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ESPECIAL PRIMERO DE MAYO

Barcos más humanizados

01/05/2023

Marina mercante

Redacción
trabajadores en puerto

Con motivo de la conmemoración del Día Internacional de los Trabajadores hemos solicitado a diferentes representantes sindicales su ayuda para radiografiar la situación laboral actual de la gente del mar. A pesar de la disparidad de sectores que representan -pesca, marisqueo, conservas, puertos, marina mercante, etc.-, todos coinciden en señalar algunos factores comunes como la precariedad laboral, la temporalidad de la contratación, los bajos salarios, la discriminación salarial por razones de género, la sobrecarga de trabajo, unos coeficientes reductores insuficientes o enfermedades ocupacionales que no están reconocidas. 
Es un sector con una peculiaridad que no existe en otros ámbitos y es que tiene pleno empleo. Aquí se produce justo el fenómeno contrario: no se percibe relevo en la profesión ni interés de los jóvenes por acceder a ella. Y, aunque no puede permitírselo por la escasez de personal, todavía la incorporación de la mujer es una asignatura pendiente. Para que resulte atractivo los representantes sindicales consultados proponen recuperar la figura del alumnado en prácticas, regular el sector, mejorar la condiciones laborales y salariales y, en definitiva, hacer barcos “más humanizados”. Demandan también formación específica ante la transformación digital y medioambiental que deberán afrontar en los próximos años.

MARINA MERCANTE: J. CRISTIAN CASTAÑO, Responsable Marina Mercante CC.OO

PRECARIEDAD LABORAL ESTABLECIDA COMO NORMA GENERAL

Abordar qué problemas lastran este sector y qué soluciones hay para ello exige de un análisis profundo y detallado por la variedad de casuísticas, pero con un denominador común: el pabellón del buque. De acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas sobre el derecho del mar, los buques para navegar necesitan estar bajo un pabellón, y es menester de cada Estado establecer los requisitos necesarios para conceder dicha nacionalidad a los buques, quedando estos sometidos en la alta mar a la jurisdicción exclusiva de dicho Estado. 

La precariedad laboral establecida como norma general en este sector se fundamenta al amparo de una frágil regulación del Derecho Internacional, que ha permitido a pequeños Estados que nada tenían que ver con el transporte marítimo, abrir sus registros de buques y competir a la baja contra los Estados tradicionalmente marítimos. 
De este modo surgen los llamados pabellones de conveniencia. Con estas banderas, los armadores han tirado por la borda todo tipo de responsabilidad fiscal y laboral con los trabajadores y la sociedad, consiguiendo así mano de obra barata, sin derechos laborales ni garantías sindicales o de negociación colectiva. No existe la contratación “fija” lo que supone una ilimitada libertad para despedir al trabajador sin indemnización. 

La tripulación de estos barcos -al mínimo posible-, realiza jornadas que superan las 70 horas a la semana durante campañas que sobrepasan los 11 meses, provocando exceso de horas de trabajo y accidentes. La Unión Europea no se escapa de esta lacra, la política de transporte marítimo promueve el dumping social al pretender la absoluta libertad de sus operadores, aun a costa de los derechos sociales de sus trabajadores. En su seno se albergan algunas de las banderas de conveniencia más empleadas por los armadores para eludir estas responsabilidades, enfrentándose los marinos europeos a una dualidad singular al carecer por una parte de cualquier protección social por parte del Estado de pabellón -aun siendo ciudadanos europeos-, así como del propio Estado de residencia de la Gente de Mar, al no existir convenios de colaboración entre ellos, un verdadero dislate que solo puede arreglarse si se aborda en las mesas de diálogo social, con voluntad política por parte de todos los estados miembro y con el compromiso de las instituciones que deben poner sus miras más allá de las meras normas de regulación mínima que marcan los Convenios internacionales de la Organización Internacional del Trabajo.

