38 AÑOS DE RESERVAS MARINAS EN ESPAÑA

Garantía de futuro

01/09/2024

Medio Ambiente

Ana Díaz
Banco de peces en reserva marina
Con motivo del 38º aniversario de la creación de la primera reserva marina de interés pesquero en España, se celebró en el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) la jornada “Red de Reservas Marinas: una apuesta por la sostenibilidad y la rentabilidad”. El ministro Luis Planas aseguró que estos espacios son “un buen ejemplo de protección de la pesca artesanal y el medioambiente”.

Con la creación de la primera reserva marina de interés pesquero en España en la alicantina isla de Tabarca, nuestro país inició en 1986 una senda de protección de los ecosistemas marinos y la pesca artesanal de la que debemos estar orgullosos. Actualmente contamos con 12 espacios marinos protegidos en el Mediterráneo y el archipiélago canario y, a la vista de los beneficios que aportan, son muchos los interesados en ampliar la Red.

Las reservas marinas alcanzan en nuestro país una superficie total de 105.243 hectáreas, de las que un 10% son zona de reserva integral, donde no puede practicarse ninguna actividad. En el resto del espacio se autorizan acciones reguladas y vigiladas.

La Secretaría General de Pesca gestiona las reservas. En cinco de ellas (Masía Blanca, islas Columbretes, cabo de Gata-Níjar, isla de Alborán y La Palma) de forma exclusiva. En el resto (cala Rajada, Sa Dragonera, isla de Tabarca, cabo de Palos-islas Hormigas, cabo Tiñoso, Punta de la Restinga-Mar de las Calmas e isla Graciosa e islotes del norte de Lanzarote) compartida con la
correspondiente comunidad autónoma.

Ante un futuro incierto, las reservas marinas son una inversión a largo plazo en biodiversidad y pesca sostenible”, dice Alfonso Ramos, responsable de la creación de la reserva marina de Tabarca hace ahora 38 años.

​La última en incorporarse a la Red ha sido la isla de Sa Dragonera (Mallorca), al amparo de la Ley 3/2001, de 26 de marzo, de Pesca Marítima del Estado. El islote es símbolo de conservación natural por excelencia. De gestión mixta compartida, alberga gran variedad de especies no solo de interés pesquero. Ofrece alimento y abrigo a colonias de aves marinas singulares que encuentran en ella refugio y zona de nidificación.

PESCA ARTESANAL Y CIENCIA

Los objetivos de las reservas marinas son apoyar la pesca artesanal local, a través de una zonificación basada en datos científicos, con al menos un área de reserva integral sin usos y otra zona de usos regulados para la pesca profesional y recreativa, así como para el buceo. También velar por la regeneración de especies y mantener el estado del hábitat marino.

Para el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, son “buen ejemplo donde se concilia la protección de la pesca artesanal, se reconoce nuestro acervo gastronómico y cultural y se preserva el medioambiente”, de ahí su importancia para la investigación, la sostenibilidad y el desarrollo económico de la zona donde se ubican.
pescadores mallorquines faenando
Las reservas marinas son una invesrión en sostenibilidad a largo plazo
La pesca artesanal en las reservas solo pueden ejercerla embarcaciones incluidas en el “censo de embarcaciones autorizadas”. Para faenar, los pescadores tienen que demostrar una habitualidad en el ejercicio de la actividad en aguas de la reserva durante, al menos, dos años años antes de su creación. Solo se permiten actividades pesqueras artesanales, quedando modalidades como la pesca de arrastre totalmente prohibidas.

Los censos de embarcaciones autorizadas están “contingentados”. Esto quiere decir que valores como el número total de barcos o la potencia total no pueden superarse, conteniéndose así los niveles de esfuerzo pesquero.

El ministro Planas destaca el papel de la ciencia para estudiar las reservas. Las investigaciones permiten conocer los impactos derivados de fenómenos como el cambio climático, la contaminación por plástico o la llegada de especies invasoras. “Las reservas son centinelas del cambio global, laboratorios privilegiados para estudiar y seguir a largo plazo la respuesta de las especies a estas amenazas”, asegura.

