IVÁN LÓPEZ VAN DER VEEN

“Me gustaría hacer crecer la Coalición”

30/01/2025

Más Mar

Opinión

Ana Díaz
Entrevista Iván López, presidente de ICFA
Licenciado en Relaciones Internacionales y Economía, Iván López Van der Veen, ha sido elegido recientemente presidente de la Coalición Internacional de Asociaciones Pesqueras (ICFA, por sus siglas en inglés), organización centrada en la defensa del sector en foros mundiales. En los últimos 25 años ha desarrollado su carrera profesional en Sudamérica, África y Europa en las áreas de procesamiento y extracción de la actividad.

De nuevo un español al frente de la ICFA ¿nos manejamos bien en los foros internacionales?

A menudo se nos acusa de que todo es muy español, pero al final vuelven a elegirnos. Creo que debemos ser buenos buscando el diálogo e implicándonos. No es cuestión del país, sino más bien  de que en España hay un grupo de personas muy interesantes para el sector, que trabajan muy bien. He aprendido mucho de Javier Garat y Julio Morón. Ellos me han apoyado mucho y cuentan con el respeto y la confianza de la gente. También hay que decir que, por razones de logística y cercanía a la FAO, es conveniente que la Coalición tenga un presidente europeo.

En los últimos años, he representado a la ICFA en muchas reuniones, al delegar en mí su anterior presidente. Me hicieron un guiño y dí un paso adelante. Además, tengo la suerte de contar con un grupo empresarial fuerte, Pesca Ancora -donde está mi trabajo real- que me apoya en estas aventuras al entender que una parte importante del trabajo del armador es defender en tierra lo que los pescadores hacen en el mar. Hablo mucho con mis capitanes. Su profesión es complicada y arriesgada. Ellos pescan en el mar las cuotas que nosotros defendemos en tierra. Escucho y aprendo para defenderles

¿Suceder a Javier Garat es un reto o una responsabilidad?

Un poco de todo. Javier es un buen amigo. Se que va a estar ahí para aconsejarme cuando le necesite. Llegó para un año y se quedó nueve. Ha hecho cosas muy buenas. Le gusta construir equipos, algo en lo que yo también creo. Pero, con todo respeto, cuando hay un cambio de guardia, hay que hacer cambios. No porque se haya trabajado mal sino porque yo hago las cosas de otro modo y hay amenazas que no existían hace años.

Javier Garat presidió la ICFA en la pandemia y durante la guerra de Ucrania. Tiempos muy convulsos a nivel legislativo, tanto en Naciones Unidas como en Europa. Tiene todo el derecho a descansar.  Lo que no sabe es que le estamos dejando descansar para que un día vuelva. Además, sigue estando ahí. Sigue siendo presidente de Europêche por muchos años y secretario general de Cepesca, que es el monto de nuestra representación.

¿Cómo fue el proceso de selección?

Desde fuera puede verse como algo romántico. Desde dentro es un poco analizar quién está dispuesto. No es una elección que uno gana y otro pierde. Rara vez hay más de un candidato porque se busca el consenso. Es un poco la mezcla entre quién puede hacerlo, quién quiere hacerlo y quién debe hacerlo. Tampoco somos una organización tan grande y tenemos la suerte de poder hablar las cosas tranquilamente en una mesa con mantel para tomar decisiones por unanimidad.

¿Cuál es el papel de la Coalición?

La pesca cada vez tiene más cosas que, según como las veas, tienen distintas dimensiones. Igual que en Europa es evidente que necesitamos juntarnos a nivel nacional y defendernos en Bruselas, donde está el poder legislativo, a nivel internacional hacen faltan organizaciones, con estatus de observador en Naciones Unidas, como lo tienen otras ONG. Para ello, hay que tener legitimidad y representatividad.

No solo para ser observador sino también para intervenir en los procesos normativos de Naciones Unidas como la legislación sobre pesca sostenible, la resolución sobre pesca de fondo y últimamente las famosas COP, que son convenciones de las partes. Todas parecen iguales, pero no lo son. Por eso tienen diferentes números.

