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Sanidad Marítima
Vértigo: equilibrio difícil
29/02/2024
ISM
Sanidad marítima
Doctora Purificación Vega
El vértigo es un síntoma que consiste en una sensación subjetiva de movimiento de giro del entorno o de uno mismo o de precipitación al vacío sin que exista realmente (ilusión de movimiento). Es una sensación muy molesta que normalmente viene acompañada de náuseas, pérdida del equilibrio, y percepción de desmayo inminente (mareo) que puede durar horas o incluso días.
Este trastorno generalmente se relaciona con una alteración del sistema vestibular, situado en el interior del oído interno, que coordina el mantenimiento del equilibrio, así como nuestra postura.
Es importante diferenciar si el vértigo es de origen central o periférico por las diferentes causas que los producen. El vértigo central es mucho menos frecuente que el periférico, aparece sobre todo en ancianos y esconde una patología cerebral más grave. Entre las causas de vértigo central destacan el accidente cerebrovascular, la esclerosis múltiple, la migraña de la arteria basilar, la epilepsia del lóbulo temporal y los tumores de fosa posterior.
La mitad de los vértigos periféricos son vértigos posicionales benignos que desaparecerán sin secuelas con una correcta actuación. Esta alteración se desencadena al realizar movimientos bruscos y su origen está en el depósito de restos de tipo calcáreo en uno de los conductos semicirculares del oído.
Entre las principales causas de vértigo periférico (causa audiológica) destacan la enfermedad de Menière, infecciones, traumatismos craneales, fármacos (aspirina, diuréticos, litio), tóxicos (alcohol, arsénico), tumores y por cambios bruscos de presión.
SÍNTOMAS
El vértigo presenta unos síntomas muy característicos en forma de sensación rotatoria de objetos que el paciente define como “ir en un barco” o “ir como borracho”. Su intensidad es variable, desde leve a una situación incapacitante durante el episodio. Suele acompañarse de síntomas vegetativos como náuseas, vómitos, taquicardia e hipotensión arterial.
En casos de vértigo periférico (75% de los vértigos) aparece un movimiento rotatorio de los ojos (nistagmus) horizontal. Son crisis de inicio brusco, breves, que se suelen desencadenar con los movimientos y con abundantes síntomas vegetativos, sobre todo vómitos.
Los vértigos de origen central se presentan sin relación con la postura, son de inicio más lento y de mayor duración, y los vómitos están menos presentes. También aparece el nistagmus, pero éste suele ser vertical.
DIAGNÓSTICO
Se basa principalmente en un buen interrogatorio y en una exploración neurológica completa. Conviene diferenciar inicialmente si el cuadro clínico es un mareo o un vértigo, teniendo en cuenta que hasta un 50% de los mareos son vértigos.
También es necesario conocer la duración, factores desencadenantes y síntomas acompañantes, así como los antecedentes del paciente, especialmente la existencia de factores de riesgo cardiovascular.
La exploración física incluirá un examen neurológico en busca del nistagmus, de pruebas encaminadas a valorar el equilibrio del paciente (prueba de Romberg, coordinación dedo-nariz, prueba de Hallplicke). En algunas ocasiones puede estar indicado el empleo de ciertas exploraciones complementarias como el electrocardiograma, la audiometría, el TAC cerebral y/o resonancia magnética cerebral, los potenciales evocados o el electroencefalograma. Los análisis de sangre suelen ser normales. TRATAMIENTO
Es importante recomendar reposo durante el episodio agudo de vértigo junto a fármacos antivertiginosos y/o antieméticos en el caso de náuseas y vómitos que pueden ser administrados por vía rectal o intramuscular. Además del tratamiento de la fase aguda del vértigo, es necesario investigar la causa que lo ha producido para ofrecer la terapéutica adecuada en cada caso. Así, por ejemplo, en la enfermedad de Menière, producida por una alteración del oído interno, el paciente debe seguir en primer lugar una dieta baja en sal y eliminar líquidos (uso de diuréticos), ya que, al acumularse en el oído interno, ocasionan el vértigo.
En los casos de vértigo posicional es útil la realización a los tres días del episodio agudo de ejercicios de rehabilitación vestibular que, realizados durante varios días de forma repetida, mejoran progresivamente el vértigo.
Otras posibilidades terapéuticas, son el uso de la gentamicina intratimpánica o técnicas quirúrgicas como la neurectomía vestibular (se corta el nervio del equilibrio manteniendo la audición del paciente) o la laberintectomía (eliminación de los receptores sensoriales del equilibrio con la consecuente pérdida de la audición)
Cabe citar como medida para aliviar los síntomas de los vértigos el acostarse rápidamente cuando aparezcan las primeras señales, en una habitación tranquila en la que no haya luces intensas o demasiados brillantes, tratando de no moverse, leer, mirar el móvil o realizar cualquier otra actividad.
Debe tenerse mucha precaución al caminar ya que las probabilidades de caída son altas durante el episodio de vértigo. La cabeza debe moverse despacio, a fin de no exacerbar los síntomas, evitando los cambios bruscos de posición (al levantarse de la cama, antes de incorporarse, debe permanecerse unos minutos sentado al borde del colchón). Es importante controlar la ansiedad para que los síntomas no se agraven y una vez lo síntomas remitan, reanudar la actividad poco a poco, evitando conducir o realizar actividades deportivas o laborales que puedan suponer un riesgo (manejo de maquinaria pesada o peligrosa) hasta al menos una semana después del cese del episodio.
