SALUD MENTAL

Beneficios del deporte

25/04/2025

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ISM al día

Luis Jesús González Barato
salud mental 655
Los beneficios de la actividad física son múltiples: reducción del estrés, mejora del estado de ánimo, aumento de la autoestima, mejora el descanso y el sueño, mayor concentración y productividad y fomenta la socialización. Para el cuidado de la salud mental es necesario buscar los momentos y los espacios necesarios para hacer deporte e incorporarlo en nuestra rutina diaria. 

La salud mental es uno de los grandes temas de actualidad en el mundo que nos rodea. Conceptos como la ansiedad o la depresión son cada vez más familiares entre la población y es que cada vez es más notable que contamos con una gran cantidad de información al respecto. Sin embargo, ¿somos conscientes de cómo podemos cuidar nuestra salud mental? Dentro de la gran cantidad de estrategias y actividades que podemos realizar para proteger nuestra salud mental, una de las más efectivas es la actividad física. En este artículo vamos a profundizar en las razones por las cuales el ejercicio nos puede ayudar de manera significativa a proteger y cuidar nuestra salud mental. 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el concepto de salud mental se podría definir de la siguiente manera: “La salud mental es un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad.” (OMS, 2022). 

Esta definición engloba algunos de los aspectos fundamentales de cualquier ser humano. En primer lugar, el concepto principal sobre el que basamos la salud mental es el bienestar psicológico de las personas, el cual nos permite tener una vida normal y poder afrontar la inmensa mayoría de situaciones que podemos vivir en nuestro día a día. 

UNA NUBE NEGRA

¿Quién no se ha despertado alguna vez con el pie izquierdo como se suele decir? Todos hemos tenido en algún momento de nuestras vidas un día en el que parece que tenemos una especie de “nube negra” encima y que, además, ¡nos persigue! En esos días vemos todo con otro color, quizás un poco más oscuro de lo que realmente es. Esto no significa que tengamos ningún tipo de trastorno o problema que esté interfiriendo en nuestra salud mental, pero sí demuestra que, cuando hay algo que altera nuestro bienestar, nuestra forma de aproximar y ver el mundo cambia, y no suele ser para mejor. La sensación de bienestar nos ayuda a evaluar las situaciones que afrontamos en el día a día y, dependiendo de cómo las percibamos, así actuaremos. 

Otro término presente en esta definición es la posibilidad que nos brinda tener una buena salud mental a la hora de desarrollar y aprovechar todas nuestras cualidades y habilidades, además de aprender y, de forma directa o indirecta mejorar el mundo que nos rodea. Tener una buena salud mental no solo nos hace vivir una vida más feliz, sino que también nos ayuda a mejorar el mundo aportando nuestro granito de arena. Por todo ello, cuidar y proteger nuestra salud mental debe ser uno de nuestros principales objetivos a lo largo de nuestra vida.  

Dentro de las estrategias con las que contamos para poder cumplir con esta meta, la actividad física o el deporte es, quizás, la que más puede ayudarnos gracias a sus increíbles beneficios a corto, medio y largo plazo.  Vamos a describir a continuación algunos de los beneficios más importantes de incorporar en nuestra rutina diaria cierto tiempo para realizar algún tipo de actividad física o deporte:

REDUCE EL ESTRÉS 

Realizar actividad física reduce nuestros niveles de estrés. Seguro que habéis leído o escuchado que practicar algún tipo de actividad física o deporte ayuda a reducir los niveles de estrés, pero ¿Por qué? 

En primer lugar, cuando nuestro cuerpo se ejercita libera una gran cantidad de hormonas conocidas como endorfinas. Estas hormonas también se han ganado a pulso el nombre de “hormonas de la felicidad” ya que, entre otras funciones, estos neurotransmisores mejoran nuestro estado de ánimo al generar sensaciones de felicidad. Además, actúan como analgésicos naturales y reducen la percepción o sensación de dolor. La consecuencia de todos estos efectos es que nos ayudan a experimentar una sensación de bienestar y, por ello, nuestra percepción del estrés se ve reducida. 

