Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga una mejor experiencia de usuario. Las cookies no se utilizan para recoger información de caracter personal.
Si continúa navegando se considera que acepta su uso. Para más información consulte nuestra política de cookies.
"El océano es vida, cómplice, belleza y futuro" Aislado Galeón de Manila 39 plazas de médico ISM Torniquete: sí o no Exposición Amelía García - Revista Mar
En entrevistas y declaraciones, Benítez ha mencionado que el mar lo inspira profundamente, en parte porque es un espacio del planeta que, a pesar de siglos de exploración, sigue siendo en gran medida un enigma. Para él, el mar no es solo un recurso narrativo, sino también una representación del alma humana: insondable, enigmática y en constante movimiento. Este paralelismo queda patente en su manera de abordar el misterio en series como “Caballo de Troya”, donde la búsqueda de respuestas espirituales se asemeja a la exploración de un inmenso y desconocido océano donde invita a sus lectores a sumergirse, a aventurarse en lo profundo, sabiendo que el viaje es tan importante como las respuestas que se puedan encontrar.
Uno de sus temas recurrentes es la posibilidad de civilizaciones perdidas que habitaron la Tierra antes de la nuestra. Benítez ha mostrado un gran interés por las leyendas y mitos relacionados con el mar, como la Atlántida y otras culturas sumergidas. Aunque no dedica obras completas a estas temáticas, las menciones y alusiones aparecen como recordatorios de que el mar puede ser tanto un archivo de la historia como una frontera para el descubrimiento.
PREGUNTAS INTRIGANTES
Por ejemplo, en sus ensayos y reflexiones, se ha planteado preguntas intrigantes:
¿Qué secretos guardan las profundidades marinas?
¿Podría el mar ser el hogar de rastros de civilizaciones avanzadas que desaparecieron hace milenios? Estas preguntas no solo reflejan su afán por entender el pasado, sino también su compromiso con ampliar los límites del conocimiento humano.
El mar también adquiere una dimensión espiritual que percibe como un espacio de conexión con algo mayor, una fuerza universal que trasciende la comprensión humana. Este aspecto es evidente en sus descripciones de momentos de contemplación frente al mar, tanto en su obra escrita como en entrevistas personales.
DIMENSIÓN MARÍTIMA
La inmensidad del océano, su capacidad de evocar emociones contradictorias de paz y temor se alinea con la percepción de lo divino que explora en libros como “El Testamento de San Juan”.
Para él, el mar es un recordatorio constante de que, aunque el ser humano aspire a comprenderlo todo, siempre existirán dimensiones de la realidad que nos superarán.
En varias ocasiones ha compartido anécdotas personales que reflejan su relación íntima con el mar. Una de las más memorables es su experiencia en un viaje por el Mediterráneo, donde sintió una conexión inexplicable con el entorno. Según ha contado, este episodio lo llevó a reflexionar sobre el significado de la vida y la pequeñez del ser humano frente a la inmensidad del universo. Estos momentos no solo alimentan su escritura, sino también refuerzan su visión de que el mar es una fuente inagotable de enseñanzas y revelaciones importantes.
En palabras del propio autor, “el mar no solo guarda secretos, también los revela a quienes están dispuestos a escucharlo”.
EL MAR Y EL COSMOS
Quizás uno de los aspectos más fascinantes de la obra del escritor es cómo conecta el mar con el cosmos. Para él, ambos comparten una naturaleza enigmática y un potencial ilimitado para el descubrimiento. En libros como “El diario de Elén”, esta comparación es evidente en sus descripciones de la inmensidad del cielo y la profundidad del mar, ambos cargados de misterio y posibilidad. Esta conexión también se refleja en su filosofía de vida. El escritor ha expresado en múltiples ocasiones que el ser humano es un “explorador nato”, destinado a descifrar tanto los secretos del universo como los de su propio planeta. En este sentido, el mar se convierte en una metáfora de nuestra búsqueda constante de conocimiento y significado.
El mar es mucho más que un paisaje o un recurso literario; es un espejo de los grandes misterios que dan forma a nuestra existencia. A través de su obra, el escritor nos invita a mirar al mar no solo como un entorno natural, sino como un recordatorio constante de nuestra curiosidad, nuestra fragilidad y nuestra capacidad infinita de asombro. El mar, al igual que el universo, permanece como una frontera abierta a la exploración, y con su visión única y su mente inquieta, sigue siendo uno de sus mejores exploradores literarios. Su obra no solo nos incita a preguntarnos qué hay más allá, sino también a reflexionar sobre lo que podemos aprender en el proceso.