Purificación Vega, médico de Sanidad Marítima
MAR 643
Este trastorno generalmente se relaciona con una alteración del sistema vestibular, situado en el interior del oído interno, que coordina el mantenimiento del equilibrio, así como nuestra postura.
Es importante diferenciar si el vértigo es de origen central o periférico por las diferentes causas que los producen. El vértigo central es mucho menos frecuente que el periférico, aparece sobre todo en ancianos y esconde una patología cerebral más grave. Entre las causas de vértigo central destacan el accidente cerebrovascular, la esclerosis múltiple, la migraña de la arteria basilar, la epilepsia del lóbulo temporal y los tumores de fosa posterior.
La mitad de los vértigos periféricos son vértigos posicionales benignos que desaparecerán sin secuelas con una correcta actuación. Esta alteración se desencadena al realizar movimientos bruscos y su origen está en el depósito de restos de tipo calcáreo en uno de los conductos semicirculares del oído.
Entre las principales causas de vértigo periférico (causa audiológica) destacan la enfermedad de Menière, infecciones, traumatismos craneales, fármacos (aspirina, diuréticos, litio), tóxicos (alcohol, arsénico), tumores y por cambios bruscos de presión.
SÍNTOMAS
El vértigo presenta unos síntomas muy característicos en forma de sensación rotatoria de objetos que el paciente define como “ir en un barco” o “ir como borracho”. Su intensidad es variable, desde leve a una situación incapacitante durante el episodio. Suele acompañarse de síntomas vegetativos como náuseas, vómitos, taquicardia e hipotensión arterial.
En casos de vértigo periférico (75% de los vértigos) aparece un movimiento rotatorio de los ojos (nistagmus) horizontal. Son crisis de inicio brusco, breves, que se suelen desencadenar con los movimientos y con abundantes síntomas vegetativos, sobre todo vómitos.
Los vértigos de origen central se presentan sin relación con la postura, son de inicio más lento y de mayor duración, y los vómitos están menos presentes. También aparece el nistagmus, pero éste suele ser vertical.
DIAGNÓSTICO
Se basa principalmente en un buen interrogatorio y en una exploración neurológica completa. Conviene diferenciar inicialmente si el cuadro clínico es un mareo o un vértigo, teniendo en cuenta que hasta un 50% de los mareos son vértigos.
También es necesario conocer la duración, factores desencadenantes y síntomas acompañantes, así como los antecedentes del paciente, especialmente la existencia de factores de riesgo cardiovascular.
La exploración física incluirá un examen neurológico en busca del nistagmus, de pruebas encaminadas a valorar el equilibrio del paciente (prueba de Romberg, coordinación dedo-nariz, prueba de Hallplicke). En algunas ocasiones puede estar indicado el empleo de ciertas exploraciones complementarias como el electrocardiograma, la audiometría, el TAC cerebral y/o resonancia magnética cerebral, los potenciales evocados o el electroencefalograma. Los análisis de sangre suelen ser normales. TRATAMIENTO
Es importante recomendar reposo durante el episodio agudo de vértigo junto a fármacos antivertiginosos y/o antieméticos en el caso de náuseas y vómitos que pueden ser administrados por vía rectal o intramuscular. Además del tratamiento de la fase aguda del vértigo, es necesario investigar la causa que lo ha producido para ofrecer la terapéutica adecuada en cada caso. Así, por ejemplo, en la enfermedad de Menière, producida por una alteración del oído interno, el paciente debe seguir en primer lugar una dieta baja en sal y eliminar líquidos (uso de diuréticos), ya que, al acumularse en el oído interno, ocasionan el vértigo.
En los casos de vértigo posicional es útil la realización a los tres días del episodio agudo de ejercicios de rehabilitación vestibular que, realizados durante varios días de forma repetida, mejoran progresivamente el vértigo.
Otras posibilidades terapéuticas, son el uso de la gentamicina intratimpánica o técnicas quirúrgicas como la neurectomía vestibular (se corta el nervio del equilibrio manteniendo la audición del paciente) o la laberintectomía (eliminación de los receptores sensoriales del equilibrio con la consecuente pérdida de la audición)
Cabe citar como medida para aliviar los síntomas de los vértigos el acostarse rápidamente cuando aparezcan las primeras señales, en una habitación tranquila en la que no haya luces intensas o demasiados brillantes, tratando de no moverse, leer, mirar el móvil o realizar cualquier otra actividad.
Debe tenerse mucha precaución al caminar ya que las probabilidades de caída son altas durante el episodio de vértigo. La cabeza debe moverse despacio, a fin de no exacerbar los síntomas, evitando los cambios bruscos de posición (al levantarse de la cama, antes de incorporarse, debe permanecerse unos minutos sentado al borde del colchón). Es importante controlar la ansiedad para que los síntomas no se agraven y una vez lo síntomas remitan, reanudar la actividad poco a poco, evitando conducir o realizar actividades deportivas o laborales que puedan suponer un riesgo (manejo de maquinaria pesada o peligrosa) hasta al menos una semana después del cese del episodio.
Purificación Vega, médico de Sanidad Marítima
MAR 643