Rusia invade Ucrania
Pesca
Los mercados mundiales de la energía y los productos alimentarios se han vuelto del revés. En estos momentos, las relaciones comerciales con Rusia y Ucrania están paralizadas. El sector pesquero, gravemente afectado por el incremento del precio del gasoil y con media flota paralizada, ha dado la voz de alarma. Actualmente, salir a pescar cuesta más que quedarse amarrado.
El sector de la logística y el transporte marítimo también están sufriendo directamente también por el mismo motivo y por el desajuste que están produciendo las sanciones a Rusia.
Expertos en comercio internacional indican que el aumento en los precios de las materias primas y los problemas en las cadenas de suministro podrían tener repercusiones más allá del año 2022. El impacto a más largo plazo todavía es incalculable.
Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, aseguraba en el Congreso de los Diputados que las necesidades alimentarias de España están plenamente cubiertas y que su departamento trabaja para encontrar opciones que garanticen el abastecimiento de maíz, aceite de girasol y fertilizantes, productos que nuestro país importaba de Ucrania.
Aunque el comercio exterior con Rusia está muy limitado desde 2014, hay empresas que dependen totalmente de él y por ello el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció la puesta en marcha de un nuevo sistema de ERTE, a disposición de las empresas, en caso de necesidad de paro por fuerza mayor.
El Gobierno sigue tomando medidas para paliar los efectos del conflicto y así, desde el 14 de marzo, se flexibilizan temporalmente los requisitos fitosanitarios para la importación de maíz de Argentina y Brasil empleado para la alimentación animal.
DATOS COMERCIALES
En los últimos dos años los intercambios comerciales con Rusia han ido disminuyendo. Moscú ha fracasado en su intento de posicionarse en el mercado mundial como líder en transformación de productos del mar y necesita importar más de lo que exporta.
El sector pesquero no se ve directamente afectado en la balanza comercial. En 2021 España no exportó pescado a Rusia e importó 14.972T, fundamentalmente de filetes de pescado congelado Sin embargo, nuestro país vendió 22.145T de pescado a Ucrania e importó tan solo 38T.
En 2020 las exportaciones agroalimentarias y pesqueras de España a Rusia supusieron el 0,4% del total de exportaciones de España a todo el mundo, asimismo las importaciones procedentes de Rusia también supusieron el 0,4% del total. A nivel mundial, Rusia ocupa la 32ª posición como destino de nuestras exportaciones y la 43ª posición como origen de nuestras importaciones de productos pesqueros.
En el mismo periodo, las exportaciones de España a Ucrania supusieron el 0,3% del total de nuestras ventas mundiales, mientras que las importaciones procedentes de Ucrania supusieron el 2,7% del total. A nivel mundial, Ucrania ocupa la 42ª posición como destino de nuestros envíos y la 13ª posición como origen de nuestras importaciones.
España exporta principalmente pescado congelado y conservas a Ucrania. En cuanto a las importaciones desde Ucrania, el primer producto pesquero que compramos son los moluscos.
El mercado de los oleaginosos es diferente, ya que el 70 % del aceite de girasol que consumimos procede de Ucrania. La dependencia aquí es mayor y afecta especialmente a las conserveras, que aunque tienen reservas, están adoptando planes de contingencia.
Las relaciones comerciales con Rusia ya son complicadas desde hace tiempo. Desde 2014 en líneas generales no se exportan productos pesqueros a Rusia debido a las restricciones impuestas por Moscú tras el embargo previo de la Unión Europea y Estados Unidos con el inicio de las agresiones a Ucrania.
Islandia por su parte ha tomado la decisión de revocar el acuerdo que mantenía con los buques rusos que se dedican a la pesca del eglefino para que pudieran hacer escala en los puertos de su país.
La legislación islandesa no autoriza el desembarco o trasbordo de capturas a los buques extranjeros que pescan en poblaciones compartidas no sujetas a un acuerdo común, pero con Rusia tenía un acuerdo de excepción que es el que acaba de revocar.
Hace años que los pescadores islandeses habían solicitado la anulación de este acuerdo para un mejor control de la población de eglefino y ante los reiterados incumplimientos de la flota rusa de medidas conservacionistas.
Camiones esperan para cargar graneleros en el puerto de Mariupol.
LOS MERCANTES, MUY AFECTADOS
La guerra está impactando especialmente al sector del transporte marítimo. Los puertos de Ucrania están bloqueados por la Armada rusa y muchas navieras han paralizado sus transacciones con Rusia, a pesar de que las sanciones europeas todavía no afectan al transporte marítimo.
Lo cierto es que cualquier paso que se da en una dirección repercute en todos los miembros de la cadena alimenticia, como indicaban desde la naviera Maersk, que ha cancelado todas sus transacciones con Rusia.
Las sanciones a Rusia afectan muy gravemente al transporte de alimentos y productos perecederos, es por ello por lo que otras muchas navieras no han tomado decisiones similares, ya que se pondría en peligro el suministro de alimentos.
Según datos ofrecidos por ANAVE, Rusia y Ucrania son responsables conjuntamente de más del 10% de las exportaciones mundiales de carbón, trigo y maíz a través de graneleros. En cuanto al petróleo, Rusia produce alrededor del 10% de las exportaciones mundiales de crudo y derivados, la mayoría de las cuales se cargan desde los puertos del mar Negro. La UE es el mayor receptor de estos productos.
En cuanto a los portacontenedores, las principales empresas han suspendido su actividad con Rusia y Ucrania. Teniendo en cuenta que no son mercados clave para las líneas regulares, aquí no se espera subida de precios aunque a nadie se le escapa que esta situación acabará encareciendo el coste de los fletes marítimos.