Muchos estudios han demostrado que la abundancia, el tamaño medio y la biomasa reproductora de las poblaciones explotadas aumentan rápidamente cuando la pesca se detiene. También se sabe que, si aumenta la densidad de una especie de interés pesquero dentro de una reserva y se alcanza la capacidad máxima para albergarla, se produce una emigración de individuos desde el interior de la reserva a sus alrededores, quedando a disposición de las pesquerías del entorno y beneficiando a los pescadores locales. Es el denominado efecto de “rebosamiento” o exportación de biomasa.

La investigación científica está sujeta a autorización. Se permite en función del interés general del estudio, tanto para la reserva marina como para la conservación del medio.
pesces en la reserva de las islas Columbretes
Los científicos estudian y difunden conocimiento sobre las especies marinas.
Como curiosidad cabe señalar que dos de las tres reservas marinas de Canarias se encuentran influenciadas por fenómenos de vulcanismo. En La Palma han formado paisajes submarinos de elevado interés, mientras que en el Hierro han provocado una mortandad masiva de flora y fauna. Este hecho se ve como una oportunidad al convertir a las reservas en lugares excelentes para estudiar la evolución de los ecosistemas marinos tras una erupción volcánica.

VIGILANCIA Y CONTROL

El presupuesto de las reservas marinas (alrededor de 400.000 euros de media) corre a cargo de la Secretaría General de Pesca que lo destina a la operatividad, control, divulgación, seguimiento y vigilancia de la reserva, tanto desde tierra como en el mar. Además, establece convenios con organismos como la Armada, Policía, Guardia Civil, autoridades portuarias locales y Comunidades Autónomas para reforzar estas actuaciones.

La flota de las reservas está compuesta por 23 embarcaciones, de entre 6 y 20 metros de eslora, repartidas entre los 12 espacios protegidos, y con características adecuadas a cada una de ellos.

Los equipos humanos que trabajan en las reservas tienen capacidad legal de actuación y respaldo institucional. Además de vigilar las actividades que se llevan a cabo en ellas, recopilan datos de las pesquerías, monitorizan el estado de conservación, ofrecen charlas divulgativas y son referentes informativos. Las instalaciones anexas a los faros de las islas Columbretes, de la isla de Alborán y de La Palma se han recuperado para la ciencia y la divulgación.

Se desea que la Red de Reservas Marinas crezca. “No solo por salud del medioambiente, sino por la del propio sector. Desearíamos que se multipliquen como los panes y los peces para tener una España que sea una reserva marina de interés pesquero total”, dice Basilio Otero, presidente de la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores.

PILAR VARA DEL RÍO
Subdirectora general de Investigación Científica y Reservas Marinas

​​​​“NUESTRO INTERÉS ES SEGUIR CRECIENDO”

¿Cuál es la mayor dificultad para gestionar una reserva marina?

La gestión de las reservas se basa en tres pilares: control y vigilancia; seguimiento científico y divulgación. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación dota a las reservas de un equipo operativo con medios para atender a esos pilares: embarcaciones, drones, cámaras y equipos submarinos que permiten recoger datos para la gestión.

Quizá la mayor dificultad se produce cuando nos enfrentamos con acciones no permitidas, fuera del marco legal. Ante estas situaciones, activamos los mecanismos de control y coordinación entre todas las unidades.

¿En qué medida colaboran Administración, científicos y sector en el mantenimiento de las reservas?
La gestión de las reservas marinas es “adaptativa”. Cuenta con la implicación de usuarios, del mundo científico y de las Administraciones. A ello se suma la participación de la sociedad civil a través de diferentes entidades y ONG.

La gestión se basa en el mejor conocimiento científico disponible, que comienza incluso antes de la creación de la reserva. Cuando lo tenemos, el asesoramiento científico sigue siendo fundamental. El seguimiento es básico porque nos permite saber si la reserva funciona o si hay que ajustar alguna medida. La participación del sector también es fundamental. Este engranaje, los seguimientos y el contacto estrecho de todos los implicados facilita la mejora continua de las reservas.

Actualmente contamos con 12 reservas en nuestro litoral. ¿Hay interés en crecer?
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación apuesta por estas figuras. Nuestro compromiso es mantener la gestión y dotar a las reservas de medios y capacidad administrativa que garanticen su existencia. Tenemos vocación de crecer y ampliar su número de forma racional, contando con el sector, los científicos y el presupuesto. Queremos exportar este modelo a otras regiones y contribuir al mantenimiento de la pesca profesional tradicional.

Ver número 647 Revista MAR

Actualidad