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IMPACTO AMBIENTAL DEL TRANSPORTE MARÍTIMO

Responsable del 13,5% del CO2

01/04/2022

Marina mercante

Anabel Gutiérrez
Columna de humo

La Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) y la Agencia Europea de Seguridad Marítima (EMSA) han hecho público su informe 2021 sobre el impacto medioambiental del tráfico de buques en Europa con datos desalentadores. “Los buques emiten considerables cantidades de gases de efecto invernadero, contaminantes atmosféricos y ruido subacuático; la proliferación de especies no autóctonas y la contaminación del agua también son preocupantes”, considera Stéphane Isoard, jefe del grupo para temas relacionados con el agua y el medio marino de la AEMA, y director del equipo de la Agencia Europea del Medio Ambiente encargado de este informe. 

Según los datos que aporta este estudio, prácticamente la mitad del tráfico marítimo de la UE fue tráfico doméstico de barcos en rutas y travesías nacionales, principalmente de pasaje de transbordo rodado (ferris Ro-Pax). Los puertos europeos recibieron 4.000 millones de toneladas de mercancías, lo que equivale a aproximadamente la mitad del contenido en peso de todo el tráfico de mercancías comercializadas entre la UE y el resto del mundo. En 2019 los buques abanderados en Estados miembros de la UE (aproximadamente 18.000 buques) representaron casi una quinta parte de la flota mundial total en toneladas de peso muerto (unidad de medida de capacidad de carga). Más del 80% son graneleros, petroleros y portacontenedores. La mitad de la flota europea tiene menos de 15 años de antigüedad. Esta es una de las razones por la que los autores del informe creen que las navieras serían más susceptibles de cumplir con las exigencias de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 55% en 2030 (respecto a las emisiones registradas en 1990). Para esta transformación solo quedan ocho años. Un ambicioso proyecto que se conoce con el nombre “Fit For 55” y que la Comisión Europea aprobó en julio del año pasado. Para conseguirlo la UE apuesta por las nuevas tecnologías: “Nuestras políticas pretenden ayudar al sector a hacer frente a estos retos, aprovechando al máximo las soluciones innovadoras y las tecnologías digitales. De este modo, el transporte marítimo puede seguir creciendo y respondiendo a las necesidades diarias de nuestra ciudadanía, en armonía con el medio ambiente, al tiempo que mantiene su competitividad y se siguen creando empleos de calidad”, ha aclarado Adina Valean, comisaria de Transportes de la UE. En opinión de Maja Markovcic Kostelac, directora ejecutiva de EMSA, “esta nueva revolución marina dependerá de los buques desarrollados con tecnologías avanzadas y soluciones digitales, pero también de un proceso a varios niveles, a escala nacional, europea e internacional que abarque aspectos de seguridad, protección, sociales y medioambientales”. 


 

EMISIONES CONTAMINANTES 

En 2018, el transporte marítimo y la navegación interior representaron el 13,5% de las emisiones totales de GEI generadas por el sector del transporte en la Unión Europea, muy por detrás del transporte por carretera (71%) y ligeramente por detrás de la aviación (14,4%). Con diferencia, el principal gas de efecto invernadero generado por el transporte marítimo es el dióxido de carbono (CO2) procedente de la quema de combustible. En total, los buques que hicieron escala en puertos de la UE y el Espacio Económico Europeo (EEE) en 2018, generaron 140 millones de toneladas de emisiones de CO2. Del total de estas emisiones, el 40% correspondió a barcos en tránsito entre puertos de Estados miembros de la UE y a los atracados en puerto. El 60% restante corresponde a los que realizaron travesías tanto dentro como fuera de la UE. Solo los portacontenedores representan una tercera parte de CO2 del transporte marítimo de la UE. 

Además de dióxido de carbono también emiten otras sustancias  -entre las que se incluyen los óxidos de azufre (SOx), lo óxidos de nitrógeno (NOx) y las partículas en suspensión (PM)-, que pueden afectar a la salud. Estas emisiones pueden ser significativamente mayores en zonas con tráfico marítimo intenso. En 2018, el sector del transporte marítimo generó el 24% del total de emisiones de NOx, el 24% de SOx y el 9% del total de emisiones de PM2,5 (aquellas partículas cuyo diámetro es igual o inferior a 2.5 micras). 

Las principales emisiones de óxidos de azufre son dióxidos (SO2). Estas emisiones se generan por el uso de combustibles con contenido de azufre en los motores a bordo de los buques, así como en otros motores de combustión, o en las calderas alimentadas con combustible líquido. En 2019, estas emisiones alcanzaron cerca de 1,63 millones de toneladas, lo que representa aproximadamente el 16% de las emisiones totales de dióxido de azufre mundiales procedentes del transporte marítimo internacional. Para reducir las emisiones de SO2, desde 1999 en la UE se regula el contenido de azufre de los combustibles para uso marítimo que se ha ido reduciendo desde entonces. 
Asimismo, se estima que el transporte marítimo ha contribuido a que los niveles de ruido subacuático en aguas de la UE hayan aumentado más del doble entre 2014 y 2019. Los portacontenedores, los buques de pasaje y los cisterna son responsables de la mayor emisión de ruido, que afecta especialmente a los cetáceos (delfines, marsopas y ballenas). También el transporte marítimo es responsable de la introducción de la mitad de todas las especies alóctonas en aguas europeas desde 1949, localizándose su mayor parte en el Mediterráneo. Las especies alóctonas son patógenos acuáticos que pueden ser transportados de un hábitat a otro por los buques de manera externa (adhiriéndose al caso de embarcaciones) o bien a través de las aguas de lastre, que sirven para mantener la estabilidad del buque. 


 

BASURA MARINA

Aunque el volumen de crudo transportado por mar ha aumentado de manera progresiva, en la última década solo se contabilizaron ocho vertidos accidentales de tamaño entre mediano y grande procedentes de buques petroleros en aguas de la UE, de un total de 62 registrados en todo el mundo. 

El informe recuerda que los barcos lanzan al mar aguas residuales, oleaginosas, de sentina, de lastre, así como basura sólida (plásticos, envoltorios, desperdicios alimenticios, etc.) Se da la circunstancia de que la ley, sobre todo el convenio MARPOL, que regula la gestión de residuos a bordo en todo el mundo, permite que los buques lancen aguas sucias al mar en determinados casos. En 2018 se realizó una comparación entre la cantidad prevista de residuos generados por los buques y los residuos realmente descargados en las instalaciones portuarias receptoras de desechos. Esto permitió estimar la cantidad de posibles residuos que podrían haberse vertido ilegalmente: un 2,5% de residuos oleosos, el 10% de aguas residuales y entre un 7 y un 34% de desechos (excluyendo los plásticos). 

Los contenedores de carga, además, son una fuente potencial de residuos marinos cuando estos caen al mar. Al caer éstos pueden permanecer intactos en el agua o perder el contenido o parte de él. Con una media de 268 contenedores de carga perdidos al año, de los 226 millones de contenedores que se transportan a escala mundial, las estimaciones sobre el porcentaje de residuos totales procedentes de contenedores de carga caídos al mar no son significativas, según los autores del estudio.  


 

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