El Comité de protección del medio marino de la OMI celebrado el pasado mes de diciembre adoptó las enmiendas al Anexo VI del Convenio MARPOL para la designación del mar Mediterráneo como zona de control de las emisiones de óxidos de azufre y materia particulada.
Con esta medida, el Mar Mediterráneo en su conjunto, gozará de la misma protección ambiental desde el punto de vista de la contaminación atmosférica procedente de buques que otras zonas del mundo ya declaradas zonas de control de emisiones.
El Mediterráneo es la quinta zona designada para el control de las emisiones para los óxidos de azufre y materia particulada en todo el mundo, junto a la zona del mar Báltico; la zona del mar del Norte; la zona de Norteamérica (que abarca las zonas costeras designadas de Estados Unidos y Canadá) y la zona del mar Caribe de los Estados Unidos (alrededor de Puerto Rico y las Islas Vír-genes de los Estados Unidos).
La declaración del Mar Mediterráneo como una nueva zona de control de emisiones (ECA en sus siglas en inglés) supondrá que los buques que naveguen por esa zona tendrán que cumplir con controles más estrictos de las emisiones de óxido de azufre.
En una zona ECA de óxido de azufre, el límite del contenido de azufre del combustible utilizado a bordo de los buques es del 0,10% masa por masa (m/m), mientras que fuera de estas zonas el límite es del 0,50% m/m.
Esta declaración tendrá consecuencias beneficiosas tanto para el medio ambiente como para la salud de las personas ya que los buques utilizarán un combustible de mayor calidad y de bajo contenido de azufre. Esto permitirá que gocemos de un aire más limpio, en especial en las zonas costeras con gran densidad de tráfico marítimo y, por otra parte, contribuirá a reducir las enfermedades cardiovasculares, pulmonares y respiratorias.
Como se señalaba anteriormente, limitar las emisiones de óxidos de azufre procedentes de los buques reduce la contaminación y tiene como resultado un medio ambiente más limpio. Al reducir los óxidos de azufre, también se reduce la materia particulada, que son pequeñas partículas nocivas que se forman cuando se quema el combustible.
Hay que tener en cuenta que, el principal tipo de hidrocarburos usado como combustible en los buques es el fueloil pesado, derivado del residuo de la destilación del petróleo crudo. El petróleo crudo contiene azufre que, tras la combustión en el motor, es liberado en la atmósfera junto con el resto de las emisiones del buque.
Los óxidos de azufre (SOx) son conocidos por ser perjudiciales para la salud humana, causando síntomas respiratorios y enfermedades de los pulmones. Además, en la atmósfera, los óxidos de azufre pueden producir lluvia ácida, que puede a su vez provocar daños en los cultivos, bosques y especies acuáticas, y contribuye además a la acidificación de los océanos.
Por tanto, resulta evidente que limitar las emisiones de óxidos de azufre de los buques mejorará la calidad del aire y protegerá el medio ambiente.
La designación del mar Mediterráneo, en su conjunto, como zona de control de las emisiones de óxido de azufre y materia particulada debe celebrarse como un gran avance desde el punto de vista medioambiental, teniendo en cuenta que todos los países ribereños del Mediterráneo sin excepción hemos promovido de manera conjunta esta medida en la OMI, a pesar de tratarse de un área geográfica con muy diversas sensibilidades, donde aglutinar todas las opiniones y necesidades en una misma dirección requiere de grandes esfuerzos que tardan tiempo en materializarse.
Está previsto que la enmienda entre en vigor el 1 de mayo de 2024 y que el nuevo límite entre en vigor a partir del 1 de mayo de 2025.
Víctor Jiménez, Presidente del Consejo de la OMI y Consejero de Transportes de la Embajada de España en Londres