CONSERVA: SUSO GARCÍA COUSO, secretario comarcal de la FGAMT-CIG en Vigo

PRECARIEDAD Y DISCRIMINACIÓN SALARIAL

Uno de estos problemas es la desregulación apoyada por las diferentes administraciones competentes en la materia. Hoy en día, en prácticamente todas las empresas de estos sectores, hay personas trabajando a través de empresas de trabajo temporal (ETT’s). En algunos casos este personal llega a ser más numeroso que el de la empresa principal. Esta circunstancia ya nos muestra el nivel de precariedad y temporalidad existente. Estos son sectores muy feminizados. En el área de Producción del sector conservero, por ejemplo, que está mayoritariamente compuesta por mujeres, perciben un salario sensiblemente inferior al de los hombres que ocupan, de forma mayoritaria, el área de Mantenimiento. Aunque en el último convenio el incremento salarial para el personal del grupo 5 (Producción) es de un 0,3% superior al del resto de grupos, esto no es suficiente para superar estas diferencias discriminatorias. Por otro lado, la mayor parte de las bajas provocadas por las duras condiciones de trabajo (epicondilitis, epitrocleitis...) no están incluidas en la clasificación de enfermedades profesionales. Esto significa que las enfermedades que se producen como consecuencia del trabajo regular no se reconocen como enfermedades profesionales y representan una reducción significativa del salario de las trabajadoras y un fraude al sistema. Es por eso por lo que en estos sectores los índices de absentismo son superiores a otros sectores. Por un lado, las duras condiciones de trabajo con constantes movimientos repetitivos, la carga de pesos, las condiciones ambientales (humedad, cambios de temperaturas...) y posturales, sumado en muchos casos a la alta media de edad, crean las condiciones para que este tipo de bajas músculo esqueléticas sean las más frecuentes.

Las soluciones pasarían por elaborar, en colaboración con la Administración, un catálogo real de enfermedades profesionales del sector, actualizando y ampliando el ya existente. Control de la contratación por parte de la Inspección de Trabajo para acabar con el fraude en la contratación. Un control efectivo de las subvenciones que las distintas Administraciones otorgan a estos sectores en materia de empleo y la vigilancia del cumplimiento de la legislación laboral bajo el paraguas por el que se otorgan estas subvenciones. Una mejora significativa de los salarios y mejoras sociales en estos sectores y, en particular, en el grupo 5 del convenio de la industria conservera para acabar de una vez por todas con ese rasgo sexista que presentan las tablas salariales.

ACUICULTURA: VICENTE JIMÉNEZ SÁNCHEZ, portavoz de Industria de CC.OO.

COMPATIBILIZAR LA VIDA LABORAL Y FAMILIAR

Este sector tiene unos salarios bajos, cercanos al salario mínimo interprofesional. Hay categorías profesionales que se han quedado por debajo de los 15.120 € anuales para el 2023. Debemos seguir defendiendo la igualdad salarial entre hombres y mujeres, la dignidad del trabajo y la mejora de condiciones sociales y salariales de trabajadores y trabajadoras de la acuicultura marina en nuestro país. Es importante la vigilancia de la salud y determinar con exactitud los riesgos laborales en el sector para atajarlos, las condiciones de trabajo en muchos casos son penosas, el caso de los buzos es muy significativo y se debe cumplir la ley de prevención de riesgos laborales y fortalecer la salud laboral en el sector de la acuicultura marina, apostar por defender los coeficientes reductores para la jubilación en las categorías que correspondan. Urge una mejor organización que permita que las personas trabajadoras compatibilicen su vida laboral con la familiar. Es necesario tener un cuadro actualizado de los grupos y categorías profesionales, han quedado obsoletos. Hay nuevas categorías que no contemplan los convenios colectivos, las personas trabajadoras han de tener un grupo profesional acorde con su actividad, hay que modernizar la negociación colectiva. Necesitamos mejoras salariales y conciliación. 

Las soluciones pasan por la negociación colectiva y la acción sindical en las empresas y los pactos dentro de ellas con los representantes de las personas trabajadoras, además de la adecuación a la normativa laboral vigente en cada caso. Asuntos como la rebaja de la jornada laboral, contratación, salarios, categorías profesionales, conciliación de la vida familiar y laboral, licencias retribuidas, complementos de puestos de trabajo, salud laboral, entre otras, pasan por llevarlas al convenio estatal de Acuicultura Marina, que se ha empezado a negociar, modernizar el articulado y adecuarlo a los tiempos presentes. Demandamos subidas salariales importantes y un nuevo marco de grupos profesionales donde se refleje de una manera veraz la situación actual de las empresas, las nuevas categorías profesionales, todo pasa por tener y acordar un convenio colectivo que colme las aspiraciones de los trabajadores y trabajadoras del sector. Además de la negociación sectorial hemos de contemplar mejoras en los diversos centros de trabajo acordadas con los delegados de personal, comités de empresa y comité de seguridad y salud. Es vital apostar por el dialogo entre trabajadores/as y empresarios para detectar y corregir las problemáticas de cada empresa.

