ecológica, por lo que ha sido necesario obtener el subproducto a partir de pescado entero y procesarlo previamente a la formulación, lo que ha supuesto un gran trabajo pero que puede ser un nicho de negocio futuro.
¿Se prescindirá algún día de la harina de pescado en los piensos para los peces de crianza?
Hay diversos trabajos para sustituir la harina de pescado por ingredientes vegetales, pero no ha sido factible hacerlo a un coste asequible. Nuestro proyecto buscaba sustituir el pescado por otros ingredientes animales.
Las harinas de ave y de insecto no dieron buen resultado pero el subproducto de trucha o lubina, utilizado solo o mezclado con subproducto de vísceras de ibérico, sí fue positivo. Hemos conseguido, aunque a menor ritmo, que los peces crezcan con piensos 100% ecológicos, sin harina de pescado. Esto es un gran avance hacia la mejora de la sostenibilidad.
Muestreos realizados para la investigación
Con unas materias primas cada vez más caras, ¿Cómo aceptan las empresas productoras la alimentación ecológica?
Los ingredientes vegetales “eco” son más caros y la harina y el aceite de pescado han sufrido importantes incrementos en el primer trimestre del año. Los subproductos animales deberían ser más baratos. Esa es una ventaja adicional porque su empleo abarataría las dietas ecológicas.
Los piensos ecológicos para acuicultura son 0,3 o 0,4 €/kilo más caros, lo que supone un mayor coste de producción. En muchos casos, especialmente con dorada y lubina en Europa, el extra de precio obtenido por un pescado “eco” no compensa el extra del coste en su producción. Sin embargo, en la trucha sí que compensa, con un beneficio del orden de 0,5€/kilo.
El empleo de subproductos animales puede rebajar el coste de los piensos ecológicos, el índice de conversión económico y aumentar el beneficio aunque, en estos momentos, existen problemas de disponibilidad y logística para su suministro.
En mi opinión, las empresas productoras ven a la acuicultura ecológica como una alternativa interesante pero el consumidor no la valora o no la conoce suficientemente aún, de ahí que el precio de venta no compense el esfuerzo de producción. Por eso, varias empresas han abandonado la producción de pescado “bio” en los últimos años.
Se está investigando con levadura de cerveza o con harina de insectos para que los piensos de acuicultura sean más sostenibles. ¿Vamos en buena dirección?
Estos ingredientes se han ensayado y se siguen ensayando, aunque particularmente no les veo mucho futuro en acuicultura, por los resultados y por el coste. La harina de pescado mundial no es suficiente para toda la acuicultura, por lo que hay que buscar nuevos ingredientes proteicos y lipídicos para alimentar a los peces de granja. Los vegetales creo que han llegado a su límite en peces carnívoros, por lo que hay que buscar ingredientes de origen animal, y lo que seguro revolucionará la alimentación acuícola es la proteína microbiana obtenida a partir de subproductos, tanto ecológicos como convencionales, y nuevas fuentes de HUFAs, para eliminar el aceite de pescado de las dietas.
En el caso de la alimentación con piensos ecológicos, el proyecto Pien100Eco Acui, ha sido el primero en abordar esta problemática, por lo que, a pesar de haberse obtenido resultados esperanzadores, son todavía necesarias nuevas investigaciones para probar nuevos ingredientes y nuevos procesados para optimizar los piensos.