Proyecto LIFE Ecorest - Revista Mar
Proyecto LIFE Ecorest, pionero en Europa
29/11/2024
Medio Ambiente
Patricia Romero Alonso. Fotos: ICM-CSIC
Más del 80% de los hábitats europeos están en mal estado. Mientras nos hemos ocupado en mayor medida por restaurar la superficie terrestre, el mar ha sido el gran olvidado. En los últimos 30 años, los esfuerzos se han concentrado en la fauna, principalmente reduciendo las capturas, sin pensar en la importancia ecosistémica de los hábitats.
El proyecto LIFE Ecorest acaba de sobrepasar su ecuador, en las mismas fechas en las que veía la luz la primera Ley Europea de Restauración de la Naturaleza. Los científicos del ICM-CSIC, que coordina el proyecto, pueden presumir de adelantarse y liderar este movimiento rehabilitador.
LIFE Ecorest cuenta con la participación como socios de la Federación Territorial de Cofradías de Pescadores de Girona, la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, la Universidad de Barcelona y WWF España, con financiación del Programa LIFE de la Unión Europea. Un proyecto en el que además, se han implicado activamente las cofradías de pescadores de Barcelona y Girona.
La Ley de Restauración de la Naturaleza establece objetivos de restauración del 20% de los ecosistemas terrestres y marinos de la Unión Europea para 2030 y de la totalidad de los ecosistemas degradados para 2050, y en España llevamos ventaja.
En 2021 se dio el pistoletazo de salida a la restauración de 30.000 hectáreas de hábitats marinos profundos en Cataluña, a lo largo de la costa de Barcelona a Girona, con la participación del sector pesquero. A partir de su aprobación en el Parlamento Europeo el pasado 17 de junio, España y el resto de países miembros deberán traducir la norma en planes nacionales y estrategias regionales de restauración, pero en Cataluña ya podemos ver una avanzadilla, pionera en Europa y que a buen seguro abrirá horizontes a otros investigadores, sobre medidas y técnicas eficaces para promover la restauración marina a gran escala.
BOSQUES EN EL MAR
Las gorgonias, corales, y esponjas tienen un rol parecido a los árboles en la superficie. Su labor es la de crear estructuras que sirvan de refugio, zonas de puesta y alimentación para otras especies.
Partiendo de 16 zonas con veda permanente a la pesca en las costas de Girona y Barcelona, acordadas entre las asociaciones de pescadores, la comunidad científica y la administración pesquera española, se planteó un proyecto global de restauración en cuatro fases a desarrollar en cinco años.
Jordi Grinyó, experto en ecología bentónica, es uno de los biólogos marinos que trabaja directamente con los pescadores, junto a Joan B. Company, que coordina el proyecto, y nos comenta que se ha podido observar “que en cinco años, dentro de los vedados, los stocks de algunas especies de interés pesquero presentan indicios de recuperación, habiendo triplicado la biomasa previa al cierre, pero no ocurre lo mismo con las estructuras, y esta fue la base para iniciar este proyecto de restauración de gorgonias, corales y esponjas en la plataforma y talud continentales desde el Cabo de Creus hasta Vilanova i la Geltru”.
A GRAN ESCALA
El proyecto está planificado para cinco años, de 2021 a 2026 y “partíamos casi desde cero, ya que apenas hay investigaciones que sustenten una reforestación marina a gran escala, por lo que necesitábamos a los pescadores” afirmaba Jordi Grinyó quien además constata la buena recepción del proyecto: “Ellos son los más interesados en que haya un ecosistema sano. Están concienciados en que las actuales y nuevas generaciones tienen que trabajar de una forma más sostenible”.
Los pescadores son “muy curiosos, siempre tienen preguntas y dudas y para nosotros sus opiniones y formas de trabajar son muy bienvenidas. Nos gusta mucho la transferencia bilateral de conocimientos”, añade Grinyó, quien además elogia “la encomiable generosidad del sector pesquero” ya que, el proyecto solo financia el diésel de las salidas y ellos aportan el trabajo. “Además, tienen una actitud proactiva, ya que en la fase ‘afterLife’ que es como llamamos a la finalización del proyecto, serán los pescadores quienes saldrán y harán las devoluciones de especies al mar”.
DESCUBRIMIENTOS DE IMPACTO
¿Qué tienen en común un juego de pelota, una mezcla de arena y harina y las conchas de ostra? Precisamente, los investigadores de LIFE Ecorest.
Este proyecto está siendo pionero en la creación de materiales de fijación y técnicas de aceleración en los procesos de recuperación de especies.
