Buque asistencial del ISM, Esperanza del Mar
En varada
21/08/2025

ISM

ISM al día

Juan José Moreno González (*)
Esperanza del Mar
La vida útil de un buque depende en gran medida de su mantenimiento, que representa una parte importante del coste del ciclo de vida de un buque, pero garantiza la seguridad de la navegación, mejora la eficiencia del buque y reduce el impacto de su actividad sobre el medio ambiente.

Una varada de mantenimiento consiste en sacar el buque del agua para inspeccionar su parte sumergida, llamada obra viva, y efectuar las reparaciones que sean necesarias en el casco, los timones, las hélices y resto de partes inaccesibles cuando el buque está a flote. Esta operación debe realizarse en un astillero con medios adecuados y requiere que el buque se mantenga fuera de servicio durante un periodo de tiempo prolongado, por lo que se aprovecha para hacer otras tareas de mantenimiento. 

Las varadas son las actuaciones más relevantes del mantenimiento de un buque, por el alcance de los trabajos que se desarrollan durante las mismas, los costes que suponen para el armador y el periodo de tiempo en el que el buque deja de prestar servicio.

ANTECEDENTES 

Datos sobre el Esperanza del mar


El buque Esperanza del Mar fue botado en el año 2001 y, desde su entrada en servicio, ha sido sometido a las inspecciones y reconocimientos que exige la Dirección General de la Marina Mercante y su Sociedad de Clasificación, que emiten los certificados en virtud de los cuales el buque se despacha para navegar. La normativa de estas instituciones exige varar el buque periódicamente para la realización de distintas inspecciones y reconocimientos, mediante los que se comprueba el cumplimiento de los reglamentos y códigos que son de aplicación. 

Por exigencias de la normativa, el Esperanza del Mar debe ser sometido próximamente al reconocimiento intermedio correspondiente al sexto ciclo de cinco años. Este reconocimiento debe ser realizado estando el buque en seco, por lo que se aprovechará para realizar otras inspecciones, mantenimientos y reparaciones que no se realizan en las escalas normales.

Durante el tiempo que se prolongue la varada, el buque Juan de la Cosa prestará la labor asistencial que viene haciendo el Esperanza del Mar, ya que cuenta con medios equivalentes.

CONCURSO PÚBLICO

Con la vista puesta en la necesidad de realizar este reconocimiento, en 2024, el ISM convocó un concurso público cuyo objeto era contratar la prestación de servicios de reparación y mantenimiento con varada del buque. Los pliegos que rigen la licitación y que contienen el alcance de los trabajos y sus condiciones de ejecución, fueron publicados en la plataforma de contratación del sector público en septiembre de 2024. Cinco astilleros se presentaron a la licitación, dándose la circunstancia que tres de ellos habían varado el buque anteriormente en sus instalaciones. El astillero de reparaciones Zamakona, situado en la localidad de Pasajes, Guipúzcoa, resultó adjudicatario del contrato al presentar la proposición con mejor relación calidad-precio.

LA VARADA O PUESTA EN SECO 

Para poner el buque en seco, el astillero adjudicatario cuenta con un dique flotante, que deberá ser lastrado llenando sus tanques con agua de mar. El Esperanza del Mar se posicionará sobre la cubierta del dique una vez ésta se haya sumergido lo suficiente y, a continuación, las bombas de achique soplarán (expulsarán) el agua de los tanques del dique, que ganará flotabilidad, dejando el buque en seco sobre unos apoyos temporales de madera. La puesta a flote, cuando terminen los trabajos en seco, consistirá en lastrar de nuevo del dique hasta que se hunda lo suficiente para que el buque pueda navegar libremente.

El hecho de que el astillero disponga de un dique flotante supone una ventaja porque la altura de las mareas, significativa en la costa del Atlántico y del Cantábrico, no tendrá influencia a la hora de varar el buque. El nivel más alto y más bajo del mar, llamados pleamar y bajamar cambian de un día para otro, por lo que, para varar un buque en una instalación en tierra firme, llamada grada, puede ser necesario esperar varios días hasta que el agua alcance el nivel suficiente.