PUERTOS: ANTOLÍN GOYA GONZÁLEZ, coordinador general de Coordinadora Estatal de Trabajadores del Mar 

TRABAJAMOS PARA ADAPTARNOS A LA EVOLUCIÓN DEL SECTOR

Trabajar por la seguridad jurídica del sector.  En Coordinadora no hablaríamos de problemas, sino de retos y oportunidades. Estamos ante una sociedad cambiante, donde las nuevas tecnologías nos condicionan en nuestro trabajo y, me atrevo a decir, que esto ocurre en prácticamente todas las profesiones. En nuestro caso, estamos en un momento en que los puertos se están transformando hacia una mayor digitalización, experimentando cambios tecnológicos y normativos; es una tendencia hacia un mundo cada vez más competitivo y globalizado. Precisamente, el hecho de ser más competitivos nos abre como reto el contribuir a captar cada día más tráficos para nuestros puertos y evitar que las navieras prefieran operar en muelles donde los profesionales tienen salarios más bajos que los nuestros o donde no cumplen al 100% las normativas, como las de tipo medioambiental. Otra de las cuestiones que afecta, en este caso a nuestra profesión, es la constante de trabajar por la seguridad jurídica del sector. Es verdad que ya poseemos un nuevo marco normativo estatal aprobado, el V Acuerdo Marco de la Estiba, pero debemos continuar trabajando para que ante posibles cambios normativos que se puedan suscitar no se genere una merma de los derechos laborales de los profesionales.

Consideramos que es básica la formación de los compañeros para el desarrollo de su actividad, para enfrentarse a los cambios tecnológicos y normativos con todas las garantías. Es imprescindible la formación para ofrecer un servicio de calidad, de prestigio que nos permita estar preparados para captar nuevos tráficos, para generar economía y favorecer el desarrollo de nuestros puertos. Somos parte del puerto y como tal debemos contribuir con nuestra profesionalidad a todo ello. Por eso, estamos fomentando que se cubra la necesidad de que nuestros compañeros en los puertos cuenten con formación profesional específica, para tener una mano de obra especializada y cualificada, donde además se incluya la formación en reciclaje. En tanto que la profesionalización también es parte del avance de nuestro modelo de sindicato, nuestro futuro como tal pasa por continuar en la defensa y promoción de nuestros intereses profesionales, económicos y sociales, incidir en la acción sindical e invitar a nuestra afiliación a ser activos, a participar más en estos aspectos. De ahí que también hayamos puesto empeño en la formación sindical para los delegados y delegadas, para que cuenten con las herramientas necesarias, ya que no cabe duda de que los numerosos retos a los que nos enfrentamos diariamente exigen contar con representantes preparados para afrontarlos. 

AUTÓNOMOS: EDUARDO ABAD, presidente de UPTA-AGTAMAR

COEFICIENTES REDUCTORES DE AL MENOS EL O,25

La vida de los autónomos en el mar tiene una gran complejidad desde el punto de vista físico. No solo para los pescadores, sino para todos los trabajadores de la industria del mar, como por ejemplo mariscadores, acuicultores, buceadores, percebeiros y redeiras. Esto se refleja directamente en los coeficientes reductores para obtener las prejubilaciones y las jubilaciones con una edad temprana y es fundamental que sigamos avanzando en estos conceptos. Creemos que el coeficiente reductor del 0’15 es insuficiente para aquellos que ya establece la ley que pueden acogerse al mismo. Deberíamos estar hablando de, al menos, un 0’25 para todos los trabajadores autónomos en este sector de la pesca y el mar. Ese es uno de los grandes problemas, pero también cabe destacar la importancia de las enfermedades profesionales y de las incapacidades totales o parciales, ya que hay muchas enfermedades musculoesqueléticas derivadas de la actividad que no están diagnosticadas como enfermedades profesionales y deberían estarlo. 

Las soluciones son claras. Los legisladores tienen que entender que este es un sector que debe estar protegido, porque no solamente es una parte esencial de la economía de las zonas del litoral español, sino que además son conservadores de la riqueza medioambiental. 
Protegen el medio ambiente, hacen de su actividad económica una actividad sostenible económicamente y desde luego son un factor fundamental para miles de familias que viven de la pesca, el marisqueo, la acuicultura y todas las actividades relacionadas y derivas de la actividad de la pesca y del mar. Pero desde el punto de vista legislativo no solo se debe de tener en cuenta esto, sino que se tiene que hacer un esfuerzo para incentivar el relevo generacional de modo que las nuevas generaciones puedan tener mejores cualificaciones profesionales. De esta forma se conseguiría mejorar la eficiencia en su actividad y los niveles de ayuda de las situaciones que se derivan de las incidencias que no son propias de la actividad, como pueden ser las incidencias meteorológicas o los desastres medioambientales. Un ejemplo de ello fue el escenario vivido con el Prestige. Ante esto, las administraciones deben tener una visión, no miope, sino de largo alcance para poder restablecer y tener un colectivo de trabajadores autónomos del mar cada vez más asentado y rentable, pudiendo dotar a estas actividades del reconocimiento social adecuado en un ámbito laboral tan complejo como es el del mar.

