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EL TÉRMINO, DE ORIGEN GRIEGO HACE REFERENCIA A UNA PAUSA EN LA RESPIRACIÓN

Apnea obstructiva del sueño

01/03/2022

Sanidad marítima

Rosa María Gandía
Marinero agotado

Durante el sueño se describen alteraciones de la salud, una de las más frecuentes es la apnea obstructiva del sueño, que usualmente es visualizada por quien acompaña a la persona que duerme, al notar que cesa su respiración por un breve período de tiempo, tras la que comienza a respirar normalmente. Estos episodios pueden repetirse varias veces en la noche y, según su frecuencia, así será el grado de repercusión que tendrá sobre la salud de los afectados. 

Otros signos descritos por el enfermo que pueden hacer sospechar de la existencia de apnea obstructiva del sueño son: ronquidos fuertes; despertarse varias veces en la noche; amanecer con la boca seca; dolor de cabeza en las mañanas; sensación de fatiga o sueño excesivo durante el día (hipersomnia) y dificultad para mantener la atención en las tareas y/o cambios de carácter en el día.

¿CÓMO SE DESARROLLA?

Durante el sueño se produce una relajación de los músculos de la parte posterior de la garganta, con el consiguiente estrechamiento u obstrucción de las vías respiratorias, por lo que la entrada de aire y oxígeno a los pulmones es insuficiente, esto provoca la sensación de asfixia que en oportunidades refieren los enfermos. El cerebro al detectar esta disminución de oxígeno desarrolla mecanismos fisiológicos que despiertan a la persona y con ello se produce inmediatamente la normalización de la respiración. 

El paciente durante estos episodios puede jadear, resoplar, roncar o sentir asfixia, eventos que luego al despertar no recuerda por la brevedad de su duración, sin embargo, está sometido a una situación donde disminuyen los niveles de oxígeno, se despierta varias veces en la noche, no duerme adecuadamente y la función reparadora del sueño se ve seriamente afectada.

La apnea obstructiva del sueño puede verse en cualquier edad y sexo, sin embargo los estudios realizados indican que su frecuencia es mayor en hombres y en personas de edades avanzadas.
Influyen además otros factores que condicionan un mayor riesgo a padecer esta enfermedad, como los cuellos voluminosos o las vías respiratorias estrechas. Se ha comprobado además que varios miembros de una misma familia pueden sufrir esta dolencia.

POSIBLES AGRAVANTES

Otras situaciones que pueden agudizar el desarrollo de la apnea obstructiva del sueño son el sobrepeso, la ingestión de tranquilizantes, inductores del sueño o sedantes, el tabaquismo y el consumo de alcohol.

Las personas afectadas de esta enfermedad pueden desarrollar complicaciones cardiovasculares como la hipertensión arterial, arritmias cardíacas e incluso muerte súbita y resulta un serio agravante para el enfermo que va a ser sometido a una intervención quirúrgica.  

La sospecha de esta dolencia se basa en el relato de los observadores de los que duermen o por el propio afectado cuando refiere alguno de los signos antes mencionados, sin embargo el diagnostico se confirma con un estudio de sueño conocido como polisomnografía, que se realiza justamente mientras el paciente duerme y recoge los episodios de apnea, las disminuciones de los valores de oxígeno en sangre que se producen durante las pausas respiratorias y las horas  de sueño efectivo que tiene el enfermo.


 

TRATAMIENTOS Y MEDIDAS

No se conoce un tratamiento farmacológico específico, sin embargo existen una serie de medidas, que pueden mejorar la enfermedad y disminuir los molestos episodios nocturnos, entre las que se encuentran intentar cumplir un horario de aproximadamente ocho horas de sueño y durante el mismo evitar la posición decúbito supino (boca arriba), eliminar las cenas copiosas y tardías, suprimir la ingestión de bebidas alcohólicas en horarios verpertinos así como los medicamentos ansiolíticos, inductores del sueños o que depriman el Sistema Nervioso Central en general.  

Cuando la frecuencia de los episodios de apnea en la noche lo requieren, se aconseja la utilización durante el sueño de un equipo que emite aire con presión positiva conocido como CEPAP y que evita que las vías aéreas se colapsen mientras el paciente duerme y así logre un sueño de mejor calidad.

La utilización del CEPAP debe ser inducida previamente por el personal sanitario ya que, aunque sea necesario su uso, el afectado deberá dormir toda la noche conectado a este equipo, lo que precisa una buena comprensión del porqué de su uso y una correcta adaptación al mismo. 
Finalmente hay que darle mucha importancia a la realización de ejercicio físico sistemático y controlar el peso corporal que mejorarán la calidad de vida de los pacientes afectados por esta enfermedad. 

ROSA MARÍA GANDÍA, Médico de sanidad marítima 

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