RESERVA MARINA DE LA ISLA DRAGONERA EN MALLORCA

Recuperación de especies

30/01/2023

Medio Ambiente

Pep Coll
Reserva marina de la Isla Dragonera en Baleares

El enclave de la isla mallorquina de Sa Dragonera fue declarado Parque Natural en 1995, si bien su parte marina perteneció, como el far Vell, al mundo de las brumas, administrativamente hablando, y no se protegió de forma efectiva hasta 2016 en sus aguas interiores del estrecho, y hasta octubre de 2020 en sus aguas exteriores, en el lado oeste de la isla. Un seguimiento biológico intensivo sobre la evolución de los recursos pesqueros demuestra una recuperación espectacular de las especies.

Las islas han ejercido siempre un fuerte influjo sobre el hombre, un poder de atracción atávico que, sin duda, respondía a la tendencia innata por descubrir lo nuevo, por conocer aquello que está lejos, incluso estando cerca, con su barrera marina ejerciendo de centinela silenciosa. La isla Dragonera nos muestra esta atracción de una forma incluso más acentuada. Sus proporciones y dimensiones habitables (4 km de longitud y 2,7 km2), su majestuosa y misteriosa cima: Na Popi (352 m), que sirvió de cimiento y tumba para su brumoso faro: el far Vell, sus vertiginosos y extraplomados acantilados, hacen de la Dragonera, junto a Es Vedrà, en la vecina Ibiza, uno de los enclaves más atractivos de las Islas Baleares. 
La dicotomía entre los fondos aplacerados, cubiertos por la planta Posidonia Oceanica junto a arenas limpias y claras en las aguas interiores del estrecho que la separa de Mallorca, frente a los acantilados submarinos verticales, de un azul cobalto aparentemente insondable en su sector oeste, estructuraba las primeras descripciones sobre las comunidades marinas de la Dragonera (Coll i Moreno, 1993; Ballesteros y Cebrián, 2004). 

pez cabracho en la Isla Dragonera Baleares @Miguel Pozo
Pez cabracho en la Isla Dragonera Baleares @Miguel Pozo

El principal factor físico que condicionaba las especies que viven adheridas al fondo (el bentos) era la luz. La Dragonera es, sin duda, una isla muy iluminada en sus fondos, hasta el punto de que el intento de encontrar gorgonias y coral rojo en las zonas más profundas fue entonces infructuoso. El reino de las algas dominaba los fondos de la Dragonera, una biota adaptada a crecer más rápidamente que los invertebrados en unas condiciones de gran luminosidad y gran escasez de nutrientes disueltos. Aun en los enclaves de mayor corriente y, por tanto, mayor aporte de nutrientes, las algas reófilas, adaptadas al hidrodinamismo, dominaban los fondos.

EN LA CORRIENTE ESTÁ LA CLAVE

Estas fuertes corrientes son una de las claves de la riqueza pesquera de la Dragonera (127 especies de peces óseos y cartilaginosos registrados por Grau (1999)). Una pesca que, en su sector profesional, resiste con tan solo una flota de seis barcos (llaüts) artesanales en el vecino Port d’Andratx, pero que va dirigida a unos recursos de alto y creciente valor económico. 
Las principales modalidades de pesca que esta reducida flota practica en la isla son: trasmallo, moruna, potera, curricán y palangrillo. El trasmallo se usa con especies objetivo como la sepia, el cabracho, el rascacio, el salmonete, el corvallo, e incluso, el rape. La moruna es un arte de parada que dirige las especies pelágicas costeras hacia una trampa sin salida, y que actúa básicamente sobre el pez limón o serviola, pero también sobre espetones, dentones y palometones. La potera se usa para calamares, el curricán de fondo para dentón y pez limón y el palangrillo para peces de fondo se usaba ocasionalmente en los acantilados submarinos del sector oeste, sobre una profundidad (30-45 m) que ahora incluye los fondos de máxima protección o reserva integral, una protección acordada entre la propia cofradía de pescadores y las autoridades pesqueras estatales y autonómicas.

pez falso abadejo en la Isla Dragonera Baleares @Miguel Pozo
El Falso Abadejo es una de las especies con una espectacular recuperación @Miguel Pozo

El seguimiento biológico más intensivo sobre la evolución de los recursos pesqueros se ha realizado sobre los peces que habitan los fondos rocosos abruptos. Para ello, un equipo de cuatro biólogos buceadores ha aplicado técnicas de censo establecidas hace ya décadas en ecosistemas tropicales de gran complejidad estructural (arrecifes de coral). Una técnica no destructiva que simplemente registra aquellas especies de interés pesquero de carácter más residente dentro de transectos con unas dimensiones de 50x5 m que se establecen en forma de pasillos sobre el fondo. Así, una vez convertidos los datos de densidad de peces y la estima de sus tallas a biomasa, el área de referencia son 250 m2 de fondo marino. 
Entre los primeros muestreos de 2016, cuatro meses antes de la declaración de la reserva de aguas interiores, y 2020, con cuatro años ya acumulados de protección, se realizaron 132 transectos, cubriendo un área total de 33.000 m2 de fondos rocosos.
Si bien se han censado especies de interés pesquero de carácter pelágico costero como la citada serviola, el espetón, y otras divagantes entre el litoral y la plataforma, como el propio dentón, cuya presencia es de gran importancia ecosistémica y pesquera; las estimas de biomasa se han centrado en especies más residentes cuya área de campeo es más discreta y fiel a enclaves concretos. 

DISMINUCIÓN DE LA MORTALIDAD

Los resultados muestran una respuesta notable a la disminución de la mortalidad por pesca que ha conllevado la aplicación de las primeras medidas recogidas en el Decreto de declaración de la reserva marina.
Todos los indicadores construidos a partir de las 20 especies de peces observadas han mostrado incrementos temporales (2016 vs 2020) o valores superiores dentro de la reserva marina respecto a zonas control no protegidas o respecto a las aguas exteriores, todavía no protegidas en junio de 2020. 
La riqueza de especies ha aumentado en un 40% en las aguas superficiales y en un 81% en las aguas profundas de la reserva, alcanzando valores de hasta ocho especies/250 m2 en 2020. La biomasa total de especies vulnerables se ha incrementado en un 138% en las aguas superficiales (cuadro 1). Los valores medios actuales de la reserva se sitúan en 11,4 kg/250 m2 frente a los 2,7 kg/250 m2 de las zonas no protegidas o los 4,8 kg/250 m2 de las estaciones de aguas exteriores. En las aguas profundas la biomasa media ha aumentado un 340%, situándose en 25,3 kg/250 m2 en el último censo (Cuadro 2).

cuadro 1 con datos de recuperación de especies en Dragonera
 

cuadro 1 con datos de recuperación de especies en Dragonera

El mayor valor de biomasa citado (25,3 kg/250 m2) se sitúa en un enclave donde se permite la pesca artesanal pero que presenta un importante efecto de refugio natural debido a la abundancia de bloques rocosos y fuertes corrientes, dificultando así la cala de aparejos fijos de red o anzuelo. Como resultado, las especies antes vulnerables a la pesca submarina muestran una gran recuperación: mero, falso abadejo, corvallo, sargo, brótola y, en menor medida, el cabracho. En el mes de julio de 2022 se realizó la 4ª campaña de censo, que contó ya con dos años acumulados de protección en las aguas exteriores. Unas aguas con una tipología de fondo similar a las del citado enclave de gran riqueza, y que ha generado grandes expectativas entre biólogos, pescadores, buceadores y gestores.

Bibliografía y referencias del artículo sobre Dragonera

PEP COLL, doctor en Ecología Marina

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