El invierno en nuestra piel
ISM
Sanidad marítima
La piel es el órgano más expuesto a las inclemencias del tiempo, especialmente en determinados empleos como los trabajos en el mar. Se estima que, durante el invierno, las consultas por dermatitis aumentan hasta en 10 por ciento y es que el frío influye directamente en la salud de tu piel. En esta época son comunes las lesiones por la exposición a bajas temperaturas, el viento, la humedad, el calor seco de los calefactores y los cambios bruscos del termómetro.
Cuando hace frío los capilares sanguíneos de la piel se contraen haciendo que llegue menos oxígeno y nutrientes a tus células cutáneas, es por eso que la piel tiene un aspecto más apagado en invierno.
Cuanto más frío hace, menos grasa secretan tus células sebáceas, así que la protección grasa natural que tiene la piel se pierde. A su vez, la falta de una película grasa hace que la humedad de la piel se evapore y es posible que notes la piel tirante e incluso con picor. Los contrastes de temperatura del interior al exterior refuerzan este proceso.
TIPOS DE AFECCIONES
Los daños del frío en la piel van desde la sequedad y picor, hasta necrosis de algunas zonas del cuerpo como pabellones auriculares, la nariz o la punta de los dedos. También puede provocar o empeorar padecimientos como la esclerodermia, psoriasis y el acné.
Una de las afecciones más frecuentes en invierno es la xerosis o sequedad cutánea ya que en esta época, aunque nos protegemos más del exterior mediante la ropa, la piel se deshidrata. Las bajas temperaturas provocan que la humedad relativa del aire disminuya, circunstancia que, junto con la exposición al calor seco de las calefacciones, conllevan que la epidermis se seque, causando picor, aspereza al tacto, descamación e incluso aparición de grietas. Las zonas más afectadas son, lógicamente, las más expuestas al frío, las manos y la cara, sobre todo los labios, que tienden a cuartearse, pudiendo en ocasiones dar lugar a heridas dolorosas.
Otro de los padecimientos son los sabañones o eritema pernio, abultamientos rojos y brillantes, fríos al tacto, que causan picor y dolor que suelen desaparecer en dos o tres semanas dejando una zona con menor coloración que el resto de la piel. Es común que se produzcan en las zonas más alejadas de las extremidades y la cabeza, donde la circulación se ve más constreñida a causa del frío (las puntas de los dedos de manos y pies, las orejas, la nariz y en ocasiones las mejillas). No es conveniente aplicar un calor intenso, sino más bien moderado e indirecto, y se pueden tratar con analgesia o antihistamínicos para el dolor y el picor.
Además, hay que tener en cuenta que en invierno pueden producirse quemaduras solares en la piel. Que el día esté nublado no significa que el sol no nos afecte. De hecho, con el frío los rayos solares se multiplican.
Uno de los principales motivos de consulta en los servicios de urgencias durante la época invernal, es la urticaria a frigore o al frío, una reacción alérgica al exponerse al frío ambiental, caracterizada por la aparición de habones (ronchas rojas sobrellevadas) que pican mucho, al cabo de menos de media hora de la exposición.
Puede presentarse un empeoramiento de la reacción a medida que la piel se calienta o aparecer una hinchazón de las manos al agarrar objetos fríos o de los labios al consumir bebidas y alimentos fríos.
Si la exposición al frío persiste o se produce un contacto total de la piel, como al nadar en agua muy fría, la reacción puede ser más grave incluyendo la presencia de dolor abdominal, dificultad para tragar o respirar, y aparición de mareos y perdidas del conocimiento.
Los síntomas de sendos tipos de urticaria (local y generalizada) suelen desaparecer en 24 horas después del momento en que aparecen los síntomas, pero recurren al exponerse de nuevo al frío.
En los casos en que sea preciso, el alivio se consigue con la utilización de antihistamínicos no sedantes, ya que la urticaria muchas veces produce liberación de histamina, lo que provoca que el plasma salga de los vasos sanguíneos y se cree edema e inflamación.
Si la terapia con antihistamínicos no funciona, tras el análisis individualizado de los casos, hay otras terapias disponibles, como la utilización de inmunosupresores y tratamientos biológicos. Si hay edema o inflamación de las vías respiratorias, así como una anafilaxia, se debe utilizar la pluma precargada de adrenalina.
Habones en la pierna causados por el frío
MEDIDAS PARA CUIDAR LA PIEL
Cuando nos exponemos a bajas temperaturas y al viento, es importante tener en cuenta una serie de consejos, para evitar la alteración de la barrera protectora de la piel:
• Hidratar a diario y varias veces al día la piel con una crema blanca sin color ni perfume. Esto es especialmente importante en aquellas personas que padecen algún tipo de dermatosis (dermatitis atópica, psoriasis...).
• Utilizar bálsamos para evitar la sequedad y fisuras de tus labios.
• No olvidar las gafas de sol y la protección solar diaria también en invierno.
• Tomar baños cortos y con agua tibia, no caliente, con productos suaves y testados dermatológicamente.
• Usar guantes y prendas de abrigo de algodón, vistiendo varias capas de ropa.
• No permanecer con ropa húmeda por largos periodos de tiempo.
• Evitar, en la medida de lo posible, los cambios bruscos de temperatura.
• Cuidar la alimentación. Aumentar el consumo de vitamina C y antioxidantes. No olvidar beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día.
• Evitar el tabaco y el alcohol, ya que repercuten de forma negativa en la salud de nuestra piel, generando radicales libres. Además, el alcohol empeora la dilatación capilar facial.
PURIFICACIÓN VEGA, Médico de Sanidad Marítima