Contaminación del mar

Cómo actuar

03/02/2025

Marina mercante

Graciela González (*)
Derrame hidrocarburos
La contaminación por hidrocarburos en el mar representa una amenaza significativa para los ecosistemas marinos y la economía costera. Este artículo revisa la estructura y contenido de la formación necesaria para dar respuesta a la contaminación por hidrocarburos, basándose en los principios del Convenio Internacional sobre la Preparación, la Lucha y la Cooperación contra la Contaminación por Hidrocarburos (OPRC).

La contaminación marina por hidrocarburos, resultado del transporte marítimo y la explotación del petróleo, tiene efectos devastadores sobre el medio ambiente y la economía. El Convenio OPRC, adoptado en 1990, establece un marco global para la preparación y la respuesta a derrames de hidrocarburos, promoviendo la cooperación internacional y la implementación de planes y recursos adecuados. La formación según los modelos OPRC es crucial para asegurar una respuesta rápida y efectiva, minimizando los impactos negativos.

UN PLAN, PASO A PASO

El Convenio OPRC en su artículo 6, exige a los Estados parte que desarrollen y mantengan planes nacionales de contingencia para hacer frente a los derrames de hidrocarburos. Estos planes, de acuerdo con lo descrito en el propio convenio, deben incluir:
  • PLANIFICACIÓN: Protocolos detallados para la movilización, tanto de recursos como del personal, conocidos como procedimientos de respuesta.
  • FUNCIONES: Describir los roles y las responsabilidades de las distintas entidades involucradas.
  • RECURSOS: Un inventario de los equipos materiales necesarios, así como la identificación y el mantenimiento de los recursos críticos de forma que estén disponibles y en buen estado: barreras, “skimmers”, tanques de almacenamiento, materiales absorbentes, bombas hidráulicas, dispersantes y todo aquel equipo adaptado según la naturaleza del vertido.
  • PROFESIONALES: Personal capacitado y entrenado para que pueda ser desplegado de manera rápida, eficiente y de forma planificada.

Configurar un Plan de Contingencia implica una serie de pasos y estudios previos para establecer la respuesta más adecuada y menos perjudicial en la zona afectada. Por ello, se realizará una identificación de las áreas y ecosistemas sensibles y vulnerables que podrían verse afectados por el derrame. Esta evaluación de vulnerabilidad se basará no solo en un criterio ambiental, sino también en un análisis de las zonas cercanas a la costa económicamente sensibles.

CÓMO DEBEMOS RESPONDER

España cumple con los requisitos del Convenio OPRC a través del Sistema Nacional de Respuesta a la Contaminación Marina, el cual ofrece un marco integral para gestionar eficazmente los incidentes de contaminación en el medio marino. Este sistema coordina las actividades de prevención, preparación y respuesta a derrames y otras sustancias nocivas. Aprobado mediante el Real Decreto 1695/2012, de 21 de diciembre, este sistema se divide en dos planes: el Plan Nacional Marítimo y el Plan Estatal de Protección de la Ribera del Mar contra la Contaminación (Plan Ribera). El Plan Nacional Marítimo, coordinado por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA), desarrolla políticas de protección del medio marino y cuenta con Salvamento Marítimo (SASEMAR), como la agencia responsable de la implementación operativa y la coordinación de las operaciones de respuesta y rescate. Por su parte, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) supervisa la protección ambiental y la gestión de recursos marinos, siendo responsable del Sistema de Respuesta Costero a través del Plan Ribera.

PROGRAMAS DE FORMACIÓN

La respuesta a una contaminación por hidrocarburos supone la ejecución de diversas etapas y diferentes roles a desempeñar por parte de los equipos de respuesta. El personal deberá estar capacitado para reaccionar ante un pequeño derrame o trabajar organizado en diferentes niveles y coordinando los diferentes planes que puedan estar involucrados.

Por ello, la formación continua es esencial para mantener un estado óptimo y actualizado. En los modelos OPRC, publicados en el 2019 por la OMI (Organización Marítima Internacional, IMO en inglés), se recomiendan una serie de cursos acordes al papel que se desempeñará en la ejecución de la respuesta al incidente. Los países parte del Convenio OPRC deben desarrollar programas de certificación para asegurar que el personal cumpla con la capacitación descrita en los manuales OPRC y centros de formación y entrenamiento donde se imparta, tanto la parte teórica como la práctica. 

Este requisito precisa de auditorías y revisiones que permitan evaluar la efectividad de los programas de formación, realizar ajustes según sea necesario y actualizar los contenidos para incorporar los nuevos avances y tecnologías en los métodos de respuesta.

CAPACITACIÓN EN ESPAÑA

La homologación y certificación de los cursos de formación para dar respuesta a la contaminación en España están regulados por la Orden FOM 555/05 de 2 de marzo, por la que se establecen cursos de formación en materia de prevención y lucha contra la contaminación en las operaciones de carga, descarga y manipulación de hidrocarburos en el ámbito marítimo y portuario. Un marco robusto para la preparación y respuesta a la contaminación marina por hidrocarburos en España, que se alinea con los estándares internacionales del Convenio OPRC. 

La correcta implementación de esta normativa es esencial para proteger el medio ambiente marino y garantizar la sostenibilidad de las actividades económicas relacionadas con el mar. De acuerdo con esta orden los cursos en nuestro país reciben la denominación de nivel Común, Básico, Avanzado y Dirección.

La formación según los modelos OPRC es fundamental para garantizar una respuesta eficaz a los derrames de hidrocarburos en el mar. A través de una planificación cuidadosa, la identificación y mantenimiento de recursos, y una capacitación continua y estructurada, se pueden mitigar los impactos ambientales y económicos de estos incidentes. La cooperación internacional y el intercambio de conocimientos también juegan un papel crucial en la mejora de las capacidades de respuesta globales. Implementar estas estrategias de formación es esencial para proteger nuestros océanos y asegurar un desarrollo sostenible. 


(*) GRACIELA GONZÁLEZ 
Capitán de Marina Mercante y técnico Superior de Formación en el Centro Jovellanos (Salvamento Marítimo)

Leer más en el número 652 de la revista Mar

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