CRISIS PESQUERA EN EL ATLÁNTICO NORORIENTAL

Batalla contra un reglamento injusto

01/11/2022

Pesca

Patricia Romero Alonso
Palangreso de fondo con boyas @Oceana/AnnCompton

Todavía es pronto para evaluar los efectos de la entrada en vigor el pasado 9 de octubre de la medida que prohíbe la pesca de fondo entre 400 y 800 metros de profundidad en 87 áreas del Atlántico nororiental y que afecta a las artes de arrastre, palangre, enmalle, rasco y volantas de los caladeros de Gran Sol, Cantábrico y Golfo de Cádiz.

El Gobierno español ultima un recurso ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que será presentado antes del 19 de noviembre. Diferentes asociaciones profesionales han anunciado que también se personarán. “Todo suma”, comentaba el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación Lu,is Planas, quien considera que todos los recursos son bienvenidos, de la misma manera que ocurriría si quisieran unirse a la demanda Irlanda, Francia y Portugal, los otros tres países afectados. Desde su entrada en vigor hace unas semanas, España ha redoblado sus esfuerzos de diálogo en Bruselas y se ha conseguido aclarar, por escrito, que el reglamento solo se aplica en profundidades de entre 400 y 800 metros, lo que saca de la lista a 41 zonas, así como a un buen número de barcos que pescan más próximos a la costa. España presentó nuevas barimetrías y cartografiados para lograr esta importante modificación.

Sinkevicius junto a Planas en Bruselas
Sinkevicius junto a Planas en Bruselas

La base del recurso español en el tribunal de Luxemburgo se sustentará en tres patas: inadecuados informes científicos, la barimetría y la carencia de un estudio de impacto social de la medida. El reglamento se basa en estudios científicos de 2019 de los que se ha realizado una lectura parcial de las recomendaciones, extendiendo la prohibición a modalidades que no estaban incluidas en los informes científicos que solo hacía alusión a la pesca de arrastre. Tampoco se ha valorado una de las principales directrices de la Política Pesquera Común que exige que cada normativa sea fruto del equilibrio económico, social y medioambiental.

Finalmente se argumentará que los polígonos vedados son más amplios que las zonas que se quieren proteger. El ejemplo más sangrante de los errores del reglamento es el que se hace con el palangre de fondo, “cuyo sistema de pesca nocturno, con anzuelos enganchados a una línea de seguridad que evita que el aparejo se vaya al fondo” nada tiene que ver con el arrastre. tal y como explicaba Luis Planas. Las especies más afectadas son la merluza y el rape. La prohibición ha obligado a los barcos a moverse de sus zonas habituales de pesca, a desplazarse hacia otras y esperar que se marchen las embarcaciones que estén faenando, lo que está suponiendo un notable aumento del gasto de combustible.

A eso se le une el miedo por parte de la flota a entrar en las zonas vedadas, algunas con extensiones superiores a los 25 kilómetros, y arriesgarse a ser multados, por lo que la cautela les está llevando a realizar recorridos más amplios de los habituales. La Comisión recibirá en diciembre un nuevo informe científico pero el comisario de Medioambiente, Virginijus Sinkevicius, con el que se han reunido varias veces tanto el ministro español como representantes del sector, ya advirtió que, aunque está abierto a modificar la aplicación del reglamento, no será de forma inmediata, ya que la normativa se revisa de forma anual. A esto hay que sumarle la negativa de la Comisión a destinar ayudas específicas para los barcos afectados por este veto.

La conselleira de Pesca de Galicia, Rosa Quintana arremetía contra Sinkevicius por lo “ilógico” de hacer pagar a los países afectados unas ayudas por una norma que ellos han impuesto y que además sea "incapaz de reconocer" que se equivocaron en esta restricción a las artes de fondo. Por el momento no hay cifras sobre la afectación real de la norma ya que tanto desde el Gobierno como desde las Cofradías se quiere ser sumamente prudente y no ofrecer datos hasta que no estén debidamente sustentados con base científica, ya que es parte del argumento que se defenderá para lograr la derogación de la medida. Se espera que, para el próximo mes, cuando se haya podido estudiar con precisión científica el descenso en volúmenes y capturas, así como otras variables que entrarían en juego, como el aumento del gasto en combustible, se podrán ofrecer las cifras de pérdidas.

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