ALETAS ESTABILIZADORAS

Una de las intervenciones de mantenimiento las relevantes a realizar durante la varada es la reparación del sistema de aletas estabilizadoras del buque. Los tripulantes vienen detectando la entrada de agua de mar en los circuitos hidráulicos del sistema desde hace varios meses. No es recomendable obviar la reparación de un sistema tan complejo, o retrasarla, ya que podría causar una avería mayor que requiriera el reemplazo de todo el sistema, acarreando en ese caso unos costes mucho mayores y una inmovilización adicional. Por este motivo se va a proceder a la reparación del sistema durante la próxima varada, durante la que también se sustituirán varios componentes y su software de gestión.

Las aletas estabilizadoras mejoran el comportamiento del buque en la mar, especialmente con condiciones meteorológicas malas, reduciendo el balance y los efectos sobre el buque que se plantean en los distintos escenarios, dependiendo de la altura y la frecuencia de las olas. El movimiento de las dos aletas sumergidas, una en cada costado, es controlado por el software de gestión del sistema en función del estado de la mar.

Es un sistema importante para el buque hospital, porque mejora comportamiento en la mar y su estabilidad, cualidades notables tanto para el bienestar de los pacientes que pudieran ser atendidos en la cubierta hospital, como para la tripulación y el personal sanitario, que deben estar preparados para prestar asistencia en cualquier momento.

Este sistema también tiene una influencia importante en la operación del buque y el mantenimiento de los equipos. Por ejemplo, a la hora de arriar una embarcación de trabajo para asistir a un tripulante de un pesquero, el movimiento del buque debe reducirse lo máximo posible para garantizar seguridad de las personas a bordo de la embarcación. Por otra parte, el movimiento de balance excesivo del buque hace que, por las inercias de los pesos, los equipos puedan sufrir un mayor deterioro que, a la larga, requerirá reparaciones de éstos, aumentando significativamente su coste de mantenimiento. 

Los pliegos de la licitación contemplan que el astillero contrate a la empresa fabricante del sistema para que suministren los repuestos originales del sistema y preste soporte técnico durante la reparación en el astillero, lo que supone un importante porcentaje del coste total de la varada. 

TRABAJOS A REALIZAR
 
Reparación de hélice
Labores de mantenimiento del buque. 

La industria naval es considerada la industria de síntesis por excelencia ya que, durante la construcción de un buque o durante una varada, interviene un gran número de trabajadores especializados en disciplinas distintas que nada tienen que ver entre ellas: tuberos, soldadores, montadores, mecánicos, electricistas, pintores, personal auxiliar, etc. El reto del astillero es coordinar los trabajadores propios, los de empresas externas subcontratadas y los de las empresas contratadas por el armador, evitando interferencias entre ellos. De esta manera, el astillero deberá realizar los trabajos definidos en los pliegos, ajustándose al presupuesto y a los plazos de ejecución, evitando las penalizaciones económicas que podría imponer el ISM si el buque permaneciera fuera de servicio más tiempo del establecido.

Además de las empresas subcontratadas por el astillero para realizar los trabajos de la varada, durante la estancia del buque en el astillero, acudirán a bordo técnicos de otras empresas que tienen suscritos contratos de mantenimiento con el ISM. Así, está previsto que se realicen revisiones y reparaciones de los motores principales, los generadores diésel de la planta eléctrica del buque, las embarcaciones de trabajo, los pescantes, las grúas, los equipos de comunicaciones y de navegación, el material de seguridad y los sistemas contraincendios.

El objetivo es que el buque abandone el astillero en el plazo previsto, habiendo pasado satisfactoriamente los reconocimientos e inspecciones programadas y habiéndose realizado todas las reparaciones e intervenciones de mantenimiento planificadas, para que pueda seguir prestando su labor asistencial hasta el próximo reconocimiento especial, previsto en 2028. 

(*) Juan José Moreno González, subdirector adjunto. Subdirección General de Acción Social Marítima. 

Leer más contenidos en el número 658 de la revista Mar. 

Actualidad