Aislado
Libros
RESEÑA
Quico Taronji, periodista y navegante, es el autor de “Aislado”, libro en el que relata la experiencia personal vivida cruzando el Mediterráneo en un kayak trimarán impulsado a vela. Nacido en Santander en 1970 lleva el vínculo con el mar en sus venas; de ahí que, en 2013, cuando aseguraba sentirse personalmente perdido y con la necesidad de transformar su vida, decidiera embarcarse en una aventura que le llevaría de Algeciras a Estambul, como la canción de Joan Manuel Serrat, pero que terminó de manera angustiosa en aguas de Túnez.
Afirma no saber qué le depararía la travesía al embarcar pero lo hizo, convencido de que llegaría a conocerse mejor a sí mismo, con la posibilidad de edificar su vida en torno a su gran pasión, el mar. Además, tenía la certeza de que algo bueno le traería este tiempo en solitario. Era, lo que denomina, “un experimento con su vida”. “Aislado” empieza con una frase que pone los pelos de punta “Una ola descomunal avanza imparable hacia mí”. Al presentar su libro, relata a los lectores que, al cerrar los ojos, aún distingue el color del cielo recordando la puesta del sol en aquel terrible momento, o cómo una punzada en el estómago le hacía presagiar que todo podía acabarse con esa masa de agua que se le venía encima. Para este intrépido periodista, naufragar no es malo. Sobre todo, si se tiene la suerte de vivir para contarlo.
Ayuda a reflexionar qué se ha hecho mal y qué ha provocado el accidente. Esa es la “auténtica lección de vida”. Por ello, no considera un fracaso el no haber llegado a Turquía. El éxito de su aventura fue "la decisión de lanzarse al mar" porque al final era un "viaje interior", dice. Se entristece al recordar la basura que flota en el Mediterráneo. Cree que la educación es la mejor arma para luchar contra la degradación de los ecosistemas marinos.
También guarda memorias inolvidables, como la descarga de sardinas en un puerto marroquí y el brillo de sus escamas, simulando un mar de plata o el juego de tres calderones con su embarcación cerca de Menorca, hundiéndose en proa y apareciendo en la popa. También tiene recuerdos menos idílicos como el encuentro con un mercante que casi se le lleva por delante.