Otro de los mayores síntomas que presenta el estrés en nuestro cuerpo, y que seguro has experimentado en alguna ocasión, es la tensión muscular. Pues bien, aunque parezca contraproducente, el ejercicio físico nos ayuda a liberar esa tensión que podemos acumular en los músculos de nuestro cuerpo, aliviando así la sensación de estrés físico y mental. De hecho, no es casualidad escuchar como una gran cantidad de personas empiezan a hacer deporte con el objetivo de “despejarse” , “desconectar” o “liberar las tensiones del día a día”. 

MEJORA EL ESTADO DE ÁNIMO

Existen múltiples investigaciones que han encontrado que, practicar deporte o actividad física de forma regular, reduce de forma significativa los síntomas de depresión y ansiedad. Incluso, existen investigaciones que han reportado que las personas que han integrado este hábito dentro de su día a día reportan niveles más altos de bienestar o satisfacción con la vida. De hecho, en algunos tratamientos de casos de depresión leve o moderada, la actividad física es una de las grandes prescripciones por parte de los profesionales de la salud para mejorar la salud de los pacientes.

Incluir este hábito puede ser difícil a corto plazo y, si no se tiene o se ha tenido costumbre antes, puede resultar incluso más retador. Sin embargo, esa dificultad inicial por falta de ganas, pereza o por “falta de tiempo” es el precio que hemos de pagar a corto plazo para conseguir una gran cantidad de beneficios a largo plazo. 

MEJORA NUESTRA AUTOESTIMA

Una de las principales consecuencias de empezar a practicar deporte o actividad física es que nos empezamos a ver y sentir mejor. Cuando nos proponemos un objetivo, uno incluso nada fácil de conseguir, y somos capaces de cumplir con ese compromiso y esforzarnos al máximo, nos sentimos muy orgullosos de nosotros mismos. A su vez, el concepto que tenemos de nosotros mismos también mejora y nos sentimos más seguros de nuestras capacidades. Por último, nuestro cuerpo empieza a experimentar cambios internos que fomentan nuestra sensación de bienestar, pero también cambios externos, lo que mejora nuestra autopercepción a nivel físico. 

NOS AYUDA A DORMIR BIEN

Nos ayuda a descansar y dormir mejor. Otro de los grandes beneficios de la práctica deportiva de forma regular la encontramos a la hora de dormir ya que, las personas que se ejercitan en su día a día, disfrutan de una mejor calidad del sueño teniendo así un descanso más reparador. La carencia o falta de sueño es una de las principales barreras del bienestar y, por lo tanto, de la salud mental. El descanso es fundamental para cualquier persona y, de hecho, no contar con unos buenos hábitos de sueño puede fomentar el desarrollo de trastornos como la ansiedad o la depresión. Realizar actividad física de forma habitual puede contribuir a regular nuestros patrones de sueño, mejorando su calidad y ofreciéndonos un descanso más efectivo. 

AUMENTA LA PRODUCTIVIDAD

Aumenta nuestra capacidad de concentración y la productividad. Ser capaces de focalizar y mantener la atención y concentración en nuestras actividades diarias es fundamental para poder rendir de la manera adecuada. Realizar algún tipo de actividad física, especialmente en las primeras horas del día, mejora nuestras funciones cognitivas ya que nos activa y favorece el flujo de sangre a nuestro cerebro, lo que nos permite mejorar nuestra capacidad de concentración y, como consecuencia, ser más productivos. 

FAVORECE LA SOCIALIZACIÓN

Puede favorecer la socialización. Por último, pero no por ello menos importante, realizar algún tipo de actividad física en grupo nos ayuda a establecer relaciones más estrechas con las personas con las que interactuamos en dichos contextos. Sentir que formamos parte de un grupo y experimentar ese sentimiento de pertenencia no solo favorece nuestra autoestima, sino que también nos ayuda a percibir que contamos con una red de apoyo social amplia en la que sustentarnos. La realidad es que tener una salud mental adecuada está en nuestras manos, es una de las responsabilidades que tenemos para con nosotros mismos y, para ello, disponemos de una gran cantidad de estrategias a nuestra disposición. Dar el paso puede ser complicado en los inicios, pero teniendo en cuenta los enormes beneficios que podemos experimentar, es una inversión más que rentable para cuidar y proteger nuestra salud mental y nuestro bienestar. 

(*) Luis Jesús González Barato. Profesor de psicología de la UCJC

Leer más en la revista Mar número 655.

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