Los datos indican que compradores de petróleo ruso se están dirigiendo al mercado de Oriente Medio, lo que está incrementando las tarifas de los tanqueros en dicha región, lo mismo que ocurrirá cuando aumenten las exportaciones de crudo norteamericano hacia Europa.
Más complejo es el mercado de productos refrigerados. Entre Ucrania y Rusia acaparan el 4,5% del total de tráficos refrigerados que se mueven por mar cada año.
La naviera Maersk calcula que sus cuentas se resentirán, al menos, un 20% de sus ingresos, al suspender toda transacción con Rusia y Ucrania.
Puerto comercial de Mariupol en Ucrania.
ACUICULTURA Y CONSERVAS
La acuicultura se ve principalmente afectada por las materias primas que se emplean en la fabricación de los piensos. La empresa BioMar, dedicada a la alimentación acuícola ha cerrado sus delegaciones en Rusia donde además de adquirir materias primas vendían sus productos finales. Biomar cuenta con una fábrica de piensos en Palencia, además de en otros 11 países. En la misma línea Akkafrost y Royal Greenland, comercializadoras de salmón y las compañías Santa Priscila y Icewater Seafoods, productores de gambas, han cerrado sus delegaciones en Rusia.
Desde Apromar nos confirmaban que la compra-venta de pescado entre España y Ucrania es inexistente, sin embargo la dependencia de España en cereales y aceite de girasol repercutirá en los precios de los piensos. Desde el sector afirman que disponen de reservas pero que, si el conflicto se prolonga, tendrán que buscar alternativas.
El pienso representa aproximadamente el 60% de los costes de producción del pescado de acuicultura, un mercado que incrementa por semanas sus precios debido a las tensiones en el suministro de materias primas vegetales. A eso se suma el incremento de hasta un 300% de la electricidad en menos de un año y el precio del combustible empleado para los vehículos de transporte de los pescados.
Desde Anfaco-Cecopesca nos indican que el principal producto pesquero exportado a Ucrania es la merluza argentina congelada. En 2021 España exportó a Ucrania 368T de preparaciones y conservas de pescado y marisco. Siendo el principal producto demandado las conservas de atún. Ucrania en los últimos tres años estaba siendo un mercado muy interesante para los productos pesqueros españoles, nuestras empresas cada año conseguían incrementar las ventas a este país.
El principal productor mundial de aceite de girasol es Ucrania, si tenemos en cuenta que la industria conservera española importa desde allí el 60% del aceite que emplea, se puede considerar que este mercado tiene una gran dependencia ya que más de la mitad de las conservas que se producen en España incorporan aceite de girasol.
En estos momentos las exportaciones a Ucrania están paralizadas al no existir opciones de transporte disponible. Además, según nos indican desde Anfaco, hay que tener en cuenta que los seguros no cubren el riesgo asociado a un transporte en conflicto bélico.
Valencia, primer puerto español en relaciones comerciales con Rusia.
EL ESPACIO MARÍTIMO, ABIERTO
La guerra también mantiene a los puertos españoles a la expectativa no solo por los transportes por vía marítima, sino por las escalas de buques rusos para avituallamiento, que podrían quedar suspendidas si así lo decide el Gobierno español.
España, junto con otros países, solicitó a la Unión Europea que también se estableciera el cierre del espacio marítimo a los buques procedentes de Rusia, también a aquellos de bandera o capital ruso, medida que todavía no se ha llevado a cabo para evitar sancionar la entrada de gas ruso del que Europa es altamente dependiente.
El Puerto de Valencia sería uno de los más afectados, ya que es el primer puerto español en relaciones comerciales con Rusia con 830.000T anuales de mercancía de exportación y de importación. San Petersburgo es el principal puerto comercial, seguido de Novorosíisk y Kaliningrado. Aún así, son solo siete barcos de bandera rusa los que habitualmente operan en Valencia. Con Ucrania el volumen de negocio es menor, entran 327.000T y se exportan 22.000T.
El Puerto de Algeciras no es uno de los más afectados. Los intercambios comerciales con Rusia apenas suponen el 1% del tráfico total anual, con 1,1 millones de toneladas en 2021. Las escalas de buques rusos no superan las 20 al año, que se elevan al centenar si se computan las de otros estados con mercancías de aquel país.
Una opción diferente es la que ha tomado el Puerto de Las Palmas, parada obligatoria de los barcos rusos que faenan en Mauritania, que ha decidido denegar el fondeo y atraque de barcos con bandera rusa para avituallamiento o reparaciones.
Desde la patronal de empresas estibadoras, Anesco, se advierte de la grave situación por la que pasa este sector por la crisis energética, agravada por la guerra. El coste de la electricidad se ha incrementado un 800% y el del gasoil un 150%. La subida de estos costes es desigual entre las instalaciones portuarias y depende de si las terminales de contenedores son semiautomáticas, y emplean la electricidad mayoritariamente, o el gasóleo en el caso de las terminales menos mecanizadas.
El nuevo escenario ha obligado a reprogramar y recalcular los itinerarios de los cruceros en el Norte de Europa, suspender todas las escalas en Rusia y Ucrania, y reformular los viajes a las capitales bálticas. Aunque en un principio la mayoría de las compañías usarán como puertos alternativos los de Suecia, Finlandia o Estonia algunas empresas como MSC Cruceros avanzaban que los puertos españoles podrían beneficiarse de esta situación ya que se plantean una modificación total de sus rutas.
San Petersburgo es el principal puerto de escala de cruceros de Rusia.