BARBATE
Juan José Benítez, tiene una relación estrecha con Barbate, una localidad en la provincia de Cádiz. Esta relación se debe a varias razones personales y profesionales que han marcado su conexión con el lugar. Aquí pasa largas temporadas, considerando esta localidad como un lugar ideal para la introspección y la escritura. El entorno natural, la tranquilidad y la belleza de las playas han sido una fuente de inspiración para su obra, y ha expresado en entrevistas su cariño por esta tierra y su gente.
El autor valora profundamente este pueblo pesquero por su autenticidad y su cultura: “Fueron muchos los que influyeron en mi. Unos en un sentido. Otros con su sola presencia. Otros con sus historias, sus venturas y sus desventuras. Siempre estaré en deuda con Barbate y su gente: pescadores o gente de tierra adentro, pero siempre gente maravillosa”.
“A solas con el mar”, es un libro de poesía de sus vivencias en Barbate en 1983, donde Benitez experimentó un profundo cambio en su vida que le llevó a escribir su primer “Caballo de Troya”.
Recuerdo que fui testigo del fruto de una investigación. En el año 1981 tuve la ocasión de conocer a Juan José Benítez cuando nos visitó en Cartagena. Le preguntó a mi padre, Luis Núñez de Castro, capitán de navío, por las aves que pudo encontrarse Colón en el descubrimiento de América. Seguidamente Benítez nos comentó que estaba investigando un suceso de la Guerra Civil española ya que algunos lugareños de Barbate creían que la Virgen había obrado un milagro cuando el destructor republicano Churruca disparó a la ciudad y todos los proyectiles sobrevolaron por encima sin alcanzar a ningún ciudadano. Entonces mi padre le dijo: ”Yo era el comandante del destructor”. Seguidamente sacó un antiguo cuaderno y nos leyó el texto donde describía cómo le ordenaron castigar a la población, y para evitar víctimas engañó a los cabos artilleros retándolos a disparar a lo que era un blanco difícil: acertar la parte alta de unas chimeneas que sobresalían más allá de la población.
Benítez publicó un artículo en el Diario de Cádiz en la sección “Al filo del misterio”, llamado: “No hubo ´milagro´ en el bombardeo de Barbate, en 1936”.
ENTREVISTA A J.J. BENÍTEZ
¿Recuerda cuando vio usted el mar por primera vez?
Vi la mar, por primera vez, en 1949. Yo tenía tres años. Mi padre me llevo a la Hierbabuena, la playa hippy de Barbate. Me descalzó y me dijo: “Mira, esta es la mar”. La mar besó mis pies y yo me enamoré. Fue el primer amor de mi vida. Y será el último.
¿Qué experiencia en el mar ha cambiado su percepción de este entorno?
Durante años salí a pasear en “La gitana azul”, una lancha de mi amigo Castillo. Navegamos hasta la Torre del Tajo, cerca de Barbate. Y allí veíamos pasar las estrellas y los silencios. Entonces cambió mi percepción sobre la mar. Ahora sé que es una madre que mece o mata.
¿Hay formas de vida extraterrestre en las profundidades marinas?
Imagino que las profundidades marinas son el refugio ideal para los ovnis. Se les ha visto entrar y salir en muchas ocasiones. Uno de los abducidos me contó cómo lo llevaron a la fosa de la Marianas, a once mil metros de profundidad. Allí vio y entró en una ciudad.
¿Qué nos diría el mar?
El mar nos diría que somos unos ingratos y unos desagradecidos. Lo ensuciamos porque no sabemos quién es.
¿Qué es para usted el océano?
El océano es vida, cómplice, belleza y futuro.
¿Qué animal marino sería?
Me gustaria ser un delfín, claro. Los delfines son ángeles.
¿Qué le evocan los pescadores de Barbate?
Los pescadores de Barbate, como todos los pescadores, son el brazo armado de la noche: generosos, vigilantes, amantes y duros como el diamante.
¿Qué libro está escribiendo actualmente?
En estos momentos (febrero del 2025) estoy escribiendo “Más que sueños”, una investigación sobre los sueños.