El Método Bádminton es un sistema de reforestación marina creado para las gorgonias, que garantiza una supervivencia de los organismos del 95% a los dos años de su reimplantación, además es un método de bajo coste (apenas cuesta 1€ por ejemplar) por lo que se investiga cómo adaptarlo a otros grupos de organismos.
El nombre alude a la forma de las pelotas de bádminton que les permite, gracias a su punta, caer siempre en la misma posición.
Las gorgonias que quedan enganchadas en las redes de los pescadores se llevan a los acuarios que están instalados en las propias cofradías, allí se fijan a un canto rodado y cuando tienen un tamaño adecuado se lanzan en la zona a restaurar desde la proa del barco.
Una investigación llevada a cabo con los pescadores de Menorca puso sobre la pista del uso de “rodolitos”, núcleos de algas rojas no sujetas al fondo del mar que sintetizan un esqueleto de carbonato, como sustrato y contrapeso para garantizar que la gorgonia caiga de pie. Solo así se garantiza su supervivencia.
Ostras, harina y arena. Las plumas de mar (Pennatulacea) viven en sedimentos arenosos y necesitan otro tipo de sustrato para ser retornadas al mar.
Así que, con las manos en la masa, y nunca mejor dicho, los investigadores del proyecto están creando un sustrato compuesto de harina y arena para poder depositarlas y garantizar su supervivencia. “También estamos experimentando con conchas de ostras. La verdad es que somos creativos para adaptarnos a la ecología de cada una de las especies”, comentaba el biólogo.
BILI o bio-liberador, es una jaula con trampilla en la base que se abre más cerca del fondo que se está restaurando. El BILI evita la deriva y que los organismos caigan fuera de la reserva.
En breve se podrá también determinar si los organismos retornados han sido capaces de recuperar la tridimensionalidad del ecosistema, tras casi tres años desde que se inició el proyecto.
Inicialmente, con las gorgonias hay muy buenos resultados, el siguiente paso es constatar si la formula se puede ajustar al resto de especies y a otros lugares donde sea necesaria la reforestación.
En el marco de éste y de otros proyectos LIFE, gracias también a la incorporación de los drones submarinos, ROV por sus siglas en inglés, se han encontrado especies nuevas en la costa catalana, “lo cual es sorprendente: no hay que ir a zonas remotas para descubrir nuevas especies”.
JOAN B. COMPANY, coordinador del proyecto LIFE Ecorest: “Tenemos un trabajo técnico y científico sobre cómo hacer una restauración eficaz y directa”
¿Cuál es la importancia del proyecto?
Las gorgonias, corales y esponjas son bosques submarinos. Desde hace tiempo se ha ido mermando la densidad de estos bosques, y con ello su funcionalidad ecosistémica. Si además de cortarlo, lo labro cada día como hace el arrastre, no dejo que crezcan ni las yerbas. No queremos acabar con la pesca, sino que tenga menor impacto. Podemos crear parques naturales para que empiece a crecer el bosque de forma pasiva o podemos hacer una restauración activa para acelerar el proceso y por eso cogemos especies claves, que llamamos constructoras o ingenieras, que son las que crean el hábitat.
LIFE Ecorest ya ha rebasado el ecuador. Háblenos de resultados
Técnicamente ha supuesto todo un desafío. Son hábitats que están a más de 300 m de profundidad. En la primera fase hemos visto qué especies van mejor y cuáles sobreviven gracias a los robots. En una segunda fase estamos implantando el máximo número de colonias posibles.
La tercera fase habla de capacitación y la cuarta de buenas prácticas para una gestión participativa con el sector y ambas hacen referencia a ofrecer cursos formativos y herramientas para pescadores, y también para los ciudadanos que quieran, así como un manual de buenas prácticas para que la restauración esté imbricada en su actividad. Con la llegada de las organizaciones pesqueras, Europa obliga a los pescadores a trabajar con función ecosistémica, y en ello están centrados los Proyectos LIFE.
¿En qué están innovando?
El concepto de restauración marina es novedoso. En Cataluña hay 22 zonas vedadas a la pesca y como solo se puede hacer restauración activa donde no hay pesca, se nos ocurrió presentar este proyecto.
Estamos muy bien posicionados porque a nivel global tenemos trabajo técnico y científico sobre cómo hacer una restauración eficaz y directa.
Ahora estamos viendo cómo evaluar los beneficios. La disminución del recurso puede ser directa, por la extracción de la biomasa, pero también por el daño y el impacto al sistema, por eso hay que trabajar en las dos vías, y ésta es la base del proyecto: convencer a los pescadores de la necesidad de ambas vías.