MARISQUEO: CARMEN VÁZQUEZ NORES, mariscadora y Patrona Mayor de la Cofradía de Pescadores de Lourizán (Pontevedra) 

RECONOCIMIENTO REAL DEL CATÁLOGO DE ENFERMEDADES LABORALES

El principal problema al que nos enfrentamos deriva, según se dice, del cambio climático, que provoca un aumento de las toxinas, caída de productividad en los bancos marisqueros, mayor mortandad y aumento de los depredadores. En segundo lugar, para nosotras supone una verdadera necesidad el reconocimiento real del catálogo de enfermedades laborales ante las entidades sanitarias y también poner de manifiesto la importancia de un estudio y valoración del sector pesquero-marisquero de todas las cofradías para solucionar problemas comunes. La problemática del relevo generacional no es igual en todas las rías. En concreto en la ría de Pontevedra, el marisqueo a pie se cubre con las vacantes de las jubilaciones y en algún caso se amplió más el plan de marisqueo. En otras rías, sí existen problemas por la falta de relevo en otras pesquerías relacionadas con el mar. Nos preocupa la continuidad del trabajo en nuestros mares por eso buscamos opciones para hacer perdurar un oficio que abastece a miles de familias y que permite que llegue el producto en óptimas condiciones a los hogares.

Son vitales para nuestro sector los estudios científicos veraces que determinen las posibles causas que dan lugar a estas circunstancias problemáticas, así como la posibilidad de un seguro de protección que ampare los problemas económicos al sector causados por estas situaciones.También abogamos por una coordinación y cruce de datos informáticos entre el Instituto Social de la Marina y el SERGAS en Galicia para el diagnóstico real de las enfermedades laborales del sector marisquero. 
Ante la actual coyuntura, los encuentros, foros y talleres entre cofradías son fundamentales para visualizar conjuntamente la problemática común y las posibles soluciones. 
Si tuviéramos la solución en nuestras manos, nosotros como sector, lo habríamos llevado a cabo. El problema es que es necesario formación y ayudas pero también condiciones que fomenten la vocación por este oficio. Necesitamos planes que contribuyan a generar de nuevo la ilusión y las ganas de vivir el trabajo de la mar que aún muchos conservamos. Necesitamos continuidad en los trabajos artesanales de toda la vida, porque aunque el marisqueo ha evolucionado en organización y control con medios informatizados, la forma de trabajar en el mar es la misma que ha tenido siempre.

PESCA: JOSÉ RAMÓN PIÑEIRO RODRÍGUEZ, secretario federal del sector marítimo portuario de la FESMC-UGT

SUFREN EL OLVIDO DE LA ADMINISTRACIÓN

Los pescadores y pescadoras son los trabajadores y trabajadoras más olvidados por las Administraciones a nivel estatal y autonómico, con marcos laborales obsoletos desde hace unos 30 años, un sector que deja de ser atractivo y donde los salarios siguen siendo los mismos de los años 90, y con las mismas penurias de alejamiento familiar y además que su labor se desarrolla en un medio hostil como es el mar, pero el cambio generacional es probablemente su mayor desafío. Los trabajadores y trabajadoras del sector sufren el olvido de las Administraciones españolas por un lado y los recortes de tasas de pesca por la Unión Europea por el otro, por lo que los salarios se ven altamente perjudicados. Los armadores de pesca españoles, si quieren recuperar la mano de obra española, tendrían que pararse un rato y no pensar solo en los beneficios que obtienen y poner de su parte lo necesario para que el sector recupere un cierto atractivo que tuvo en el pasado y que desde el sector Marítimo Portuario venimos reclamando hace años tanto a las patronales como a la clase política. Además, hoy en día carecen de representación social.

Para paliar y que haya un cambio generacional el sector debe estar regulado con un convenio sectorial que garantice las condiciones de los trabajadores. Recuperar la figura del alumnado en prácticas, que en Marina Mercante dio resultado, facilitaría el aumento de los escasos titulados y tituladas españolas, y que, junto a unos salarios decentes y unos barcos más humanizados dotados de tecnologías como internet “teléfono y televisión satelital” ayudaría a la dificultad del alejamiento social. El afrontar estos temas con valentía beneficiaría al sector pesquero sobre todo los que recorren muchas millas marinas para llegar al caladero de pesca, Gran Sol, Irlanda, Escocia, Malvinas, Sudáfrica, etc. Administraciones, empresas y sindicatos debemos poner un rumbo común que garantice el relevo generacional, y para ello debemos regular el sector, mejorar la formación abordo, garantizar unas condiciones dignas para los trabajadores y trabajadoras, conseguir un acercamiento social y familiar y que los salarios sean acordes a la realidad. Por otro lado, UGT lleva pidiendo desde el año 96 una modificación en la ley electoral para que tengan representación sindical por puertos y no por centro de trabajo, ya que debido a la movilidad dentro del sector hoy eliges un trabajador en un buque como delegado y mañana ese trabajador ya está en otro buque lo que impide normalizar las relaciones laborales entre los trabajadores y las patronales. 

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