A nivel internacional, la ICFA nació promovida desde EEUU por el Instituto Americano de Pesquerías (NFI) y participa en temas de biodiversidad, más allá de las aguas jurisdiccionales nacionales, en todas las conferencias de medioambiente. Esa es la razón de ser de la Coalición, además de intentar proyectar nuestra imagen por todo el mundo. Hay muchos temas comunes, transversales. Hay que identificarlos y coordinar a todos los países miembros en el debate. Somos 24 naciones y faltan más.

¿Qué objetivo tiene como presidente de la ICFA?

Me gustaría hacer crecer la Coalición. Las organizaciones deben ser coherentes y que todos sus miembros compartan valores y maneras de hacer las cosas. Esto no quiere decir que no podamos trabajar con más países, pero debemos tener posturas comunes. Hay que compartir posiciones contra la pesca ilegal, la trazabilidad, la lucha contra los trabajos forzados a bordo. Son valores de la organización en su conjunto y debe ser así. No es que haya gente que no esté de acuerdo con esto, sino que hay países que, en estos momentos, no están preparados para acceder a ello. Otros muchos sí.

¿Es difícil conjugar los intereses de tantas naciones?

Al final hay unos objetivos comunes. El primero y más urgente es tener la perspectiva del sector extractivo en todos los foros internacionales. Esto no es poco. Conocemos a las ONG. En Naciones Unidas son muy agresivas. Generalizan con posiciones grandilocuentes que quedan muy bien en las redes sociales, pero que no tienen fondo y, sobre todo, no tienen en cuenta la realidad.

No somos pescadores recreativos. Somos profesionales serios y con una cultura detrás. Se nos ha faltado al respeto como industria. Otros no habrían tolerado el abuso que se ha hecho con nosotros, que conocemos y respetamos el mar. Salimos a pelearnos con los elementos, arriesgando nuestras vidas incluso, para traer una proteína muy necesaria para el ser humano.

En la pandemia esto fue evidente. Si no lo tenemos como premisa a la hora de entrar en el debate, nos vamos a equivocar. Si se debate sobre conservación, hay que hacerlo con el sector.

El segundo objetivo que debemos plantear es, si erradicamos la pesca, cómo y con qué vamos a sustituir el alimento que producimos; de dónde va a venir, cuál va a ser el impacto que generará la nueva producción. Nadie habla de esto. Es muy fácil criticar pequeños problemas sin solucionar el sistema. Debemos saber de dónde vamos a comer.

Preside la Alianza Europea de Pesca de Fondo. ¿El arrastre está en vías de extinción?

No. El arrastre está bajo una amenaza política demagógica. Hay muchos tipos de arrastre y muchas maneras de arrastrar. El debate no es “arrastre sí, arrastre no”. Demonizar el arrastre es como demonizar el arado. El debate pernicioso de que generamos un impacto en los fondos marinos lo tendrán los estúpidos. Es cierto que el uso de métodos agresivos fue grande en el pasado y que en algunas partes del mundo se siguen utilizando esos métodos, pero no en Europa donde volvemos a los mismos caladeros.

Si me concentro en una zona, si vuelvo todos los años y hay pescado será porque no lo hacemos tan mal. Y si no se fían de nuestra voluntad, que miren nuestra economía. A mayor agresión ambiental, mayor gasto de combustible. Esto no es rentable para las empresas pesqueras. Entonces, utilicemos redes más ligeras y artes que limiten el contacto con el fondo para ser eficientes. Esta es la realidad en la que hay que fijarse. Como cualquier actividad, generamos un impacto. Hay que analizar qué impactos son aceptables y cuáles no o cuáles compensan porque producen algo interesante. Ahí está el debate.

¿Cuál es el futuro de la pesca?

El mar es víctima del cambio climático. Vivimos en un sistema regido por zonas geográficas estáticas donde las poblaciones de peces se están desplazando. Irónicamente lo hacen hacia Noruega y Rusia, principales productores de petróleo en Europa. Nuestro primer desafío será que la actividad siga siendo efectiva.

El segundo gran reto está en nosotros. No hemos sabido explicar nuestro trabajo. Antes nos querían por romanticismo y ahora estamos en otra fase. No sabemos estar todo lo unidos que deberíamos como sector. Seguimos siendo cainitas y peleándonos por cosas triviales. 

Leer más en el número 652 de la revista Mar

Actualidad