Joan B. Company es biólogo marino, experto en Biología Pesquera. Investigador científico del Instituto Ciencias del Mar y responsable de Seguimiento
Pesquero de Icatmar.
Leer más en la revista Mar número 650
El proyecto LIFE Ecorest acaba de sobrepasar su ecuador, en las mismas fechas en las que veía la luz la primera Ley Europea de Restauración de la Naturaleza. Los científicos del ICM-CSIC, que coordina el proyecto, pueden presumir de adelantarse y liderar este movimiento rehabilitador.
LIFE Ecorest cuenta con la participación como socios de la Federación Territorial de Cofradías de Pescadores de Girona, la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, la Universidad de Barcelona y WWF España, con financiación del Programa LIFE de la Unión Europea. Un proyecto en el que además, se han implicado activamente las cofradías de pescadores de Barcelona y Girona.
La Ley de Restauración de la Naturaleza establece objetivos de restauración del 20% de los ecosistemas terrestres y marinos de la Unión Europea para 2030 y de la totalidad de los ecosistemas degradados para 2050, y en España llevamos ventaja.
En 2021 se dio el pistoletazo de salida a la restauración de 30.000 hectáreas de hábitats marinos profundos en Cataluña, a lo largo de la costa de Barcelona a Girona, con la participación del sector pesquero. A partir de su aprobación en el Parlamento Europeo el pasado 17 de junio, España y el resto de países miembros deberán traducir la norma en planes nacionales y estrategias regionales de restauración, pero en Cataluña ya podemos ver una avanzadilla, pionera en Europa y que a buen seguro abrirá horizontes a otros investigadores, sobre medidas y técnicas eficaces para promover la restauración marina a gran escala.
BOSQUES EN EL MAR
Las gorgonias, corales, y esponjas tienen un rol parecido a los árboles en la superficie. Su labor es la de crear estructuras que sirvan de refugio, zonas de puesta y alimentación para otras especies.
Partiendo de 16 zonas con veda permanente a la pesca en las costas de Girona y Barcelona, acordadas entre las asociaciones de pescadores, la comunidad científica y la administración pesquera española, se planteó un proyecto global de restauración en cuatro fases a desarrollar en cinco años.
Jordi Grinyó, experto en ecología bentónica, es uno de los biólogos marinos que trabaja directamente con los pescadores, junto a Joan B. Company, que coordina el proyecto, y nos comenta que se ha podido observar “que en cinco años, dentro de los vedados, los stocks de algunas especies de interés pesquero presentan indicios de recuperación, habiendo triplicado la biomasa previa al cierre, pero no ocurre lo mismo con las estructuras, y esta fue la base para iniciar este proyecto de restauración de gorgonias, corales y esponjas en la plataforma y talud continentales desde el Cabo de Creus hasta Vilanova i la Geltru”.
A GRAN ESCALA
El proyecto está planificado para cinco años, de 2021 a 2026 y “partíamos casi desde cero, ya que apenas hay investigaciones que sustenten una reforestación marina a gran escala, por lo que necesitábamos a los pescadores” afirmaba Jordi Grinyó quien además constata la buena recepción del proyecto: “Ellos son los más interesados en que haya un ecosistema sano. Están concienciados en que las actuales y nuevas generaciones tienen que trabajar de una forma más sostenible”.
Los pescadores son “muy curiosos, siempre tienen preguntas y dudas y para nosotros sus opiniones y formas de trabajar son muy bienvenidas. Nos gusta mucho la transferencia bilateral de conocimientos”, añade Grinyó, quien además elogia “la encomiable generosidad del sector pesquero” ya que, el proyecto solo financia el diésel de las salidas y ellos aportan el trabajo. “Además, tienen una actitud proactiva, ya que en la fase ‘afterLife’ que es como llamamos a la finalización del proyecto, serán los pescadores quienes saldrán y harán las devoluciones de especies al mar”.
DESCUBRIMIENTOS DE IMPACTO
¿Qué tienen en común un juego de pelota, una mezcla de arena y harina y las conchas de ostra? Precisamente, los investigadores de LIFE Ecorest.
Este proyecto está siendo pionero en la creación de materiales de fijación y técnicas de aceleración en los procesos de recuperación de especies.
El Método Bádminton es un sistema de reforestación marina creado para las gorgonias, que garantiza una supervivencia de los organismos del 95% a los dos años de su reimplantación, además es un método de bajo coste (apenas cuesta 1€ por ejemplar) por lo que se investiga cómo adaptarlo a otros grupos de organismos.
El nombre alude a la forma de las pelotas de bádminton que les permite, gracias a su punta, caer siempre en la misma posición.
Las gorgonias que quedan enganchadas en las redes de los pescadores se llevan a los acuarios que están instalados en las propias cofradías, allí se fijan a un canto rodado y cuando tienen un tamaño adecuado se lanzan en la zona a restaurar desde la proa del barco.
Una investigación llevada a cabo con los pescadores de Menorca puso sobre la pista del uso de “rodolitos”, núcleos de algas rojas no sujetas al fondo del mar que sintetizan un esqueleto de carbonato, como sustrato y contrapeso para garantizar que la gorgonia caiga de pie. Solo así se garantiza su supervivencia.
Ostras, harina y arena. Las plumas de mar (Pennatulacea) viven en sedimentos arenosos y necesitan otro tipo de sustrato para ser retornadas al mar.
Así que, con las manos en la masa, y nunca mejor dicho, los investigadores del proyecto están creando un sustrato compuesto de harina y arena para poder depositarlas y garantizar su supervivencia. “También estamos experimentando con conchas de ostras. La verdad es que somos creativos para adaptarnos a la ecología de cada una de las especies”, comentaba el biólogo.
BILI o bio-liberador, es una jaula con trampilla en la base que se abre más cerca del fondo que se está restaurando. El BILI evita la deriva y que los organismos caigan fuera de la reserva.
En breve se podrá también determinar si los organismos retornados han sido capaces de recuperar la tridimensionalidad del ecosistema, tras casi tres años desde que se inició el proyecto.
Inicialmente, con las gorgonias hay muy buenos resultados, el siguiente paso es constatar si la formula se puede ajustar al resto de especies y a otros lugares donde sea necesaria la reforestación.
En el marco de éste y de otros proyectos LIFE, gracias también a la incorporación de los drones submarinos, ROV por sus siglas en inglés, se han encontrado especies nuevas en la costa catalana, “lo cual es sorprendente: no hay que ir a zonas remotas para descubrir nuevas especies”.
JOAN B. COMPANY, coordinador del proyecto LIFE Ecorest: “Tenemos un trabajo técnico y científico sobre cómo hacer una restauración eficaz y directa”
¿Cuál es la importancia del proyecto?
Las gorgonias, corales y esponjas son bosques submarinos. Desde hace tiempo se ha ido mermando la densidad de estos bosques, y con ello su funcionalidad ecosistémica. Si además de cortarlo, lo labro cada día como hace el arrastre, no dejo que crezcan ni las yerbas. No queremos acabar con la pesca, sino que tenga menor impacto. Podemos crear parques naturales para que empiece a crecer el bosque de forma pasiva o podemos hacer una restauración activa para acelerar el proceso y por eso cogemos especies claves, que llamamos constructoras o ingenieras, que son las que crean el hábitat.
LIFE Ecorest ya ha rebasado el ecuador. Háblenos de resultados
Técnicamente ha supuesto todo un desafío. Son hábitats que están a más de 300 m de profundidad. En la primera fase hemos visto qué especies van mejor y cuáles sobreviven gracias a los robots. En una segunda fase estamos implantando el máximo número de colonias posibles.
La tercera fase habla de capacitación y la cuarta de buenas prácticas para una gestión participativa con el sector y ambas hacen referencia a ofrecer cursos formativos y herramientas para pescadores, y también para los ciudadanos que quieran, así como un manual de buenas prácticas para que la restauración esté imbricada en su actividad. Con la llegada de las organizaciones pesqueras, Europa obliga a los pescadores a trabajar con función ecosistémica, y en ello están centrados los Proyectos LIFE.
¿En qué están innovando?
El concepto de restauración marina es novedoso. En Cataluña hay 22 zonas vedadas a la pesca y como solo se puede hacer restauración activa donde no hay pesca, se nos ocurrió presentar este proyecto.
Estamos muy bien posicionados porque a nivel global tenemos trabajo técnico y científico sobre cómo hacer una restauración eficaz y directa.
Ahora estamos viendo cómo evaluar los beneficios. La disminución del recurso puede ser directa, por la extracción de la biomasa, pero también por el daño y el impacto al sistema, por eso hay que trabajar en las dos vías, y ésta es la base del proyecto: convencer a los pescadores de la necesidad de ambas vías.
Joan B. Company es biólogo marino, experto en Biología Pesquera. Investigador científico del Instituto Ciencias del Mar y responsable de Seguimiento
Pesquero de Icatmar.
Leer más en la revista Mar número 650